El ideólogo de Milei

Steve Bannon, el estratega detrás del resurgimiento de la extrema derecha

 

En agosto del 2020, escribí en Perfil varias notas sobre Steve Bannon y el fenómeno libertario que ya estaba instalado en la Argentina. Hace tres años Javier Milei era solo un panelista televisivo, nadie sospechaba que tres años después se iba a convertir en un candidato con muchas chances de ser Presidente.

Desde hace unos años, el fenómeno libertario estaba ya muy instalado en las redes, y era invisible a los ojos de la política tradicional. Yo consideraba que había que tomarlo en cuenta y poner gente a estudiarlo. Pero cuando le decía a algunos viejos compañeros “mirá lo que está pasando en YouTube” me encontraba con la respuesta: “Yo no miro YouTube”. Claro, yo tampoco, y así nos fue. Teníamos una tropilla de elefantes pasando frente nuestro, pero seguíamos viendo al Gato Silvestre y Víctor Hugo en C5N y a Bonelli en TN.

 

Quién es Steve Bannon

Stephen Kevin “Steve” Bannon es un ejecutivo de medios estadounidense, estratega político, ex banquero de inversiones en la compañía Goldman Sachs y ex presidente ejecutivo del portal Breitbart News. Se desempeñó como jefe de campaña de Trump y luego como estratega jefe de la Casa Blanca hasta el 18 de agosto 2017, cuando fue despedido.

 

Trump, Bannon y Kutcher en la Casa Blanca
Con Trump en la Casa Blanca.

 

Después de dejar la Casa Blanca, Bannon ha hecho campaña y ayudado a varios movimientos políticos europeos de derecha y extrema derecha. Estos incluyen el Frente Nacional de Francia, la Fidesz de Hungría, la Liga del Norte de Italia y VOX de España, entre otros.

En nuestro vecino Brasil participó como estratega de la campaña electoral de Jair Bolsonaro. Fundó en Bruselas la agrupación The Movement, una especie de internacional de extrema derecha con Trump, Bolsonaro, Salvini y Orbán de referentes.

 

En las sombras de Bolsonaro.

 

Dentro de la administración Trump, fue un fuerte opositor del acuerdo climático de París persuadiendo con éxito al Presidente para que se retirara de él y fue el principal promotor de sus políticas anti-inmigratorias.

Es principal inversor de la consultora de datos Cambridge Analytica, que accedió a los datos de 50 millones de usuarios de Facebook para influir su voto en favor de Donald Trump.

Se define a sí mismo como populista nacionalista, anti-elites globalistas, pero defensor del libre mercado. Anti-inmigración hispano y musulmana. Anti-políticas de género, anti-aborto, anti-LGBT. Firme defensor de la “guerra económica” con China. Su enemigo virtual preferido es Soros por el apoyo que brinda a políticas que Bannon llama “marxismo cultural”.

Básicamente es un gran estratega de la comunicación moderna. Aunque reniega del Silicon Valley, es un especialista en utilizar Internet para la acción política. Ha descubierto el poder de las fake news y las maneja como nadie para influenciar campañas políticas. Sabe jugar con los temores de la gente para ofrecer recetas mágicas. Lo importante es decirle a los electores lo que quieren oír. Reforzar sus ideas. Crear un enemigo que sirva de amalgama. Lo suyo son los datos alternativos, la post-verdad y la propaganda. “Estado profundo”, “globalismo”, “elites”, Soros, Bill Gates, OMS, 5G, son sus tips preferidos. Donde aparecen estas combinaciones de palabras, detrás está Bannon.

 

Enemigo público del Papa Francisco

“El Papa Francisco es el enemigo, vaya y atáquelo frontalmente”, fue la sugerencia de Steve Bannon al líder de la Liga del Norte italiana Matteo Salvini en una reunión en Washington en 2016.

Salvini recogió el guante y se mostró muy crítico hacia Francisco, en especial por sus llamados a abrirles las puertas a los inmigrantes que se ahogan en el Mediterráneo.

“Podés ir por Europa y el populismo se está propagando y el Papa está simplemente muy equivocado”, dijo Bannon en una entrevista con NBC.

La confrontación de Bannon con Francisco tiene varios frentes. En Estados Unidos alentó y financió la corriente de oposición a Francisco liderada por algunos cardenales como Raymond Burke y el arzobispo Carlo Maria Viganó, quien en una carta pidió la renuncia del Papa.

Burke es, además, un mentor del Tea Party, la extrema derecha estadounidense, vinculada a su vez multinacionales de la energía y asociaciones anti inmigrantes .Para Burke existe una Iglesia y una anti-iglesia, esta última representada por el Papa actual, al que acusa de ser “herético”.

En una entrevista del diario El País en marzo del 2019, consultado por su relación con Burke y el grupo de cardenales anti-Francisco, Bannon respondió: “Conozco a esos chicos, y sé que están decepcionados con el papa Francisco, que continúa diciendo que el mayor problema del mundo es el nacionalismo y el populismo, no los pedófilos homosexuales o el partido comunista. En política internacional no es infalible, y lo que está haciendo es horrible”.

 

Desembarco en América del Sur

En agosto de 2018, cuando Bolsonaro todavía medía en las encuestas el 17%, los diarios anunciaban que el estratega de Trump se sumaba a su campaña. El diputado Eduardo Bolsonaro reveló a O Globo: “Bannon se puso a disposición para ayudar (...) El apoyo es con una sugerencia de Internet, de repente un análisis, o interpretar datos, esas cosas”.

No casualmente las fake news fueron la herramienta principal de campaña de Bolsonaro, quien enfocó su lucha contra la “ideología de género” y el “marxismo cultural” pero puso de ministro de Economía a Paulo Guedes, un Chicago Boy de formación neoliberal. Obviamente que el “proteccionismo económico” que pregona Bannon es para Estados Unidos y no para los países de economías dependientes como los nuestros.

El discurso de Bannon comienza a instalarse en la región al mismo tiempo que Estados Unidos renueva su interés por su “patio trasero”, donde ve que su rival China está ingresando a paso firme.

Convocada por Eduardo Bolsonaro, el 8 de diciembre del 2018 se realizó en Foz de Iguazú (Brasil) la primera Cumbre Conservadora de las Américas, que reunió a varios representantes de la derecha y la extrema derecha de la región, con la intención de crear la filial del The Movement de Bannon. No hubo representantes argentinos en esa reunión. El único contacto público de Bannon con la política argentina fue a través de Cynthia Hotton, la malograda candidata a Vice de Gómez Centurión, quien se reunió con Bannon foto de por medio en Washington en julio de 2019.

 

 

Yo escribía en 2020: “Todavía no tenemos el representante de Bannon, pero sí su discurso muy instalado en las redes. Y no es casualidad. Estamos observando el despliegue de Bannon que busca su Bolsonaro argentino. Que, sin ninguna duda, deberá tener un perfil bien populista. Algunos 'loquitos sueltos' posaron en el Obelisco con un cartel 'Soros o Perón'. Pero cuidado: Bolsonaro también era un loquito suelto y allí lo tenemos de Presidente del país más grande de América del Sur”.

Y el “loquito suelto” apareció, nomás.

 

La transgresión anti-sistema, desde la derecha

Los gobiernos progresistas han hecho mucho hincapié en políticas inclusivas de diferentes minorías y ha sido un gran paso en la democratización de derechos. Pero muchos sectores que tradicionalmente votaban a las izquierdas se han sentido excluidos o no representados. Los efectos de la globalización sobre el empleo han dejado miles de trabajadores fuera del sistema, que empiezan a culpar al inmigrante de su padecimiento. La corrupción en la política, la creciente inseguridad, son temas explotados por la “nueva derecha” que se presenta como transgresora y anti-establishment.

En 2017, Bannon se refería a los españoles de VOX: “Yo lo que puedo hacer por ellos es lo que hice por Trump, es decir contarles simplemente que pueden ganar si mantienen su mensaje. La política moderna mezclada con las redes sociales y con un mensaje adecuado te lo proporciona. Lo que Trump ha llevado al extremo es tomar temas que sean como polos, como imanes, asuntos que movilizan a grupos distintos de electores. En el caso de Trump estos temas fueron los migrantes de Latinoamérica, el muro, el derecho a portar armas, la llamada agenda de género, entre otros. Luego los ordenan y los ponen en relación entre ellos. Es un poco lo que hemos hecho en Vox: tomar como imanes la defensa de la caza, de los toros, de la Semana Santa, de las fuerzas de seguridad. Las nuevas tecnologías y las redes sociales te permiten luego conectar, unir a esa gente movilizada por uno de esos imanes”.

Como bien explica Gonzalo Fiore Viani en su libro Crónicas sobre el populismo de ultraderecha: “Lo cierto es que mientras el progresismo parece hablarle sólo a las minorías, incorporando un discurso que tiene más que ver con la clase media urbana, sobre-educada y, paradójicamente, mayoritariamente blanca, Salvini, Le Pen, Orbán, Kurz o –fuera de Europa– Trump buscan interpelar a un actor político que parecía patrimonio del siglo XX: el trabajador, específicamente el desempleado, muchas veces debido a que su ámbito laboral se trasladó a algún país con mano de obra más barata. (...) Es innegable que, en los últimos años, la extrema derecha ha logrado volver a ser cool para algunos sectores de la juventud. Recuperando incluso el elemento dinámico y anti-sistema del fascismo original. (...) Los extremismos logran interpelar de manera eficaz a los perdedores de la globalización. Captan el descontento con un discurso que arremete contra lo 'políticamente correcto', identificando un enemigo común como culpable de todos sus males”.

 

Los 10 mandamientos libertarios

Otro personaje muy importante dentro del club de amigos de Trump es Peter Thiel. Seguramente ese nombre no dice nada. Pero si digo que es el dueño de Pay Pal entonces ya es más conocido. Sin embargo, su principal emprendimiento se llama Palantir, una sigilosa empresa de recolección de datos que ganó fama trabajando para la CIA y el Pentágono.

Thiel ha escrito una suerte de decálogo de sus ideas. La Biblia tiene los diez mandamientos. Los peronistas tenemos las Veinte Verdades. Thiel simplifica su ideología en diez frases:

1) La libertad del individuo está por encima de todo.

2) Hay que reducir el Estado a su mínima expresión.

3) Los impuestos deben eliminarse. Será la mano invisible del mercado la que regule las necesidades sociales.

4) Prescindir de la seguridad social y los programas de asistencia. La ayuda a los más necesitados la canalizarán las empresas a través de iniciativas de caridad.

5) Suspender los tratados de comercio internacionales.

6) La propiedad privada es sagrada. Cualquier atentado contra ella es máximamente penalizable.

7) Instaurar y defender los monopolios. La competencia es de perdedores.

8) Total libertad para llevar armas, y también total libertad para tomar drogas mientras su uso no degenere en violencia. La libertad del individuo por encima de todo.

9) Respeto ante cualquier condición sexual.

10) Reducir la intervención exterior en conflictos y guerras.

Cualquier similitud con los planteos de Javier Milei, no es mera coincidencia.

 

 

 

* El artículo se publicó en la agencia Paco Urondo.

 

 

 

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