De Buenos Aires a Gaza

La prensa israelí evoca el apoyo de su país al genocidio en la Argentina

Foto- Sebastián Ben-Daniel

El diario israelí Haaretz, que denuncia la limpieza étnica y el genocidio que ese país practica en Gaza, comparó la situación con lo sucedido hace medio siglo, cuando el gobierno de Tel Aviv pertrechó con armas modernas al terrorismo de Estado, aun cuando se supo que ese material era utilizado para asesinar a judíos argentinos. "El 7 de octubre [de 2023] no fue la primera vez que el gobierno de Israel abandonó a los judíos para obtener beneficios políticos. Al igual que Hamás, la junta argentina se benefició de la cooperación con los gobiernos israelíes de derecha. Pero a diferencia de Hamás, continuó beneficiándose de esos gobiernos en forma de armas y entrenamiento, incluso después de que se supiera que estas armas se utilizaban para asesinar judíos", sostiene el periódico centrista, en un artículo firmado por el columnista Sebastián Ben-Daniel, que firma con el seudónimo John Brown.

Según el columnista, la junta que controló la Argentina entre 1976 y 1983 asesinó a muchos más judíos que Hamás. "Al igual que Hamás, la junta se benefició de la cooperación con los gobiernos israelíes de derecha. Pero a diferencia de Hamás, continuó beneficiándose de la cooperación con esos gobiernos y las Fuerzas de Defensa de Israel en forma de armas y entrenamiento, incluso después de que se supiera que estas armas se estaban utilizando para asesinar judíos y que miles de ellos habían desaparecido o habían sido arrojados a la muerte desde aviones".

El abandono de los rehenes en poder de Hamás por parte de un gobierno que prioriza la limpieza étnica de Gaza sobre sus vidas no es sorprendente, porque "forma parte de un patrón bien documentado de priorizar supuestos intereses económicos y estratégicos por encima de las vidas judías", añade.

En referencia a la Argentina, afirma haber leído "decenas de miles de documentos israelíes de la época de la junta. La mayoría permanecerá clasificada durante los próximos 90 años, a pesar de que el próximo marzo se conmemora el 50° aniversario del golpe militar de la toma del poder por la Junta Militar en la Argentina. La conclusión aplicable a los rehenes israelíes en Gaza debería ser evidente: sus familias no deben creer ni una sola palabra de lo que digan los ministros del gabinete ni los oficiales de las Fuerzas Armadas de Israel". Recuerda que "entonces, mintieron a las familias de los judíos desaparecidos en la Argentina. Les dijeron que estaban haciendo todo lo posible por encontrarlos, pero en realidad, no hicieron casi nada. El interés de Israel en vender armas y obtener apoyo para la ocupación israelí siempre prevaleció, y esto llevó a sucesivos gobiernos y a las Fuerzas Armadas de Israel a colaborar indirectamente en el asesinato de 30.000 personas en la Argentina. A sus familias se les dijo que guardaran silencio porque hacer ruido perjudicaría los esfuerzos por liberarlos. Pero, en realidad, fueron los jefes de la junta quienes exigieron esto a cambio de comprar armas israelíes y apoyar a Israel en foros internacionales".

"Los debates en la Knéset fueron suspendidos. Se intentó limpiar a los miembros de la junta de la acusación de antisemitismo. Los medios israelíes publicaron propaganda que incluso los medios argentinos se habrían avergonzado de publicar, junto con mentiras sobre las personas desaparecidas. Y los funcionarios israelíes pusieron en duda la poca información procedente de la Argentina, a pesar de conocer la verdad".
"Casi el 12% de los asesinados por la junta eran judíos, a pesar de que constituían solo el 1% de la población argentina. Durante este tiempo, Israel vendió armas a la junta asesina por valor de casi mil millones de dólares. Los generales argentinos, que dibujaban esvásticas en sus cámaras de tortura, interrogaban a prisioneros judíos y los violaban, recibieron aviones de combate, misiles, fusiles, equipos de vigilancia, misiles antitanque y entrenamiento militar de Israel. Aproximadamente el 30% de las exportaciones de armas de Israel durante ese período se destinó al Ejército argentino. Se enviaron pilotos israelíes para entrenar a los argentinos que tripulaban los aviones desde los que se lanzaba a la muerte a personas. Los representantes de las Fuerzas Armadas de Israel, Haim Laskov y Motta Gur, visitaron la Argentina y fueron recibidos con gran honor por el jefe de la junta, el general Roberto Viola". [La afirmación sobre los pilotos es dudosa, porque los aviones que se utilizaron para arrojar prisioneros al mar eran máquinas de transporte, como los Electra de la Armada o los Skyvan de la Prefectura, y no los modernos cazabombarderos israelíes.]
"¿Israel desconocía el destino de los judíos argentinos? Documentos estadounidenses arrojan luz sobre esta cuestión. Uno, fechado el 24 de junio de 1976, muestra que fuentes israelíes sabían que el régimen argentino secuestraba y asesinaba sistemáticamente a activistas de izquierda. Según una fuente israelí citada en el documento, Israel sabía ya en 1976 que la proporción de judíos entre las víctimas de asesinatos era alta.
"Sin embargo, esa misma fuente defendió la continua cooperación de Israel con la junta con la sorprendente afirmación de que no se trataba de antisemitismo por parte del régimen, sino que simplemente se debía a la desproporcionada representación de los judíos entre los académicos e intelectuales que se habían convertido en activistas subversivos de izquierda. Es cierto que los judíos tenían una fuerte representación en esos grupos. Pero el uso de este argumento demuestra hasta qué punto las vidas judías estaban subordinadas a otros intereses".
Renée Epelbaum, cuyos tres hijos fueron secuestrados y asesinados, y una de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo, dijo una vez: 'No queríamos saber que nuestros hijos fueron asesinados con armas israelíes. Recordamos la bofetada que recibimos de los líderes de la comunidad judía, quienes nos dijeron que lo que nos había sucedido era culpa nuestra, porque no criamos a nuestros hijos para ser sionistas'".
"Los documentos estadounidenses contienen evidencia de que, por orden del gobierno israelí, los líderes de la comunidad judía argentina también justificaron las acciones de la junta, argumentando que estaban dirigidas únicamente contra activistas de izquierda. Funcionarios israelíes destacaron hasta qué punto los líderes de la junta se enorgullecían de la cooperación de los líderes comunitarios judíos, citándolos diciendo: 'Si les dices a los líderes comunitarios que salten de un edificio de 20 pisos, saltarán'".
"Los verdaderos intereses del gobierno israelí en continuar la guerra en Gaza son claros, al igual que lo fueron en la Argentina. El gobierno necesita la guerra para mantenerse en el poder, la industria de defensa la necesita para seguir obteniendo beneficios y los generales la necesitan para encubrir su fracaso del 7 de octubre".
"¿Y los rehenes ? Al igual que los judíos desaparecidos en la Argentina, se han convertido en víctimas de un Estado que dice representar al pueblo judío, pero que ha priorizado repetidamente otros intereses sobre el pueblo judío y sus vidas. ¿Qué son las vidas de unos pocos judíos marxistas comparadas con la seguridad de toda una nación? Al fin y al cabo, tenemos que vender armas para sobrevivir y obtener apoyo para el país, que ya entonces se había convertido en un paria debido a la ocupación. Y hoy, tenemos que llevar a cabo una limpieza étnica en Gaza; de lo contrario, el ataque del 7 de octubre volverá a ocurrir".
"Los funcionarios israelíes argumentaron entonces que vender armas beneficiaría a los judíos argentinos. Pero en cuanto a Gaza, el gobierno ni siquiera se molesta en explicar cómo se supone que los bombardeos traerán a los rehenes a casa. Simplemente sigue bombardeando, y el pueblo israelí, cegado por la propaganda y el racismo, se niega a ver la simple verdad: el gobierno que ayer vendió armas a los asesinos de judíos también los abandonará hoy".
"Las familias de los rehenes, al igual que las Madres de Plaza de Mayo, siguen manifestándose y exigiendo respuestas. Pero la historia se repite en forma de una decisión calculada por parte de un gobierno que nunca tuvo la intención de proteger a todos los judíos, sino solo a quienes sirven a sus intereses. Los rehenes en Gaza, al igual que los judíos desaparecidos en la Argentina, demuestran que el Estado judío está dispuesto a sacrificarlos en aras de sus intereses económicos y políticos. Pero esta vez, no podemos decir que no lo sabíamos. No crean ni una palabra de lo que dice el gobierno. Como todos los gobiernos israelíes, el primer ministro Benjamín Netanyahu solo entiende de fuerza. Y si se lo permiten, priorizarán sus intereses particulares sobre las vidas judías. Eso fue cierto en los campos de exterminio de Buenos Aires en aquel entonces, y lo es en los túneles de Gaza hoy", concluye el demoledor artículo.

 

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