DIFERENCIAS

Números, proporciones, imágenes y consignas

 

La única consigna opositora que mereció respaldo social fue aquella de “No queremos ser Valenzuela”.

Efectivamente, quienes nos apellidamos de otro modo carecemos de motivos para trocar nuestra presentación en sociedad por otra.

Así que bien por la señora que lo proclamó a voz en cuello, cuando todas las cámaras enfocaban el trascendente suceso informativo. A veces, se acierta con las consignas justas en el marco adecuado.

Admitiendo el acierto, evaluamos el resto. Y repasamos, junto a algunos representantes gremiales, las movilizaciones convocadas desde varios portales con puntos de concentración, horario y promesa sutil de “si vas, salís en la tele”

La política es comparación, aunque a muchos les duela. Nunca se puede medir un presente imperfecto con uno ideal. Es preciso tomar un elemento, historizarlo, y entonces parangonarlo con períodos equivalentes, asentados sobre un hecho relacionado.

Por ejemplo, durante la resistencia al macrismo el movimiento obrero argentino movilizó en dos ocasiones cerca de 500.000 personas en Plaza Congreso. El impulso de aquellas concentraciones se originó en el Frente Sindical para el Modelo Nacional, la Corriente Federal de Trabajadores de la CGT y la Central de Trabajadores Argentinos, con adhesiones variadas.

Por entonces, el conjunto de los medios concentrados bajaron el precio a las convocatorias –apenas un puñado de menciones— y a sus resultados – en todos los casos publicaron fotos sesgadas y disminuyeron el número de los presentes.

Pero esos actos existieron y las personas que participaron de los mismos –nos consta que algunas se apellidaban Valenzuela— existieron y existen.

Los planteos que lideraron esos encuentros se asentaron en la defensa del salario, del empleo, de las jubilaciones y, en general, de la producción nacional y el mercado interno. Esas banderas resultaron decisivas para desplegar la coalición política que recaló sobre el Frente de Todos y culminó con la victoria electoral de 2019.

Con los datos en mano, hoy podemos indicar que desde la asunción de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, la aquiescencia social para quienes arribaron portando esos conceptos, creció.

Los sondeos de opinión perciben que el alza se asentó en la política oficial de salud durante la primera fase de la cuarentena, y luego en varias acciones económicas de respaldo a los más humildes, el acuerdo con los acreedores, la promoción de la construcción, los gestos prácticos hacia medianas y grandes firmas ligadas a la industria y la decisión de declarar esencial al servicio de telefonía.

Al igual que los grandes actos del espacio laboral, este panorama tampoco emerge con nitidez en las pantallas. Pero también existe.

En base a ese intento comparativo, observamos con los referentes sindicales las mejores imágenes de las movidas opositoras. Es difícil subirles la cotización: entre tres mil y cinco mil personas han ocupado en distintas instancias las calles porteñas para decir No A Todo. Y eso que la convocatoria incluía las más diversas situaciones que pueden amoscar a un ser humano.

Para no adentrarnos en las propias observaciones, consultamos a colegas que cubrieron directamente las actividades. Coincidieron con las cifras y realizaron una serie de apuntes corrosivos sobre los rasgos psicológicos de los asistentes.

Que el sector opositor posea un poder económico apreciable y que su voz sea difundida a todo volumen por medios enlazados no significa que el gobierno esté acorralado por una ofensiva insostenible.

Que las fuerzas democráticas, populares, con sentido nacional que respaldan la gestión –sin dejar de lado polémicas y cruces— no hayan desplegado su inmenso poder convocante debido a los cuidados ante la pandemia, no implica que se hayan diluido en un puñado de meses.

Es importante tomar en cuenta los dos párrafos precedentes a la hora de sentarse a ver televisión. Y si es posible, evitar esa intoxicación. No sea cosa que las mayorías se perciban minorías; y viceversa.

Lo señaló a su manera aquella líder de opinión ante los medios. ¿Porqué elegir ser Valenzuela si votamos a les Fernández? Las identidades no se modifican con tanta sencillez.

Ya se ha visto en la Argentina que perduran bastante.

 

 

 

* Publicado en La Señal Radio

 

 

 

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