El salario del miedo

Millones de trabajadores se arriesgan a diario al contagio, atravesados por la necesidad de trabajar

 

“En esta pandemia la escuela es la gran organizadora social”

Angélica Graciano. Secretaria General de UTE (CABA)

 

Cada vez sobrevuela mayor angustia cuando mencionan que para el fin de la cuarentena habrá más contagios, más internados y más muertos. Los que se resisten a resignar algo de lo mucho que acumularon para paliar la crisis buscan los argumentos más miserables a medida que avanza el proyecto de impuesto a la cúpula empresarial. ¿De dónde puede salir la guita para asistir a los más débiles? Pronto para su consideración está un gravamen extraordinario en el marco de la pandemia. Un pago equivalente al 2% de las ventas globales de cada empresa podría ser distribuido para paliar las necesidades más urgentes, buscando recaudación entre los grandes ganadores de la distribución de la renta. Se podría recaudar 3.400 millones de dólares actuales, apenas un 0,9% del PIB, que aportaría un aire indispensable para las arcas del Estado.

El ministro Martín Guzmán explicó los conceptos centrales de la propuesta de reestructuración de la deuda con los bonistas privados. 1) No pagar por 3 años. A partir de ahí tasa del 0,5% inicial llegando a un máximo de 2,33%. 2) Quita de intereses de 37.900 millones de dólares equivalente a un 62% y de capital de 3.600 millones que representa un 5,4%. 3) La propuesta que se llevará al FMI es de no pagar por 3 años y no hacer ajuste fiscal. "Lo que dicen los acreedores es que tiene que haber más ajuste fiscal, continuar por el sendero del ajuste rápido (...) eso destruiría el futuro de millones de argentinos y no lo vamos a permitir”, señaló.

Además de responder a la crisis de endeudamiento que dejó el gobierno de Macri, la propuesta representa la toma de la iniciativa política en materia económica y explica el proyecto de gravar a los sectores más ricos y disciplinar a los especuladores eternos para que se sometan a las decisiones del poder político. Habrá ríos de tinta, rumores, desmentidas, amenazas, maniobras, pero la flecha en el aire va camino al corazón de la patria especulativa.

 

 

Viviendo con el enemigo

El salario del miedo es el título de una histórica película que relata con angustiante suspenso la lucha de cuatro hombres por su libertad mientras conducen camiones cargados con nitroglicerina explosiva a través de accidentados caminos de una selva. Al menor sacudón todo estallaría por los aires. Aquella ficción enmudece hoy ante el multitudinario escenario de la vida cotidiana de millones de trabajadores atravesados por la necesidad de salir a sus trabajos.

Cuatro muertos en el metro de Madrid y casi 60 fallecidos denunciados por el sindicato del subte de Nueva York (agrupa personal de una única empresa de buses y subtes) pusieron en alerta a los Metrodelegados por la desaprensión con que Metrovías viene aplicando el protocolo. La secretaria de Organización del Sindicato del Subte, Virginia Bouvet, señaló que “la empresa no intervino con un caso sospechoso (debería haber interrumpido el servicio las últimas horas del domingo para desinfectar y aislar a la gente que estuvo en contacto con el compañero). Sensibles como están los trabajadores tras la batalla del asbesto, fue la base del gremio quien aplicó el protocolo y la empresa se vio obligada a sacar los trenes con personal de supervisión”.

La Federación de Sindicatos de Profesionales de la Salud está construyendo un registro nacional de contagios, que a media semana ya superó los 200 casos de trabajadores de la salud con Covid-19 de un total de 14 provincias. Del Sanatorio de La Providencia en la Capital al Hospital Belgrano de San Martín, nuestra sociedad paga el precio de la escasa gimnasia en asepsia y elementos de protección sin la humanidad en el centro. Denuncias del Sindicato de Sanidad habían anunciado contagios en el Hospital Italiano porteño. El gobernador Axel Kicillof fue sometido al test tras su visita al Hospital Belgrano, con resultado negativo.

 

 

Denuncian que es muy alta la proporción de profesionales enfermos por coronavirus.

 

 

La ecuación laboral que atraviesa los sentimientos de miedo y necesidad llega a su resultado más visible en los empleados de los comercios que tienen contacto con el público. Las denuncias de silenciados test positivos del virus en las sucursales de Coto son el resultado de una inevitable circulación de la enfermedad por las góndolas, los servicios de delivery y las cintas transportadoras de las cajas, allí donde mueren las ilusiones ante la carestía. Sin el cuidado ni los recursos disponibles (como en las temidas aglomeraciones de los bancos) todo es igual, nada es mejor. Menos mal que abren de nuevo los locales de Pago Fácil y Rapipago y evitan las colas ante modestos kiosquitos. Verdulerías, carnicerías y pequeños negocios fuera de la cuarentena ven circular un mundo de deliverys en negro, empleados temerosos y propietarios desesperados por sobrevivir. La muerte que acecha tras el coronavirus es una triste realidad cotidiana.

“Por un lado tenemos suerte de poder salir a la calle a laburar alguito para llevar un mango para el alquiler y la diaria. Como somos jóvenes, los mensajeros y los deliverys nos sentimos un poco más inmunes, aunque a sabiendas de que después podés contagiar a alguien más en tu casa. Intentamos tomar todas las precauciones posibles, con todas las limitaciones que tenemos. “Al que le toca le toca, la suerte es loca”, dice mi hija en joda, aunque solo nos vemos a lo lejos cuando voy a verla. Este laburo no es chiste, algo de miedo te da entregar paquetes a suerte y verdad. La elección termina siendo infectarte o ver que los tuyos se cagan de hambre, ahí tenés la delgada línea roja entre salud y enfermedad”.

 

 

 

Enemigo invisible vs. ejército invisibilizado

“Es impresionante el trabajo que vienen desarrollando lxs docentes desde las casas y en las propias Escuelas; garantizando los aprendizajes y la continuidad pedagógica de lxs chicxs, y entregando alimentos para que a ninguna familia le falte un plato de comida sobre la mesa. Donde está la Escuela, está la Patria y, dentro de ella, los docentes que la honran y dignifican”, dice Roberto Baradel.

Para Silvia Almazán, secretaria adjunta de SUTEBA, “en las actuales situaciones de aislamiento social se han modificado las condiciones laborales, la jornada laboral, los vehículos tecnológicos para trasmitir el conocimiento y los contenidos educativos, muchas veces con la paradoja de enfrentar nuevas tecnologías que sus alumnos manejan mejor. Las autoridades de cada escuela son agentes presenciales en los comedores donde se preparan las raciones para los alumnos. Se han cambiado, en la provincia de Buenos Aires, las raciones de desayuno almuerzo o merienda por bolsones que contienen los alimentos necesarios para consumirlos en casa. Eso implica la preparación de cientos de raciones en cada escuela donde llegan los packs con los paquetes de fideos, botellas de aceite, leche en polvo, latas de tomate, etc., para convertirlos en unidades que se entregan a cada familia independiente de la cantidad de comidas que recibiera el alumno en la escuela. Cada entrega de alimentos implica el armado de un millón de bolsos que se distribuyen en toda la provincia.

 

 

El reparto de alimentos en las escuelas convoca a todos los trabajadores

 

 

Eduardo López, de UTE y secretario general de la CTA de los Trabajadores (CABA), agrega: “Las tareas pedagógicas que desarrollamos a distancia resultan novedosas y exponen una serie de dificultades propias de la falta de inversión educativa en el distrito más rico del país, donde hace años se discontinuó la entrega de netbooks a lxs estudiantes. Diariamente nos encontramos con una enorme disparidad en el acceso a la tecnología y la conectividad de las familias, lo que complica el desarrollo de la continuidad educativa”.

“Apenas iniciada la cuarentena, tuvimos hacer presentaciones para exigir que dejaran de ofrecer sandwiches de puro pan y frutas magulladas a las familias que buscaban un refuerzo alimentario para sus hijxs. Esta semana el GCBA ofrece para que lxs niñxs desayunen durante 14 días, cinco manzanas, unos saquitos de té y mate cocido y leche en polvo que rinde menos que los dos litros de larga vida en cartón que entregaron hace dos semanas. Mientras se niega a equipar a lxs docentes que participan de la entrega de comida, Larreta compra barbijos a 3.000 pesos, en una licitación escandalosa por la que, tarde o temprano, deberá rendir cuentas ante la ley".

Madres, maestras, militantes sociales, todo eso son las y los educadores en tiempos de la peste. En Santa Fe, más de 6.000 trabajadores están afectados a los comedores escolares (directores, vicedirectores, ecónomos, docentes) y todos ellos realizan la tarea pedagógica. “Las clases no van a volver porque nunca se fueron”, repite una y otra vez Sonia Alesso, la Secretaria General de la CTERA y dirigente del gremio en la provincia de Santa Fe.

 

 

Alineados con la responsabilidad social

La parálisis de la actividad económica está privando a los sindicatos y a las centrales sindicales de su principal herramienta de presión: el paro, movilización, la asamblea. Hasta las elecciones sindicales se han suspendido. En ese contexto la realidad se divide entre quienes trabajan compelidos por la responsabilidad social y los que están suspendidos rogando que el porcentaje del salario que perciben alcance lo máximo posible. El documento de la CGT conocido el jueves último contiene proclamas generales y sólo pide comités interministeriales en los que estén representados el sindicalismo y las patronales para administrar la apertura económica. Todas las fracciones del movimiento obrero se alinearon detrás del gobierno y desde ahí buscan posicionarse.

Tanto las siderúrgicas Acindar, como el grupo Techint anuncian que para el mes de abril solo pagarán el 75% del salario de bolsillo. “El salario promedio bruto para la planta de Acindar, en la Matanza, apenas llega a los $ 45.000 (deducido el 19,5% de aportes y la quita del 25% que pretenden apenas restarían $27.000 para vivir)”, asegura Hugo Melo, secretario general de la UOM local.

 

 

 

Las grandes siderúrgicas tienen planes mundiales y no resignan ganancia.

 

 

 

La presión patronal para reiniciar la producción se manifiesta a través de sus comunicadores en los medios hegemónicos, en sus reclamos al gobierno, a los sindicatos y a los propios trabajadores, quienes en muchos casos se desesperan por la disminución de sus ingresos. No se trata de mero cálculo político. Son conglomerados que operan así en casi todo el mundo. Sobre esa base, Antonio Caló aceptó el pago de las suspensiones al 70% a los metalúrgicos del resto de las ramas del sector, con cláusulas de no despido y aportes a la obra social.

Un decreto presidencial clausuró los corcoveos de las ART que pretendían no reconocer al coronavirus como enfermedad profesional, buscando que los beneficiarios obligados a cumplir tareas y sometidos al peligro del contagio, no puedan gozar de la protección de la ley de riesgos del trabajo. Un buen comienzo para la separación quirúrgica que se debe producir entre el acceso a la salud y su comercialización, y para los trabajadores solventar con sus propios aportes a través de las obras sociales la atención del infortunio. Un triunfo de la Intersindical de Salud donde se juntan todas las corrientes sindicales. El mundo que viene signado por la enfermedad y la muerte va a exigir un cambio profundo en este tema.

 

Dónde hay un mango, viejo Gómez

Los trabajadores debemos mirar en todos los bolsillos del gran ropero nacional a ver si encontramos una moneda. Ojo que los especuladores y los intermediarios se están quedando con una gran porción de los billetes emitidos con destino asistencial. Los bancos se niegan al salvataje de las pymes y habrá que apretarlos porque la responsabilidad no es de La Bancaria sino de los banqueros. No se trata solo de conseguir plata, sino de lograr que no te la roben. Es esperable la furia del “mercado”, que ya complementa los despidos y las bajas de salario con un golpe de mano asaltando el dólar y unificando discursos mediáticos quejumbrosos para que pidan la renuncia del equipo económico. ¡En el concurso de alcahuetería La Nación y América TV dejan a TN a la izquierda!!! En un pase sin mirar a lo Ginóbili evitan contar que en los países capitalistas desarrollados han tomado medidas keynesianas de urgencia para salvar sus economías y atender la crisis sanitaria. De Estados Unidos al Reino Unido, de Alemania a Francia, esos países han inyectado miles de millones de dólares sin chistar (entre el 10 y el 20% de sus gordos PBI). Pero acá se quejan por un mordisquito a su cuantiosa ganancia.

Según datos del INDEC, las 500 empresas de mayores ventas del país acumularon 67.300 millones de dólares de ganancias netas en el período 2016-2018. En el marco de la devaluación y la crisis, la rentabilidad aumentó del 8,5% al 11,7% entre 2017 y 2018. Sin embargo, la tasa de inversión neta –descontadas las amortizaciones– cayó del 8,5% al 2,2% del valor de producción en el mismo período. No solo acumularon importantes ganancias que no volcaron a la inversión, sino que lo mantuvieron en reservas dolarizadas que hoy podrían constituir una ayuda importante en la crisis agudizada por el coronavirus.

La pandemia, como las grandes bajantes de los ríos, nos muestra lo que hay en el fondo. El capitalismo neoliberal como eje del mundo global está supurando y se vuelve nauseabundo. La muerte que está apareciendo en las calles por todos lados convoca a la reflexión y a la acción colectiva para construir lo que viene.

 

 

 

 

 

 

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