El extractivismo intangible

Problemáticas ocultas de la industria del software en una economía periférica

 

La industria argentina de software, habitualmente considerada como un sector excepcional en generación de empleo de calidad y bien remunerado, enfrenta sin embargo riesgos propios de una economía periférica. Si durante los gobiernos anteriores se evidenció una carencia de políticas de planificación estatal de largo alcance, menos probable aún es que se discutan e implementen durante la presidencia de Javier Milei.

Como ha ocurrido en otros rubros de la economía y periodos históricos, el modo de inserción del sector en el mercado mundial y la conjugación de variables que trae aparejada advierten sobre una serie de factores que podrían impactar incluso en la reproducción de conocimiento en la materia. Tanto geográfica como económicamente, la Argentina sigue formando parte de la periferia del mundo.

Ese es el panorama que surge de la lectura de los trabajos que dos especialistas de la economía y uno de la informática publicaron entre 2021 y 2022. Nicolás Moncaut, Gabriel Baum y Verónica Robert caracterizaron con sus estudios lo que denominan un modelo de “extractivismo de capacidades” o “de explotación no reproductiva”.

De ese modo, sostienen, la Argentina se ha insertado en una nueva forma de división internacional del trabajo como proveedora de servicios, pero sin capacidad de acumulación de rentas tecnológicas. El sector, en efecto, ha propiciado en las últimas décadas ingreso de divisas al país, pero si sólo se enfoca en ello –alertan los autores– “puede presentar limitaciones para el desarrollo sectorial de largo plazo”.

El modelo de inserción nacional a escala global se distingue de otros momentos históricos: a diferencia de la economía primaria vinculada a la producción agro-ganadera o el extractivismo de recursos no renovables, lo exportado en software presenta cada vez mayor y más intensa competencia. Las tierras de cultivo o cría no se reproducen a sí mismas ni bajo cualquier clima, como puede hacerlo el intangible conocimiento.

 

Tres vías y una misma estación

El grupo de especialistas ha identificado y descripto tres vías que condicionan –y amenazan– al modelo que viene desarrollando el país en la materia.

La que se vincula a los precios y salarios deriva directamente de la demanda que el mercado internacional imprime sobre la exportación de servicios, condicionando la producción nacional. A ello se añade una contracción en la actividad desde 2013 y un estancamiento en los salarios a partir de 2015, aunque la creación de empresas haya mantenido un ritmo creciente al menos hasta 2019.

 

 

También la masa de trabajadoras y trabajadores ha ido en aumento, pero la evolución anual de los salarios muestra un ensanchamiento de la brecha con los países centrales y un acercamiento hacia los que se pagan –por ejemplo– en India. Es posible que allí intervenga la alta especialización demandada por el mercado global, que requiere de las empresas argentinas niveles de formación más parecidos al del país asiático que al norteamericano. Como efecto debe contarse la búsqueda del empleo freelance y sin intermediación de empresas locales por parte de trabajadoras y trabajadores.

 

 

La caída de las ventas en el país, producto de un gran déficit de integración del sector a la industria nacional (2,4% de las ventas, para 2018) y el ámbito público (8%, contra 15% de otras economías), y la merma en las exportaciones –como consecuencia del aumento de la competencia y la especialización en servicios de valor decreciente– inciden negativamente en las capacidades de acumulación y reproducción de la actividad.

Por otra parte, interviene la vía financiera: una tendencia a la creación de empresas más enfocada en la oportunidad de una futura venta que en el desarrollo productivo propio de mediano y largo plazo. Moncaut, Baum y Robert encuentran que el lapso temporal entre la fundación de una firma y su adquisición por un tercero se ha ido reduciendo notablemente y casi sin pausas en las última tres décadas.

 

 

El modelo extractivista también deja ver sus efectos en la formación de los mal llamados “recursos humanos”. La demanda laboral del sector, confirman las universidades que dictan carreras afines, ha hecho aumentar la deserción académica de estudiantes, un fenómeno que no amortiguó la reformulación de planes de estudio para lograr titulaciones de menor tiempo de cursado. A diferencia de Brasil, India o Estados Unidos, la Argentina presenta mayor porcentual de trabajadores y trabajadoras cuyo máximo nivel completo de estudios es el secundario. A futuro, la previsión es que decrecerá el número de docentes. Es la parte del problema que rueda sobre la vía de formación.

 

 

Los gráficos incluidos hasta aquí forman parte del artículo que Moncaut, Baum y Robert publicaron en el número del trimestre final de 2022 de la revista especializada Problemas del Desarrollo, donde pueden ampliarse los datos reseñados.

 

Historia computada

Con La Noche de los Bastones Largos en la Universidad de Buenos Aires como máximo pero no único exponente, la dictadura de Juan Carlos Onganía interrumpió el auge científico y tecnológico del sistema académico. Uno de los rubros afectados fue el de la informática, que ya había cristalizado en dos computadoras nacionales: la Clementina, que diseñó la propia UBA, y otra proyectada por la Universidad Nacional del Sur, con sede en Bahía Blanca.

 

 

 

 

Luego de dos dictaduras, la recuperación democrática de 1983 abrió nuevos intentos de desarrollo en la materia, como el Programa Nacional de Informática y Electrónica, nuevamente interrumpidos al imponerse el paradigma consensuado desde Washington.

Tras la implosión que despidió el neoliberal último cuarto del siglo XX, las políticas públicas volvieron a enfocar en esa industria. En 2003 se creó un Foro que reunía a representantes gubernamentales, empresariales y del mundo académico, que fructificó en un Plan Estratégico y la ley de Régimen de Promoción del Software. En el lustro y medio siguiente, el empleo creció en el sector a un ritmo promedio anual del 13%, mientras que las ventas lo hicieron al 10% y las exportaciones al 28%.

En 2019, el macrismo impulsó un Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento, concepto bajo el que amplió las actividades involucradas al tiempo que se flexibilizaron los requisitos. Por caso, se reemplazó la exigencia de inversión en investigación y desarrollo (I+D) por la de capacitación del personal. Así, aplicaron a la promoción estatal empresas como Mercado Libre, Despegar o Globant.

Meses después, el nuevo gobierno de Alberto Fernández introdujo enmiendas que diferenciaban entre el tamaño y grado de madurez de las actividades productivas. Así se redistribuyó al interior del sector, pero no se puso en debate el paradigma extractivista de fondo.

 

La computadora de Goliat

Durante la reunión anual de Asociación Argentina de Economía Política de noviembre pasado, el economista Mauro Ferrero presentó un estudio en el que calculó el estado de la llamada Economía del Conocimiento en las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El resultado es que existe una correspondencia entre el desarrollo en ese campo y el Producto Bruto Interno de las jurisdicciones sub-nacionales. Las provincias del Noreste y el Noroeste son las más pobres y las menos desarrolladas en la materia.

 

 

También es posible hallar coincidencias si se compara la composición del tercer segmento, que agrupa a las provincias rezagadas, con la del último tercio en la escala de autonomía tributaria jurisdiccional en el periodo de mayor crecimiento de la actividad.

 

 

Al analizar el grupo de provincias menos desarrolladas en la denominada Economía del Conocimiento, Ferrero encuentra que verifican un grado de avance uniforme en todos los ítems que involucra en el cálculo, con una única excepción.

De acuerdo a datos oficiales, cinco de las 11 jurisdicciones incluidas en el grupo de rezagadas se encuentran entre las que mayores porcentajes relativos tienen de estudiantes que optan por ingresar a carreras universitarias de ciencias básicas o aplicadas. Media docena de ellas se encuentran incluso por encima del promedio nacional. Acaso una muestra del potencial contra-cíclico del acceso a la formación académica pública y gratuita.

 

 

 

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