CONTRA VIENTO Y MAREA

Las estrategias de demanda en las calles por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo se multiplican.

 

Perejilazos, relojazos, marchas, caravanas, pegatinas, carteleadas, pañuelazos, bicicleteadas, sentadas, vigilias: las estrategias de demanda en las calles por el tratamiento de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo no cesan, se multiplican. La fabulosa y gloriosa juventud en las calles de Buenos Aires, como la llamó Pino Solanas en su intervención en el Senado en 2018. La pandemia impuso protocolos que varían según cada provincia pero la creatividad persiste. En Formosa quince activistas pedalearon en sus bicicletas con carteles pegados, uno por cada año de lucha de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. En la Ciudad de Buenos Aires cientos marcharon a pie o en bicicleta, manteniendo la distancia e inundando nuevamente la calle de verde. Y así en todo el país: en Jujuy se hizo un pañuelazo en la Plaza Belgrano, en Mar del Plata se intervinieron las calles con carteles bajo la consigna #EsUrgente, en Córdoba un humo verde recubrió una caravana que cruzó la ciudad. La Campaña articuló el sostenimiento de su reclamo a lo largo de todo el 2020 mediante conversatorios, festivales y pañuelazos virtuales, recuperando con cautela la presencia en las calles frente a lo que es una recta final no sólo de un año caótico sino también de los plazos bajo los cuales Alberto Fernández, quien asumió el compromiso de apoyar la demanda desde 2019, podrá presentar el proyecto del Poder Ejecutivo para dar tratamiento a la legalización del aborto en Argentina.

Como contamos en este artículo hace apenas dos semanas, la incertidumbre y la especulación alrededor de cuándo se presentaría el proyecto invadían hasta al círculo más cercano al presidente. De los ministerios y de sus asesores la respuesta era una: el proyecto está listo, lo va a presentar en 2020 pero sólo él sabe qué día. Son muchos los ya presentados –el de la Campaña por ejemplo se presentó por octava vez en mayo 2019 y todavía tiene estado parlamentario– pero el límite del 20 de noviembre para llegar a un tratamiento ordinario se acerca cada vez más. Luego de que Sergio Massa postergara la reunión con la Campaña dos veces, el 5 de noviembre finalmente recibió a sus integrantes. En la reunión se hicieron presentes también las diputadas Mónica Macha y Silvia Lospennato –autoridades de la Comisión de Mujeres y Diversidades–, Malena Galmarini y Jimena López. Con ellas se conformó una mesa de trabajo en conjunto. Massa expresó ante las diputadas y las activistas el compromiso con el trámite expeditivo. “Se habló de un debate que contemple una plenaria de comisiones y afirmó que la Cámara de Diputados está abierta, a lo cual respondimos que ya lo sabemos porque venimos abriendo puertas ahí hace 15 años”, dice Jenny Durán, integrante de la Campaña. A los pocos días Vilma Ibarra dijo en C5N y más tarde en IP Noticias que el presidente presentaría el proyecto durante noviembre, junto con el proyecto “de los mil días”, enfocado en el acompañamiento a la maternidad, como llave de negociación.

De esta manera se calmaron un poco las tensiones que crecían con el correr de los días: la especulación con que AF diera marcha atrás en su compromiso (ya fuera por la pandemia, por el sistema de salud o por internas políticas) agitaba a un movimiento entero con la mecha corta para seguir soportando dilaciones. Mientras en las calles marchan grupos antiderechos, antivacunas, anticuarentena, las activistas esperaron pacientemente y con respeto que se dieran las condiciones para avanzar sobre esta conquista. Pero los tiempos parlamentarios se agotaban y la perspectiva de dar el debate en 2021, un año electoral, parecía muy difícil. La respuesta del gobierno, aunque se hizo esperar, llegó de la mano de las declaraciones de Ibarra y la reunión en Diputados.

 

Qué se espera del proyecto

Gran parte del debate parlamentario y social se dio en 2018, con 738 exposiciones y varios meses de exhaustivos debates en los medios, las universidades, los espacios de trabajo e incluso las calles. El pañuelo verde se volvió un posicionamiento político en el espacio público, una clave de identidad a lo largo de todo el país. Aquel año había presentados once proyectos de despenalización y legalización del aborto que se fueron estudiando para crear las fórmulas de cada artículo. “En 2018 el debate circuló alrededor de lo preventivo”, explica Durán. “Los derechos de la salud, la ESI, un capítulo penal, fueron los núcleos más importantes. Los debates van modificando cosas”, dice.

La objeción de conciencia y el límite de semanas de gestación (si 12 o 14) fueron dos de los detalles que se discutieron con mayor ímpetu en la primera ronda de debate. En ese sentido Durán explica que, si bien consideran que el aborto es parte del derecho a la salud y la objeción de conciencia no debería existir en el proyecto, entienden que es un derecho constitucional y no van a insistir en ello. Sobre lo penal, la Campaña considera que no se debe penalizar a la persona que aborta en ningún momento, mientras que es posible que en un dictamen se plantee algo así a partir de la semana 14. Todos estos debates, con la herencia de 2018, se retomarán para intentar obtener una media sanción antes del brindis de fin de año.

 

Las calles, con cuidados

Mavi Mateu, integrante de la Campaña, confía en la capacidad de los autocuidados feministas de organizarse en las calles frente al debate próximo. “Como campaña nosotras podemos tomar cualquier decisión pero la calle se va a llenar igual, vamos a tener que pensar en modos mixtos”, dice. Sin un festival como los de 2018, quizás, pero una vigilia para proyectar el debate, y protocolos para cuidar sobre todo a quienes tienen factores de riesgo ante el coronavirus. “Lo que vamos a tener que tener es solidaridad”, advierte ante la perspectiva de que se movilicen también los grupos antiderechos, que generalmente no aplican protocolos en sus movilizaciones también en contra de la ciencia y la evidencia.

Su compañera Durán sostiene lo mismo. “La movilización está intacta, las dos millones de personas de 2018 están, pero somos súper respetuosas de cuidar la salud de todos y todas y estamos cumpliendo con las condiciones sanitarias”, dice. Como en aquel debate, es posible que las calles terminen divididas nuevamente en dos. “Esto tiene que ver con un avance dentro de los debates de la democracia. Los que se oponen a esto se oponen a que se profundice la democracia: anticuarentena, antiderechos, homofóbicos. Pero nosotras siempre estamos a favor de los debates francos, democráticos y científicos”, cierra.

Cada minuto que pasa podría ser el minuto en que Alberto Fernández anuncie el envío del proyecto. La información de estos días garantiza que se tratará en extraordinarias si el tiempo de ordinarias vence, incluso podría pensarse en una media sanción entre brindis de navidad y año nuevo. Un fin de año atípico a la altura de un 2020 impredecible. Pero la insistencia, a lo largo y ancho del país, sigue encendida y fresca.

“Una oleada verde de chicas por el reconocimiento igualitario de sus derechos, no sólo el derecho a la vida sino a poder decidir sobre su cuerpo y, por qué no, el derecho a gozar de la vida y de su cuerpo”, dijo Pino, antes de predecir nuestra época: “Si no sale hoy, el año que viene vamos a insistir, y si no sale el año que viene insistiremos el otro. Nada va a poder parar a la oleada de la nueva generación. Será ley, habrá ley, contra viento y marea”.

 

La Campaña, en todos los rincones del país.

 

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