Algodón en pocas manos

Un nuevo decreto de Milei

 

Pequeños y medianos productores de algodón se verán afectados por la decisión de Javier Milei, que —entre otros recortes— derogó la ley 26.060, creadora del Plan de Desarrollo Sustentable y Fomento de la Producción Algodonera, junto con su decreto reglamentario 527/2007. Esto generará mayor concentración. “En Chaco son 700 productores que dejarán de tener el beneficio”, cuenta en diálogo con El Cohete a la Luna Omar Farana, referente de Bases Federadas en la zona de General San Martín.

“Esto es multiplicador —describe Farana— porque no termina únicamente en los 700 productores. Ahí tenés al camionero que acarrea la producción, al que cosecha, que deja de tener también trabajo, y así sucesivamente. Las cooperativas desaparecieron, y eso va a llevar a la concentración”. Cree que en Chaco se va a seguir sembrando quizá a la misma escala, pero describe que, de ser la provincia algodonera que ocupaba el primer lugar, hoy ya no sucede. “Fuimos superados por Santiago del Estero y en cualquier momento nos supera Santa Fe”.

El cultivo de algodón tiene su importancia en provincias como Santiago del Estero, Formosa y también el norte de Santa Fe, pero sobre todo en la provincia del Chaco, donde hasta el momento existía una significativa cantidad de pequeños y medianos productores. Y esto tenía su razón.

En 2015, cuando asumió como gobernador de Chaco, el ingeniero Oscar Domingo Peppo tomó un porcentaje de ese fondo algodonero. En ese momento, el fondo oscilaba en 140 millones de pesos, de los cuales le correspondían a Chaco 70.000 millones por ser la provincia que más sembraba a nivel nacional. Con esos recursos, implementó un programa semillero de algodón. Omar Farana fue subsecretario de Algodón en esa gestión (2015-2019). En la campaña 2017-2018, cuenta que alcanzaron a distribuir unas 70.000 bolsas de semillas de primera a los productores. Eso significaba una protección estatal para pequeños productores y el programa generaba trabajo.

Cuando asumió en 2019 como gobernador el contador Jorge Capitanich, ese fondo aumentó porque la ley a nivel nacional tuvo un mayor porcentaje —ya no era el gobierno de Macri, sino de Alberto Fernández—, y el monto se elevó en total a 500 millones de pesos. El programa semillero de algodón duró en Chaco hasta el 2021, y fue la única provincia algodonera que tenía su propio semillero de algodón. El programa le daba la seguridad al productor, que era asistido con un tope de 500 hectáreas. Eso significaba la entrega de 30 bolsas de semillas de primera multiplicación y certificada. Así, el programa igualaba. Un productor de 50 hectáreas sembraba con la misma calidad que uno de 500 hectáreas.

Ese porcentaje que se destinaba al programa semillero, después de 2021, comenzó a modificarse y se le brindaba al productor el dinero para que compre él las semillas. “A partir de 2023, cuando ganó el presidente Milei y nosotros pasamos a tener un gobierno radical en la provincia de Chaco, ese fondo directamente desapareció. Se derogó la ley y ahora estamos en una situación muy grave”, analiza Omar Farana.  

Farana considera que la actividad algodonera sigue siendo beneficiosa en la medida en que el clima acompañe, y su rentabilidad es mayor en comparación con otros cultivos. Lo que ocurrirá con el decreto de Milei —que hace que el plan de fomento algodonero quede sin financiamiento nacional— es que el mercado desregule el sano equilibrio existente que le permitía a pequeños y medianos productores mayor trabajo y arraigo. La producción se va a concentrar en pocas manos. “Al concentrarse, significa que productores que siembran entre 2.000 o 3.000 hectáreas ya tienen su propia máquina desmontadora de algodón; significa menor mano de obra y mayor desocupación”.

En General San Martín, “hace diez, quince años atrás, se sembraban 10.000 hectáreas de algodón; hoy se siembran 500. Y el año que viene no se va a sembrar ni una planta”. Pero esta decisión de Milei del recorte al fondo algodonero beneficia la concentración que ya tienen los grandes propietarios. En el departamento General San Martín, Eduardo Eurnekian tiene la estancia Don Panos, con 50.000 hectáreas. Unas veinte mil hectáreas son sembradas con soja, maíz y algodón.  En la campaña pasada no sembró algodón, precisa Omar Farana.

—¿Eliminar por decreto el fondo algodonero beneficia a los grandes productores?

Totalmente. Porque el productor que sembraba 100 hectáreas ya no lo va a poder hacer. Seguramente va a ser absorbido por ese productor que siembra 2.000 hectáreas. Esto es así de claro. No hay mucha vuelta que darle. Son productores que están alineados a la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), que no son productores de 100 o 200 hectáreas, son productores grandes. Son los que se sientan en la mesa a la hora de la negociación. 

—¿Existirá algún reclamo? ¿O los pequeños productores algodoneros no alzarán la voz?

—Lamentablemente, esto va a seguir pasando en la medida que el productor no se movilice. Los cambios acá se logran a través de la presión que puedan hacer las bases.

¿El silencio del pequeño productor algodonero se debe a conformarse con alquilar esas hectáreas a los grandes que concentrarán más al dejar de existir el fondo algodonero? 

—Sí. Pasa por ahí. Porque la juventud, el productor joven que no mamó lo que mamó el padre, el sacrificio, hacen la fácil. Antes de estar arriesgando, prefiere alquilar y vivir de una renta mínima. Pero estamos los que llevamos en la sangre ser productores. Que nos bancamos condiciones como la sequía y un gobierno que nada hace por nosotros. Se declaró la emergencia en la provincia y la Ley de Emergencia tiene un presupuesto de 500 millones de pesos para todo el país. Una gota de agua en el mar. El productor que entró en emergencia en la provincia de Chaco no recibió un solo peso, ni un beneficio. Solamente le sirvió para prorrogar el impuesto inmobiliario por seis meses, pero si recibe un embargo de una agroquímica porque no le pudo pagar los insumos porque no cosechó nada, no tiene validez.  

Milei toma la lapicera para ser el topo que destruye el Estado desde adentro, a decreto limpio, amputando programas de asistencia del Estado, recortando planes productivos. Todo mediante el poder que le dieron al otorgarle desde el Congreso el paquete de reformas regresivas que llamó Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, para esconder que era la libertad de pocos para concentrar más, dañando a las mayorías.

Milei, por ser un hombre bruto e ignorante, lo único que tiene para ofrecer son insultos y daño al pueblo. No se da cuenta de que eso define lo pequeño que es. Sus discursos son una muestra de un hombre resentido con la sociedad, con la historia, con esa que ni se anima a estudiar. Incluso él, tan alineado con Estados Unidos, debería saber un poco de su historia. En Estados Unidos, la burguesía industrial nordestina prevaleció ante el sur racista y esclavista, partidario de seguir exportando algodón y tabaco sin industrializar, importando la manufactura europea.

Fue Abraham Lincoln y los suyos los que prevalecieron con fuerza y con el argumento de que el país necesitaba obreros, no esclavos, capaces de producir camisetas con el algodón del sur y percibir un salario para ser también consumidores de esa producción y motorizar ese mercado interno. El triunfo de la burguesía industrial del norte implicó altas tarifas aduaneras, desarrollo industrial y expansión del mercado interno, asegurando la integración y unificación del país e implantando un capitalismo desarrollado (guerra civil en Estados Unidos entre el norte y el sur racista confederado 1861-1865).

 

“Recolectores de algodón”, William Aiken Walker, 1863.

 

Ese ejemplo de capitalismo desarrollado es el que desprecia el Presidente argentino con su accionar. Podría pensar Milei, si no ignorara la historia, que seguir con el fondo algodonero brindaría una verdadera libertad al pequeño productor de competir en igualdad, algo que acaba de anular. También la libertad de poder tener arraigo, y para eso es necesaria la presencia del Estado, que se acaba de retirar por decreto. Por lo tanto, la libertad que pregona Milei carajeando, nuevamente, es falsa. La libertad solamente para los poderosos, los empresarios que lo sostienen. Libertad plena para el poder concentrado que le permitirá ganar más en poco tiempo y eso es lo que decreta. Libertad que favorece la concentración del cultivo en cada vez menor número de productores. Grandes ganadores, en los que se encuentra su antiguo ex jefe Eurnekian.

 

 

 

 

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