El intendente de Rocca

Los beneficios impositivos a Ternium-Siderar de la gestión de JxC de Ramallo

 

El intendente cambiemita de Ramallo, Gustavo Perié, redujo la Tasa por Inspección en Seguridad e Higiene (TISH) que paga Ternium-Siderar, de la transnacional ítalo-luxemburguesa Techint, de Paolo Rocca. En el mes de abril de 2020 la empresa había tributado 20.939.569,71 pesos y en mayo abonó 17.821.543,75 pesos. Más de tres millones menos tributaron en mayo, junio y julio de 2020. Fue así beneficiada en más de nueve millones de pesos durante ese lapso.

La cara bondadosa de Rocca se mostró en plena pandemia, cuando la empresa realizó donaciones para el hospital local. Paralelamente, no se conocía la reducción de la TISH que El Cohete a la Luna evidencia accediendo al registro de pagos que revelan la reducción de la tasa en esos meses. La única explicación es la decisión de Hood Robin Perié en llevar adelante una política tributaria regresiva para los que más ganan.

 

 

 

 

En la apertura de sesiones del Concejo Deliberante, el intendente Perié manifestó, sobre las donaciones de Ternium-Siderar, “que eso no lo hace porque la empresa lo tiene que hacer, eso lo hace porque recompusimos el diálogo, porque pudimos volver a trabajar con la empresa, porque confía en este gobierno y porque claramente sabe que los recursos que nosotros tenemos lo vamos a invertir en nuestro municipio”. Lo que Perié no confesó es que esa confianza la generó con un claro gesto al bolsillo empresarial.

“Este año tenemos un tomógrafo, una sala de terapia –a días de inaugurar–, una sala de cirugía con todo equipamiento de última generación, ambulancias, la sala de Savio, que pudimos reconstruir”, enumeró en su discurso ante el Concejo Deliberante. “Hay que hablar con hechos, no con dichos”, sentenció, y agregó: “Los hechos son que cuando yo llegué a este municipio. Lo único que tenía de la otra empresa era un juicio que todavía no pude levantar”. Se refería a lo que contamos en diversas oportunidades desde El Cohete respecto a la objeción que realizó Ternium-Siderar ante el Poder Judicial por lo que tributa en concepto de TISH en Ramallo. La tasa que paga se calcula en base al salario del empleado municipal clase I, dividido ese monto por seis y multiplicado la cantidad de empleados de la empresa. La TISH también aumenta con la variación del salario municipal que se incrementa en paritarias, las que estuvieron atrasadas durante la gestión de Perié, lo que también impactó favorablemente para la empresa.

En abril de 2020, Perié expresaba en un medio local sobre el vínculo logrado con la empresa, luego de su gestión: “Nosotros avanzamos mucho en las cuestiones judiciales que estaban pendientes. Tenemos un buen vínculo. Yo trabajé muchos años en el barrio Somisa de San Nicolás y conozco a las autoridades. Eso te da una pequeña oportunidad de acercamiento. Acercamos las partes, hay una mesa de trabajo conjunta y la confianza de la empresa para con nosotros se ve reflejada en esta donación”. Vino la donación y, al final, también la recompensa.

La mayoría de las obras públicas de importancia que el gobierno de Hood Robin Perié lleva adelante en el municipio de Ramallo son financiadas con recursos nacionales o provinciales. Si su política tributaria es que menos aporten los que más tienen, su gestión comienza a marcar un rumbo totalmente regresivo que tendrá un impacto negativo para la sociedad ramallense. Esta situación puede estar disimulada porque, a diferencia de lo que sucedía durante el período anterior, el presente gobierno municipal no cuenta con los ajustes que las políticas de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal llevaban adelante y que redundaban en forma notoria.

El análisis comparativo de lo tributado por la empresa Ternium-Siderar en concepto de TISH de abril a noviembre de 2019 –en el último período del mandato del intendente peronista Mauro Poletti–, con respecto a lo abonado en esos mismos meses de 2020, permite afirmar que el intendente PRO lejos estuvo de cobrarles más a los que más tienen en un contexto de pandemia donde se necesitaba que sea mayor el aporte de quienes sí pueden hacerlo.

En los ocho meses de 2019, el incremento de la TISH fue de 4.047.316,81 pesos, rondando un aumento del 25%. En cambio, en los ocho meses de 2020, el aumento de la TISH representó 2.273.084,51, no llegando a un 11%. De esa manera, la empresa de Rocca no sufrió un aumento, sino una sustancial baja de lo que aporta en concepto de TISH, mientras que la ciudadanía sufrió un aumento en la tasa de alumbrado público (atada a la boleta de las prestadoras de energía) del 50%.

 

 

La millonada que se dejó de percibir de una gran contribuyente es una de las consecuencias de la gestión que en plena pandemia cerró Punto Digital, que ofrecía herramientas digitales, como así también capacitación. Ese centro de conectividad, que funcionaba en la localidad cabecera, fue convertido en un parador para que lo explote un privado. También interrumpió las carreras universitarias gratuitas que se dictaban en Ramallo y abandonó el centro universitario que se estaba construyendo para ofrecer a cambio una tecnicatura con aporte de empresas privadas, entre ellas, la empresa contaminante de sus primos hermanos y suspendió toda obra pública volcada a cubrir las necesidades de servicios básicos esenciales en los barrios más postergados, como lo venía haciendo su antecesor. Si su excusa es gobernar para pocos porque le faltan recursos, poner el ojo en su política tributaria regresiva es esencial para determinar para quién gobierna.

Que la empresa de Rocca objete la TISH ante el Poder Judicial es parte de su miserabilidad. Pretende que la Justicia establezca que el cálculo de la tasa esté relacionado de forma directa al costo del servicio que el municipio efectúa para la inspección, para así pagar menos. Si eso ocurriera, haría inviable la economía municipal.

Olvida Rocca, y parece no ser tenido en cuenta por el Poder Judicial, que el entorno donde se encuentra la empresa –obtenido a precio vil luego de las privatizaciones– ha implicado e implica un esfuerzo de los ramallenses para mantener en condiciones los caminos y el acceso a su planta. Ni hablar de su impacto ambiental, que –por más que estén los debidos cuidados o lleven adelante algunas inversiones– sigue resultando dañino para el partido de Ramallo, pero también para San Nicolás, distrito con el que limita. Recientemente, el pasado jueves, “a las 6:30 horas aproximadamente, se produjo una reacción en el Convertidor N°1 de Acería de la Planta General Savio que ocasionó ruidos que pudieron escucharse en los alrededores. Este incidente no generó daños a las personas ni al medio ambiente, pero sí a algunos equipos. En estos momentos se están analizando las causas de lo sucedido”, comunicaron desde la empresa. Lo que llaman “ruidos”, fue una explosión; lo que aseguran que no generó daños al medio ambiente, imposible saberlo, cuando ellos mismos dicen que recién están analizando las causas de ese estallido.

 

 

 

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