LEÑA AL FUEGO

No es un problema de horas de trabajo, es un problema de supervivencia

 

Las cosas no van bien en cuanto al control de la pandemia. El AMBA es el centro del desmadre. Al quitar los controles de permisos de circulación y trabajo por parte de la Policía de la Ciudad, explotó la circulación de personas en CABA. ¿Por qué nunca se implementó la tarjeta SUBE para esenciales? Por qué la gente se abalanza a su propio riesgo al medio de transporte más problemático? ¿Es una convocatoria al suicidio colectivo?

Hemos denunciado a la empresa Metrovías por intentar imponer un diagrama de servicios en la línea C que genera que haya pasillos y formaciones abarrotadas de gente, fomentando la posibilidad de contagios de coronavirus. Hasta ahora murieron tres compañeros del subte y otros 100 se contagiaron de Covid-19. El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, del PRO y Juntos por el Cambio, es responsable por la falta de controles en los accesos a las estaciones. Sin embargo, para la televisión y los medios simulan orden. La realidad es que en todas las estaciones nadie controla nada y viaja cualquiera.

 

 

La realidad de la línea C.

 

 

Hay una falsa sensación de libertad para hacer lo que se te dé la gana en este final de la cuarentena colectiva (más de 8.000 contagios el viernes) y hay de hecho una nueva etapa de apelación a la responsabilidad individual. La desesperación por dar una apariencia de nueva normalidad ha llevado al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, como antes al de Gerardo Morales en Jujuy, o incluso a varios gobiernos europeos, a internarse en el terreno espinoso de los apuros.

Metrovías quiere imponer un diagrama de servicios en la Línea C que de aplicarse atentaría contra la salud de guardas y conductores, quienes tendrían mayor exposición en vestuarios y salas de descanso que a pesar de nuestros insistentes pedidos no fueron adaptados aun a los requisitos de aislamiento social. Esta modificación que pretende la empresa, se da junto con la negativa a conformar la Comisión Paritaria de Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo en el Subte y el Premetro ante el Covid-19.

 

 

Vestuarios y salas de descanso no adaptados.

 

 

Desde el Sindicato del Subte hemos denunciado el irresponsable accionar de Metrovías al interrumpir el servicio en la Línea C, donde recordamos que el personal se encuentra a disposición en sus puestos de trabajo, y aprovecho para pedir disculpas a los pasajeros por las molestias que puedan ocasionarse por ello.

 

 

“Tenemos problemas”

El propio ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, admitió ante el periodista Facundo Pastor en A24 TV que “el subte es el transporte público con más problemas”. El ministro de Salud de Nación, Ginés González García (en el otro extremo del arco ideológico), mostró su preocupación por las aglomeraciones que se conocieron y viralizaron a través de fotografías de andenes, pasillos y vagones de la Línea C tomadas por nuestros propios compañeros. Como un contrasentido, el gobierno de la Ciudad recuerda, en un momento en que los contagios se mantienen en una meseta extremadamente alta, que “los medios de transporte continúan siendo exclusivos para los trabajadores esenciales”. Una fantasía mediática.

Ni Larreta ni Metrovías toman las medidas necesarias para evitar el desborde de personas. El jefe de gobierno sabe que a los comercios de Once o de la calle Avellaneda no va a ir solamente la gente que vive en las cercanías. El subte, si queda liberado al uso generalizado, es el medio de transporte más rápido para desplazarse en su área de influencia. Por imprevisión o intención aviesa, no hay controles ni permisos y los acuerdos en la mesa presidencial de Olivos se convirtieron en papel higiénico. Atención que no es solo la C, la B circuló hasta las manos en horario pico y la H repleta.

 

 

El aislamiento como fantasía mediática o papel higiénico.

 

Sbase, apéndice decisorio de la Ciudad para las decisiones acerca de la concesión que administra Metrovías, parece pretender que nos contagiemos todos. La actitud caprichosa de Metrovías mereció todo nuestro repudio en su intento de imponer un diagrama de servicios en la Línea C, que no soluciona la congestión y expone a nuestros compañeros a mayor riesgo de contagios de Covid-19.

 

 

Buscar soluciones

Los trenes abarrotados y pasillos colmados muestran la ineficacia del diagrama establecido por la empresa. La falta de controles en los accesos, responsabilidad compartida entre la empresa y el Gobierno de la Ciudad, deriva en un incremento injustificado de pasajeros, que agrava el problema. Lo que está haciendo la empresa con el servicio de pasajeros puede resultar muy mal. Ante una explosión de la demanda puede haber una aglomeración de personas que implicaría mayores exposiciones al contagio. En ese sentido lo que hace la empresa es irresponsable. Esto lo decimos quienes estamos adentro del servicio y conocemos su lógica íntima.

Desde la AGTSYP hemos denunciado, durante toda la semana, que Metrovías había decidido interrumpir el servicio en la Línea C, cuando el personal se encontraba a disposición y en sus puestos de trabajo. Cuando la enfermedad cunde y la muerte se ensaña con nuestros compañeros, viajando a contramano, la empresa nos quiere imponer diagramas que nos dejan librados a nuestra suerte y, en vez de escuchar a lxs trabajadorxs, nos sanciona. Por eso, nos declaramos en estado de alerta en las seis líneas del subte y el Premetro.

Ls trabajadores y trabajadoras del subte son esenciales y debimos reestructurar la forma de trabajo, porque tenemos un tercio de trabajadores menos, licenciados por ser grupo de riesgo por edad o enfermedades preexistentes. Hubo mucho enfrentamiento y discusiones con las jefaturas en el intento de reordenar al personal para que haya la menor exposición posible. La empresa, como la mayor parte de las empresas del país (y de todo el mundo), presentó grandes reticencias para otorgar licencias. La presión sindical sirvió para que se cumpliera con la normativa del Poder Ejecutivo nacional y el Ministerio de Salud.

La política de marketing de Metrovías consiste en hacer fotos y videítos de publicidad, pero en concreto no reestructuraron vestuarios y comedores, cosas elementales que nosotros solicitamos en vista a cuando tenga que sumarse gente a los planteles y extender horarios para satisfacer la demanda. En la propia página del gobierno de la Ciudad puede observarse la rápida progresión de la cantidad de pasajeros mes a mes: 14 ABR : 30.428; 15 JUN: 16.176; 14 JUL : 39.756; 14 AG 2020: 55870.

El Covid-19 hunde a la población en una desesperanza extrema, apenas paliada por la expectativa de la(s) vacuna(s). En los andenes y trenes, en talleres y vías, la angustia es peor porque tenemos que trabajar en un ámbito donde viajan miles de personas potenciales portadores de la enfermedad. El que lo ve desde un escritorio no lo entiende. Acá y en todo el mundo, junto al personal de salud, estamos en la primera línea de fuego. Quienes damos servicio en el transporte público aportamos la mayor cantidad de contagios y víctimas mortales durante la pandemia.

De cara al día después de la pandemia ya está planteado discutir el transporte en general en la Ciudad de Buenos Aires y en la Argentina. Esto pone en tela de juicio la política desarrollada por Sbase en los últimos años y en especial la actual, consistente en no tener ningún plan para hacer siquiera un metro más de subte. Cada vez más es necesario desarrollar el transporte subterráneo y rediscutir el transporte de superficie, con móviles de propulsión eléctrica. La solución solo vendrá de la mano de muchos kilómetros más de subtes, donde la gente viaje mejor para que nunca pueda ser vector de enfermedades y contagios.

Buscamos la respuesta a las preguntas más elementales: ¿De qué sirve el esfuerzo si en la vuelta al trabajo las condiciones en que se desempeña la actividad son las mismas? ¿Cómo conseguir la disciplina social y laboral necesaria para aislar el virus? Los trabajadores, en especial los esenciales, debemos hacernos a la idea de que el lugar de trabajo ya no volverá a ser el mismo.

No es un problema de horas de trabajo. Es un problema de supervivencia.

 

 

Hay un plan, cumplámoslo

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha dado a conocer un decálogo sobre cómo continuar la organización laboral en el marco de la pandemia que todos tenemos que machacar en cada lugar de empleo:

  1. Establecer un equipo bipartito para organizar el retorno al trabajo;
  2. ;Decidir quién regresa al trabajo y cómo;
  3. Adoptar medidas de ingeniería y organizacionales;
  4. Adoptar medidas de limpieza y desinfección de forma regular;
  5. Promover medidas de higiene personal;
  6. Proveer equipos de protección personal y velar por su uso;
  7. Vigilar la salud de las personas trabajadoras;
  8. Considerar los factores de riesgo psicosocial y otros riesgos;
  9. Revisar y actualizar los planes de emergencia y evacuación;
  10. Monitorear y actualizar las medidas de prevención y control.

No somos conflictivos como pretende la empresa al achacar todas las deficiencias de servicio a “problemas gremiales”. Buscamos soluciones para el bien de todos.

En la medida en que la situación epidemiológica es distinta en cada espacio, será necesario hacer las adaptaciones particulares que fueran necesarias, las cuales también deberán considerar las condiciones concretas de todx laburante. Siempre las medidas serán las decretadas por las autoridades sanitarias y se realizarán las consultas necesarias con los organismos pertinentes, para garantizar espacios de trabajo protegidos.

Esperamos que a la luz del susto que la sociedad y los medios de comunicación tuvieron al ver la masiva afluencia a una red de subtes que está en veremos con los arreglos necesarios, toda búsqueda de soluciones sea una unión que ponga por encima lo humano por sobre la mezquindad política o monetaria. La vida de todos está en juego.

 

 

 

 

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