7251 personas viven en la calle

Entre ellxs hay 40 mujeres embarazadas, y el 52% afirmó que es la primera vez que viven en la calle

 

El Censo Popular de Personas en Situación de calle en el que participaron más de sesenta organizaciones junto con el Ministerio Público de la Defensa presentó el dato de la cantidad de personas en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires: 7251. De las cuales 40 son mujeres embarazadas.

En cambio, el Censo que realizó el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en abril de este año contó 1146 personas en situación de calle, una cifra 5% mayor a la del año pasado (1091 personas). La distancia entre los números del Censo Popular y los del gobierno no es sólo matemática, se trata de concepciones muy distintas sobre la desigualdad y el derecho a la vivienda y a la ciudad.

De las personas personas en situación de calle censadas en 2019, 1600 están en esta situación por primera vez este año, 16% son niñes y adolescentes, y 84% adultes. Los principales motivos por los que estas personas pasaron a estar en situación de calle son: pérdida del empleo, expulsión de la vivienda y separación de la pareja. Además se relevaron 532 personas con alguna discapacidad y 1577 personas afirmaron haber sufrido algún hecho de violencia en los últimos años.

En la ciudad más rica del país hay gente que muere de frío en invierno. Pero más que el frío, lo que mata es la falta de vivienda y de políticas públicas que solucionen el problema estructural de pobreza y el déficit de viviendas sociales. En 2019, según el Censo Popular, el 19% de quienes viven en la calle son mujeres, y el 1% personas trans. ¿Cuáles son las particularidades de estar en situación de calle para mujeres y personas trans?

El Cohete conversó con la politóloga Florencia Montes Paez, integrante de No Tan Distintas-Mujeres en Situación de Vulnerabilidad Social, una organización social feminista que desde 2011 construye alianzas con mujeres cis y trans, lesbianas y travestis en situación de calle o en riesgo de estarlo.

Desde el Gobierno de CABA el mensaje parece ser que las personas viven en la calle porque quieren, que no reciben la ayuda del Estado porque desconfían. ¿Qué pensás de esto?

Muchas veces las personas rechazan lo que hay porque está pensado desde un punto de vista burgués. Es interesante, porque en CABA hay política pública vigente, no es que no invierten en la problemática. Hay móviles, hay una línea puntual: 108, hay un equipo que recorre durante la noche y hay paradores y muchos convenios: tienen en total 32 hogares y paradores. El tema es la mirada. Está todo armado para que el habitante, propietario, tenga adonde recurrir para sacar al que está en la puerta de su casa, al que está en la esquina o al que está en la calle. El número funciona porque la gente propietaria llama y pide un móvil. Pero ¿esto funciona para los compañeros que padecen la problemática? Por supuesto que no. Los paradores solo sirven para parar, no alcanza, necesitan solucionar su problemática habitacional: no solo donde parar una noche. El parador funciona de 7 de la tarde a 8 de la mañana, con esta idea de pasar la noche, pero el compañero durante el día sigue en situación de calle.

 

1091 personas en situación de calle contó el gobierno macrista en 2018.

 

¿Qué ofrece el gobierno, cuáles son las políticas públicas específicas?

Los recursos están, hay una ley acá en CABA (Ley 3706 de Protección Integral a las Personas en Situación de Calle en la Ciudad de Buenos Aires) pero no se implementa o se implementa de forma insuficiente. El problema es la mirada que tiene el gobierno sobre las personas en situación de calle, que tiene que ver con esta idea de que ellos eligen estar en esa situación y que también eligen no recibir ayuda. Y la realidad es que una persona que está en esa situación le conviene mucho más estar instalado en una esquina, que los vecinos lo ayudan, lo reconocen, que perder todo lo que construyó por ir una noche a un parador: su carro, su ropa, su frazada, donde guarda la ropa, etc.

¿Se rompe la comunidad que pudo construir?

Sí, lo que les proponen es paliativo. ¿Por qué vos vas a destruir tu cotidiano por ir a un parador 9 horas? Los dispositivos no funcionan porque están pensados con una lógica que no es la de resolver la situación de esas personas. Tiene que ver con la mirada que tiene esta gestión en torno a la política pública para sectores populares, que es de cotillón. El modelo de ciudad que tienen los macristas es visual. Es una política visual que tiene más efectos en la gente que no está en situación de calle que en darle respuestas a los compañeros que la padecen. Cuando llega el móvil para llevarlos al parador no van por eso, necesitan un lugar donde vivir, no un lugar donde parar.

Hay una idea más de limpieza visual…

Sí, es la lógica de levantar a los compañeros para que no se note la desigualdad, más que de resolver una problemática que es estructural. El tema de la propiedad del suelo, el acceso a la vivienda, alquileres amigables.

¿Para cuándo estará el Censo Popular completo? ¿Cómo fue el proceso?

A fines de julio. Somos más de 60 organizaciones que salimos con voluntarios, ahora se están sistematizando más datos, el Ministerio Público de la Defensa se ocupa de eso. Pero salimos con el dato concreto en esta coyuntura porque queremos discutirle al número que arrojó el gobierno, que es 1146. No, son 7251. Es importante salir a contestar este número mentiroso.

El número de personas en la calle casi se duplicó respecto al Censo Popular de 2017, en ambos casos dieron un número muy diferente al del gobierno…

En ese momento el número del gobierno era 1191 y para nosotros fue 4394 personas. Cuatro veces más. Y ahora cuando hicimos este Censo sabíamos que había más gente, cuando trabajás en el territorio te das cuenta, la gente que entrega viandas duplicó la cantidad, la gente que ofrece alojamiento duplicó las listas de espera. Mucha gente por primera vez queda en la calle.

Según el Censo Popular del 2019 el 19% de las personas en situación de calle son mujeres y el 1% trans. ¿Qué rasgos particulares tiene habitar la calle si sos mujer? ¿Y si sos trans?

La situación de calle es de máxima exposición para cualquier cuerpa. Para los compañeros también, de precarización de la vida, de deterioro de las condiciones físicas y emocionales, de ruptura de los vínculos, de mucha humillación, empezás a desarrollar tu vida en el espacio público adelante de todo el resto. Es una situación muy brava, pero además en una sociedad machista y patriarcal. Las violencias están configuradas en torno a la selectividad de determinados cuerpos y eso también se da en la calle. Entonces, si ya hay una situación extrema y encima se configuran determinadas violencias específicas sobre los cuerpos feminizados y sobre los cuerpos racializados eso genera que las compañeras mujeres y trans estén expuestas a violencias muy específicas. La calle es una mierda para todes, pero a las compañeras las puede cagar a palos un compañero de ranchada. O la policía hostigarlas de una manera especial, someterlas de otro modo por ser mujeres, y ni hablar a las compañeras trans y las migrantes. Nuestro activismo es luchar por los derechos de las compañeras que están o estuvieron en la calle, para visibilizar esas violencias y para pensar juntas cómo se configura la presión social y qué cuerpos produce el patriarcado en la pobreza.

Decimos que ante la feminización de la pobreza, respondemos con la feminización de las resistencias. ¿Qué puede aportar el feminismo a las personas en situación de calle para vivir una mejor vida?

Las compañeras que no están implicadas en alguna red o algún tipo de contención feminista están obligadas a repetir un mismo círculo asistencialista que no les da respuesta. Principalmente la organización feminista aporta lo que tiene que ver con los autocuidados. Hay diagramas patriarcales en todos lados, las pibas son sometidas contra su voluntad, las que están en situación de dependencia de sustancias o drogas también están expuestas a un montón de violencias, o están obligadas a hacer determinadas cosas para acceder a mercadería, que si sos varón no lo tenés que hacer, pero no sólo existen este tipo de violencias sino que está muy presente la violencia del Estado. Nuestros estereotipos son mucho más marcados, y por ende le exigen a las pibas determinadas conductas que a los varones no se las piden, especialmente a las que son madres. También notamos poco abordaje y mucho destrato para compañeras consumidoras. Es decir, todas aquellas que rompen con los estereotipos de buena mujer y que tampoco encajan como buenas víctimas son encima violentadas por el Estado. Lo que noto es que las compañeras que no tienen vínculos con organizaciones feministas quedan girando en un vínculo con el Estado que siempre es una ayuda para modelos de mujeres, modelos que las pibas no cumplen. Eso genera frustración y produce mucha más violencia. Entonces quienes articulan con redes de autocuidados, feministas como las nuestras, pueden buscar otras estrategias, otras alternativas, donde se pueden refugiar, contar cómo se sienten, hablar sin tabúes. Se puede tramitar el malestar de experiencias que tuvieron que vivir. Hay mucha diferencia, no proponemos lo mismo bajo ningún punto de vista.

 

 

 

* Consultá el informe ejecutivo del Segundo Censo Popular de Personas en Situación de calle en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
Informe Ejecutivo CPPSC2019

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