"Si llega Gendarmería, nos metemos al socavón"

Los mineros de Río Turbio en estado de alerta por 275 despidos.

"En este momento estamos haciendo asambleas comunitarias en boca de mina. Todo en forma pacífica. Pero como dicen que la intervención de la empresa pidió 200 gendarmes, si eso llega a pasar, los compañeros mineros se van a meter adentro del socavón. Primero, para evitar que no los dejen entrar a la mina, pero también porque una vez que adentro es muy difícil sacarlos", dice Alejandro Garzón, secretario general de ATE Santa Cruz a El Cohete a la Luna. "Y es difícil porque (el interior de la mina) es explosivo, no pueden tirar gases, ni nada".

"Esto mismo pasó en los '90 con Menem", sigue diciendo Garzón, a modo de comentario sobre una medida que puede sonar extrema". También estuvimos adentro de la mina y es muy duro. Es una decisión muy fuerte, digamos que una acción límite. Más allá de que los mineros tienen experiencia, que son hijos de mineros, vos entras y no ves el sol durante días, no es que salen y van a sus casas. No hay celulares. Ni nada. Es como cuando el resto de los estatales cortamos la ruta, algo extremo. De la ruta no nos vamos hasta que no encontremos una solución. Lo mismo con la mina: si entramos no salimos hasta que haya una solución".

 

"Gendarmes, urgente"

"Conforme a los hechos de público conocimiento, es que solicita con carácter MUY URGENTE la presencia de 200 efectivos de Gendarmería Nacional y/o fuerzas federales a los fines de garantizar la seguridad en la planta industrial y en todos los accesos al interior de la mina y administración". El texto fechado el 23 de enero y firmado por el coordinador general Sergio Lumachi señala que la decisión obedece a que sería inminente la toma de estos lugares. Sin embargo las tomas no están decididas: los trabajadores están esperando de modo pacífico y en asamblea una reunión a celebrarse con los directivos de la compañía el próximo lunes. Y sólo decidieron tomar la mina si se acerca Gendarmería.

El antecedente inmediato para evaluar los posibles riesgos que esgrime la intervención de YCRT apareció durante los conflictos de los años '90 en los que nunca dañaron las instalaciones y ahora ni siquiera hubo cortes de ruta. En ese sentido, la amenaza de enviar a la Gendarmería es leída en la zona como una provocación para generar miedo en los pueblos que dependen exclusivamente de la mina y un mecanismo extorsivo para apresurar un proceso de retiros voluntarios abierto el año pasado y que vence a fin de febrero, pero al que los trabajadores no suscriben debido a la memoria del menemismo.

YCRT tiene 2.800 trabajadores en Río Turbio, Río Gallegos y Buenos Aires. Las asambleas y el estado de alerta y movilización comenzó el lunes cuando recibieron los primeros telegramas de despidos. Hasta ahora llegaron 275 telegramas, aunque los delegados explican que hay otros 500 por llegar. El miércoles hubo una reunión de la mesa intersindical integrada por ATE, CGT y La Fraternidad con el subgerente de Seguridad y de Recursos Humanos. En la reunión participaron los dos intendentes de las localidades afectadas: Rio Turbio y 28 de Noviembre. Allí hubo un compromiso de suspender los despidos, retrotraer las medidas y esperar a la reunión de la semana próxima. Sin embargo, en el medio se disparó la carta a la Gendarmería; la gerencia salió a desconocer el acuerdo y ayer jueves llegaron nuevos telegramas de despido.

Entre los despedidos hay delegados y mujeres embarazadas. Ayer despidieron a un trabajador con más de 50 años en Río Turbio, 35 en la empresa y a dos de jubilarse. Todo esto se produce en un escenario en el que los nacidos y criados comparan el proceso en clave ‘90s pero en un camino en el que las privatizaciones ya no parecen requerir del pase a manos privadas: "Lo que vemos es que se repite el proceso de los '90, pero no sé si están pensando en la variable de la privatización porque quienes habían comprado las empresas ahora son dueños del Estado", dice Valeria Di Crocce de Cadena del Sur. "Con esto generan el escenario de una situación preventiva de crisis, tal vez les interese seguir sacando carbón pero ahora para exportar y cumplir compromisos asumidos con Chile por ejemplo. Pienso en que buscan la explotación de recursos naturales. Y en todo caso van a continuar pero con un modelo que no piensa en el desarrollo de la mina y por lo tanto de la población de estos lugares, si no en rentabilidad".

Para los trabajadores, los despidos son aprietes ubicados en esa lógica. "Son los aprietes que vienen después de no haber aceptado los retiros", dice Garzón. "Entre los trabajadores hay muchos jóvenes pero vivieron los '90, son hijos de mineros, y ellos vieron que los retiros voluntarios son pan para hoy y hambre para mañana. Y esto es lo que falló para la empresa. La gente tiene conciencia y la empresa nos subestimó, acá tenemos historia. En los '90, hacíamos asambleas y se perdía: todos se iban al retiro voluntario, como pasó en la gran mayoría de las empresas del Estado donde los compañeros se fueron masivamente porque creían que iban a ser empresarios. Y después quedó claro que eso no servía".

Río Turbio tiene 30 mil habitantes. Garzón cuenta que las comunidades están movilizadas en este momento con los trabajadores. La gente que en los '90 impidió que todo se convierta en un pueblo fantasma. "Por eso ahora estamos contentos —dice—, porque más allá de los despidos, estos días salió el pueblo a la calle".

 

Alerta por nuevos despidos en el Estado

ATE en la puerta del ministerio de Justicia reclama contra los despidos en el Instituto Universitario de Derechos Humanos de Madres de Plaza de Mayo.

 

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