Las palabras también votan

Las palabras tienen mucho para decir en estas elecciones. Con lo que significan y con lo que esconden.

 

No solo nos explica y acucia una polarización de ideas y proyectos, sino que esa misma dualidad puede medirse en conceptos, símbolos y, especialmente, en palabras. Mientras fue oposición, el macrismo le bajaba el precio a todo logro o puesta en marcha del kirchnerismo llamándolo el relato k. En los años recientes, mientras el oficialismo usaba y abusaba del argumento de la pesada herencia, en la otra vereda se carcajeaban con la larga lista de promesas de campaña incumplidas. Las palabras adjudican sentidos, significados y conductas, sostienen acciones y pensamientos y son como ladrillos que edifican distintos modelos de país. Cada uno tendrá posibilidad de elegir en cuál de los dos prefiere vivir.

 

 

 

De la boca para adentro, y para afuera, el peronismo alcanzó volumen histórico con expresiones como esperanza, pueblo, revolución, trabajo, lealtad, soberanía o expresiones como construcción nacional y campo popular. Como heredero de ese rumbo abierto para siempre a partir de 1945, el kirchnerismo incrementó su registro con dichos como esperanza, militancia, solidaridad, inclusión, patria y el saludo con que la ex Presidenta abre o cierra sus exposiciones públicas, todas y todos. En el vocabulario del PRO, Cambiemos y asociados brillan términos como mercado, liderazgo, competencia, sustentabilidad, meritocracia, proactivo y ese auténtico oxímoron que es capitalismo responsable. En la era de los globos amarillos, el clásico peronista compañero trocó en emprendedor, término mágico en todo el mundo a partir del auge de las concepciones neoliberales. Entre nosotros con consecuencias nefastas porque mandó a hacerse de abajo al cuentapropista, al trabajador en ascenso y, más que abajo, al pequeño y mediano propietario. En su muy logrado ensayo El relato macrista. Construcción de una mitología (Ediciones B,2017), Marcos Mayer identifica la utilización de palabras como verdad en lugar de sinceridad; juntos en reemplazo de unidos o nuevo como una deliberada forma de esconder el pasado reciente, en especial zonas que tengan que ver con la dictadura, con el terrorismo de Estado y con los desaparecidos.

 

 

Las palabras tienen mucho para decir en estas elecciones. Con todo lo que significan y también con lo que esconden. Palabras que determinan discursos, que establecen estrategias, que intervienen, para un lado o para el otro, en la batalla cultural. Basta que Cristina escriba, o pronuncie Sinceramente para que ese simple adverbio de modo ponga a examen inconsistencias de quienes la enfrentan. Ni hablar del desconcierto que provocaron sus desafíos verbales más recientes: pindonga, cuchuflito, cadorna. Que las palabras importan y mucho lo prueba la preocupación del macrismo porque un imponente centro cultural siga llamándose Néstor Kirchner. Primero lo jibarizaron, ordenándolo como CCK; luego, inquietos por la sentencia cristinista La patria es el otro abrevaron en Jorge Luis Borges para responder con un nuevo slogan: Nadie es la patria, pero todos lo somos. Aunque no lo sepamos, las palabras siempre están. Y, ya sea, las que nos identifican con el valor de lo colectivo como las que prefieren las resoluciones individuales, cada una guiará nuestras decisiones electorales.

  • De la gente en la calle a los focus group.
  • De No fue magia a Si sucede, conviene.
  • De Sintonía fina a Segundo Semestre.
  • De los dedos en V a bailar en el balcón de la Rosada.
  • De La Marcha Peronista cantada por Hugo del Carril a We Will Rock You interpretado por Queen.
  • De Memoria, Verdad y Justicia a Dejemos de mirar el pasado.
  • De Pinguinos a egresados del Cardenal Newman.
  • De la militancia al timbreo.

 

 

 

Palabras, pero no puras palabras. Las que van de ‘Cuatro años más con Macri’ a ‘Terminar de cruzar el río’. El ser o no ser del votante argentino resolverá su duda hamletiana entre el Juntos de la coalición gobernante y el Todos de su principal antagonista. Palabras para nada inocentes, jamás neutrales: las que van del Sí se puede al Vamos a volver.

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 1000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 2500/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 5000/mes al Cohete hace click aquí