El miércoles pasado, la presidenta de uno de los principales grupos humanitarios del mundo dijo en una entrevista que, casi 20 meses después de que Israel comenzó su implacable ataque a Gaza, la comunidad internacional está presenciando “un tipo de guerra que priva a los civiles de su dignidad por completo”.
Jeremy Bowen, editor internacional de BBC News, preguntó a la presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Mirjana Spoljaric, sobre los comentarios que hizo el mes pasado cuando visitó Gaza, varias semanas después del bloqueo total de Israel a la ayuda humanitaria, y declaró que el enclave se había transformado en un “infierno en la Tierra”.
“¿Ha cambiado algo?”, preguntó Bowen.
“Ha empeorado”, respondió Spoljaric. “La humanidad está fallando en Gaza… No podemos seguir observando lo que está sucediendo. Está sobrepasando cualquier estándar legal, moral y humano aceptable”.
Las últimas declaraciones de Spoljaric se produjeron una semana después de que la Fundación Humanitaria de Gaza (FGH), respaldada por Estados Unidos e Israel, iniciara sus operaciones de ayuda. Sus promotores afirmaban que la empresa privada, integrada por contratistas de seguridad estadounidenses, salvaría la vida de los residentes de Gaza, que se han enfrentado a una creciente hambruna y desnutrición desde que comenzó el bloqueo actual en marzo, a la vez que garantizaría que Hamás no robara ni desviara la ayuda. Naciones Unidas ha declarado que no hay pruebas de que Hamás haya desviado sistemáticamente la ayuda destinada a la población civil.
Los temores sobre el plan del GHF —expresados por organizaciones de ayuda humanitaria, la ONU y el ex director ejecutivo que dimitió el día antes del inicio de las operaciones— se han confirmado desde que el grupo abrió sus centros de distribución en el sur de Gaza la semana pasada. Al menos 27 palestinos murieron el martes en uno de los centros de ayuda humanitaria cuando las Fuerzas de Defensa de Israel abrieron fuego, otro incidente más de matanza de personas que intentaban obtener ayuda por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) afirmó que su hospital de campaña en Rafah recibió “una afluencia masiva de 184 pacientes” la madrugada del martes.
“Esto incluye 19 casos que fueron declarados muertos al llegar y ocho más que fallecieron a causa de sus heridas poco después”, declaró el grupo. “La mayoría de los casos sufrieron heridas de bala. De nuevo, todos los pacientes que respondieron indicaron que intentaban llegar a un punto de distribución de asistencia”.
Mohamed Zidan, esposo de una mujer llamada Reem al-Akhras que murió en el tiroteo masivo del martes, dijo que la operación de GHF “no era ayuda humanitaria, es una trampa”.
“Ella fue a traernos algo de comida y esto es lo que le pasó”, dijo su hijo Zain Zidan a Al Jazeera.
La periodista Rania Khalek condenó a los medios de comunicación corporativos por sus informes de “relatos contradictorios” mientras Israel decía que las FDI dispararon sólo contra “varios sospechosos que se dirigían hacia ellos”.
“Escandaloso”, dijo Khalek. “Los israelíes son unos mentirosos comprobados; su narrativa no debería tener ninguna legitimidad. CNN sigue encubriendo el genocidio; es vergonzoso”.
Las fuerzas israelíes también abrieron fuego en uno de los sitios el domingo, y mataron a 20 personas e hirieron a cientos que habían caminado un promedio de 15 kilómetros hasta el centro de distribución con la esperanza de llevar a casa cajas de alimentos que pesaban alrededor de 20 kilos, con suficiente comida como para unos tres días, antes de que tuvieran que hacer nuevamente el viaje y evitar a los soldados de las FDI estacionados en los sitios.
El miércoles, la GHF dijo que sus cuatro sitios de distribución estarían cerrados durante el día para mejorar la “organización y la eficiencia” mientras que las FDI advirtieron a los palestinos que se mantuvieran alejados de los sitios y de los caminos que conducen a ellos, diciendo que habían sido designados “zonas de combate”.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, exigió una investigación independiente sobre el asesinato de palestinos en los sitios de distribución de alimentos.
“Es inaceptable que los palestinos arriesguen sus vidas por comida”, dijo Guterres.
El Ministerio de Salud de Gaza informó el miércoles que al menos 94 palestinos habían muerto y 440 habían resultado heridos en los ataques de Israel en el enclave en las últimas 24 horas.
En su entrevista con la BBC, Spoljaric dijo que la destrucción de más del 90% de las viviendas de Gaza, el riesgo de hambruna para toda la población y el desplazamiento forzado del 90% de los palestinos en el enclave representan a “un pueblo completamente despojado de su dignidad humana”.
“No hay excusa para privar a los niños de su acceso a la alimentación, a la salud y a la seguridad”, afirmó Spoljaric. “Existen normas en la conducción de las hostilidades que todas las partes en cualquier conflicto deben respetar”.
Spoljaric pidió a los líderes internacionales que adopten todas las medidas disponibles para detener “un tipo de guerra que demuestra la mayor falta de respeto hacia los civiles”.
“Hoy estamos en ello”, dijo. “Hoy podemos revertirlo. Hoy podemos salvar vidas”.
Pocos funcionarios estadounidenses han pedido que se ponga fin al apoyo del gobierno a las FDI, y Estados Unidos sigue repitiendo la afirmación de Israel de que está actuando en defensa propia y atacando a Hamás en lugar de a civiles.
Varios líderes europeos han criticado duramente en las últimas semanas la intensificación de la campaña militar de Israel en Gaza y su bloqueo a la ayuda humanitaria, y el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Johann Wadephul, sugirió que el país podría imponer pronto sanciones a la exportación de armas.
“Es importante actuar ya”, dijo Spoljaric. “Los líderes estatales tienen la obligación de actuar”.
* Esta nota fue publicada originalmente en commondreams.org
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