Caravanas del 17

La movilización virtual fue obstaculizada. Sin embargo, las caravanas de vehículos se multiplicaron.

 

Llovió, salió el sol y el 17 de octubre se instaló en las calles porteñas. La movilización que pretendía ser virtual se vio obstaculizada por un ataque sincronizado cibernético que imposibilitó el uso de la plataforma donde se pretendía que los participantes se geolocalizaran. Sin embargo, las caravanas de camiones, colectivos, taxis y autos particulares se multiplicaron por un recorrido delineado entre la avenida Presidente Roque Sáenz Peña, la Plaza de Mayo y la Avenida de Mayo. Colmaron la escena y sus bocinas musicalizaron la jornada. Después de las tres de la tarde, gente de a pie también asistió a la Plaza en busca de un ritual inclaudicable. 

 

Foto: Luis Angeletti

 

Miguel Cuberos, Subsecretario General de Presidencia, explicó sobre el colapso de la plataforma que “diversos servidores a la misma vez incorporaron gente para entrar, con lo cual es imposible que se pueda acceder a la plataforma” y opinó que lo sucedió fue “una absoluta provocación y una manera de hacer daño”. La herramienta digital que había sido elegida para movilizar ya tuvo otras experiencias: en Madrid la celebración de la marcha por el Orgullo, en Washington por el Día de la Tierra e incluso en Argentina, Greenpeace la utilizó para convocar a personas de todas partes del mundo a reunirse —en la región del Delta del Paraná— a favor de una Ley de Humedales.

 

Foto: Luis Angeletti

 

La marcha peronista sonó uniforme e ininterrumpidamente en los vehículos que desfilaron por el centro de la ciudad. Es que los cantos típicos y las consignas que suelen verse en movilizaciones masivas a tradicionales, también fueron adaptados a la caravana que festejó el Día de la Lealtad. La composición del parque automotor fue el indicador de una movilización que destacó la heterogeneidad de sus manifestantes. 

 

 

Foto: Luis Angeletti

 

 

Alberto Fernández, minutos antes de que el reloj marque las cinco de la tarde, subió al escenario en la sede de la CGT. En la calle, la marcha peronista frenó.

 

Foto: Luis Angeletti

 

 

Las puertas de los autos se abrieron y con una suerte de eco se escuchaba la voz del Presidente de la Nación que resonaba de auto en auto.

 

 

Foto: Luis Angeletti

 

 

El discurso tomó el volumen de las radios. Los bombos se frenaron. El silencio de la música permitió la escucha masiva del discurso por la Lealtad.

 

 

Imagen: Luis Angeletti

 

 

Fernández agradeció el afecto a quienes se movilizaron aunque confesó que “hubiera querido que estén en sus casas”. Hacia cualquiera de los horizontes que despliega la Plaza de Mayo, lo que se observaban eran filas interminables de autos. Las personas que decidieron acercarse caminando a la plaza fueron la minoría. A los vendedores de choripán, banderas y remeras se les sumaron quienes comercializaban barbijos con estampas peronistas. 

Convocatorias similares se realizaron a lo largo y ancho del país. En Mar del Plata la caravana circuló por Avenida Luro; en Rosario los vehículos colmaron más de cuarenta cuadras. En Posadas la concentración arrancó a la mañana en la cascada de la Costanera y desde allí fueron hasta el centro de la ciudad. En La Plata los autos se concentraron en los alrededores de la esquina de 7 y 50. En Bariloche se formaron largas colas de vehículos desde tres puntos de la ciudad para confluir en el Centro Cívico donde se realizó una manifestación en respaldo al gobierno nacional. 

 

 

Foto: Luis Angeletti

 

Axel Kicillof,  gobernador de la provincia de Buenos Aires, mostró preocupación y tildó a la manifestación como “peligrosa” por el coronavirus. Durante las últimas semanas el gobierno conformó una mesa de organización para ordenar los festejos que se realizaron virtualmente el día de ayer. Desde Presidencia aseguraron que en todas las conversaciones, la posición oficial fue clara: si la convocatoria se mostraba en contradicción con el pedido de “quedarse en casa” no sería parte del menú de propuestas plausibles de analizar. La razón es porque “el virus no pasó”. En esta línea Kicillof dijo que “lo que no queríamos era fomentar los contagios y el descuido” y agregó que “la pandemia no pasó y está en su peor momento”.

 

 

 

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