Con la nuestra

En qué gasta nuestro dinero la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

 

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) presentó la Ejecución Presupuestaria del segundo trimestre de 2022. De allí surge que ejecutó cero pesos del Programa Créditos Primera Casa, menos de un tercio del presupuesto destinado a infraestructura escolar y a becas y que recortó y subejecutó el presupuesto de la Dirección General de Desarrollo de Infancias y Adolescencias. Mientras tanto, utilizó el 100% del presupuesto anual destinado a Publicidad (y lo incrementó en un 40%) y triplicó el de la Secretaría de Políticas Gastronómicas.

En los primeros seis meses del año, el GCBA ejecutó más del 55% de los 942.000 millones del presupuesto con que cuenta la ciudad para este 2022, un porcentaje razonable y acorde a la altura del año. Pero, pese a que la ejecución fue la esperable, la distribución fue sumamente despareja.

Van algunos ejemplos.

 

 

 

La prioridad nunca será la educación

En la primera mitad del año, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta ejecutó menos de un tercio del presupuesto asignado a infraestructura escolar. Sobre $3.240 millones, sólo ejecutó $1.064 millones. El dato es sumamente preocupante, ya que el presupuesto en infraestructura escolar viene siendo recortado año tras año. Para tener una idea, del presupuesto de $3.068 millones destinado a esta área en 2020, sólo se ejecutaron $941 millones.

El Ministerio de Educación porteño tampoco está ejecutando el dinero que le transfiere la Nación para esta área: de los 230 millones de pesos destinados a que mejore la infraestructura escolar, sólo utilizó poco más de $7 millones, es decir, el 3%.

En cuanto al mantenimiento escolar, en los primeros seis meses del año ejecutó un tercio: de $5.561 millones, sólo ejecutó $1.874 millones, el 34%.

Del programa Becas Estudiantiles se ejecutó el 32,1% en la primera mitad del año. Son apenas $754 millones de los $2.348 millones sancionados en el presupuesto.

La falta de inversión en infraestructura estuvo en la agenda estas semanas por la decisión del Ministerio de Educación de transformar de manera inconsulta e intempestiva, en pleno ciclo lectivo, decenas de escuelas de jornada simple en establecimientos de jornada completa. Tomar esta medida en los meses de septiembre y octubre no sólo interrumpe el proyecto pedagógico y altera la rutina de las niñas, niños, docentes y familias, sino que, además, no tiene correlato con la realidad de la infraestructura escolar en territorio porteño. La subejecución y los recortes sucesivos en esa materia se traducen en la falta de construcción de escuelas que garanticen la demanda de jornadas completas. Y ese déficit es enmascarado por el GCBA al improvisar este tipo de resoluciones, que afectan a las familias que por diversos motivos han optado por la jornada simple.

 

 

 

¿Y la emergencia habitacional?

En una Ciudad donde el 40% de sus habitantes alquilan, el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) destinó cero pesos al Programa Créditos Primera Casa. Aquí sucede algo increíble. El IVC no está otorgando créditos individuales porque informa que las familias no pueden comprar sus viviendas porque les exigen el pago en dólares. Y las familias, al no poder comprar dólares legalmente, no pueden avanzar con la transacción, además de que el monto del crédito que ofrece el IVC está totalmente alejado de los precios del mercado. Las autorizaciones para comprar dólares para Primera Casa sólo estarían autorizadas para entidades financieras y el Procrear. Nos preguntamos si el IVC habrá realizado las gestiones para modificar esto o esta excusa le habrá resultado oportuna para no destinar recursos a la vivienda de sectores populares.

En este contexto, resulta completamente absurdo que el GCBA continúe vendiendo tierra pública en pesos, a mitad del valor del mercado y en cuotas, a grandes desarrolladoras inmobiliarias para la construcción de edificios suntuosos accesibles sólo para el 3% de la población porteña.

El presupuesto destinado al Programa Rehabilitación La Boca, barrio con la mayor cantidad de conventillos en la Ciudad y con un enorme déficit habitacional, se redujo de $99 millones a $30 millones, de los cuales sólo se ejecutaron $16 (menos de lo que se gasta en un día en publicidad). Se advierte la respuesta del GCBA frente a la emergencia urbanística y ambiental del barrio de La Boca, declarada en 2006 por la ley 2.240.

Todo el presupuesto se está yendo a necesidades más urgentes, como el Metrobús del Bajo, donde cada parador va a salir más de $100 millones. Aun así, el presupuesto de $17.570 millones destinado a transporte fue ejecutado en un 24%.

Para el programa de reintegración, integración y transformación de villas se ejecutó menos del 28% ($2.080 millones de $7.504 millones).

El programa Asistencia a las Familias en Alta Vulnerabilidad Social tiene el objetivo de acompañar a las familias con problemas habitacionales. La ejecución fue del 28%. Respecto a los programas de Asistencia Integral a los Sin Techo y Asistencia Inmediata ante la Emergencia Social, se observa una ejecución del 22% y 32%, respectivamente.

Mientras en la Ciudad con presupuesto europeo 1 de cada 7 habitantes no acceden formalmente al agua potable y a las cloacas, el presupuesto que recibe este rubro apenas iguala al destinado a pauta y propaganda oficial. En lo que va del año, sólo se ejecutó el 29,5%.

En 2004, cuando la Argentina, y la ciudad de Buenos Aires en particular, empezaban a crecer a tasas chinas, se votó la ley 1.408, que declaró en estado de “Emergencia Habitacional” al territorio porteño. Esta ley estuvo vigente hasta el año 2010. Luego de una década de recesión y crisis económica, estamos inmersos en una crisis habitacional histórica, pero la Legislatura no trata, ni mucho menos tiene la voluntad de reconocer este estado alarmante.

 

 

 

El hambre no es gourmet

En la Ciudad donde la indigencia alcanza al 6%, la pobreza al 20% y a más del 40 % de lxs porteñxs les cuesta llegar a fin de mes, la ejecución presupuestaria de la Dirección General de Políticas Alimentarias no llegó al 35%.

El programa Ciudadanía Porteña sólo ejecuto el 37%. Este programa debería destinar mensualmente un promedio de $14.949 por familia, cuando actualmente destina $11.118, monto insuficiente para cubrir la canasta básica alimentaria.

Eso sí, si tu paladar es gourmet, despreocupate: la Secretaría de Políticas Gastronómicas triplicó su presupuesto. De un presupuesto de $115 millones, ahora pasó a $363 millones, un 210% de aumento. Sólo a Eventos de Desarrollo Gastronómico se destinaron $480.000 pesos por día.

La Dirección General Desarrollo De Infancias Y Adolescencias recortó su presupuesto más de $150 millones de pesos (de $4.497 millones votados, ahora tiene $4.339 millones), y sólo ejecutó un 30% ($1.345 millones). El Programa A La Par, dirigido a familias de los barrios populares que estén transitando un embarazo, no ejecutó ni un solo peso (tiene un presupuesto de más de $750.000).

 

 

 

Pauta, pauta, pauta

Sin dudas, un área privilegiada por Horacio Rodríguez Larreta es la publicidad. Si tomamos sólo en cuenta el ítem Publicidad y Propaganda, de casi 3.500 millones que tenían de presupuesto para todo el año, ya utilizaron el 108% ($3.802 millones) y encima lo incrementaron en $1.350 millones más, llegando a un total de $4.830 millones, es decir, un 39% más.

 

Pero el número es mayor si le sumamos el presupuesto de la Subsecretaría de Comunicación Social, cuya función principal es “asistir a la secretaria de Medios en la ejecución y administración de las contrataciones que en materia de publicidad se realicen para las distintas áreas del Poder Ejecutivo”. Esta Subsecretaría tenía un presupuesto de $1.510 millones para todo el año y ya usó el 97%. Y también ya lo aumentaron un 20% más ($1.818 millones).

La suma de ambos ítems da un total de $6.648 millones para 2022, de los que ya se utilizaron más de $5.264 millones, lo que equivale a $29 millones por día destinados a Publicidad y Propaganda en lo que va de este año.

La licitación de un tomógrafo para el Hospital Vélez Sarsfield, que hace más de 20 años se viene reclamando, es por $58 millones: el equivalente a dos días el presupuesto en publicidad. También con un poco más de dos días de gastos de publicidad, se podrían comprar 10 ecógrafos, que cuestan alrededor de $68 millones, de acuerdo con la Disposición 233/DGADCYP/22.

En publicidad, el GCBA pasó de destinar $12 millones en el primer trimestre a 29 millones en estos últimos tres meses, es decir, un 140% de aumento.

Si la cifra resulta llamativa, habrá que prepararse para más. Durante 2021, el ítem “Publicidad Y Propaganda” tuvo un aumento del 97% (tenía un presupuesto votado de casi $2.400 millones, pero terminaron destinando casi el doble, $4.724 millones, y la Subsecretaría de Comunicación Social tuvo un aumento del 117%. De $1.029 millones presupuestados a comienzos de año, se terminaron ejecutando $2.238 millones). Con estos números finales, en 2021, Horacio Rodríguez Larreta destinó más de 19 millones de pesos por día a hacer propaganda de su gobierno.

¿Se imaginan lo que será el gasto en publicidad y propaganda el año que viene, en plena campaña electoral? Todo con la nuestra.

 

 

 

 

 

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