Des/PedidosYa

Cincuenta trabajadores de una empresa de delivery, en la calle y sin aviso

 

Este martes cuatrocientos cincuenta trabajadores de la empresa de delivery PedidosYa fueron despedidos. Los repartidores se notificaron de su desvinculación cuando intentaron conectarse a la aplicación para comenzar su jornada de trabajo y en las pantallas de los celulares un cartel con un aviso de bloqueo de sus ID los sorprendió. Este modus operandi es utilizado por la economía colaborativa para expulsar a los trabajadores de plataformas. La empresa uruguaya de comida online, al radicarse en el país comenzó a contratar empleados en relación de dependencia, reconociendo el vínculo laboral que tienen las plataformas con los repartidores. Tiempo después, con la llegada al mercado argentino de las empresas Rappi y Glovo, que no reconocen la relación laboral con sus mensajeros sino que exigen monotributo para trabajar en la aplicación, la compañía uruguaya dejó de registrar a los nuevos trabajadores que ingresaban e imitando los vínculos de las demás empresas en competencia comenzaron a exigir el monotributo.

La firma PedidosYa fue creada por los uruguayos Ariel Burschtin, Álvaro García y Rubén Sosenke en 2010 y pertenece al grupo económico alemán Delivery Hero que adquiere el 70% de las ganancias de la empresa. Esta multinacional opera con 60.000 restaurantes a lo largo del mundo: Reino Unido, Suecia, Finlandia, Polonia, Austria, Dinamarca, Australia, Suiza, Corea del Sur, China e India. Y los inversores actuales de la compañía son Insight Venture Partners, Luxor Capital, Kite Ventures, Team Europe, Ru-Net, Tengelmann Ventures, Holtzbrinck Ventures, Point Nine Capital y Phenomen Ventures. Las compañías multimillonarias de la economía colaborativa que se caracterizan por la evasión impositiva y fraude laboral, posicionan a los trabajadores (que no reconocen como tales) como individuos sin poder ni voz en las empresas. Sin embargo son los mensajeros quienes pedalean las bicicletas por la ciudad, sufren robos, no tienen seguro, vacaciones, descanso, ni tampoco les realizan aportes. Son, a fin y a cabo el motor de estas empresas, ya que sin ellos no funcionan ni se expanden. Los trabajadores asumen todos los riesgos, pero los ejecutivos obtienen todas las recompensas. Cuando los trabajadores de la economía de plataformas tomaron nota de esto comenzaron a organizarse a nivel mundial en distintos países y contactados por grupos de whatsapp (del mismo modo que los mensajeros se organizan en las ciudades). Al día de hoy se registran organizaciones de riders en Argentina, Australia, Francia, Inglaterra, Escocia, Gales, Italia, Alemania, España, Holanda y Finlandia.

“Detrás de nuestros trabajos están nuestras familias que se mantenían con esto, había personas que dependían completamente de este ingreso y que simplemente la empresa lo que planteó fue: no me sirven, chau. Y no queda nada más que denunciar que las condiciones de trabajo que tenemos son precarias debido a que ahora ellos están contratando solo monotributistas. Ellos no quieren hacerse cargo de las cargas sociales que tienen que pagar ni de la ART, porque el día de hoy si vos sos monotributista y te pasa algún accidente entregando un pedido nadie se hace cargo, quedas en la calle desnudo en bolas como dicen los argentinos” dice Felix, un joven venezolano de veinticinco años que desde julio desempeñaba tareas en la empresa. Y agrega “a la empresa le pedimos que recapaciten que nos vean que más allá de un número, somos empleados, somos personas, tenemos familias, deben apelar al sentido humano si es que por casualidad, lo tienen”. Los empleados despedidos manifestaron que la primer tanda de bloqueos fue en diciembre con trescientos repartidores expulsados de la aplicación, en enero el número se repitió y en este turno, los despidos fueron más de cuatrocientos. A fin de año la organización de trabajadores de la compañía comenzó a tomar forma con las primeras asambleas que se realizaron en el barrio de Palermo, donde queda la sede de la empresa. Allí exigían un aumento salarial acordado, el reintegro de descuentos ilegales, un espacio físico donde pudieran guardar sus bicicletas, un refugio por zona para hidratarse e ir al baño y mochilas livianas e indumentaria en tiempo y forma.

 

Fuente: Barricada TV

 

En la Argentina más de 190.000 trabajadores registrados perdieron sus empleos según la información difundida el miércoles último por el Ministerio de Producción y Trabajo, en base al Sistema Integrado de Previsión Argentino (SIPA) y dos de cada tres empleos formales que se destruyeron fueron de calidad (asalariados registrados del sector privado). Según el CETYD, en enero de este año el nivel de contrataciones de personal por parte de las empresas fue el más bajo desde 2002 y los propios empresarios desconfían de que la situación progrese a corto plazo, incluso aproximadamente el 8% cree que va a disminuir su plantilla de trabajadores en los próximos meses. “Por un lado la economía de plataformas es un catalizador del crecimiento de los puestos de trabajo precarizados que aparecen en las estadísticas como expansión del monotributo y el cuentapropismo. Por el otro, el proceso en el que se involucran empresas como PedidosYa dan cuenta de un retroceso muy claro: la transformación de un modelo que contrataba asalariados registrados hoy despide y contrata monotributistas. Este fenómeno se hace visible en la calle pero también en las estadísticas” concluyó Juan Manuel Ottaviano, abogado laboralista de la Asociación de Personal de Plataformas (APP), primer sindicato en la Argentina y América de trabajadores de aplicaciones.

 

 

 

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