El dolor oculto

El olvido como mecanismo de defensa para poder seguir luchando

 

Quiero expresarles mi dolor y las circunstancias que estoy viviendo muchos años después, que se relacionan con lo que he hecho como abogada y de lo cual no guardo muchos recuerdos. Creo que eso se explica porque pude seguir luchando en la medida en que dejaba de lado el dolor, de otro modo no hubiera podido actuar en un momento muy difícil, en el que éramos muy pocos los que intentábamos contribuir a combatir como abogades a la dictadura, buscando los escasos caminos que había o que intentábamos abrir.

Y hace rato que lo sospecho, porque mi falta de memoria no es reciente, es decir que no es por la edad. Quizás sea más notable a partir de 1984 cuando recibía las denuncias en la CONADEP. Es como si se hubiera borrado mi memoria y los recuerdos, tal vez como producto de tomar muchas declaraciones por día de familiares que iban esperanzados, pensando que iban a recibir justicia, y ya sabemos todo lo que pasó después: las leyes del olvido –el punto final, la obediencia debida y el olvido ordenado– y la impunidad subsiguiente. Ello después de haber trabajado en el CELS durante la dictadura y yo también haber pensado que la CONADEP significaría que la Memoria y la Justicia ya llegaban.

Pero hace dos días me di cuenta en forma directa que ese olvido era mi forma de defenderme del dolor. Porque una colega me recordó un caso muy doloroso en el que actué y que esa actuación como abogada –de hace quizás 40 años– hoy parece que se acerca a tener Justicia, y no en un caso común: el caso Ramírez trataba de tres hermanitos víctimas directas de la dictadura, que ahora el Tribunal Oral Federal de La Plata está juzgando. La abogada que interviene como fiscal auxiliar me escribió recordándome el caso con estas palabras: “Lucila, solo quería comentarte que estoy alegando desde el Ministerio Público Fiscal en el caso de los hermanos Ramírez y vi varias de las presentaciones que hiciste con Mignone. Son los niños que llevaron al hogar de Belén. Quería contarte que tu trabajo después de tantos años dio frutos y hoy estamos buscando justicia por ellos”.

Parte de los detalles del caso pueden leerse en estas notas del portal Fiscales, La Izquierda Diario y Tiempo Argentino, o en esta producción del propio Ministerio Público Fiscal:

 

 

 

 

 

 

Siento el dolor, me cuesta dormir, pero me da fuerzas ver que pese a todo lo que hizo la dictadura para exterminar las ideas y los proyectos populares, pese a los muertos y los desaparecidos, algo hemos hecho para que no nos vencieran y para que los Ramirecitos puedan tener hoy Justicia.

 

 

 

 

 

* La autora es profesora consulta de la Facultad de Derecho de la UBA. Ex abogada del CELS y de la Secretaria de Denuncias de la CONADEP. Premio Azucena Villaflor 2021 por su trayectoria en defensa de los Derechos Humanos.

 

 

 

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