DECONSTRUIR LAS ZONCERAS Y DEBATIR

La necesidad de profundizar en los debates por el empleo y la justicia social

Es absolutamente necesario que en la Argentina demos debates profundos. La banalización de la política, la tendencia aplaudida de convertirla en un “stand up” nos aleja de la sociedad.

Por eso celebro que estemos dando el debate respecto de los planes sociales que perciben los trabajadores y trabajadoras de la economía informal y su necesaria conversión en empleo registrado.

En primer lugar, considero que hay que analizar rigurosamente por qué existen los llamados planes sociales.

¿Son esos planes el resultado de una falsa “política de Estado” o la cruel y dolorosa consecuencia de modelos políticos y económicos que reproducen la pobreza y destruyen el empleo?

A continuación algunas de las zonceras -al decir de Don Arturo Jauretche- que hay que señalar, en el entendimiento que las zonceras “son principios introducidos en nuestra formación intelectual con la apariencia de axiomas para impedirnos pensar las cosas del país”.

 

Zoncera 1. El Peronismo reproduce planes

Gran zoncera que deliberadamente desconoce y oculta la historia del peronismo que se forja y cimenta en el trabajo como gran ordenador social.

El General Perón fue quien desde la Secretaría de Trabajo y Previsión Social organizó a los trabajadores y desde allí sentó las bases de su propio Movimiento.

Nuestra fecha fundacional, el 17 de octubre, fue construída por los trabajadores y trabajadoras, por “el subsuelo de la Patria sublevada” parafraseando a Scalabrini Ortiz, ese subsuelo sin derechos que se convirtió definitivamente en un sujeto político.

Al decir de la Doctrina peronista el Movimiento Obrero Organizado es la columna vertebral del Partido Justicialista.

Gobernar es dar Trabajo, repetía Juan Perón.

Si hasta la marcha peronista califica al fundador del Movimiento como “el primer trabajador”, mostrando la importancia que el empleo ha tenido y tiene para nosotros.

Si hay un Proyecto Político en la Argentina que reivindica el empleo y a los trabajadores y trabajadoras es el nuestro.

 

 

Zoncera 2. Quienes perciben un plan no trabajan

Otra de las zonceras que han pretendido instalar revictimizando perversamente a los milllones de trabajadores y trabajadoras que en la Argentina fueron expulsados del mercado de trabajo formal.

Esos trabajadores y trabajadoras se mantienen trabajando en la informalidad percibiendo un plan social del Estado Argentino.

Quienes perciben un plan social no sólo trabajan sino que lo hacen en situación de absoluta precariedad laboral, sin contar con los beneficios de la seguridad social garantizada al igual que el empleo formal por la Constitución Nacional.

Dejo abierto el libro de zonceras de este rubro para que los lectores agreguen las innumerables que instalan a diario.

¿Qué es lo que esconden estas zonceras? ¿Qué es lo que no se quiere discutir?

Estas zonceras se instalan para impedir que discutamos el modelo político, económico y social que expulsa trabajadores del sistema, que destruye el empleo decente al decir de la Organización Internacional del Trabajo y que desindustrializa al país.

Como la eficacia de la zoncera es que no haya discusión de la misma, que se constituya en un axioma, nuestra obligación es discutirla y ponerla en crisis.

Los planes sociales surgieron como consecuencia de las políticas neoliberales, este es un dato objetivo.

Recuerdo haber escuchado en alguna charla al Dr. Carlos Tomada, ex Ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, mencionar con qué se encontraron al asumir el gobierno Néstor Kirchner.

El Ministerio de Trabajo –decía Carlos Tomada- era el administrador de los Planes Jefas y Jefes de Hogar. En vez de negociaciones salariales se discutían kilos de carne y pan.

Esa realidad social desgarradora era la tremenda consecuencia de la debacle del 2001 que significó la crisis de deuda y valorización financiera iniciada con la dictadura cívico militar de 1976. Valorización financiera, endeudamiento, desindustrialización, destrucción del empleo.

La transformación de esos planes en empleo formal se constituyó en una de las piezas fundamentales de la “salida del infierno” a la que nos convocó el Presidente Néstor Carlos Kirchner.

Durante nuestros doce años de gobierno mandatos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner se crearon más de 5 millones de puestos de trabajo y hubo una caída de 10 puntos porcentuales en el índice de desocupación.

Nuestro gobierno fue el que comenzó a transformar esos planes sociales en empleo formal y el que derogó la llamada “Ley Banelco” del gobierno de Fernando De la Rúa.

 

¿Se acuerdan de la “Ley Banelco”?

La llamada “Ley Banelco” es aquella cuyo proceso de formación provocó un cisma institucional en el país durante el gobierno de la Alianza, con la renuncia del Vicepresidente Carlos Chacho Alvarez incluída, por las “coimas” que se habrían pagado en el Senado de la Nación para obtener los votos necesarios para su sanción.

Es la ley 25.250 de reforma laboral. Casualmente minutos antes de dar sanción a la ley, el Senado había aprobado una norma por la cual se adjudicaba una partida de 160 millones de pesos para planes Trabajar destinados a las provincias.

De manual, políticas neoliberales, destrucción del empleo y más planes sociales para contener a los expulsados y expulsadas del empleo formal.

Aquella norma, que arrasaba con derechos y conquistas sindicales que habían costado décadas y sangre al movimiento obrero, había quedado bautizada como la ley Banelco ya que el entonces ministro Alberto Flamarique habría asegurado tener la tarjeta plástica bancaria para convencer a los senadores que la aprobaran.

A los pocos días, Fernando De la Rúa firmó un decreto ampliando a 35 millones el monto de los planes Trabajar. Curiosamente en el último período neoliberal de Mauricio Macri este también se ufanaba de haber ampliado los planes sociales.

Y otra perlita para el análisis político. ¿De dónde habrían salido los “recursos” para efectivizar el pago de las supuestas coimas para la sanción de esa ley de reforma laboral del gobierno de De la Rúa? De los fondos reservados de la ex Side. Sí, como lo escuchas.

Los mismos fondos que dejaron de ser reservados durante el Gobierno de CFK y que restituyó al más absoluto oscurantismo Mauricio Macri como una de sus primeras medidas de gobierno y que el Presidente Alberto Fernández dejó sin efecto, anunciándolo en la Asamblea Legislativa.

No es casualidad. Modelos neoliberales, destrucción del empleo, flexibilización laboral, desindustrialización, endeudamiento, persecución a opositores al modelo que pretenden implementar, fondos reservados, espías.

No es casualidad que hoy, mientras plantean ir por las mayorías en el Senado de la Nación, vuelvan con la vieja cantinela de la quita de indemnizaciones y la flexibilización laboral y que repitan incansablemente “planeros” estigmatizando y condenando a las víctimas del modelo de empobrecimiento y de exclusión social que abrazan.

 

Recalculando, como el GPS

Modelo de endeudamiento + Valorización Financiera + Reprimarización de la Economía = Desindustrialización = Destrucción del Empleo formal + Planes Sociales.

Entonces quienes reproducen la pobreza y destruyen el empleo formal no son los gobiernos populares, son los mismos que proponen junto a la destrucción de las condiciones laborales y el empleo más planes sociales como la ambulancia que recoge los heridos que deja el modelo y el sistema que defienden.

En el gobierno anterior cayó el PIB, retrocedió el salario real, las jubilaciones, aumentó la pobreza, se volvió a un ciclo de endeudamiento acelerado, se destruyó el valor patrimonial de las empresas y se llevó adelante el mayor industricidio de que se tenga memoria en la historia argentina, tanto por su velocidad como por la cantidad de sectores alcanzados.

La utilización de la capacidad instalada del sector industrial llegó al 57,7 %.

Desde noviembre de 2015 a agosto de 2019 se destruyeron 154.700 puestos de trabajo y 21.000 empresas y por supuesto aumentaron los planes sociales para emparchar la catástrofe social de la pérdida de empleo.

Pese a las enormes dificultades en que asumimos el gobierno en diciembre de 2019 y la irrupción de la pandemia a sólo 3 meses de gobernar, se comienzan a ver en nuestro país importantes índices de reactivación industrial.

Así lo expresa el Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) elaborado mensualmente por CAME, según el cual el resultado de la producción industrial pyme de agosto 2021 creció 20,2% anual.

El Indec publica que el Índice de producción industrial manufacturero (IPI manufacturero) muestra una suba de 13,8% respecto a igual mes de 2020. El acumulado enero-agosto de 2021 presenta un incremento de 19,9% respecto a igual período de 2020.

Estos índices son consecuencia de la decisión política de recuperar la senda de un modelo de Desarrollo con Inclusión Social.

¿Cuántos puestos de trabajo se hubieran perdido sin el esfuerzo del Gobierno Nacional en destinar recursos al Ingreso Familiar de Emergencia, o a los Programas de Recuperación Productiva, Refuerzos de Jubilaciones y Asignaciones? ¿Hasta dónde se habría derrumbado el consumo, arrasando también con el empleo?

Surge de varios informes que si el Estado Nacional no hubiera implementado estas políticas se habrían perdido en la Argentina 340.000 puestos de trabajo.

El Informe de la UNI Global Union y la Confederación Sindical Internacional (CSI) clasificó niveles de compensación laboral, programas de seguridad social y sistemas de salud pública y la Argentina encabeza el ranking en relación con el apoyo otorgado a los trabajadores en la crisis.

Por supuesto que no alcanza, por supuesto que aspiramos a seguir ampliando derechos y a recuperar el empleo formal, ello debe ir de la mano con la recuperación económica del país.

Esta reactivación que percibimos en las Mipyme debe ir acompañada de Programas que, como lo hicimos a partir de 2003, ayuden a recuperar el empleo formal con todos los derechos que deben asistir a los trabajadores y trabajadoras.

Eso no se logra con una ley sino con un modelo político y social que contribuya a la mejora en la distribución del ingreso, a la recuperación del poder adquisitivo del salario y de las jubilaciones y con una Economía de la Irrigación -así me gusta llamarla- en contraposición a la del derrame. Una economía que recupere el consumo interno que explica el 80 % de la economía argentina.

Es necesario andar por la senda de la recuperación de las paritarias y del Consejo del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil.

Recuperado el rumbo, ahora sí podemos a través de la discusión en el Congreso de la Nación generar las herramientas legales para darle status jurídico a la recuperación del empleo formal y de todas las garantías constitucionales que asisten a los trabajadores y trabajadoras.

El Proyecto que presenté en el Senado de la Nación el pasado 23 de septiembre y que tiene giro a la Comisión de Trabajo y Previsión Social es un Proyecto que propone crear el Programa Integral Más y Mejor Trabajo Argentino cuya finalidad es potenciar el aumento del empleo, fomentando su desarrollo cuantitativo y cualitativo, el incremento de la productividad y el desarrollo económico.

La finalidad es sustituir los planes, programas y acciones de empleo y/o productivos existentes rigiéndose bajo los principios de universalidad, transparencia, libre acceso y federalismo.

Propongo se instrumenten acuerdos específicos con los organismos públicos y los sectores productivos de las distintas jurisdicciones priorizándose el arraigo de las poblaciones, la perspectiva de género y diversidades, una mirada federal del territorio nacional y especial tratamiento de las juventudes.

Dentro de los objetivos propongo el sostenimiento y promoción del empleo genuino, el fortalecimiento de las unidades productivas como ejes de desarrollo local, el impulso de beneficios específicos para las MiPyMES, las cooperativas, mutuales y actores de la economía popular en tanto empleadores del Programa, favorecer la reinserción en el mercado laboral de los trabajadores desocupados y subocupados, sujetos de derechos de los programas sociales de empleo y/o productivos, entre otros.

En mi propuesta el empleador deberá pagar al trabajador el salario en su totalidad junto con las cargas sociales y aportes patronales, de acuerdo al convenio colectivo de trabajo que rija la actividad.

El Estado Nacional procederá al aporte del monto total de cada programa social al empleador de aquellos nuevos trabajadores de manera directa y automática.

Considero en el Proyecto de Ley que el beneficio es compatible con otros beneficios, aportes y/o programas implementados para favorecer el desarrollo de los empleadores, teniendo en cuenta las modalidades de los distintos sectores productivos.

También considero que los sujetos de derechos de programas sociales de empleo y/o productivos existentes, que se encuentren empadronados en los sistemas de la Seguridad Social, deben continuar percibiendo dichos beneficios bajo la modalidad de salario y en ningún caso podrán percibir un salario o prestación inferior que al momento de la sanción de esta ley poseían, teniendo en cuenta el principio de progresividad de los derechos.

El debate debe darse en el Congreso de la Nación Argentina.

Es necesario recuperar el debate en el seno de la política, y fundamentalmente poner ese debate en donde debe estar, derribando las zonceras que una y otra vez, cíclicamente, se reinstalan para que nos quedemos encerrados en ellas sin debatir el modelo de Nación.

Estamos transitando momentos difíciles y desafiantes para la humanidad toda, el mundo se interroga frente a la encrucijada del empleo y su transformación en la post pandemia, por ello es necesario que en la Argentina demos aquellas discusiones de alto vuelo político, donde las grandes causas sean las que motoricen el curso de nuestra historia extendiendo el concepto de ciudadanía y conquistando mayores derechos para alcanzar la justicia social.

*La autora es abogada y Senadora Nacional por la Provincia de Santa Fe (Frente de Todos)

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