Diamantes y óxido

La música que escuché mientras escribía

 

Un querido amigo me mandó este tema, que me resultó devastador. Fijate en la foto cómo lo mira esa mujer. ¿Puede ser que de eso no haya quedado nada?

No sé si mi amigo sabía que una de las novelas que escribió mi padre se llama Enamorado de Joan Baez.

 

 

El video tiene sobreimpresa la letra en inglés y por si alguien lo ignoraba te hace saber con decenas de fotos que la canción se refiere a Bob Dylan. A lo que este otro video llama La triste historia de Dylan y Baez.

 

 

Después del relato viene encadenado nuevamente Diamantes y óxido, pero esta vez con la letra en una traducción a la lengua paterna de Joan Baez, que es la nuestra. Elemental, pero traducción al  fin, para que todos sepamos de qué se trata.

Tenían 20 años cuando se conocieron, en la vorágine de la militancia por los derechos civiles y contra las guerras imperialistas en el Tercer Mundo; 34 cuando ella le cantó todo lo que se le quedó atragantado entonces. Hace dos semanas ella cumplió 78 y a él le faltan unos días para alcanzarla.

Cada uno siguió su curso. El se convirtió en la megaestrella mundial que sigue siendo hasta hoy e inició el camino que lo llevaría al Premio Nobel de Literatura. Ella quedó relegada, como un anacronismo de una época destellante y fugaz, con su denuncia del imperialismo en manifestaciones entusiastas, siempre sin maquillaje, y a menudo descalza. Un ícono del siglo XX, una hermosa pieza de museo.

Tal vez buscando lo opuesto, él se dió con todo lo que la época ofrecía y en ese estado se enganchó con una conejita de Playboy, nada menos. Pero nada era como parecía. Sara, en realidad era Shirley. En vez de glamour y desenfreno lo llenó de hijas. Abrumado de tanta familiaridad, Bob se encerraba para componer. Así surgió otro tema en el que Dylan dice en inglés que el castellano es el idioma del amor,  ostensiblemente dedicado a Joan. Curioso, la letra no es suya, sino de un vaquero de 1907, pero transmite toda la melancolía del rusito de Minnesota (Robert Allen Zimmerman, su nombre) por la hija y nieta de intelectuales  mexicanos contestatarios. A esa altura ella había aprendido a reírse. Bob canta un par de versos en castellano. "Estaba convencido de que lo sabía" ,  se burla ella.

¿A quién no le ha pasado que del amor más  profundo sólo resten diamantes y óxido?

Los dos siguen escribiendo y cantando y sólo sospecho  quién puso los diamantes y quién el polvo oxidado.

La conclusión lógica sería: Tristeza não tem fin.

Pero no quiero terminar tan abajo, que ya bastantes motivos tenemos.

Prefiero despedirme con un par de temas que hicieron en 1963. El primero es el famoso Blowing in the wind, que Bob parece dedicar "to the people of Venezuela", pero en realidad dice de Minnesota.

Como escribió el magistral Thomas Wolfe, quien murió tres años antes de que ellos nacieran,  tenían 20 años, eran jóvenes y gloriosos y sabían que nunca iban a morir.

Mirá esos labios anhelantes de deseo y repetite la pregunta del primer párrafo.

 

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