¿Garavano y la AFI serán mucho para Carrió?

La protegida de Garavano fue orgánica de la SIDE de Anzorreguy

 

Las escaramuzas entre el ministro de Justicia Germán Garavano y la diputada macrista Elisa Carrió amenazan derivar en una guerra abierta y en un escándalo judicial, dada la presión ministerial para impedir que sean condenados en la causa por el encubrimiento del atentado contra la DAIA los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia. Garavano tiene como aliados al operador judicial del presidente Maurizio Macrì, Daniel Angelici, y al director de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas. El episodio pone de relieve la promiscuidad entre sectores de la justicia y de los servicios de inteligencia y la voluntad del gobierno de la Alianza Cambiemos de proteger a sus hombres (y mujeres).

El 6 de febrero, Carrió acusó a Garavano y a Angelici de manipular la causa AMIA para encubrir a los encubridores Mullen y Barbaccia. En lugar de los abogados de la querella, Garavano designó un día antes de los alegatos al abogado José Console, miembro del tribunal de disciplina de Boca Juniors, que estaba inhabilitado para representar al Estado porque en 2017 fue designado en el Consejo de la Magistratura de la Ciudad, desde donde maneja los hilos Angelici. Console solicitó la absolución de los ex fiscales, según Carrió debido a vínculos de amistad con “funcionarios del ministerio de Garavano”. El Cohete A la Luna informó que el amigo de los ex fiscales es el propio Ministro Garavano e identificó como nexo a la esposa de Barbaccia, Silvina Rivarola O’Connor.

Cuando Garavano era el Procurador porteño, Silvina Rivarola O`Connor ganó por concurso la Fiscalía Penal Contravencional y de Faltas N°7 de la Ciudad de Buenos Aires. Pero en febrero de 2016 pidió licencia para trabajar bajo dependencia directa del ministro, como Directora de Coordinación y representación Nacional ante Organismos Internacionales de la Unidad de Información Financiera (UIF). El Cohete A la Luna reprodujo un video de septiembre de 2015, un mes antes de la primera vuelta electoral, en el que Rivarola O’Connor diserta en la Universidad de Stanford sobre democracia liberal e independencia judicial. En tono de arenga política puso en duda que la entonces presidente CFK fuera abogada, y agregó que si lo es se olvidó de todo lo que estudió. También la acusó de manipular a la justicia para conseguir la impunidad de lo que llamó corrupción rampante en su gobierno.

 

 

Carrió declaró que “no formamos parte del amiguismo, ni del nepotismo ni de encubrimiento judicial alguno”, presentó una denuncia ante la Oficina Anticorrupción y anunció que promovería el juicio político del ministro. Garavano respondió que lo hiciera si quería, y Carrió lo hizo. Pero entretanto no cesaron de producirse novedades.

Una fuente de la AFI dijo que el actual cargo de Rivarola O’Connor en la UIF es continuidad de su empleo como funcionaria orgánica del Departamento Exterior de la ex SIDE, al que accedió durante la gestión de Hugo Anzorreguy, casado con Margarita Moliné O’Connor. Los registros oficiales son inaccesibles y algunos funcionarios sostienen que incluso se destruyen. Revelar la identidad de un espía es un delito penal, por el que fue juzgado el ex ministro Gustavo Beliz, el primero en mostrar en televisión una imagen de Antonio Horacio Stiuso a) El ingeniero. El secreto ha sido levantado por decreto presidencial en todo lo que se refiera al esclarecimiento (o al encubrimiento) del atentado a las organizaciones judías. El 20 de septiembre de 2004 la periodista Susana Viau escribió en el diario Página/12 que la esposa del primer juez de la causa por el atentado, Juan José Galeano, trabajaba en la fiscalía de Eamon Mullen y José Barbaccia; y “la esposa de Barbaccia en el sector Exterior de la SIDE”. También dijo que Galeano y los funcionarios del juzgado festejaron el fin de año de 1996 con dos grupos distintos de la SIDE enfrentados entre ellos: en un restaurante de Belgrano con la Sala Patria; en el club Comunicaciones con el sector de Contrainteligencia de Stiuso.

El Tribunal Oral Federal 2 solicitó hace diez días al Consejo de la Magistratura de la Ciudad que informara si mientras se desempeñaba en ese organismo, el abogado Console estaba habilitado para litigar casos y pidió a Garavano y al responsable de la unidad AMIA, el ex senador radical Mario Cimadevilla, los antecedentes sobre la designación de Console. El Consejo no respondió, el TOF insistió bajo apercibimiento pero decidió escuchar de todos modos la continuidad de su alegato, el jueves 15, indicando que su validez dependerá de la respuesta a esos oficios. Las defensas de Mullen y Barbaccia pidieron la suspensión del juicio hasta que llegue la información solicitada, para evitar la nulidad del alegato del ministerio de justicia, pero el tribunal rechazó el planteo “por falta de agravio”. Console sólo pidió 8 años de prisión para el destituido ex juez Galeano y la absolución de Barbaccia y Mullen. Fuentes seguras del Consejo de la Magistratura cuentan que el propio Garavano llamó a su presidenta, Marcela Izazcum Basterra, una radical vinculada políticamente con el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta, de quien fue asesora legal cuando era jefe de gabinete de Macrì. Al morir el ex presidente del Consejo, Enzo Pagani, Angelici impulsó para sucederlo a Loreley Bianco, pero el eje Carrió-Rodríguez Larreta impuso a Basterra. Ahora Garavano le pidió a Basterra que respondiera que Console estaba habilitado, algo que podría desatar una crisis en el Consejo ya que su inhabilitación no es discutible.

 

 

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