La provincia de Buenos Aires será el escenario de una gran batalla electoral. El desdoblamiento trae como problemática lo que viene sucediendo en las provincias donde ya se votó y cayó el porcentaje de votantes. Doble esfuerzo deberá realizar el gobierno bonaerense para que no ocurra y revertir el desinterés de la población, mal de estos tiempos. En un país gobernado por un topo que se jacta de ser el destructor del Estado y es inigualable en la denigración de la política que ejerce, se crea el clima propicio para que los votantes escapen a las urnas, aunque esto atente contra una democracia que ya es de baja intensidad y necesita de mayor participación ciudadana.
La Legislatura bonaerense aprobó el calendario electoral para los comicios provinciales. Se modificaron los plazos como lo requería la Junta Electoral. Por lo tanto, el 9 de julio será la fecha para presentación de alianzas; el 19 de julio, la de presentación de listas; el 8 de agosto, la oficialización de boletas, y el 7 de septiembre, las elecciones bonaerenses a poca distancia de las nacionales, fijadas para el 26 de octubre.
Más de 14 millones de personas estarán habilitadas para votar. Los bonaerenses tendrán que elegir en las ocho secciones electorales. Sumada la totalidad de esas secciones, se elegirán 23 senadores titulares y 15 suplentes, así como 46 diputados titulares y 28 suplentes. A esto se suma el voto de concejales en los 135 Concejos Deliberantes y también de consejeros escolares. Un total de 1097 concejales titulares y 706 suplentes y 401 consejeros escolares titulares y otros 401 suplentes.
En la primera sección electoral, conformada por 24 partidos, se elegirán ocho senadores y cinco suplentes. En la segunda sección, comprendida por 15 partidos, se eligen 11 diputados y ocho suplentes. En la tercera sección electoral, con 19 distritos, se eligen 18 diputados y ocho suplentes. En la cuarta, con 19, eligen siete senadores titulares y cuatro suplentes.
En tanto, en la quinta sección electoral, donde hay 27 partidos, se elegirán cinco senadores titulares y tres suplentes. La sexta sección, que comprende 22 partidos, elegirá 11 diputados titulares y ocho suplentes.
En la séptima sección electoral, que está conformada por ocho partidos, se eligen tres senadores titulares y tres suplentes. Y en la octava —también denominada Capital—, se eligen seis diputados y cuatro suplentes.
La senadora bonaerense y secretaria general del Partido Justicialista, Teresa García, entrevistada por El Cohete a la Luna, habla sobre la complejidad de la elección en la provincia y sobre el esfuerzo que deberá hacer Kicillof para que no decaiga la cantidad de votantes después del desdoblamiento que impulsó. Confirma que Cristina será candidata por la tercera sección electoral. Quien escribe considera que el escenario judicial está peor que cuando Cristina decidió no ser candidata porque, de serlo, la Corte la inhabilitaría. Claro que esa era una decisión al clamor del pueblo que pedía que sea nuevamente Presidenta, y decidir serlo, como explicaba, era arrastrar a su partido a la proscripción. La candidatura de ahora es para una banca en la Legislatura bonaerense, y si la Corte la proscribe, pasaría quien la secunde.
El camino hacia la proscripción está cada vez más cerca, luego de que la opinión del procurador interino (para siempre) Eduardo Casal fuera la de endurecer la pena para Cristina Kirchner, pidiendo que sea condenada a 12 años.
—La legislatura bonaerense aprobó el calendario electoral. El desdoblamiento, como quería el gobernador Kicillof, quedó establecido con el calendario y se votará el 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires. Pero la elección legislativa bonaerense queda muy cerca de la elección nacional, que será el 26 de octubre. ¿Esto es mejor que haber unificado las fechas?
—Primera corrección. No se votó el cronograma que quería el gobernador, se votó lo que nos pedía la Junta Electoral, que es la que va a estar a cargo de la elección. La Junta estableció como corrección de plazos 30 días para la boleta y 50 días para las candidaturas. Creo que el gobernador había pedido otros plazos, así que son los plazos que vino a exponer a la Cámara de Diputados la Junta Electoral con la presidenta de la Corte.
Dicho esto, sigo pensando que hubiese sido muchísimo mejor si hubieran sido concurrentes, sobre todo viendo algunos resultados del domingo pasado. Me parece que duplicar el esfuerzo —son apenas cinco semanas entre una y otra— es un gasto de energía inútil. Además, no permite consolidar un discurso único del peronismo frente al gobierno de Milei. Porque los que darán batallas locales o seccionales van a tener que hablar de su región o de su distrito. Difícilmente puedan ser la respuesta al discurso nacional de Milei.
Por otra parte, recordemos que no es una única elección en la provincia de Buenos Aires. No es que va a haber un ganador en la provincia. Son ocho secciones electorales. Ocho regiones, ocho elecciones distintas. No es lo mismo lo que sucede en Zárate, Pergamino, que lo que sucede en Bahía Blanca, Coronel Rosales. Entonces, son ocho campañas distintas, lo cual —para mí— balcaniza el discurso y se hace muy difícil tener un discurso único nacional. Pero bueno, esperemos que Cristina pueda lograrlo.
—En 2023, Cristina Kirchner evaluó que aquel fallo de la Corte Suprema que suspendió las elecciones en Tucumán y San Juan reforzaba su presunción de que no podía ser candidata a Presidenta porque el máximo tribunal del Poder Judicial la inhabilitaría a partir de la condena en la causa Vialidad. “El pescado se pudre por la cabeza” y eso es lo que sucede con el Poder Judicial. ¿Cristina será candidata en este contexto de podredumbre?
—En verdad eso dicen los húngaros, que el pescado se pudre por la cabeza y es cierto. Hoy estamos padeciendo en este país —en todos los aspectos— las consecuencias de una Justicia que no es independiente. Les sacan cuidados paliativos a los enfermos terminales de cáncer, medicamentos a la gente de PAMI, y por más amparos que haya, la Justicia nunca regula en favor de los que necesitan y esta es la verdad.
Decía, creo que (Eduardo) Galeano, que la Justicia muerde el pie de los descalzos, siempre. En este caso referido a la política, hace muchos años la Justicia —recordemos desde (Claudio) Bonadío en adelante— insistió con cargar sobre Cristina. La causa vialidad es una causa espantosa, armada, prefigurada, con pruebas de otras causas, digamos inadmisible. Pero, sin embargo, corrió rápidamente por Comodoro Py.
La semana pasada, cuando se votó Ficha Limpia, intentaban de todos modos impedir —ese proyecto tenía nombre y apellido— que Cristina fuera candidata. Afortunadamente, creo que todavía hay cierta racionalidad política en muchos dirigentes como para impedir que se lograra. Porque esto hubiera sido una intromisión de la Justicia en la vida política del país, de los partidos políticos. La proscripción persigue al peronismo desde hace años. Afortunadamente no salió y creo —es una presunción particular— que la Corte no va a seguir activando esto, porque por más que se peleen entre Macri y Milei en quién es menos corrupto y quién más honesto para impedir que Cristina no sea candidata, me parece que ya hay una advertencia en la sociedad y este tema cansó.
—Y entonces, ¿Cristina será candidata?
—Sí. Va a ser candidata en la tercera sección electoral.
—¿Eso está confirmado?
—Sí.
—Se esgrimen diferencias entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner. Desde su espacio expresan que tomó el bastón de mariscal, como proponía Cristina. La unidad es fundamental para construir una alternativa posible; lo que no parece fácil es lograrlo. ¿Cuál es el camino para esa unidad, sin perder sustancia, ahora que corre el reloj del calendario electoral?
—En principio, todo el mundo, todos los compañeros que militan, militamos, tienen derecho a elegir el camino que van a seguir para cumplir objetivos determinados. El peronismo tiene la mala costumbre de hablar de unidad y de juntarnos a todos aquellos que creemos que debe haber objetivos en común, no personales. Objetivos profundos —sobre todo en este momento— donde la política y el ejercicio de la política están muy cuestionados por el anti-modelo que plantea Milei: “Terminemos con la política porque son todos chorros”, los insultos, la degradación de la política.
Me parece que un hombre que fue de las filas nuestras, un hombre astilla del palo del kirchnerismo, tiene todo el derecho de independizarse como lo hizo (Florencio) Randazzo, que en un momento se independizó de Cristina, exigió el sello y el número de la boleta del partido. Compitió, sacó el 4%, pero me parece que fue —por lo menos— más saludable. Dijo: "Hasta acá llegué, esto no lo quiero seguir haciendo". En este caso particular, yo no creo que haya diferencias. Lo voy a poner a la inversa, de Cristina hacia Axel. No me parece que las haya. Lo que me parece que hay es una voluntad expresa de correr a Cristina del escenario político. Y me parece que es altamente riesgoso. Porque la dirigente política con más peso —no solamente en el peronismo, sino entre todos los dirigentes del país— es la única que tiene la posibilidad de armar la propuesta, el discurso, el argumento, para poder darle batalla a Milei. Porque acá no hay que confundir al adversario; el enemigo al que hay que discutirle, justamente, no es Cristina, sino Milei. Y hay que hacerlo con mucha fuerza. Cristina dijo: "Si se desdobla, yo voy a ser candidata". Bueno, se desdobló, va a ser candidata.
—En tiempos donde hay un topo que destruye el Estado y denigra la política, la sociedad se muestra desinteresada a la hora de concurrir a las urnas. ¿Cómo se logra en la provincia de Buenos Aires, donde los bonaerenses tendrán que concurrir dos veces a votar, para que ese porcentaje de electores no decaiga?
—Hice una inferencia a los resultados de Santa Fe y en las cuatro provincias que ya se votaron el promedio de asistencia de votantes sobre el padrón habilitado fue de un 58%. Un dato de referencia para compartir es el de 2001, donde lo que funcionaba era el “que se vayan todos”. La asistencia votante fue del 74.4%. Solamente que hubo voto en blanco y nulo; ese voto de enojo representó el 24% de la elección. Lo que se vio en las elecciones del domingo es una notable baja en el público asistente a votar. En el promedio de todas las provincias bajó mucho, siendo el 58% el resultado.
En la provincia de Buenos Aires, que es el electorado más grande de todo el país, producto del desdoblamiento se va a tener que ir a votar dos veces. Y ahí hay una incógnita. El hastío que tiene la gente y, además, como la multa son dos mil pesos, muchos creen que eso es lo que les cuesta el pasaje para ir a la escuela a votar y no le van a dar importancia.
Mi pregunta es cuál es el desafío en este caso, que va a tener que plantear el gobernador, justamente para lograr que haya una asistencia significativa, que supere largamente el 55% de Santa Fe. Y hay que trabajarlo con la sociedad, porque me parece que hay que advertir que, como son ocho secciones electorales, no hay discurso para una campaña única en la provincia; son ocho discursos distintos. Lo que me parece que hay que profundizar es que hay que tener mucho cuidado esta vez con el voto, porque fuera de las discusiones territoriales o internas, si Milei logra modificar el fiel de la balanza en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores, que es su único objetivo, no va a tener límite la profundización del ajuste.
—Por último, como militante con extenso recorrido territorial, ¿qué le está pidiendo el pueblo al peronismo hoy?
—Primero que diga la verdad. Nadie le está pidiendo al peronismo que invente un plan, un programa, algo —como ya nos pasó con Alberto— que sea irrealizable. La gente pide que le digan la verdad y, además, me parece que la sociedad pide ser representada, que sus intereses se vean representados. Por eso insisto con lo de Cristina. Me parece que cuando discute con Milei es la que mejor representa los intereses de esta sociedad. Porque está destruyendo y van a dejar este país diezmado cuando se vayan. Porque otra vez funciona el negocio del capital financiero, estamos viendo los manejos que están teniendo a partir del préstamo del Fondo Monetario Internacional, todo lo que está sucediendo todos los días. No se va a corregir la macroeconomía con este modelo económico y, por lo tanto, tampoco la microeconomía. Pero también lo dice ella, el peronismo tiene que ser capaz de plantearse algunas cosas que nunca se replanteó. Hemos visto cómo ayer ya comenzaron con la reforma laboral que va a significar un gran golpe para los trabajadores. Si logran contar con los diputados y senadores necesarios, ya no utilizará los decretos. Me parece que esto es lo que hay que explicar en campaña. Esto es lo que hay que explicarle a la gente: cuál es el costo que va a tener equivocar el voto esta vez.
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