UN AUTO SIN FRENOS

El sistema de salud y el personal sanitario están al límite

 

Argentina es el 10° país con más contagios en el mundo y eso no se traduce en más muertes de las que ya hay simplemente por la temprana cuarentena. La situación del sistema de salud en la provincia de Buenos Aires es grave. Más allá de la cantidad de contagiados, la carga de trabajo sobre el personal de salud es muy alta. La situación está cerca del colapso debido al desgaste que está sufriendo el personal. Se acumulan muchos meses de trabajo en condiciones de estrés psíquico y físico.

El viernes 28 de agosto, el total de infectados entre los trabajadores de la salud de la provincia era de 12.905, con una tasa de letalidad de 0,5%, mientras que para el jueves 3 de septiembre, los contagiados ascendieron a 14.609. Corresponde al 5.3% de los casos totales en la provincia.

En el AMBA, al cierre de semana, la ocupación de camas de terapia intensiva rondaba el 68% y en el caso del sector público la ocupación es aún mayor. Camas de terapia intensiva todavía hay, pero desde el gobierno provincial alertan que si esto sigue así, no saben hasta cuándo podrá verse esa disponibilidad. 

Desde el gobierno nacional destacan que la situación de la Ciudad de Buenos Aires y Jujuy están al límite. En CABA, al igual que en la provincia donde gobierna Gerardo Morales, hay terapias intensivas que tienen cada vez menos personal de salud especialista, donde terminan atendiendo no intensivistas, mientras los bares abren para el público al aire libre con un protocolo que no garantiza nada. ¿Mundos paralelos o unas cuadras de distancia? 

 

 

El personal de salud y las voces institucionales

Si la ecuación contagiados, fallecidos y circulación da resultado negativo, sumar el factor del personal de salud es determinante. Hay fallecidos en el personal de salud todos los días, incluso jóvenes y sin factores de riesgo. Esta semana, varias instituciones se dirigieron a la sociedad con el objetivo de concientizar sobre la situación actual.

La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva pidió a la sociedad que reflexione, y que cumpla con varias simples pero importantes medidas, recomendadas científicamente:

  • distanciamiento social (permanecer a más de 1,5 metros),
  • uso de tapabocas (cubriendo nariz y boca),
  • lavado frecuente de manos (con agua y jabón o alcohol gel),
  • no aglomerarse, no hacer fiestas,

"¡No desafiar al virus, porque el virus nos está ganando! Les suplicamos no salir si no es necesario. El personal sanitario está colapsado, los intensivistas están colapsados, el sistema de salud está al borde del colapso. Nosotros queremos ganarle al virus. Necesitamos que la sociedad toda nos ayude porque no podemos solos. ¡Por favor, ayudanos, quedate en tu casa!”

La Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de La Plata y la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires también profundizaron en la concientización de la sociedad y el momento que vive el sistema de salud. Es esencial reconocer el trabajo del personal de salud. Desde la UBA describen el duro momento: “Los médicos, enfermeros, kinesiólogos, y demás trabajadores de salud, estamos, además, estresados y exhaustos, de trabajar en forma continua y sin descanso, desde hace 160 días, en un sistema que no nos reconoce, que no nos cuida, ni nos da los elementos de protección necesarios para nuestro trabajo. Nosotros también nos enfermamos, nos morimos. A nadie debiera faltarle el trabajo, pero lo que es seguro, nadie debería perder su vida por trabajar, y esto nos está sucediendo”. 

 

 

¿En qué estado está la vacuna?

A mediados de agosto, Mauricio Seigelchifer, director de Transferencia de Tecnología en mAbxience, fue entrevistado por El Cohete. Allí contó el panorama general de la producción de la vacuna de Oxford, que se fabricará en Argentina y se envasará en México, para distribuirse a toda Latinoamérica (excepto Brasil, que tiene su propio acuerdo). 

Esta semana, en charla con estudiantes de bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, explicó cuál es el estado actual de la producción: “Hay gente que cree que empezamos ahora y la semana que viene tenemos la vacuna. Empezamos a hacer las compras y el 100% se hacen afuera. Tarda dos o tres meses tener todo listo y ahí vamos a empezar a producir. A partir de ahí, un lote de vacunas tarda un mes, después hay que analizarlo y luego mandarlo a México”. Hay pruebas clínicas de muchas empresas en todos los continentes, que van a terminar entre noviembre o diciembre. Después habrá que analizar el resultado. Por eso es importante la decisión de producir a riesgo.

En cuanto a las pruebas que se están haciendo, los resultados más claros se están dando con dos dosis de la vacuna con diferencia de un mes. Sobre el envasado, Mauricio Seigelchifer destacó que en México tienen capacidad para envasar 30 millones de dosis por mes. Hasta el momento, nadie en Argentina ofreció algo semejante, pero no hay motivo para descartar acuerdos futuros. Para eso, una empresa debería dejar de envasar cualquier otro tipo de medicamento. 

 

 

Los antivacunas y las soluciones mágicas

La vacuna de Oxford está en etapa de prueba clínica con 30.000 personas y sumará otras 30.000 en Estados Unidos, próximamente. Nada de eso sucede con elementos como el dióxido de cloro, que sólamente pueden matar el virus in vitro o en una superficie. 

Mauricio Seigelchifer lo deja claro: “Hay un descreimiento de que esto es verdad, de que es necesario cuidarse y que la ciencia está avanzando. Entonces quieren hacer aparecer soluciones mágicas o suponer que el problema se soluciona fácil, en vez de entender que la sociedad tiene un procedimiento para aprobar medicamentos y vacunas. Científicamente, hay que demostrar que estas vacunas protegen”. Una vez desarrollada la vacuna, se hacen pruebas in vitro, pruebas en animales (ensayo preclínico), y después ensayos clínicos fase 1, fase 2 y fase 3. El contraste es muy grande para querer desacreditar a la ciencia en esta materia.

Estos discursos antivacuna sin ningún sustento científico son sumamente peligrosos para la sociedad y tienen figuras que le dan lugar. Sin ir más lejos, Jair Bolsonaro, Presidente de Brasil, a través de la Secretaría de Comunicaciones, anunció esta semana que la vacuna contra el coronavirus no será obligatoria. “El gobierno de Brasil vela por las libertades”, dice el comunicado. Un discurso que en Argentina también tiene sus exponentes.

Si 20 ó 30 personas no se vacunan, probablemente ni ellos se pongan en peligro debido a la inmunidad de rebaño, pero si esta teoría se expande en la sociedad, el riesgo puede ser muy alto. “No vacunarse o no cuidarse no es una persona que maneja sin cinturón, es un auto sin frenos”, metaforizó Mauricio Seigelchifer.

 

 

 

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