¡A la huelga!

Otro 8M golpea la puerta, ¿cómo será este año?

 

Este año es el 4to consecutivo que se organiza el Paro Internacional Feminista. No por corta su historia es menos sinuosa, en la región comenzó en 2016 como réplica del paro de mujeres que llevaron adelante las islandesas en 1975, para evidenciar el trabajo invisible femenino, sostén de toda la estructura económica. Una herramienta del mundo sindical abrazada por las mujeres, la mayoría de ellas sin trabajo formal. En aquel primer año de macrismo, el movimiento feminista de la Argentina se apropió del paro que habían hecho pocos días atrás en Polonia contra la ilegalidad del aborto y para el 19 de octubre impulsó el primer paro nacional de mujeres, un día lluvioso, donde se lloró a Lucía Pérez bajo los paraguas y el recuerdo de la represión en el (entonces así llamado) Encuentro Nacional de Mujeres de Rosario. Fue el primer paro contra el macrismo, y lo hizo el pueblo feminista. La breve genealogía del 8M da cuenta de por qué las circunstancias de esta efeméride hoy, son especiales.

La medida se repitió el 8 de marzo de 2017 de forma coordinada en cerca de 50 países, con un epicentro simbólico en la Argentina. La masividad de la participación ciudadana, la diversidad de actores que se plegaron a la acción sea en la forma tradicional de la huelga o en nuevas modalidades del paro, produjo un escenario de gran poderío para el movimiento feminista y un campo fértil para el maremoto que en 2018 produjo la lucha por la legalización del aborto. La tensión callejera, la batalla discursiva permanente que provocó el movimiento feminista local, fue un elemento desestabilizador para el gobierno de Cambiemos y esa capacidad de incidencia dio cohesión a los diferentes feminismos, crecidos en la dispersión. 

 

En 1975 más de 25.000 mujeres salieron a las calles de Reikiavik. Paralizaron el país por completo, y los bancos, escuelas y tiendas tuvieron que cerrar.

 

Este 8M el escenario es otro, con un Presidente que promete enviar un proyecto de legalización del aborto con rúbrica del Poder Ejecutivo el mismo lunes 9, con la agenda de los feminismos colada en todo tipo de dependencias estatales y privadas, las asambleas decidieron que el paro y movilización se hace con la misma bandera de siempre: el lunes 9 de marzo (nadie hace huelga un domingo) el paño que llevará la cabecera de la marcha dirá (otra vez): “Vivas, libres y desendeudadas nos queremos, aborto legal ya”.

 

 

 

No fue magia al 2020

¿Qué tiene de particular este año? “Este 8 de marzo es muy distinto de los últimos. Fuimos parte de la resistencia al gobierno neoliberal durante estos últimos 4 años, ahora tenemos la posibilidad de avanzar en una agenda de políticas públicas”, sostiene Victoria Freire, referenta de Mala Junta Poder Feminista y Coordinadora del Observatorio de Géneros y Políticas Públicas. 

La pregunta por cómo seguir “ahora que sí nos ven” recorre los feminismos de todo el país, Ruth Zurbriggen, activista socorrista (las socorristas son organizaciones de feministas que acompañan abortos cuidados) e investigadora, pone una ficha a profundizar el inconformismo, “que no nos dejemos atrapar con lo conseguido con este nuevo gobierno, bienvenidos los ministerios, las políticas de género, les y las funcionarias que llegan por sus historias y trayectorias feministas, bienvenidas las apuestas por ocupar cargos en todo lugar que se pueda, sin embargo, tengo expectativas en que esos lugares no nos fagociten las alertas sospechosas con las que vale andar construyendo otros mundos”.  

El colectivo Ni Una Menos, nacido en 2015, funcionó en la construcción de los paros y de otras convocatorias a acciones callejeras como una suerte de articulador de las diferencias. Luci Cavallero, integrante del espacio, también acentúa la particularidad de esta coyuntura: “La doble pertenencia de muchas compañeras que estaban organizando la huelga en años anteriores y ahora tienen cargos de responsabilidad es una novedad, y por el momento lo que se ve de su parte es una voluntad de seguir ocupando las calles”. 

La persistencia en la acción callejera es compartida por todas los sectores. Para Marilina Arias, maestra y militante de Pan y Rosas (dentro del Frente de Izquierda), "es muy importante que estemos en las calles y que luchemos por la separación de las iglesias y el Estado, porque los sectores antiderechos, que también están entre lxs diputadxs y senadorxs de todos los partidos mayoritarios, se están organizando y llaman a movilizar el 8M contra nosotras en Luján".

 

 

Proyectar el aborto

Celeste MacDougall, docente e integrante de la Campaña Nacional Por el Derecho al Aborto, considera que la expectativa de este 8M está puesta en “que sea el último año que estemos reclamando por el derecho al aborto seguro, legal y gratuito”, y que el próximo 8M “nos encuentre luchando por otro derecho o peleando la aplicación del aborto”. La inminencia del nuevo tratamiento legislativo de los proyectos de legalización del aborto conforma un escenario de ansiedades palpables. También integrante de la Campaña, Zurbriggen señala que lo nuevo de este año es que “nunca antes tuvimos un poder ejecutivo anunciando este derecho con esta convicción”. Y agrega: “La Marea Verde feminista lo hizo posible. No fue magia”.

El feminismo aportando al Estado y el Estado proponiendo respuestas a las demandas del feminismo, parece ser el signo de esta nueva era, un subibaja que se vive no sin tensiones hacia el interior del movimiento, compuesto por innumerables organizaciones que representan a todo el arco político y toda la sociedad (salvo al 1% más rico del mundo). En este contexto, la noticia archiconocida de que el Ejecutivo presentará su propio proyecto, en un gesto inédito, empalma con la persistencia de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, que presentó en 8 oportunidades un proyecto de ley consensuado por las cientos de organizaciones que la componen, con pañuelazos federales y acompañamiento internacional. Cómo se coserá el Frankenstein que tenga lo mejor de todos los proyectos, es lo que queda por verse al interior del Congreso y todos su recovecos.

 

Las asambleas se realizaron durante todo febrero.

 

Según Luci Cavallero, en las asambleas de armado de este paro sucedió algo que nunca antes: se produjo un acuerdo casi unánime de todas las fuerzas políticas para “salir con consignas en contra del endeudamiento y a favor de la legalización del aborto”. Tan es así que la marcha que concluirá en la Plaza de los Dos Congresos será encabezada por el reclamo de legalización “ya”.

Para Florencia Montes Páez, de No Tan Distintas, Mujeres y Disidencias en situación de vulnerabilidad social, “tener un gobierno popular nos va a dar la posibilidad de contar con el apoyo del Estado con un montón de cuestiones que venimos poniendo en agenda como la ley por el aborto, recuperar la ESI, que las instituciones tengan perspectiva de género”. La expectativa está puesta en que se manifieste en términos de políticas públicas “lo que venimos construyendo en los territorios”. Esto mismo es percibido por algunas como apenas una parte de lo que vendrá: el feminismo puede seguir ocupando las calles y peleando más allá de las políticas públicas y la legislación que se reclame o se logre.

“Hay que sostener la unidad alrededor de las luchas feministas”, sugiere Ese Montenegro, activista trans masculino. La deuda con los colectivos de mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries sigue existiendo, “en tanto seguimos siendo les más precarizades y en particular en lo que refiere a nuestro colectivo tenemos una situación muy crítica respecto al acceso a la salud integral”. Montenegro hace referencia a provincias que siguen sin tener un dispositivo de salud que atienda a personas trans y que “a la vez en julio del año pasado se cayeron las licitaciones para los productos que usamos para nuestros tratamientos de hormonización (como la testosterona) y al día de hoy no hemos reparado esa crisis que está teniendo el sistema de salud con nosotres”. 

El lunes 9 de marzo será el paro y movilización en distintos puntos del país. Las feministas mexicanas, que también harán huelga el lunes, promovieron que “el 9 nadie se mueve”. Los reclamos por la profusa cantidad de femicidios en los primeros meses del año, un número que no baja, por la aplicación de la Educación Sexual Integral, las estrategias efectivas para reconocer el trabajo de cuidados, el cumplimiento de la ley de Identidad de género y la participación igualitaria en todos los ámbitos de la vida social sin discriminación por razones de género, siguen engrosando la lista de demandas. Las hay de toda índole: contra el endeudamiento, contra el racismo, la precarización de las vidas, contra las violencias machistas de todo tipo, contra los fundamentalismos religiosos.

En Buenos Aires, la convocatoria es a las 17 en diversos puntos para marchar hacia el Congreso Nacional, donde se espera que se dé rápido tratamiento a los proyectos de legalización del aborto. El reclamo se volvió unánime, desbordante y no hay dudas ya de que este año será ley.

 

 

 


Fotos: Sol Avena

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