LA AFIP SE FUE A LA GUERRA

El personal de seguridad informática entrenado por militares en Campo de Mayo

 

El viernes 7, el nuevo director de Seguridad Informática de la Agencia Federal de Ingresos Públicos, Fernando Spettoli, convocó a unos 30 empleados de su área, tanto antiguos como designados por la actual gestión,  a un coaching o team building, en Campo de Mayo, que duró hasta el mediodía del sábado 8. Lo que sigue es una reconstrucción de lo ocurrido durante esta insólita jornada, a partir del testimonio de algunos asistentes.

Los participantes vistieron ropa militar de fajina y fueron separados en cuatro grupos, cada uno a cargo de un oficial del Ejército. Entre los ejercicios que debieron realizar hubo algunos con cierta exigencia física, como subir un plano inclinado, llevar un estandarte y hacer un número de flexiones de brazos o lagartijas cuando fallaban en alguna consigna.

 

 

Una participante sufrió un golpe en la cabeza y otro un fuerte raspón en el brazo. Las imágenes que ilustran esta nota son sólo alusivas, ya que antes de comenzar todos debieron dejar sus teléfonos celulares.

La actividad del viernes se prolongó hasta bien pasada la medianoche. El sábado los empleados de la agencia recaudadora de impuestos fueron despertados a las 6 con toque de diana.

Quienes quisieran retirarse podían tocar una campana para hacerlo saber. Cuatro de los convocados lo hicieron, uno de ellos en horas de la madrugada.

El acto de cierre, al mediodía del sábado, fue presidido por el nuevo administrador de la AFIP, Leandro Cuccioli, y por el jefe del Ejército, general de brigada Claudio Pasqualini, quien encomió a los trabajadores de Seguridad Informática por “defender a la Patria de ciberataques tal como el Ejército lo hace de otras agresiones”. Se informó a los asistentes la continuidad de este tipo de actividades.

 

Leandro Cuccioli, administrador federal de Ingresos Públicos,
General de Brigada Claudio Pasqualini, quien arengó a los funcionarios.

 

Cuccioli fue designado en marzo de este año para reemplazar a Alberto Abad, bajo cuya gestión publiqué las sumas blanqueadas por familiares, amigos, socios y testaferros del presidente Maurizio Macrì. Al saberse que su hermano Gianfranco Macrì blanqueó más de 600 millones de pesos se puso en evidencia que la declaración impositiva del Presidente es más falsa que billete de tres pesos. Es inverosímil que el primogénito y heredero de la jefatura de los negocios familiares declare como totalidad de sus bienes 120 millones, cinco veces menos de lo que ocultaba el segundón que figura en los directorios. También lo enfureció la revelación de que entre los beneficiarios del blanqueo están la madre y dos hermanas de su esposa, su hermano de la vida Nicky Caputo y el empresario que ahora funge como titular de la constructora familiar de los Macrì-Calcaterra, Marcelo Mindlin.

El curriculum de Cuccioli revela que no ha sido formado para recaudar impuestos sino para evadirlos y fugar capitales hacia el mundo offshore. Eso cuadra con el elogio presidencial: “Sabe jugar en equipo”. Cuccioli excede ampliamente la media: más de la mitad de los bienes de los integrantes del gabinete están fuera del país y en su caso casi el 90 por ciento. El  Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación descubrió que el jefe y amigo de Cuccioli, Luis Caputo, ocultó en sus declaraciones juradas su participación en una serie de cajas chinas radicadas en las islas Caimán y los estados de Delaware y Florida. Entre los títulos que administraba había bonos de la deuda argentina en default, cuyo pago a los fondos buitres Caputo negoció ya desde el gobierno. Ante cada consulta, Caputo lo negó. No pudo impedir que el dato fuera confirmado por la Comisión de Valores de los Estados Unidos, la SEC.

Cuccioli creó 21 cargos jerárquicos y anunció la designación de Spettoli en junio, cuando irrumpió en una asamblea de los trabajadores de la delegación Mendoza, que reclamaban por los ajustes practicados sobre sus remuneraciones. El video de ese diálogo fue publicado en el blog de Fernando Krakowiak y puede verse aquí: https://twitter.com/twitter/statuses/1008818577191907328

 

 

Seguridad informática pasó a depender en forma directa del administrador Cuccioli y ya no de la Subsecretaría de Informática, donde trabaja un millar de personas.  A los 30 especialistas iniciales en seguridad informática se irán sumando otros hasta llegar a 90.

Fernando Spéttoli fue presentado por Cuccioli como un experto internacional que fue vicepresidente de Seguridad para Latinoamérica de la compañía estadounidense Equifax, propietaria de la marca argentina Veraz, responsable de realizar informes de situación comercial y bancaria. Sectores gremiales, políticos y empresariales observan conflicto de intereses por esta irrupción del sector privado en el ente oficial.

 

Fernando Spéttoli, en una foto de 2016.

 

El año pasado el presidente mundial de Equifax, Richard Smith, fue despedido luego de la peor filtración de datos personales sobre 145 millones de personas. La investigación parlamentaria subsecuente mostró que la compañía intentó encubrir la magnitud y el alcance de lo sucedido, que incluyó números de registro impositivo, de la seguridad social y de la licencia de conducir, dirección física e emails. Un proyecto de ley contempla multas de 100 dólares por cada cliente cuyos datos sean robados.

La filtración también se produjo en el Veraz de la Argentina, que según la publicación Infotechnology en septiembre de 2017 expuso los datos de unas 14.000 personas, incluyendo a sus empleados y a quienes formularon algún reclamo, incluyendo usuarios, clave, DNI y nombre completo. "La falla fue verificada por la compañía Hold Security que cuenta entre sus empleados a dos argentinos que, curiosos después del breach que había sufrido Equifax en Estados Unidos, se pusieron a investigar qué otras fallas de seguridad podían estar teniendo. Ahí encontraron rápidamente que un portal interno de Equifax, diseñado para ser usado por empleados, tenía bajas medidas de seguridad —usaba un password por default, el famoso admin/admin— y que exponía 750 páginas de datossegún supo INFOTECHNOLOGY en su momento".

El 2 de agosto de este año, con Spéttoli ya en funciones, el hackeado fue el sistema informático de la AFIP, que sólo admitió la filtración sobre 80 contribuyentes. Como bien se sabe, a seguro se lo llevaron preso.

Uno de los informantes para esta nota dijo que semejante entrenamiento le parecía grave, porque “es obvio que no tiene nada que ver con la recaudación de impuestos y tampoco con las tareas específicas de profesionales de seguridad informática. Además el personal del Ejército no es especialista en dinámica de grupos o psicología social. Justo cuando se promueve la participación militar en tareas de seguridad interior, un entrenamiento bajo mando militar de agentes de un organismo como la AFIP es un avance castrense sumamente peligroso sobre actividades y estamentos civiles del Estado. No estaría mal su control parlamentario: citar a los jefes de la AFIP y del Ejército para que brinden las explicaciones del caso”.

 

 

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