EL CHIQUITO ENORME

Florencia Halfon recorre los senderos paralelos transitados por Leonardo Favio

 

Afectos. Cine. Música. Militancia. Cuatro cimas de parecida altura a las que bien podrían agregarse otras: actuación, poesía y algunas más, asimismo subsumibles en las primeras. Cuarteto de rigurosa síntesis, como lo exige el buen periodismo todoterreno ejercido por Florencia Halfon Laksman (Buenos Aires, 1982) y ahora corroborado en las más de doscientas páginas dedicadas a las vigentes pasiones de Leonardo Favio (Las Catitas, Mendoza, 1938— Buenos Aires, 2012).

Sin ser –ni pretender— una biografía del poli-artista llegado a este mundo como Fuad Jorge Jury Olivera, apodado El Chiquito por familiares y amigos cercanos, Favio vigente, un recorrido por sus pasiones, el libro, recorta existencia y obra de quien hizo historia con el cincel de la palabra y alcanzó a modificar hasta el lenguaje visual “para relatar la marginalidad y la lucha de clases desde una ternura muy propia”. Rigor profesional y honestidad intelectual hacen que Halfon deposite la responsabilidad de la historia de vida del héroe en quien con mayor detalle la ha retratado, su colega Adriana Schettini en Pasen y vean (1995). Sobre ese testimonio, se abocó a unir grandes trazos y pequeños retazos entre compañeros de trabajo, colegas, amigos, familiares, miembros de las distintas bandas que lo acompañaron en diversos recitales, actores y actrices, periodistas, sumado a una intensa pesquisa de hemeroteca. Resultado; lo que la autora denomina “selección caprichosa de anécdotas y voces que permiten pispear el alma de este artista para tratar de entender su esencia” en lo que “podría interpretarse como reconstrucción histórica, pero es apenas labor periodística”.

 

La autora, Florencia Halfon Laksman.

 

 

Abundan, en efecto, situaciones, personajes y anécdotas deliciosas, memorables, estremecedoras. Retratadas, como en el párrafo anterior, en ese “lenguaje Favio” capaz de cruzar la retórica erudita con la palabra popular, en cuya cruza la autora se identifica y sumerge hasta lograr transmitir esa inigualable inteligencia estética presente hasta en los meandros de la obra. Marca de autor que los términos sentimiento y sensibilidad, aproximan sin llegar a cubrir. Si se quiere, forma peronista del amor faviano, modelo de relación hacedor del prójimo un compañero, inteligencia sin astillas racionalistas, ejercicio constante del pensamiento, acto creador agazapado. Emoción estética de masas, es como quien domina muchos idiomas, esta vez lo de las clases: lo que no entiende uno, lo explica el otro. Quien solo maneja el propio, se queda con el espejo.

Inteligencia capturada durante la experiencia activa de los distintos discursos sociales, dotada de la humilde cadencia de quien es, cada vez, parte de esa clase que transita y, lejos de observarla enjaulada, es absorbido por tal identidad, a la que pertenece. Transeúnte de las clases y sus luchas, Favio depura su marcha con la experiencia de los años, permitiéndose la polvareda del viento Zonda con los recolectores golondrina en los viñedos y trascartón tomar por domicilio de farra el Hotel Alvear en la oligárquica Recoleta porteña. Ductilidad en las jergas apropiadas para cantar a la educación sentimental en los fuegos de las carnes barriales y luego discutirle un encuadre, una luz a su admirado Babsy Torre Nilsson, mientras le hurta un par de rollos de película —también virgen— para un proyecto propio. Idiomas de intimidad y secreteo, idóneo al momento de ingresar al quirófano con la pavura de siempre y encomendarle a su entrañable amigo Horacio Verbitsky el crudo de su obra mayor, Perón, sinfonía de un sentimiento, por si acaso...

 

 

Favio y el cura Mugica.

 

 

Precisamente, sinfonía: en su modalidad reducida o extensa, modelo de la inteligencia trans-clasista en la que suenan, en su debido movimiento, todos los instrumentos, todas las voces, albergue sonoro de las formas que el virtuoso luce, el pobre silba y a Leonardo Favio le pertenece a tal grado que se le escapa hacia las masas populares: en la primaverita de 1973, recién estrenada Juan Moreira, el leit motiv de la película es expropiado por las columnas populares que marchaban por las calles y entonado con otra letra: “Los huevos del General / son tesoro nacional”. La canción es Adónde irás con este sol, de Pocho Leyes y Luis María Serra; ellos construyen un himno, el director lo torna imagen, el pueblo lo inmortaliza, el arte pierde la condición de mercancía, disuelve la propiedad privada, se hace consigna. (Los músicos cobran lo que les corresponde, desde ya; Favio jamás permitiría lo contrario.)

El Chiquito, en tamaña intersección discursiva, sin contradicción, podía declarar que su condición de cantor le servía a fin de financiar su cine y, al día siguiente, sostener que dirigir películas y cantar eran igualmente fundamentales en su vida. Inteligencia estética del lenguaje de clases, admite una lógica apta a fin de perforar el prejuicio, aún a los autores. El artista que volvió con Perón a la Argentina, quien intentó detener la matanza en la Masacre de Ezeiza del 20 de junio de 1973, el apasionado por el kirchnerismo, el amigo de Álvaro y María Julia Alsogaray, en el justo tiempo descubre “que la política es el verdadero arte porque tiene la capacidad de construir la felicidad de los pueblos, aunque, como en todas las disciplinas, ‘hay artistas y artistas’”.

 

Favio & Flía.

 

 

Publicado por una joven editorial emanada de una radio dedicada al rock, Favio vigente... entrega una obra multidimensional allí donde descubre una inteligencia en el sentido original de lectura en los intervalos de las palabras y en la integración de las palabras mismas. Artificio indispensable a fin de intentar captar al menos un fragmento del universo polimorfo de Leonardo Favio, siempre recubierto de esa pátina suave que lo desliza hacia lo popular, de donde proviene. Giro eficaz en lo inadvertido, es captado por Florencia Halfon Laksman en la construcción de un inventario vívido, palpitante en el que se fertiliza una fronda destinada a alimentar algo de felicidad y conciencia para los pueblos.

 

 

 

FICHA TÉCNICA

Favio vigente, un recorrido por sus pasiones

Florencia Halfon

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Buenos Aires, 2023

232 páginas

 

 

 

 

 

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