Covid, política y cuidados

Encuesta de la Universidad Nacional de Quilmes sobre las conductas ante el Covid

 

Percepciones distorsionadas

Nuestra percepción de la realidad tiende a distorsionarse por los casos más rutilantes. En este sentido, la sensación difundida de que “ya nadie se cuida” del Covid parece fundarse más en algunas imágenes de gente concentrada en balnearios o fiestas clandestinas que en una mirada más objetiva de la realidad que nos rodea. Es que incluso en la propia observación de nuestro entorno nos llama más la atención el que se sacó el barbijo o la que le dio un abrazo a alguien que los centenares de personas que se continúan absteniendo de realizar este tipo de actos.

Las encuestas no dejan de ser una transcripción de lo que la gente siente, opina o percibe, pero tienen la ventaja de lograr mejores niveles de representatividad y permitir aproximarnos más a lo que sucede en la realidad, especialmente si se formulan preguntas elaboradas y se las combina para estar más seguros de su validez. En una encuesta de 3.200 casos realizada la semana pasada a residentes de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad de Buenos Aires, vemos que la enorme mayoría continúa cuidándose mucho. Para conocer esta cuestión se les solicitó a los encuestados/as que pensaran en su mejor amigo/a y dijeran cuánto se cuida. Preguntar por un amigo/a es una táctica aconsejada en los estudios sociales ya que permite brindar respuestas “políticamente incorrectas”, pues no se refieren a la propia conducta del encuestado/a.

Casi todos continúan cuidándose mucho o bastante. Así, el 46% dice que su mejor amigo/a “se sigue cuidando mucho”, y el 37% que “se sigue cuidando bastante, pero relajó un poco”. Como se ve en el gráfico 1, solo un 12% sostiene que “se cuida sólo un poco, relajó mucho” y un 5% que “ya no se cuida casi nada”. También preguntamos por cuánto se cuida el familiar más cercano del encuestado/a, y observamos que los cuidados continúan, incluso en niveles más altos que entre los amigos/as.

 

 

 

 

En cuanto a los/as jóvenes (de 18 a 29 años), el nivel de relajación no es mucho mayor. Al contrario, la enorme mayoría de sus amigos/as continúa cuidándose mucho o bastante (74%), aunque un 17% se cuida solo un poco y un 9% casi nada.

Obviamente, ese cuarto de jóvenes que se cuida poco o nada, y los adultos que tampoco lo hacen, constituyen, a nivel nacional, unos cuatro millones de personas que no se estarían cuidando. Su circulación está generando que los contagios continúen avanzando. Pero consideramos que sería un error pensar que “ya nadie se cuida”, pues eso contribuye a generalizar más las conductas irresponsables. Por eso nos parece importante tomar conciencia de que la gran mayoría de la ciudadanía mantendría altos niveles de cuidados y, como veremos a continuación, apoya las medidas de restricción de la circulación e incluso sostiene que deberían ser más drásticas.

El mantenimiento del cuidado se corresponde con el apoyo a las medidas que ha establecido el gobierno, como el reciente “cierre sanitario nocturno” que prohíbe ciertas actividades para reducir la circulación entre las 23 y las 6 horas. Como se observa en el gráfico 2, la gran mayoría señala que “es una medida correcta, pues prohibir más no sería posible” o, incluso, que “es una medida correcta, pero no alcanza. Tendría que prohibirse más la circulación”. Sólo un 21% se inclina por la respuesta “es una restricción innecesaria que coarta nuestras libertades”.

 

 

 

 

También en este punto, al contrario de lo que los estereotipos sobre “la juventud” procuran instalar, la gran mayoría de los/as jóvenes parece ser consciente de la necesidad de estas restricciones, pues solo un 22% opina que es innecesaria y que coarta las libertades.

 

 

 

¿A quién le echamos la culpa?

En la dinámica política es clave considerar cómo es la adjudicación de responsabilidades frente a determinadas situaciones críticas. Así, durante años el macrismo fue relativamente efectivo con una prédica que responsabilizaba al gobierno anterior de la crisis económica que estaba aconteciendo durante su propio gobierno. En una crisis tan atípica y global como es la generada por la pandemia del Covid-19 resulta clave analizar cómo se asignan las responsabilidades, por ejemplo, en el vertiginoso incremento de casos que tuvo lugar en Argentina entre julio y octubre de 2020. Por eso, preguntamos específicamente por esta cuestión.

La mayoría se inclina por responsabilizar a las personas que salieron a hacer marchas anticuarentena. Si agregamos a quienes culpan a la oposición (que, en general, también saboteó las medidas de aislamiento), superan la mitad de los casos, como se observa en el gráfico 3. En cambio, solo un 22% culpa al gobierno nacional. Asimismo, un 26% responsabiliza a cierta gente que habría tenido conductas que tampoco respetaban el aislamiento social: quienes se juntaban en bares o restaurantes (clase media) y quienes lo hacían en esquinas o canchitas de fútbol (sectores populares); observándose que se indicaron más a los primeros que a los segundos.

 

 

 

 

De todos modos, junto con esta asignación de responsabilidades, ha sido el gobierno nacional quien ha estado al frente de las acciones contra la pandemia y políticamente no podrá eludir la evaluación acerca de su gestión al respecto. Como se observa en el gráfico 4, la mayoría considera que el gobierno “hizo lo que pudo frente a la pandemia”. Si sumamos a quienes opinan que “hizo lo necesario y combatió bien la pandemia” tenemos un 66% de evaluaciones positivas, frente a un 34% de negativas, dentro de las cuales son muy pocos los que piensan que “hizo todo mal”.

 

 

 

 

En relación a las medidas de cuidado de la actividad económica y el ingreso de los sectores afectados, hay un fuerte apoyo a las mismas. Así el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) recoge un 65% de evaluaciones positivas, y un 92% piensa que estuvo bien la Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), aunque un tercio de ellos/as piensa que no deberían haberse ayudado a las grandes empresas.

A continuación vamos a analizar más en detalle cómo es que las identidades políticas inciden en estas evaluaciones, pero también en qué medida los/as ciudadanos/as toman distancia de estas identidades a la hora de realizar estos juicios.

 

 

“Grieta” y pandemia

El Presidente pareciera estar logrando conservar todo el apoyo de su base electoral, al tiempo que las medidas que ha tomado con relación a la pandemia consiguen la simpatía de una importante porción de quienes en 2019 votaron a Macri.

En líneas generales, a lo largo de toda la encuesta es posible detectar alrededor de un cuarto de la ciudadanía que es crítica de las medidas y de la forma en que el gobierno ha conducido las acciones para combatir la pandemia. La gran mayoría de ellos/as hoy plantea que en 2019 quería que Macri fuera reelecto o responden que le daba lo mismo su triunfo o el de Fernández (son quienes se presentan como “apolíticos”, aunque inferimos, por otras preguntas, que la mayoría de ellos/as votaron a Macri).

Como el lector o lectora ya habrá podido intuir, no todos los votantes de Macri en 2019 hoy se oponen a las medidas del gobierno, pues a Macri lo votó el 38% de la ciudadanía de provincia y ciudad de Buenos Aires (en promedio). Analizando un conjunto de preguntas de la encuesta, es posible inferir que un tercio de los ciudadanos/as que votaron a Macri, actualmente tiene una evaluación positiva de la gestión de la pandemia y de las medidas que se han tomado. Por ejemplo, el 40% de ellos/as opina que el IFE estuvo bien.

Este sector incluye a arrepentidos de haber votado a Macri pero, sobre todo, a personas abiertas a evaluaciones menos construidas desde la “grieta”. Así, un 21% de quienes querían en 2019 que ganara Macri hoy responsabilizan del incremento de casos durante el segundo semestre las marchas anticuarentena (en buena parte convocadas por referentes de Juntos por el Cambio), como se ve en el Gráfico 5. En el caso de los “apolíticos” este porcentaje se eleva al 42%.

 

 

Por otro lado, casi todos los/as que votaron a Fernández actualmente lo continúan apoyando y acuerdan con las medidas que toma el gobierno. Casi ninguno/a responsabiliza al gobierno por el aumento de los casos y la gran mayoría tiene opiniones positivas sobre la gestión de la pandemia: 40% se inclinó por “hizo lo necesario y combatió bien la pandemia” y 53% por “hizo lo que pudo”.

 

 

A poner el hombro

A pesar de las campañas comunicacionales en contra, la mayoría de la población (59%) ya está dispuesta a vacunarse; un número que seguramente se irá elevando a medida que se pueda observar que las vacunas no presentan reacciones adversas. Más específicamente, encontramos que el 47% manifestó que se vacunará ni bien pueda, con cualquiera de las vacunas. A este número podemos sumar el 12% que dijo que lo haría con alguna de las vacunas que ya ha adquirido el gobierno (la Sputnik, la de AstraZeneca o la de Sinopharm). Por otro lado, un 14% de quienes manifiestan que se vacunarían si pudieran elegir la vacuna, escogería la de Pfizer (cuya adquisición aún no está resuelta). Solo un 27% manifiesta que no se vacunaría (19% porque teme a estas vacunas, y un 8% porque no cree que haga falta). Este porcentaje no representa una diferencia sustancial con la opinión de los/as argentinos/as antes de la pandemia y representa un nivel de aceptación de las vacunas mayor que el promedio mundial.

No hay grandes diferencias por zonas, por nivel educativo o por género. Los jóvenes parecen sólo un poco menos dispuestos/as a vacunarse (39% ni bien puedan, con cualquier vacuna). Lo que sí genera diferencias frente a la vacunación es la identidad política: están dispuestos a vacunarse el 77% de quienes querían que ganara Alberto, pero solo el 42% de quienes querían que ganara Macri. Sin embargo, mirando “el medio vaso lleno”, se observa que una importante porción de ellos acompaña la política de vacunación del gobierno, y no las críticas que formulan muchos de los dirigentes de Juntos por el Cambio. Esta proporción se incrementa aun más entre quienes categorizamos como “apolíticos”: el 56% está dispuesto/a a vacunarse con las vacunas compradas por el gobierno nacional.

Para finalizar, podemos decir que el gobierno nacional, a pesar de la terrible coyuntura de la pandemia que nos azota, sumada a los graves problemas económicos y sociales como consecuencia de las políticas implementadas por el gobierno de Juntos por el Cambio, está logrando mantener su base electoral e, incluso, ha conseguido que una parte de quienes no lo votaron evalúen positivamente su gestión y, en particular, apoyen las acciones frente al Covid.

 

 

 

Ficha técnica de la encuesta

  • Fecha de relevamiento: del 9 al 16 de enero de 2021.
  • Universo: población mayor de 18 años, residentes en la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
  • Alcance del relevamiento: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de la Provincia de Buenos Aires.
  • Diseño muestral. Captura de casos a través de publicidad en Redes Sociales (Facebook e Instagram), segmentada proporcionalmente por género, edad y partido/jurisdicción. En provincia se relevaron todos los partidos del Gran Buenos Aires, los tres grandes aglomerados urbanos (Gran La Plata, Gran Mar del Plata y Gran Bahía Blanca) y 15 partidos del resto de la provincia.
  • Tamaño de la muestra: 3.244 casos.
  • Cantidad de preguntas: 110.

Realizado por SocPol - UNQ (Instituto de Economía y Sociedad en la Argentina Contemporánea de la Universidad Nacional de Quilmes).

 

 

  • Los autores de este texto son Javier Balsa, Guillermo de Martinelli, Pehuén Romani y Juan I. Spólita
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