Cuerpos capaces de desear

Una ley que traza una nueva frontera sexual y nos declara soberanes de nuestro deseo

 

“Me interesa mostrar lo que las travestis, transexuales y transgéneros podemos aportar a la Campaña. …También producimos saberes, podemos elaborar teoría y, en este sentido, no estamos proponiendo cambiar el eje, insisto, de la cuestión central, vertebral que son las mujeres, sino enriquecer esta Campaña y esta propuesta, trabajando temas que hacen a la misma cuestión, como es la de arrancar a los Estados, a las corporaciones y a las Iglesias la propiedad de nuestros cuerpos”.
Lohana Berkins (2010)

 

Impulsades por el fervor de las mareas a veces nos resulta difícil observar y recordar qué fue lo que nos trajo hasta acá, en qué momento de nuestras vidas se activó la chispa que encendió el calor de nuestras luchas, que hoy es este fuego abrasador que nos contiene a todes. El ritmo de nuestras vidas nos deja muy poco tiempo para mirar hacia atrás y reconocer los orígenes de los caminos que hoy usamos y que inauguraron otres. Hoy estamos a las puertas de celebrar una ley que nos permita abortar de forma legal, que nos permita decidir sobre nuestros cuerpos y reafirmarnos como inalienables gobernantes de nuestra sexualidad. Estamos a corta distancia de una ley que traza una nueva frontera sexual y nos declara soberanes de nuestro deseo.

Pero no llegamos hasta aquí de la nada, empujades por la marea, aturdides por el verde estridente de los pañuelos. Llegamos por una historia de luchas que se puede leer desde distintas ópticas y sobre la cual se puede hacer diversos recortes, pero en todos un capítulo especial deberá estar dedicado a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Hubo experiencias previas e incursiones por fuera de la Campaña que han sido también exitosas y notables, pero si algo nos condujo donde estamos ahora es porque hicimos todes un esfuerzo coordinado. Pusimos nuestras convicciones partidarias a un lado y tendimos una red repleta de tensiones, diferencias, desacuerdos… pero una red al fin. Y todes sabemos que eso, en la Argentina, es un montón.

Nos acuerpamos en un mismo movimiento y nos reconocimos, nos miramos a la cara y nos dimos cuenta de que éramos diverses. Éramos una multitud y éramos múltiples. Irreductibles a una sola categoría, nos declaramos marea. Y nos vestimos de pañuelos verdes. Con el tiempo imprimimos en el centro la memoria y la fuerza de las Madres y Abuelas. Convertimos un objeto históricamente asociado a las lágrimas, en un emblema de la libertad y de la lucha incesante. A nuestros pañuelos los intervenimos, los bordamos, los pasamos de mano en mano como una clave entre compañeres. Y le estampamos la bandera del orgullo cuando entendimos que no sólo las mujeres eran el sujeto central del aborto.

 

 

Uno de los primeros pañuelos de la Campaña, aún sin logo ni consigna, intervenido artesanalmente.

 

 

En las últimas semanas proliferaron las críticas hacia el proyecto y su tratamiento, sobre todo por el carácter cisexista de muchas de las declaraciones vertidas por les diputades durante la exposición de sus argumentos. Es comprensible la bronca, porque en esta gesta las travestis, los pibes trans, las lesbianas, las maricas y las personas no binarias hemos tenido una participación activa desde el principio y se vuelve agotador escuchar una y otra vez que el debate circule por los mismos lugares, desconociendo trayectorias. Pero a pesar de todo, las tres últimas redacciones del proyecto incluyen identidades por fuera del binarismo. Aunque nos parezca poco, de un tiempo a esta parte el uso de la categoría “persona gestante” ha impregnado otros marcos normativos y se incluye en distintos proyectos de ley, lo que da cuenta de que un poco de la tarea viene dando sus frutos.

Es importante también no olvidar que el debate sobre el aborto siempre ha estado restringido y en tensión. Que muchas veces esto excede a nuestras voluntades como movimiento político y se circunscribe a las agendas partidarias y del Estado. El discurso sobre el aborto es en sí mismo un nudo de tensiones donde cada palabra cuenta. Donde nos gustaría que se hable de deseo, nos dicen que el aborto es una última opción. Donde quisiéramos que se hable de autonomía, nos responden hablando de un “problema” de salud pública. Y donde esperaríamos ser nombrades, se deslizan caprichosas categorías: persona gestante, cuerpos gestantes, identidades con capacidad de gestar, etc.

 

 

Lohana Berkins, en uno de los eventos de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

 

 

Así y todo, hemos construido en paralelo, en conjunto, en alianzas con los feminismos una agenda común que permite que ciertos debates que parecían lejanos hace unos años, hoy estén impresos en la agenda política de los espacios partidarios, los diversos activismos y en los medios de comunicación. La Marea Verde dinamizó muchas discusiones que venían produciéndose desde tiempo atrás y que eran urgentes, sobre todo sobre los posicionamientos cisexistas y heterocentrados de muchos feminismos a quienes la experiencia travesti/trans les resultaba ajena y distante. Crear esta alianza con los movimientos feministas estaba ya en la cabeza de dirigentes fundamentales para nuestras luchas como Lohana Berkins que en 2008 recordaba cómo se habían encontrado con la lucha por el aborto y qué las movilizó a ocupar un lugar dentro de la Campaña:

“Empezamos a tomar un tema que no nos era propio directamente, pero sí veíamos la demanda de la propiedad del cuerpo como un derecho absoluto. (…) Ese reclamo de la propiedad del cuerpo (en este caso, las mujeres para decidir su procreación, cuándo tener hijos, por qué tenerlos y con quién tenerlos), hacía un cruce nodal con nosotras: 'Nosotras queremos el cuerpo para transformarlo, para vivirlo, para mostrarlo o para lo que fuera'. Yo creo que ahí es cuando nosotras vislumbramos la cuestión de la defensa de los derechos sexuales y, después, reproductivos”.

Con increíble claridad Lohana, y con ella las travestis, entendimos que no se encontraba en discusión únicamente la capacidad de gestar o el deseo de abortar, sino que esta era una lucha que tenía que ver con nuestras autonomías corporales y con el derecho a disponer de nuestra sexualidad libremente. El aborto visto cómo algo más que una problemática sobre lo reproductivo hizo que también las maricas se sumaran a esta pelea e hicieran aportes significativos sosteniendo dentro de la Campaña álgidas discusiones por modificar formas de pensar y demandar un derecho entendido como “propio de las mujeres”. Y esos debates no fueron fáciles, pero sin duda fueron fructíferos. Hoy la Campaña nuclea en torno a la Colectiva de Disidencias Sexogeneropolíticas y otras redes a muches compañeres maricas, gays, lesbianas y bisexuales que entienden este derecho como la plataforma sobre la cual construir nuevas autonomías decisionales sobre el deseo.

La participación de las activistas lesbianas fue central para construir una estrategia de información y acompañamiento a quienes deseaban abortar. Entre 2009 y 2012 la línea telefónica de Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto acompañó a cerca de 10.000 interrupciones y construyeron colectivamente protocolos sobre el uso del misoprostol que resultaron importantísimos para poder deslocalizar el aborto de la hegemonía del sistema médico/científico. La guía Todo lo que querés saber sobre cómo hacerse un aborto con pastillas es prácticamente un best-seller editado de forma independiente. Se distribuyeron miles de ejemplares en los Encuentros Nacionales de Mujeres y se calcularon cerca de 200.000 descargas de los sitios donde fue subida originalmente. Aunque sin duda circuló de mano en mano, fotocopiado y replicado miles de veces, acompañando a quienes necesitaban información para gestionar sus propios abortos. La experiencia además sacó del closet el hecho de que las mujeres abortan y lo hacen atravesando la vivencia de un modo distinto a como se lo había representado hasta entonces, como señalan Mines, Díaz Villa, Rueda y Marzano quienes integraron Lesbianas y Feministas:

"La ficción del 'nadie quiere abortar' que se sostiene como discurso políticamente correcto, se contradice con la realidad de todos los días: hay 1 aborto por minuto en nuestro país. La imposición del silencio detrás de la sentencia 'Nadie quiere abortar', se parece más a una amenaza hacia las propias mujeres que a un argumento político. Lo que se oculta detrás de la sentencia es el deseo de abortar. Se oculta porque parece resultar imposible hacerse cargo de que en la experiencia del aborto hay agencia. Existe autonomía y autodeterminación. Hay un deseo que se cumple. Es cierto que raramente alguien se embaraza con el fin de abortar (…), pero una vez producido el embarazo y tras la definición de abortar, aparece el deseo. Deseo tal vez a contrapelo de la lógica feminista que poco habla de deseo y más de destino, como si el destino fuera embarazarse sin desearlo y abortar sin quererlo. Quizás por entender este deseo, tal vez porque como lesbianas compartíamos algo de la experiencia del deseo a contrapelo de la norma, es que las llamadas eran definitivamente un acto político revolucionario para cada mujer y cada una de nosotras” .

 

 

Portada de la guía elaborada por Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto

 

 

El activismo transmasculino realizó aportes significativos a los debates en torno al aborto. Por una parte, por la puesta en discusión de la justicia reproductiva y la necesidad de cuestionar los procedimientos e intervenciones a los que fueron y son sometidos los cuerpos trans para ser reconocidos y legibles ante las agencias estatales, lo que muchas veces conduce a cirugías y tratamientos que producen la esterilización compulsiva. Por la otra, al exponer las múltiples violencias a las que se ven sometidas las identidades trans-masculinas al acudir a los sistemas de salud en busca de atenciones ginecológicas y obstétricas. Otro punto central de las cuestiones interpuestas en relación al aborto fue la experiencia de la organización Putos Mal que bajo la consigna “Aborto legal para los putos trans” apelaba a repensar la presunción de heterosexualidad de los hombres trans. Muchos de estos debates tomaron cuerpo en el proyecto de la Campaña de 2016, que aunque no logró estado parlamentario presentaba como sujetos del derecho al aborto a “las personas con capacidad de gestar de acuerdo a lo normado en la ley de identidad de género n° 26.743”.

 

 

Este y otros volantes pueden verse en la página del FTM o en la página web del ilustrador, Jaro Grillo (Tirremomo).

 

 

En los debates y manifestaciones en torno a la discusión del aborto en 2018, los activismos trans-masculinos intervinieron a través de afiches y volantes, para exponer muchas de estas cuestiones y generar un lenguaje propio donde las autonomías corporales, el derecho a decidir sobre la gestación y los modos de vivir la sexualidad tomaban carnadura en provocativas gráficas. El Frente de Trans Masculinidades (FTM) cuestionó la escasa participación de personas trans en los debates en comisiones y denunció el sesgo cisexista de muchas de las presentaciones realizadas. Por otra parte presentaron puntos de conexión entre el derecho a la identidad de género conquistado en 2012 y las demandas por el derecho al aborto. Fernández Romero releva la experiencia en un trabajo recientemente publicado:

“El Frente de Trans Masculinidades también trazó similitudes entre la interrupción del embarazo y las transiciones de género, algunos de cuyos aspectos fueron facilitados por la LIG; enmarcaron ambas cuestiones dentro de un espectro más amplio de decisiones sobre la propia vida y el propio cuerpo generizado y sexuado. (…) afirmaron 'Somos dueños/xs de nuestros cuerpos. Para elegir nuestros nombres y pronombres. Para decidir si queremos o no hormonas y cirugías. Para decidir con quiénes tener o no sexo. Para elegir si gestar o no'. (…) Al igual que la LIG posibilitó que las decisiones sobre el cuerpo sexuado dejarán de ser prerrogativa de jueces, médicxs y psiquiatras en el marco de un entendimiento patológico de las identidades trans, en sus volantes afirmaban que las decisiones sobre la gestación no debían estar en manos de profesionales de la salud ni de ningún otro agente externo”.

Difícilmente este artículo logre resumir todas las intervenciones que las personas trans, no binarias y demás disidencias sexuales hemos realizado en torno al derecho al aborto. La lógica misma de las multitudes hace que muchas experiencias sean poco visibles, aunque tengan impactos tremendos en las historias particulares. Las personas trans y sexodisidentes estamos dentro de la marea y aportamos desde múltiples sitios, acompañando a abortar, sosteniendo la lucha en las calles, produciendo saberes, cuestionando lo establecido y participando de los debates por dentro y fuera de la Campaña. Y todas esas formas de intervenir son válidas, porque siguen dándole vigor a la red en la que sostenemos el deseo de una sociedad con nuevas fronteras.

No estamos disputando protagonismos, ni buscamos invisibilizar a las mujeres como sostienen las feministas radicales trans-excluyentes. Queremos complejizar las perspectivas utilizadas para pensar la IVE y sacar del closet aquellos abortos doblemente clandestinos: penalizados por la ley y considerados abyectos por un sistema heterocisexista.

A su vez es necesario superar la mera crítica e involucrarnos en algunos de los múltiples espacios, proyectos y redes que actúan para facilitar y acompañar el deseo de quienes abortan. Sólo desde allí es posible derruir las bases del cisexismo, producir saberes que lo interpelen y que hagan visibles nuestra clandestinidad. Sin dudas la tarea no es fácil, pero la recompensa es enorme y la tenemos casi al alcance de las manos: la posibilidad de construir cuerpos sin patrones, sin destinos, sin ataduras. La conquista de cuerpos libres, libidinales y autónomos. Cuerpos con plena capacidad de desear.

 

 

 

 


Esta nota se vale de dos trabajos de investigación para reconstruir algunas trayectorias militantes: mi profundo agradecimiento a quienes sistematizan experiencias y trabajan desde los espacios académicos por conceptualizar nuestras luchas:
Las ilustraciones del FTM utilizadas para esta nota son de Jaro Grillo (Tirremomo): https://www.instagram.com/cafenjarito/

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