AQUEL MARICONAJE GUERRERO

Nueva edición de las crónicas de Pedro Lemebel, síntesis de la historia chilena contemporánea

 

Por represión en dictadura, por ombliguismo en democracia, por alienación a la dicotomía colonialista centro/periferia en cualquier ocasión, suele soslayarse la emergencia del surgimiento de renovadas fuerzas de resistencia provenientes de los márgenes. Las luchas por los derechos humanos, el feminismo, el enfrentamiento a la violencia institucional, las minorías étnicas o sexuales, son apenas unos indicadores que, en distintos tiempos, han sabido instituirse como fuerzas políticas en el lugar —postergado o desplazado— de la lucha de clases.

En esta perspectiva es preciso incorporar la potencia literaria de la obra de Pedro Lemebel (Santiago de Chile, 1952- 2015), quien construyó su arte al modo de marco político y la crónica como herramienta específica. El autor lo sentencia con todas las letras: “Quizás las pequeñas historias y las grandes epopeyas nunca son paralelas, los destinos minoritarios siguen escaldados por las políticas de un mercado siempre al acecho de cualquier escape. Y en este mapa ultracontrolado del modernismo las fisuras se detectan y se parchan con el mismo cemento, con la misma mezcla de cadáveres y sueños que yacen bajo los andamios de la pirámide neoliberal”.

 

 

Pedro Lemebel.

 

 

De allí que restringir —como se ha hecho— la literatura (y las performances, intervenciones, programas de radio, obra plástica y mil etcéteras) de Lemebel como barroca, kitsch u homosexual, constituye un miserable reduccionismo destinado a diluir en la hojarasca del mercado formas y contenidos revolucionarios. Atravesado a cada sílaba por la historia de su país, la desmenuza de los grandes momentos a las breves circunstancias y pequeños personajes, a través de la profanación de la lengua, la torsión de la gramática, el quiebre de la conjugación, la apoteosis del neologismo, una variada invasión al sentido. Eso sí, en frases amplias de puntuación perfecta. Se borra la académica distinción entre crónica periodística y literaria, haciendo de cada recorte, novela ejemplar del padecer proletario.

En cada historia se pone en juego la dialéctica entablada entre opresores y oprimidos, pues “si no lo cuento aquí, tal vez se pierda, la memoria se contorsiona y se cierra como ostra a ese remember”. Memoria histórica que va más allá del recuerdo o la evocación y aparece en el latir de la palabra de quien estuvo allí, presente, actuando en persona y que por algún azar, puede contarlo. Relato que es misión política y cultural, que viene a ser lo mismo, claro: “Nos gusta saber que cada noche los exhumaremos de ese pantano sin dirección, ni número, ni sur, ni nombre. No podría ser de otra manera, no podríamos vivir sin tocar en cada sueño la seda escarchada de sus cejas. No podríamos nunca mirar de frente si dejamos evaporar el perfume sangrado de su aliento”.

Llega ahora a estas chatas pampas el volumen que se considera la mejor antología de crónicas surgidas de la pluma de Pedro Lemebel y recopiladas bajo el tan rotundo como paradójico título de Poco Hombre, ya que para tamaña trayectoria fue menester poner muchos huevos. “Quizás América Latina, travestida de traspasos, reconquistas y parches culturales (que por superposición de injertos sepulta la luna morena de su identidad), aflore en un mariconaje guerrero que se enmascara en la cosmética tribal de su periferia. Una militancia corpórea que enfatiza desde el borde de la voz un discurso propio y fragmentado, cuyo nivel más desprotegido por su falta de retórica y orfandad política sea el travestismo homosexual que se acumula lumpen en los pliegues más oscuros de las capitales latinoamericanas”.

Flamante reedición realizada por la muy activa Editorial de una universidad privada chilena a cargo de Ignacio Echeverría, tras haber atravesado los aciagos desfiladeros andinos a paso de mula sanmartiniana, con meses de atraso puede conseguirse en la Argentina. La edición reúne textos de La esquina de mi corazón (1995), Loco afán (1996), Las crónicas radiales De perlas y cicatrices (1998), Zanjón de la Aguada (2003), Adiós mariquita linda (2004), Serenata cafiola (2008), Háblame de amores (2012), artículos e intervenciones surtidas. Dividido en sucesivos capítulos temáticos, Poco hombre abarca la infancia en la callampa, el trajín adolescente, la experiencia que va de gay a travesti, la primavera de la Unidad Popular (1970-1973), el golpe de Estado y el terror pinochetista, el retorno a la democracia, lucha y traición, la plastificada dicha del liberalismo, una y otra caída hasta volver a levantarse.

Camufladas en experiencia personal o en testimonio de época, las crónicas de Lemebel se yerguen en el libro de lectura ineludible para aprehender la historia social y política chilena contemporánea, desde las márgenes barrosas que habita el pobrerío, los olvidados, los enmudecidos, hechos paradigma a partir de su “indigente balada homosexual”.

 

 

 

FICHA TÉCNICA

Poco hombre

Pedro Lemebel

 

 

 

 

Santiago – Chile, 2019

280 págs.

 

 

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