La batalla cultural empieza por casa

Que circulen música e imágenes y no virus

 

El avance de la pandemia y la exigencia de reclusión doméstica originaron una serie de iniciativas tan originales como solidarias, útiles y válidas para mitigar el temor, la soledad y, por que no, el aburrimiento que provoca una situación desconocida. En estos días de cercanía imposible, resulta un aliciente saber que son muchos los que con gestos, actitudes y decisiones nos permitieron sentirnos más juntos. Mientras el cielo del mundo se cierra y oscurece, no pocos gestores de buena onda salen a parar la tormenta con música, canciones y la calidez única que significa pensar en las necesidades del otro.

El canadiense Neil Young, con la ayuda de su esposa, la actriz Daryl Hannah como camarógrafa, realizaron una “producción hogareña de música para romper el aislamiento” y la colocaron a disposición de todos. Para eso sirven las redes. Lo hicieron también Alejandro Sanz y Juanes, “desde el living de un amigo”, una intervención que ya aplaudieron 200.000 seguidores. El siempre solidario Bono aportó palabras y estímulos melódicos. Luego de cancelar sus presentaciones en Costa Rica, Jorge Drexler compuso el tema Codo a codo: “Ya volverán los abrazos  / los besos dados con calma. /  Si te encuentras un amigo/ salúdalo con el alma”, escribió en un tema que recorrió Latinoamérica.

El viernes 14, coincidente con la fecha de su cumpleaños 57, Fito Páez tuvo que suspender un recital programado en el Hipódromo de Rosario, como parte de la difusión de su nuevo disco La conquista del espacio. El último viernes el rosarino vino a ofrecer su corazón armando Páez en casa, un concierto vía streaming. A través de Radio Nacional y sus 49 filiales en el interior, el recital del cantautor llegó a todo el país. Un rato antes, a través de Instagram Live y bajo el #yomequedoencasa. Vamos a cantar Sandra Mihanovich también propuso que circulase música y no virus. Al menos por un rato. Ayer también, por la misma red, el que armó su escenario virtual fue el cantautor Gabo Ferro.

 

 

 

Consorcio en Do Mayor

Inspirado en lo que desde el balcón de su casa del barrio de Chambery, en Madrid, hicieron sus amigos Silvina Tabusch y Manuel Lavandera (argentinos ambos, residentes en España desde hace diez años) el cantante Marcelo Balsells inició una serie de pequeños recitales a capella para sus vecinos del elegante edificio de Arenales, cerca de Pueyrredón, en donde vive hace 25 años. “Vivo en un cuarto piso, pero en un contrafrente. Me encantó lo que hicieron Silvina y Manuel cantando Caminante no hay camino. Era el tema ideal porque en esto hay que actuar golpe a golpe. Como yo no tenía balcón como mis amigos, avisé al WhatsApp de vecinos que iba a cantar a una hora exacta de la noche. La verdad, no sabía si iban a estar, pero salí al pasillo de mi departamento y canté El día que me quieras y después Pecado de hombres. Eso llegó con una acústica maravillosa, como de iglesia, o mejor”, cuenta el tenor, de extensa trayectoria artística y que del 2011 al 2015 fue el director de la Casa Argentina en París.

Balsells confiesa su preocupación por todos los amigos que tiene en Europa, y especialmente en España. “Hablo a diario con Héctor Alterio, con Tita, su mujer, recién operada”, dice. El viernes último, pasaditas las nueve de la noche, su voz de tenor recorrió los 7 pisos del edificio y llegó a los habitantes de los 33 departamentos. Lo ovacionaron después de interpretar Milonga del trovador y una que sabían todos, Luna tucumana. La obligatoria reclusión toma a Balsells en pleno lanzamiento de su nuevo CD En vuelo. La experiencia casera lo dejó feliz: “Como está todo el mundo igual que yo, en casa, tuve un público literalmente cautivo”, cuenta y se ríe. Recibió muchos mensajes de agradecimiento y respondió: “Es el poder sanador de la música. Haberlo hecho y los aplausos recibidos a quien más feliz puso fue a mí”. Es la razón porque en cada noche próxima, hasta el 31 de marzo, los vecinos contarán con un especial de Balsells. Vaya privilegio.

 

 

 

Pantalla chica

El actor Jean-Pierre Noher, mientras observa la cuarentena en su casa, se hizo tiempo para distribuir un buen servicio: el archivo de películas que directores 2020 liberó por 30 días. Un catálogo impresionante, integrado por películas y directores de primerísima línea y de todos los tiempos. Allí están latas soñadas de Kaurismäki y Héctor Olivera, Costa Gavras y Raymundo Gleizer, Adrián Caetano y Laurent Cantet y, por supuesto, un título que funciona en paralelo con el momento en que vivimos: Apocalypse Now, de Francis Ford Cóppola. Agrega Noher: “En la lista está Casablanca, pero también Parasites, la coreana ganadora del Oscar que todavía no había visto. Es un momento que no tiene antecedentes y, por suerte, se están generando cosas solidarias. Es muy bueno que se socialice la cultura, como la posibilidad de ver cine de excelencia por el que había que pagar derechos”. Cuenta el actor que en esta semana se comunicó con un ejecutivo de Amazon Prime Video para sugerirle que sería un extraordinario momento para poner en el aire, de manera gratuita, el primer capítulo de la serie Maradona, un sueño bendito, cuyo elenco integró. "Me prometió pensarlo. Sería buenísimo, porque Diego es planetario, como el coronavirus”. DIRECTORES 2020.pdf

Para Noher es necesario tomar conciencia de que la situación que nos afecta va a continuar por largo tiempo y consecuentemente explica: “Lo ocupacional tendrá mucha importancia. Reencontrarse con tareas hogareñas que uno hace tiempo que no hace, ordenar, limpiar, regalar. Ya me estuve encontrando con CD’s, casetes VHS. No sé, incentivar la creatividad”, propone y se entusiasma.

En la plataforma Cine.ar del Instituto Nacional de Cinematografía se pueden encontrar estrenos o películas bastante recientes por un pago de 30 pesos, el mismo valor de la entrada en el cine Gaumont, actualmente cerrado por refacciones. La sonámbula, de Paula Hernández; Las buenas intenciones, de Ana García Blaya y La sombra del gallo, de Nicolás Herzog. Esta película se estrenó el jueves 12 en salas hasta que las medidas oficiales cancelaron su exhibición pública. Desde el 16 de marzo está disponible en Internet. En el cine la vieron poco más de 700 espectadores; en la plataforma en casi una semana el cálculo de descargas todavía no tiene un número definitivo, pero, en casi todos los casos, es de un crecimiento exponencial en relación a la asistencia en salas. En el cine virtual del INCAA también se encuentran centenares de títulos de uso gratuito; películas muy recordadas como Luna de Avellaneda, de Juan Campanella o la realización de Eduardo Mignogna Sol de otoño junto a obras de cineastas como Pablo Trapero, Carlos Sorín, José Campusano, Benjamín Naishtat, Gabriel Medina o Gonzalo Tobal. Frente al nuevo aniversario del golpe de estado del '76 la directora Valentina Llorens puso a disposición del público su película La casa de Argüello.

 

 

 

Con todas las letras

El Fondo de Cultura Económica propone en la web “lecturas compartidas” con cuentos, poemas y fragmentos “de la más preciada literatura”. En su primera entrega publica una selección de poemas de Olga Orozco provenientes de una antología aparecida en 1998. Dos autoras invitan a leer: Inés Ulanovsky (sí: una de mis hijas) dispuso socializar en formato pdf su libro Algunas madres también se mueren, en tanto que Mariana Enríquez ofrece a todo público los cuentos de Las cosas que perdimos en el fuego. El #LeamosEnCasa invita a conectarse a leamos.com, una librería virtual que alberga miles de libros en formato digital y audio libros. Por un mes pone a disposición su catálogo en forma gratuita. El activísimo Hernán Casciari, escritor y editor, cuentista en cada medianoche en el noticiero de Telefé y también en el programa radial de Andy Kusnetzof, anunció la suspensión de sus presentaciones personales ya pactadas en el país y en el extranjero. Pero el autor de tantos libros y responsable de la editorial Orsai planeó para este fin de semana el evento Streaming & Delivery, un recital de sus cuentos a la carta. El del sábado a las diez de la noche salió desde un estudio en el barrio de Palermo, fue trabajado con tres cámaras y con una puesta en escena ad hoc. Sin embargo, Casciari aclaró que si las restricciones aumentaban seguirá haciendo estos encuentros, pero desde su propia casa. El mexicano Jorge Hernández, agregado cultural de su país en Madrid y nuestro Miguel Rep se lanzaron a desafiar a la cuarentena con los recursos que más conocen: uno desde la escritura, el otro desde la ilustración, animando unos preciosos microrrelatos para todas las edades a los que llamaron cuentínimos.

 

 

 

Mas allá de lo que nos proporcionen desde sus respectivos y ricos universos el celular y la computadora (ojalá no se atoren por exceso de uso) esta vida para adentro que estamos iniciando tendrá mucho de experiencia iniciática. ¿Con qué, con quiénes nos encontraremos, y en especial como será el encuentro con nosotros mismos? Será una involuntaria oportunidad para saber si podremos volcar a favor el obligado encierro. Como decía Noher: hay mucho para pensar, imaginar, estudiar, e incluso, cobrar antiguas deudas regresando al libro que tanto nos gustó o volviendo a ver aquella película inolvidable. Estoy seguro que, saldremos distintos. Nos acompañan todas estas iniciativas, que, seguramente, se multiplicarán. También me contiene escuchar la balada de Drexler: “ La paranoia y el miedo / no son ni serán el modo/ de esta saldremos juntos / poniendo codo con codo”. Que así sea, y lo más rápido posible.

 

 

 

 

 

 

 

 

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