Ecuador, Perú y Chile: efervescencias

Los Presidentes Lasso y Castillo, de signos opuestos, bailan en la cuerda floja. Chile y una elección crucial

 

Las coyunturas políticas de Ecuador, Perú y Chile muestran una efervescencia que vale la pena examinar.

En Ecuador, el Presidente Guillermo Lasso debe capear un temporal político desatado recientemente por la oposición. El Presidente de Perú, Pedro Castillo, se encuentra jaqueado por un Parlamento que decidió someter a voto de confianza a la flamante Presidenta del Consejo de Ministros –cargo asimilable al de primer ministro–, Mirtha Vásquez. Curiosamente, ambos Presidentes tomaron posesión hace muy poco tiempo: Lasso el 24 de mayo y Castillo el 28 de julio de este año. En Chile, el próximo 21 de noviembre se realizará la primera vuelta de su elección general que incluye Presidente, senadores, diputados y consejeros regionales. Y una eventual segunda vuelta el 21 de diciembre. El panorama electoral no está suficientemente claro aún, aunque se perfilan ya algunos candidatos mejor posicionados que otros.

Pero vayamos por partes.

 

 

Ecuador

A poco más de cuatro meses de iniciada presidencia, Guillermo Lasso quedó atrapado en los sargazos de los Pandora Papers dados a conocer recientemente por el Consorcio Internacional de Periodistas Independientes. Lasso aparece vinculado a 14 sociedades offshore establecidas, la mayoría, en Panamá, Estados Unidos y Canadá. Once de ellas están inactivas pero tres se encuentran funcionando. A raíz de este destape se conoció, también, que estuvo vinculado en 2017 con 40 empresas semejantes a las anteriores.

Inmediatamente estalló un escándalo que acorraló al Presidente, quien negó todo lo que se le adjudica. No obstante, la Fiscalía de Ecuador –organismo del Poder Judicial– ha tomado cartas en el asunto como así también la Comisión de Garantías Constitucionales de la Asamblea Nacional, órgano del parlamento unicameral de Ecuador. Es decir que lo están investigando a dos puntas.

Como si esto no fuera suficiente, la protesta social directa también se hizo presente. Hacia fines de octubre, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador se movilizó en repudio de las maniobras financieras del Presidente y contra el incremento de precios resultante de sus políticas neoliberales que, además, contemplan una reducción presupuestaria en las áreas de salud y educación.

En medio de estos temblores, Lasso decretó el estado de excepción, que le permite movilizar tanto fuerzas de seguridad como militares para enfrentar al narcotráfico y en defensa del orden público. ¡Cómo si él no tuviera nada que ver con la situación generada en su país!

En fin, el Presidente viene padeciendo una autoinfringida tormenta de calamidades que lo ha desgastado en muy poco tiempo y lo ha colocado en una difícil situación.

 

 

Perú

En junio último, Pedro Castillo, candidato del izquierdista partido Perú Libre, derrotó en segunda vuelta, por estrechísimo margen, al derechista Fuerza Popular encabezado por Keiko Fujimori, hija de quien ya sabemos.

Castillo obtuvo 36 parlamentarios de un Congreso unicameral que tiene en total 130 bancas, y Fujimori 24. Los partidos Acción Popular y Alianza para el Progreso (centroderecha y derecha respectivamente) alcanzaron 15 bancas cada uno. Avanza País, también de derecha, cosechó 10 congresistas. El Partido Morado (centroderecha) y Juntos por Perú (izquierda) sumaron 9 y 5 representantes cada uno. Las demás bancas se repartieron entre Renovación Popular y Podemos Perú: en total 14 asientos. Y hay 2 independientes.

Los partidos Morado y Juntos por Perú se aliaron con Perú Libre; el bloque que formaron alcanzó a 50 representantes sobre un total de 130, una cantidad no del todo cómoda para el Presidente.

Sus tribulaciones, empero, comenzaron rápidamente. Su primer gabinete no alcanzó a estabilizarse. Por ejemplo, el ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Béjar, se vio obligado a renunciar apenas tres semanas después de su designación. Pero la crisis mayor, que aún no ha sido remontada, ocurrió en el interior de su propio partido a raíz de las desinteligencias entre el Presidente y su entonces primer ministro Guido Bellido, que culminó con su renuncia y las de otros cinco miembros del gabinete, a comienzos de octubre.

La cuestión de fondo radica en las fuertes desavenencias ocurridas entre el Presidente y su ex primer ministro, quien responde al multifacético Vladimir Cerrón, que es el fundador de Perú Libre. Se trata de un médico, ex gobernador regional de Junín en 2018 y con condena penal por cargos de malversación de fondos ya cumplida. Asimismo, se le adjudica haber estado vinculado a Sendero Luminoso.

La oposición aprovechó el desaguisado interno de Perú Libre para someter a Mirtha Vásquez y a su nuevo gabinete a un voto de confianza, como ya se ha dicho. Debido a la muerte de un congresista, esta iniciativa quedó postergada. Pero será retomada el 4 de noviembre próximo. La oposición no tiene aún la mayoría necesaria para desaprobar al nuevo equipo de ministros. Si lo hiciera pondría en un difícil brete a Castillo y lo debilitaría considerablemente. Hasta ahora se han pronunciado por no dar confianza a Vásquez los parlamentarios de Fuerza Popular, Renovación Popular, Avanza País y la fracción cerronista. Pero los demás prefieren escuchar la exposición de la nueva primera ministra antes de definir su voto. Habrá entonces que esperar y ver teniendo en cuenta que el Presidente se encuentra, ya, en una situación muy delicada.

 

 

Chile

Chile se halla a muy pocos días de una crucial elección general que incluye los cargos de Presidente, senadores, diputados y consejeros regionales. La primera vuelta está prevista para el 21 de noviembre y la segunda para el 21 de diciembre próximos.

En las elecciones de constituyentes del pasado mayo, el oficialismo obtuvo 37 convencionales; la alianza del Frente Amplio y el Partido Comunista (“Apruebo Dignidad”) 28; el centro-izquierda (“Dignidad”) 25 y el amplio abanico de independientes (“Del Pueblo”, “Nueva Constitución” y otros) 48. Hoy las cosas han cambiado un poco. Los cuatro candidatos principales –y sus respectivos partidos– son los siguientes: el izquierdista Gabriel Borich (Apruebo Dignidad), el derechista y conservador José A. Kast (Partido Republicano), Yasna Provoste (Nuevo Pacto Social), dirigente ella del Partido Demócrata Cristiano y Sebastián Sichel (Chile Podemos Mas), promovido por el actual Presidente, Sebastián Piñera. Es evidente –y extraño– que los agrupamientos independientes, de importante participación en la elección de constituyentes, no hayan presentado partidos para estos comicios.

Las dos últimas encuestas ofrecen, en materia de intención de voto, los siguientes datos:

 

 

Los porcentajes de Klast, Provoste, Sichel y Otros son bastante parejos en ambos sondeos. En cambio, hay fuertes diferencias en los porcentajes de Boric y de la categoría de blancos, nulos e indecisos, lo que coloca cierta incertidumbre sobre el posible resultado final. Quedan también como incógnita las intenciones de voto de los independientes de la elección de constituyentes, que en esa instancia tuvieron una muy importante participación pero en la que vendrá prácticamente no figuran. Lo que sí parece evidente es que habrá segunda vuelta y que muy probablemente competirán Boric y Klast.

 

 

Final

Los casos de Ecuador y Perú son parecidos pero antinómicos. En Ecuador, un gobierno de corte neoliberal litiga contra una oposición volcada hacia la defensa de un orden más autocentrado e incluyente. Y en Perú ocurre exactamente lo contrario: un gobierno que procura un desarrollo más autosustentado e inclusivo se enfrenta a una durísima oposición que batalla en pro del fundamentalismo de mercado, en beneficio de una libertad que tiende a fagocitar la igualdad. Por distintas razones, los Presidentes de ambos países bailan actualmente sobre una cuerda floja. Ninguno de los dos llevaba más de seis meses de gobierno, al comienzo de sus tribulaciones.

Queda a la expectativa Chile, que dirimirá supremacías en las elecciones en ciernes.

Puede mencionarse que Colombia está también bajo un trance antinómico y deberá definir opciones en las elecciones del 29 de mayo del año próximo. Y que en Brasil y la Argentina ocurre algo similar pero con distinto signo. El Palacio de Planalto se alinea sin pruritos con el fundamentalismo de mercado, mientras que la Casa Rosada procura, en medio de una gravísima crisis financiera, conservar alguna autonomía.

Se me dirá, tal vez, que no todo es conflicto y efervescencia. Y que el centro también existe. Respondería que sí. Pero que en estas tierras, aquél parece ser, hoy por hoy, apenas una leve sombra.

 

 

 

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