Dos recuerdos

La gran marcha multipartidaria de 1982 y la gesta popular de 2001

 

El jueves 16 se cumplieron 39 años de la gran marcha multipartidaria que logró empujar a la dictadura y abrir el camino a una institucionalidad acotada, pero muy distinta al horror impuesto en el 76. Aquel 16 de diciembre de 1982 estuve presente como parte del dispositivo de cobertura periodística del diario La Voz.

La intensa represión y el asesinato de un manifestante, Dalmiro Flores (de la Juventud Peronista), no alcanzaron para frenar el profundo malestar social y el rechazo a un régimen que había llegado para poner en caja a la creciente economía argentina y al movimiento obrero en sus distintas vertientes.

Los compañeros que penetraron la Casa Rosada con una de las vallas venían de la columna de Zona Sur. Varios amigos allí; algunos ya no están, otros todavía andan transitando esos barrios queridos. La foto, magnífica, condensa todo un camino y refleja el heroísmo de tantos pibes.

Hoy y mañana se recuerda la gesta popular del 19 y 20 de diciembre de 2001, cuando gran parte de nuestro pueblo se expresó vivamente para lograr el quiebre del mismo modelo liberal antedicho y expulsar a sus mascarones de aquel momento: Domingo Cavallo y Fernando de la Rúa.

Felizmente, también estuve allí. La noche inicial, marchando por Defensa junto a Lautaro –sus primeros gases, a los seis años– y Vivian. Al lado, charlando animadamente, mi amigo Horacio González, vecino de San Telmo. El día siguiente permanecí todo el tiempo en la Plaza. Una represión de enorme violencia y 38 muertos.

Soy agradecido a la vida por haber tenido la oportunidad de participar en nuestras calles de esas jornadas. No ignoro el coste de las mismas, pero no puede ser cargado a la romana de los manifestantes sino a la del poder antinacional y antipopular. La vibración profunda de un pueblo se esparció por la ciudad y por todo el país, esos días y tantos otros. En los casos mencionados, el éxito de la acción fue ostensible, pues ayudó al cierre de ciclos oprobiosos.

Luego de cada victoria, nuevos desafíos se fueron abriendo.

Un par de recuerdos que perviven con fuerza en el alma de este periodista. De este peronista.

 

 

 

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