Sonría, lo estamos filmando

Espionaje argentino con tecnología israelí

Mientras el doctor Glock abría la temporada de caza contra Cristina y Timerman por  la extravagante denuncia de Nisman, se activó un programa de espionaje a políticos, sindicalistas, periodistas y defensores de los Derechos Humanos, con la tecnología israelí cuya adquisición se cerró hace un mes y medio durante la visita del primer ministro Benjamin Netanyahu. Con el pretexto de combatir el inexistente terrorismo la investigación ilegal se dirige contra los adversarios políticos del gobierno.

Pasadas las elecciones, el juez federal Claudio Glock comenzó las indagatorias en la disparatada causa por traición a la Nación con que intenta menoscabar a la ex presidente CFK, su canciller Héctor Timerman y otros ex funcionarios. Para salvar la valla constitucional, que en su artículo 119 circunscribe la traición contra la Nación a “tomar las armas contra ella, o en unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro”, Glock interpretó que los atentados de 1992 y 1994 fueron actos de guerra, con lo cual creó una realidad paralela, marginando al Poder Ejecutivo y al Congreso, únicos poderes facultados para declarar la guerra. Al mismo tiempo el gobierno nacional puso en práctica un programa de espionaje a políticos, sindicalistas, periodistas y defensores de los Derechos Humanos, con la tecnología israelí cuya adquisición se cerró hace un mes y medio durante la visita del primer ministro Benjamin Netanyahu y es inminente la aprobación del proyecto de ley que permite el juicio en ausencia, destructor de los derechos y garantías que nuestra Constitución importó en 1853.

El premier israelí también se reunió en Buenos Aires con el presidente de Paraguay, Horacio Cartes. El año pasado, durante una visita de Cartes a Jerusalen, Israel reconoció que lo estaba ayudando en acciones contra Hezbollah en la triple frontera. Ese aporte es principalmente de inteligencia. De aquí, Netanyahu marchó a Colombia, donde asistió a su gobierno y sus Fuerzas Armadas durante años en los enfrentamientos con guerrillas y carteles, y luego a México, donde este año se produjo un enorme escándalo con una de las empresas israelíes de seguridad que acompañaron a Netanyahu en su gira, NSO Group. Su software Pegasus, instalado mediante un link que el usuario activa en forma inadvertida, convierte los teléfonos inteligentes en ojos y oídos de quien quiere espiar a sus propietarios. Así es posible rastrear sus conversaciones, correos electrónicos, mensajes de texto, llamadas, calendario, las teclas que pulsa, los detalles bancarios que revisa y dónde se encuentra. Varios periodistas mexicanos, con la ayuda de la organización canadiense Citizen Lab de la Universidad de Toronto investigaron su funcionamiento. The New York Times publicó sus conclusiones, en una nota que comienza con un detalle de color. Cada vez que se reunían, quienes participaban en las reuniones sobre la investigación, apagaban y dejaban en otra habitación sus teléfonos celulares. Con este software israelí que ahora utiliza la Argentina, son espiados políticos de la oposición, abogados de Derechos Humanos involucrados en el caso de los 43 estudiantes detenidos desaparecidos en Ayotzinapa pero también organismos defensores del consumidor que investigaban productos de compañías multinacionales de refrescos. La literatura de la empresa proveedora indica que su software no se vende a particulares sino sólo a estados y siempre que ostenten un limpio record en materia de Derechos Humanos, pero el ejemplo de Pegasus en México desarma ese relato. La ONG Canadiense ya identificó a 22 personas intrusadas mediante el software espía Israelí. Aunque la justicia haya desprocesado a Macrì en la causa por las escuchas ilegales, es imprescindible retener que según sus propias afirmaciones, el organizador de esa red y primer jefe de la policía porteña, el comisario Fino Palacios, le fue recomendado por las embajadas de Estados Unidos e Israel. Macrì hizo esa revelación para defenderse cuando Palacios fue acusado por encubrimiento del atentado a la DAIA.

 

 

Una mina de oro

El folleto en inglés y castellano con el que NSO Group ofreció el Pegasus al gobierno argentino sostiene que convierte el teléfono de la persona a investigar en “una mina de oro de inteligencia” ya  que realiza una recopilación inigualable de Inteligencia móvil. Permite a las fuerzas de orden público:

  • Acceder de forma ilimitada a los dispositivos móviles del objetivo. Recopila información en forma remota y encubierta sobre las relaciones, ubicación, llamadas telefónicas, planes y actividades de vuestro objetivo.
  • Interceptar llamadas. Monitoreo de llamadas de voz y VoIP en tiempo real.
  • Cerrar la brecha de inteligencia. Recopila tipos nuevos y únicos de información (por ejemplo contactos, archivos, escuchas telefónicas ambientales, contraseñas, etc) para entregar la inteligencia más exacta y completa.
  • Gestionar contenidos y dispositivos encriptados. Supera la encriptación, SSL, protocolos propietarios y cualquier obstáculo presentado por el complejo mundo de las comunicaciones.
  • Monitorear las aplicaciones. Monitorea una multitud de aplicaciones como Skype, WhatsApp, Viber, Facebook y mensajero de BlackBerry (BBM).
  • Localizar objetivos. Realiza el seguimiento de objetivos y obtiene información sobre la posición exacta con GPS.
  • Independencia del proveedor de servicios. No es necesaria la cooperación con los operadores de redes móviles.
  • Descubrir identidades virtuales. Monitorea constantemente el dispositivo sin tener que preocuparse por el cambio frecuente de identidades virtuales y el reemplazo de tarjetas SIM.
  • Evitar riesgos innecesarios. Elimina la necesidad de proximidad física con el objetivo o el dispositivo en cualquier fase.

También afirma que Pegasus “utiliza tecnología de punta especialmente desarrollada por veteranos de las agencias de Inteligencia y fuerzas de orden público”, que es invisible para el objetivo y no deja ningún rastro, su consumo de batería, memoria y datos es mínimo, posee un mecanismo de autodestrucción en caso de riesgo de exposición y recupera cualquier archivo desde el dispositivo para un análisis más profundo. Por último indica que   Pegasus transforma los datos recolectados en Inteligencia útil y aplicable, mediante un conjunto de herramientas operativas, que permiten:

  • Filtrar y ordenar la información en base a consultas y búsqueda de texto libre.
  • Realizar un seguimiento de ubicación del objetivo y visualizar varios objetivos en el mapa.
  • Recibir alertas tras la llegada de daos importantes.
  • Marcar los eventos importantes y favoritos.

 

 

Por supuesto, la retórica que comparten el proveedor israelí y el gobierno comprador pasa por prevenir y luchar contra el terrorismo internacional, como dijeron Netanyahu y Macrì según el sitio oficial de la Casa Rosada. Macrì resaltó su compromiso “con la paz, la seguridad internacional, en particular en lo que respecta a la lucha contra el terrorismo internacional”. Recordó los atentados a la embajada de Israel y a la DAIA, condenó “el terrorismo en todas sus formas” y se comprometió a “seguir trabajando junto a Israel y a nuestros socios de la comunidad internacional para prevenir y luchar contra este tipo de atrocidades”. La página de la Cancillería menciona que la delegación empresarial que vino con Netanyahu proviene, entre otros, de los sectores de ciberseguridad, nuevas tecnologías y telecomunicaciones. Patricia Bullrich, firmó con el embajador de Israel un acuerdo del que nada se conoce sobre Cooperación en Asuntos de Seguridad Pública e Interior, para fortalecer “la lucha contra los delitos organizados; la seguridad en eventos masivos; y la inteligencia, ciencia y tecnología aplicadas a la seguridad pública; hasta aquellos abocados a la gestión de emergencias y el análisis criminal y forense”. Ante un pedido de precisiones para esta nota, fuentes ligadas con el ministerio israelí de Relaciones Exteriores, que está a cargo del propio Netanyahu, explicaron que los acuerdos firmados comprenden intercambio de datos sobre circulación financiera, flujos de cuentas bancarias, actualización de investigaciones judiciales, tránsito de importaciones provenientes de países relacionados con el terrorismo, migraciones, metadatos de redes sociales, seguimientos de escuchas habilitadas por orden judicial, monitoreo satelital de aparatología militar y cargamentos sospechosos, ciber seguridad y ciber defensa. Esto implica una penetración profunda en dominios del Estado y de la sociedad civil argentinos en función de objetivos políticos ajenos.

La meta del acuerdo de seguridad pública, dice el comunicado oficial israelí, “es profundizar y mejorar la cooperación entre la policía y las otras autoridades de los dos países para prevenir y descubrir en forma eficaz las actividades delictivas identificando a sus autores, por medio del intercambio de información operativa y estratégica y mediante la cooperación directa entre las respectivas agencias a todos los niveles”. El texto está sujeto a ratificación, es decir que deberá pasar por el Congreso, cosa que el gobierno argentino eludió en el caso de los acuerdos con Gran Bretaña. El problema es que en la Argentina no hay terrorismo y que el intento de la propaganda oficial en presentar a una decena de mapuche desharrapados como una peligrosa organización vinculada con terroristas kurdos o guerrilleros de las FARC sólo mueve a risa. Aquí, como en México, el terrorismo es un mero pretexto, y los verdaderos blancos son aquellos que molestan al gobierno con sus movilizaciones en las calles, sus denuncias internacionales, sus investigaciones patrimoniales, su actividad social, gremial y política.

La relación entre Macrì y Netanyahu se inició en junio de 2014, cuando el entonces candidato presidencial viajó a Israel con una agenda confeccionada por su introductor allí, el actual secretario de derechos humanos Claudio Avruj, con quien colaboró el fiscal Natalio Alberto Nisman. Avruj es socio del compañero sentimental de Patricia Bullrich, Guillermo Yanco. Juntos administran la agencia de noticias Vis A Vis, financiada con publicidad oficial argentina y cuya principal fuente informativa internacional es el diario de mayor circulación de aquel país Israel Hayom. Su principal accionista es Sheldon Adelson, un gran donante al partido Likud de Netanhayu y al Partido Republicano de Estados Unidos. También es uno de los mayores empresarios del juego en el mundo, socio de Paul Singer en el fondo buitre Elliot. Considerado entre los diez hombres más ricos del mundo, patrocinó la Task Force Argentina. Este fue un instrumento de presión para conseguir el pago, que se especializó en la presentación de denuncias contra el anterior gobierno argentino, al que asoció con el eje del mal formado por Irán y Venezuela. Una pieza esencial de esa estrategia fue Nisman. En aquel viaje inicial, Macrì prometió “pagar al contado” el fallo del juez de Wall Street, Thomas Griesa, una de las promesas que Macrì cumplió desde el gobierno, iniciando así el tercer gran ciclo de endeudamiento argentino, génesis de una gran crisis futura.

En enero de 2016 volvieron a encontrarse en Davos, donde acordaron la realización de negocios en los campos de inteligencia, seguridad y defensa, favorecidos por la declaración de emergencia en seguridad, que permite comprar esos juguetes sin licitación. También coincidieron allí sobre el juzgamiento en ausencia de los acusados iraníes por la explosión de la DAIA en 1994. El vocero oficial Infobae dijo que en su juventud Netanyahu estuvo en la Argentina, en una operación clandestina de la unidad antiterrorista del Ejército de Israel, Sayeret Matkal, sin más detalles.

La información sobre los acuerdos firmados en Buenos Aires fue publicada en “Israel Hayom”. Entre 2010 y 2014, ese diario de Sheldon Adelson depositó 280.000 dólares en la cuenta bancaria internacional 9700-7548-MAJ-6325-AC874 del Bank Hapoalim de la ciudad de Colonia, de la República Oriental del Uruguay. Como titular de pago (Holder paid) figura Nisman, Natalio. Nisman nunca declaró esas transferencias dada la incompatibilidad ostensible.

Es una feliz coincidencia que la visita de Netanyahu se haya producido al mismo tiempo que el peritaje de la Gendarmería sobre la muerte del titular de esa cuenta; que la acumulación en el juzgado del doctor Glock de las dos causas contra la ex presidente CFK por la denuncia de Nisman, y que la nueva ofensiva contra el acuerdo nuclear con Irán firmado por Estados Unidos y cinco países europeos, cuya derogación persigue Netanyahu y a la que ahora se resiste Donald Trump. En su discurso ante Macrì, Netanyahu dijo exigía modificar o anular ese acuerdo.

En el encuentro con Macrì, Netanyahu proclamó que Irán ordenó ambos atentados y que “los ejecutaron a través de Hezbollah”. Sigue en esto una línea invariable que no se ha modificado con los sucesivos cambios de gobierno en Israel. A las pocas horas de producido el atentado contra la DAIA, el gobierno del primer ministro israelí Yitzhak Rabin propuso al gobierno argentino de Carlos Menem coordinar una interpretación unificada de lo sucedido, que conviniera a los intereses políticos de ambas administraciones. Por distintas razones, ninguno quería que se implicara a Siria en el atentado. Para ello envió al ex embajador en Buenos Aires durante los últimos años de la dictadura, Dov Schmorak. Luego de reunirse con Carlos Menem, Schmorak señaló que “el número uno en la lista de sospechados es Irán” y como ejecutor mencionó a Hezbollah. Desde entonces, lo único que no importó fue la investigación de la verdad. Sólo vale señalar a Irán, tarea en la que descolló Nisman. Clarín y La Nación adelantaron en mayo las conclusiones del peritaje que la Gendarmería aún no había iniciado: Nisman no se suicidó sino que fue asesinado. De este modo los temas más delicados de la política internacional son ubicados como asuntos de la confrontación política interior.

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