Hacer bandera

La música que escuché mientras escribía

 

El Día de la Primavera una multitud interminable protestó en Río de Janeiro contra un proyecto de ley de amnistía que comenzó a tratar el Congreso, y que podría dejar en libertad al ex Presidente Jair Bolsonaro, condenado a 27 años de prisión por el fallido golpe de Estado que intentó impedir que Lula asumiera la presidencia que ganó en elecciones libres. En principio, el proyecto sólo beneficiaría  a quienes participaron en los actos vandálicos del 8 de enero de 2023 contra las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema. Pero la ultraderecha brasileña pretende que abarque a todos los condenados por golpismo, incluyendo al ex Presidente.

"Congreso, enemigo del pueblo", decía un cartel levantado en la playa de Copacabana, convertida en escenario de un espectáculo cultural y político, liderado por tres octogenarios como Caetano Veloso, Chico Buarque y Gilberto Gil, grandes figuras de la Música Popular Brasileña, que evocaron su oposición a la dictadura de la década de 1960. Salvo ellos, el resto llevaba camisetas que decían Río de Janeiro en las calles. Ato musical.

 

 

También participaron otros más jóvenes, como Djavan Viana, de 76 años. Todos ellos fueron también vocales opositores a las políticas de Bolsonaro. "Sin amnistía y con democracia: ese es un Brasil bonito", dijo Caetano desde el trío eléctrico (que es el camión preparado con un escenario y altavoces). Vestía una camisa amarilla. Luego lo acompañó Gilberto Gil, vestido de verde para completar la bandera brasileña.

Aquí tenés una hora y media del show real, que comenzó con 40° de temperatura y se extendió hasta entradas las sombras de la noche.

 

 

Pero también busqué las versiones grabadas en estudio por los mismos artistas de algunos de esos temas, como los de la primera resistencia, Alegría, alegría y Desde que o samba é samba. Van mejor para la radio, porque la toma del acto al aire libre es de mala calidad, aunque te sugiero que lo veas en la página, porque armaron un carnaval hermoso.

 

También conseguí a Chico Buarque y Gilberto Gil cantando Cálice, de 1978 que es valorada como un himno de resistencia contra la dictadura militar brasileña (1964-1985).

 

 

Me encantó esta versión de Divino, maravilhoso, de Gal Costa. Su letra dice: "Es preciso estar atento y fuerte. No tenemos tiempo de temer la muerte", que se repitió entre canción y canción el domingo pasado. Caetano la entona a dúo con la fascinante cantautora Iza. Me hizo recordar algunos de los dúos de Tony Bennett, con Lady Gaga o Amy Winehouse.

 

 

Además participaron Ivan Lins, Lenine, Paulinho da Viola, Frejat, Maria Gadú y Marina Senna.

Entre tema y tema, la gente coreaba Sin amnistía, mientras los manifestantes exhibían muñecos inflables de Bolsonaro con traje de presidiario y banderas de Brasil. El mes pasado, allí mismo Bolsonaro envió un saludo a una manifestación organizada por uno de sus hijos. Al día siguiente, el Tribunal Supremo de Justicia lo envió a prisión domiciliaria. Además de Río, las protestas se replicaron en São Paulo, Brasilia y Belo Horizonte, e incluso en Lisboa, Londres y Berlín. El show fue producido por Paula Lavigne, durante 19 años esposa de Caetano. La relación comenzó cuando él tenía 40 años y ella 13. Cuando ella lo reveló en una entrevista se presentaron tres denuncias judiciales contra el cantante, que fue absuelto porque en aquel momento no constituía delito. Ella lo acompañó en cada juicio, declarando cada vez que fue una historia de amor. Es la madre de dos de sus hijos.

 

Caetano y Paula Lavigne.

 

Caetano con Djavan.

 

Lenine: "Ningún país extranjero va a poner un dedo aquí".

 

No estoy seguro si ya te lo conté, pero me arriesgo a repetirme. Al terminar la dictadura y cuando comenzaron a retornar los exiliados, hicimos una gran comilona en el pequeño departamento donde yo vivía, agrandado por un patio que ayudaba a respirar. Estaban León Ferrari, Juan Carlos Portantiero, Carlos Ábalo, Lilia Ferreyra y algunos más que no recuerdo. Eran los comienzos del gobierno de Alfonsín y el temor de moda se denominaba libanización, mientras aquel bello país asiático comenzaba a parecerse a lo que hoy es Gaza, y por las mismas siniestras razones. Un adolescente quiso saber en qué consistiría ese fenómeno temible. Los grandes intelectuales le explicaron que desaparecería la unidad nacional y que distintas regiones argentinas pasarían a ser parte de otros países. El muchacho preguntó qué pasaría con la ciudad de Buenos Aires, donde había nacido durante una dictadura anterior.

—Buenos Aires podría ser parte de Brasil— respondió Portantiero, siempre didáctico.

Al pibe se le iluminaron los ojos, como si estuviera escuchando una batucada.

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 8.000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 10.000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 15.000/mes al Cohete hace click aquí