El super agente 86 pasó a retiro

El ministro de Defensa limpia el sótano de la inteligencia

 

Después de esta pandemia, el sistema de inteligencia argentino debería contratar a médicos epidemiólogos, dice Agustín Rossi. Ministro de Defensa, a cargo del mayor despliegue que realizan las Fuerzas Armadas desde la acción en Malvinas, hoy revisa parte de las herencias del macrismo en su área. Una de ellas son los espías. En diciembre de 2015, Rossi había dejado a las áreas de inteligencia del ministerio y de las tres Fuerzas Armadas con un proceso de blanqueo de todos los nombres. No habían desaparecido los alias pero quedaban pocos,  en la Armada y en el Ejército. Ese proceso volvió para atrás. O se paralizó como en el Ejército que aún carga en la memoria con la herencia del Batallón 601. El macrismo también dejó espías en la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar que depende directamente de su despacho. Rossi ahora firmó una resolución, la 126/2020, que ordena el blanqueo en 90 días de nombres, los obliga a registrarse y a cobrar en cuenta bancaria.

“La inercia de que todo personal civil de inteligencia tenga que funcionar con un alias, nos transportaba al oscurantismo”, dice en esta entrevista en la que anticipa esta nueva política. “La inteligencia es otra cosa, es información y análisis, no es el Agente 86. Y lo que permiten los alias es el manejo en negro de una importante cantidad de dinero”.

En esta entrevista el ministro cuenta, también, que derogó una resolución de octubre de 2019, con las directivas sensibles del área de Ciberdefensa. Una directiva que tuvo quejas hasta de los propios militares. Adelanta su mirada sobre el decreto de derribo y el entramado de decretos que buscaron avances de las Fuerzas Armadas sobre las áreas de seguridad. Hoy tras una resolución reciente de Uruguay, la Argentina es el único país en la región en la que esas áreas han logrado permanecer separadas. Rossi habla de eso, de los militares en el despliegue de la pandemia y los pedidos insólitos de Estado de Sitio de un gobernador que no nombra pero que tiene entre los candidatos a Gerardo Morales.

– ¿Puede explicar la resolución de inteligencia?

– Impide que siga existiendo personal que funciona con un alias dentro de las direcciones de inteligencia de las Fuerzas Armadas y de la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar que depende directamente de mi. Esto es para la Fuerza Aérea Argentina, que ya no lo usaba y tenía todo el personal de inteligencia blanqueado; la Armada que tenía un pedazo y otro no y el Ejército que no tenía nada blanqueado. Lo extraño fue la Dirección Nacional Inteligencia de Estrategia Militar. En mi gestión anterior, yo tenía la totalidad del personal blanqueado y ahora tienen alias. Los alias cobraban en efectivo sin un depósito en ninguna entidad bancaria como cualquier trabajador y dejaban firmado un recibito cualunque, con una relación totalmente informal. Y esta decisión tiene que ver con la transparencia de la gestión de inteligencia. No tiene ningún sentido que sigan teniendo gente con alias porque, la verdad, lo que tiene que hacer la inteligencia es una evaluación y análisis sobre la evolución del instrumento militar de determinados países que sean de interés para el Poder Ejecutivo Nacional. Eso es lo que tienen que hacer, con una lista, con diagnóstico. También tiene una parte de Inteligencia de combate, pero en general lo hace personal militar de cada Fuerza. Esto quiebra una inercia. Yo había intentado hacerlo sin una resolución en mi gestión anterior. Empecé por mi dirección y ahora me encontré con que había personal en negro, con alias específicos y con que el Ejército no avanzó en nada. Ahora tienen 90 días para blanquear a todo el personal contratado como cualquier trabajador del Estado, con nombre y apellido, tendrá obra social y cobrará con recibo de sueldo.

– ¿Puede precisar cuánto creció en estos años?

– Habría crecido un poco, pero no en demasía y el presupuesto de la dirección del Ejército disminuyó en el tiempo. Seguían con la misma modalidad que es poco transparente, y obedece a la vieja idea de la película del agente secreto. Pero la inteligencia es otra cosa. Es información y análisis. Lo que favorece el contrato con alias es el manejo de dinero en negro de una importante cantidad de plata.

--¿Diagnosticaron qué cuál fue el trabajo que hicieron o si incurrieron en tareas de infiltración o espionaje?

– Lo que el alias hace es que la situación de las direcciones de inteligencia no sea lo suficientemente transparente, esto es lo real y concreto. Si yo le saco cualquier intencionalidad, personal no blanqueado significa que recibe su sueldo en negro, no figura y como no está blanqueado no figura en ningún registro. A partir de ahora voy a saber qué cantidad de personal tiene cada dirección de inteligencia, qué personal civil y quiénes son. Eso lo va a saber el Estado y permitirá mayor transparencia en un presupuesto. Te van a decir: el presupuesto para inteligencia es 100 pero 99 se va en sueldos, pero los 99 estarán perfectamente establecidos.

– ¿Por qué no pudo avanzar usted antes con esto?

– Siempre hay tradiciones que vienen funcionando desde años anteriores. Creo que ahora no tiene ningún tipo de sentido. También esto va en línea con las decisiones que tomó el presidente que ahora parecen lejanas, pero apenas asumió intervino la AFI y reutilizó gran parte de los fondos reservados. Por otra parte, en estas estructuras que nacieron, como ellos dicen, con la Patria hace 200 años, cuesta lograr modificaciones. La inercia de que todo personal civil de inteligencia tenia que funcionar con un alias, me parece que nos transportaba al oscurantismo. Y yo entiendo que si queremos tener una buena inteligencia, tenemos que transparentar: tienen que ser analistas, licenciados en ciencias políticas, en relaciones internacionales, ingenieros y creo que después de esto, tendríamos que contratar médicos epidemiólogos. La inteligencia tiene que darte información y para darte información tiene que saber buscar y dar una interpretación de la información. De eso se trata un sistema de inteligencia.

 

Ciberdefensa

– También derogó una resolución de octubre de 2019, en este caso la política de ciberdefensa. La resolución dice que el diseño de esa política se hizo sin el acuerdo de las áreas de inteligencia de las Fuerzas. No sé por qué pero recordé que esa área cobró auge con el G20, y la compra del Rafael System. La adquisición fue objetada por organizaciones defensoras de derechos porque el Estado negó información sobre anexos de contratos, y objetivos.

-- Ellos habían hecho una directiva nacional de ciberdefensa y la derogué. Les di 90 días para me armen una nueva directiva. El sistema Rafael es el sistema de Ciberdefensa que se compró para el G20, es lo más avanzado que tiene el Estado. Como todo este tipo de sistemas, para decirlo claramente, puede ser utilizado para el bien y para el no tan bien. Hay que tenerlo claro y tener una alternativa de ciberdefensa para que exija que todos los fierros que tengas los utilicen en este determinado sentido, no en otro. Por eso, para mi es importantísimo tener esa nueva directiva porque va a encuadrar el uso de una herramienta potente, que integra otras herramientas. Porque el Rafael es eso, integra herramientas que producen distintas firmas, como IBM. La orientación de la dirección que debe tomar la va a dar la directiva de Ciberdefensa, por eso derogamos la que existía.

– Uno de los considerandos dice que el Comando Conjunto de Ciberdefensa elaboró un detallado informe de carácter clasificado objetando cuestiones técnicas, funcionales, doctrinarias y orgánicas emanadas de la ahora derogada Resolución MD N° 1380/19 que comprometen el desempeño de su misión. ¿Puede explicarlo?

– Lo que pasó fue que el comandante de Ciberdefensa no estaba del todo de acuerdo con la compra y el funcionamiento que se le estaba dando al Rafael. Tampoco estaba de acuerdo con trasladarlo a la sede de Villa Martelli, dado que teníamos un centro en Puerto Madero. Nosotros sacamos todo lo que teníamos en Villa Martelli y volvimos a instalarlo en Puerto Madero donde está la sub secretaria de Ciberdefensa. Y esa observación refiere a que en ese momento el comandante expresó un documento diciendo que ese aparato que se compraba no era el más adecuado.

 

Defensa no es Seguridad

– El macrismo avanzó con decretos que corrieron la frontera entre seguridad y defensa. De alguna manera estas medidas parecen volver a trazar una línea.

– Ahí hay dos cosas. Uno, se modificó la reglamentación de la Ley de Defensa, que era la reglamentación que había hecho Nilda (Garré) con Néstor (Kirchner). Esa reglamentación decía que el sistema de defensa sólo podía reaccionar ante una agresión militar estatal externa y esa modificación le suprimió la parte de lo “estatal”. Entonces quedó cruzado y abierta la posibilidad de que la Fuerzas Armadas podían reaccionar ante células terroristas que era la argumentación del terrorismo internacional. En realidad, nosotros siempre interpretamos que esa mirada más abierta hacía que pudiesen meterse en la cuestión de delito organizado, crimen organizado, como el narcotráfico. Lo estamos revisando y mi mirada es que tenemos que volver a la legislación y reglamentación que existía anteriormente. Lo segundo fue el decreto que hizo Patricia Bullrich y hablaba de la Ley de Derribo. Eso no tiene ninguna sustentabilidad jurídica porque para que haya Ley de Derribo debe votarla el Congreso. Hoy las Fuerzas Armadas no tienen habilitada la cuestión del derribo, que era la cosa mas sustancial sobre la cual querían meterse y llevar adelante. La sensación que yo tengo es que intentaron pero lo frenaron desde el interior de las Fuerzas Armadas. Yo no veo que haya un espíritu en las Fuerzas Armadas argentinas de involucrarse en tareas de seguridad interior. En eso he visto un cambio, quizás porque también cambió el contexto internacional.

– ¿Puede explicar mejor qué es lo que observa?

-- Cuando yo llegué en el 2013 esa tensión estaba presente. Los jefes de las Fuerzas se iban, hablaban con cualquier jefe de Fuerzas Armadas latinoamericanas y, salvo Uruguay, todas estaban involucradas en tareas de seguridad interior. Los argentinos eran los distintos. A pesar de que eso presionaba, que había algunos militares, algunos jefes, más predispuestos que otros, siempre con la cantinela de que, si te metés en seguridad interior, vas a lograr mas financiamiento, mas equipamiento. Eso no sucedió. Hoy me parece que el debate es distinto. Antes de la pandemia el debate era sobre las Fuerzas Armadas metidas de vuelta en la política. Para contextualizar temas teóricos, Uruguay ahora habilitó a las Fuerzas Armadas a hacer tareas de fronteras en aquellos lugares despoblados, no en las poblaciones, y era el último país junto con la Argentina que tenia diferencias claras de seguridad interior y defensa. Es un tema que hay que pensarlo en un futuro en términos generales porque la realidad es que esta es la posición Argentina en América Latina, independientemente de gobiernos progresistas o no, somos nosotros. Hay que partir del lugar donde estábamos y dejar taxativamente todas las puertas cerradas para que no se puedan meter en cuestiones de seguridad interior.

– La incursión de las fuerzas armadas en la vida política se ve con claridad en Brasil y en Bolivia.

– Pero también en Perú. La Armada peruana. Creo que viene Brasil, Colombia, Perú y Venezuela, y la barbarie que hicieron en Bolivia. Está claro que ese viejo actor de la política latinoamericana que eran las Fuerzas Armadas, que creíamos que no iba a venir más… Pero me parece que eso hoy acá no está y lo que hay es un rol político mucho mas institucional en la Argentina.

 

La pandemia

– ¿Cómo evalúa la situación del COVID-19?

– Entramos en el escenario mas complicado. El cien por ciento cerrado es un escenario más fácil que ir administrando la re-apertura. Y está claro que además tenemos una oposición que se ha armado y opera por todos lados para tratar de desgastar al presidente. Las medidas que se tomaron son medidas absolutamente acertadas. Tenemos una performance de evolución por debajo de la proyección del escenario más optimista. Ahora tenemos que ver que la economía empiece a arrancar. En el bloque opositor se mantiene el acompañamiento de aquellos líderes con responsabilidades de gestión que deben resolver cosas todos los días, los gobernadores, los intendentes. Y aquellos opositores que no tienen responsabilidad de gestión están mas interesados en buscar un posicionamiento político.

– En el Congreso usted explicó que dividió al país en 14 zonas bajo el Comando Operacional del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. Es un despliegue más largo del que se hace en elecciones, pero ¿es la primera vez que se prolonga en estos términos en democracia?

– Sin duda es el despliegue mas importante desde la operación Malvinas. Pero para explicarlo, nosotros tenemos una Ley de Defensa que dice que las Fuerzas forman, adiestran y alistan al personal militar y que la ejecución la lleva adelante el Estado Mayor Conjunto, cuyo comandante en la operación es el comandante operacional, es decir que todo el desarrollo de la operación la encabeza el Jefe del Estado Mayor Conjunto y el Comandante Operacional que son el general Juan Martín Paleo y el general Deimundo Escobal. El Comando Operacional es parte del Estado Mayor y su jefe inmediato es el Jefe del Estado Mayor. Yo doy la directiva al jefe Estado Mayor, el Jefe de Estado Mayor da la directiva al Comando Operacional. Y el jefe de Comando Operacional traslada la directiva a los 14 comandantes entre los que tenemos dividido el país. Esos comandantes tienen la responsabilidad de operar el territorio. Las comandancias se definieron de acuerdo a tres matrices tradicionales: población y extensión, o singularidad como Tierra del Fuego. Las otras dos matrices son disponibilidad de personal militar y evolución de la pandemia. Por eso hay tres comandos en esta zona: AMBA, Buenos Aires Norte y Buenos Aires Sur porque tenemos el foco mas importante de pandemia. Esos Comandos hicieron tres o cuatro tipos de tareas: asistencia humanitaria que es distribución de alimentos, elaboración y distribución en caliente, hacer bolsones y distribuir alimentos secos. La otra tarea es fortalecimiento del sistema hospitalario de cada provincia, prestar o armar camas como en Tecnópolis o armar una carpa en un determinado hospital. Y, luego, el fortalecimiento de nuestro propio sistema de sanidad militar.

– En el Congreso usted mostró cierto disgusto con algunos pedidos. Dijo que en determinados lugares les pedían guarniciones que no podían brindar. O el sistema de salud militar.

– Varias cosas. Nosotros tenemos 17 hospitales militares, más dos hospitales reubicables. Los 17 hospitales tienen entre 130 y 140 camas críticas, camas de terapia intensiva y más de 3.000 médicos, enfermeras y paramédicos que son personal militar. En todos los lugares hemos hecho una reingeniería para atender el COVID. En algunos casos inversiones, como en el Hospital Naval donde la Armada compró el aparato para hacer análisis de COVID para independizarnos del Malbrán. Las operaciones en terreno, son siempre sin armas. En general, en todos lados, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, pedimos custodia de las Fuerzas de Seguridad provinciales o federales. Cuando el operativo es más extenso solicitamos una unidad de asistencia médica, ambulancia, a veces lo pone la provincia, otras los municipios. En algunos lados nos quedamos, en otros volvemos a los cuarteles. En La Matanza estamos seis o siete días en el lugar y después vuelven a los cuarteles. En Quilmes vamos y venimos. ¿Cómo funciona? Son seis o siete días en el terreno y una cuarentena de catorce días en sus casas. Cuando vuelven del terreno van a Campo de Mayo, se hace un operativo de desinfección a la ropa, control de olfato, temperatura, oxígeno y van a su cuartel donde están dos días, después van doce días a su casa y vuelven a operaciones. Y creo que acertamos con este sistema. Que la tarea iba a ser larga, y no había que poner todo en el mismo momento, había que cuidar al personal militar. Eso nos permitió hacer 2.300 acciones. Una acción es una actividad que se realiza en un día y que implica desplazamiento de personas, personal militar y de elementos.

-- ¿Tienen personal de las Fuerzas infectado?

A pesar de esa enorme cantidad de operaciones y estar en contacto directo con el conjunto de la población, hoy no tenemos una cantidad de infectados importante. Son 20 infectados, 18 en Tierra del Fuego porque algún personal tuvo contacto con alguien que había llegado del exterior e infectó a una parte de su base. La aislamos, aparecieron varios casos asintomáticos, todos en buen estado, y luego hay otros dos casos aislados. Pero nadie se contagió en el terreno entre otras cosas porque exigimos una cantidad de cuidados personales importantes. Hay otra tarea que se ve poco, pero está funcionando muy bien, destaco el caso de Córdoba y Chaco. El personal militar organiza operativamente el Comando de Emergencia de la totalidad de las agencias. El Comando de Córdoba funciona en el mismo lugar del ministerio de Salud, donde está la municipalidad, la Policía, Bomberos y todo ese sistema y coordinación de logística lo armó el personal militar que es una de sus especialidades: organización y logística. Digo esto porque son cosas singulares a tener en cuenta. No actuamos por impulso propio, sino bajo requerimiento.

- ¿En el Gran Buenos Aires cuáles son las zonas de requerimiento?

– Estamos en Quilmes, La Matanza, Moreno y La Cárcova en San Martín. En 25 de Mayo, Tandil, Olavarría, Azul, San Antonio de Areco, Zárate, Campana, Bahía Blanca. En muchas localidades hicimos acciones puntuales.

– Volviendo al tema de las tensiones, ¿no será que a las Fuerzas Armadas le sobran cosas?

– Yo lo pondría al revés: están bastante achicadas, es mi mirada. Es cierto que sobre todo al comienzo de la pandemia hubo dos requerimientos que nosotros claramente dijimos que no. Con uno yo tomé la decisión en base a lo que había visto en otros lugares, porque apliqué el principio de que para cuidar a la población tenemos que cuidarnos nosotros. Primero querían convertir a los regimientos en zonas de aislamiento. Como diciendo: ¡allá te mando a los infectados! Como (Patricia) Bullrich que dijo el otro día que nos mandaba a los presos. En aquellos lugares donde hay personal militar lo que hacemos es cuidar al personal militar, porque a mi se me infecta uno y queda inhabilitada la totalidad del regimiento. Parece absolutamente ilógico que quieras utilizar a las Fuerzas Armadas para un tipo de acciones y por otro quieras convertir sus lugares en centros de aislamiento. Me suena imposible y lo explicamos así. En ese contexto, apareció el pedido de infraestructura, un centro de aislamiento en Iguazú. ¿El Ejército tiene camas para dar? Si , y dimos todas las que sobraban, sábanas, y armábamos y entregábamos y las operaba directamente el ministerio de salud de la provincia o quien lo dispone. Otro tema fuerte del primer momento fue que saquen a los militares a la calle, el Estado de Sitio. Que hagan acciones de seguridad. También me opuse a eso. Muchos decían: salgan a patrullar. Dijimos: no. No salimos nunca a patrullar, las veces que hicimos acciones fueron de concientización en una esquina como para decir: ¡hay que cumplir la cuarentena! Y nada más. Nuestro personal iba sin armas, no intervinimos en ninguna operación de seguridad, como tampoco nos involucramos en la cuestión de fronteras que algunos gobernadores también nos pidieron. Esas dos demandas aparecieron en las primeras dos semanas. Salvo aquellos que en algún momento me pidieron --gobernadores que hablaron conmigo personalmente, me pidieron casi hacer acciones de seguridad y yo les dije que no, que no me habilitaba la ley, y ellos después me hacían un pedido reformulado-- por eso, salvo esos, no he tenido tensiones con ninguno. En general todos valoran muchísimo el accionar de las Fuerzas Armadas y el aporte a cada provincia.

– ¿En qué sentido reformulado?

– En el sentido de pedir acciones de seguridad. “Lo que yo necesitaría –decían-- es que me hagan lo que prescribe la ley de Seguridad Interior, un apoyo logístico, alguna tarea especifica”. Entonces hacíamos alguna tarea de concientización con algún móvil del Ejercito avisando que no se puede salir, y nada más.

 

Memoria, Verdad y Justicia

– ¿Habrá memorial en Campo de Mayo como anunció el presidente el 1 de marzo?

-- No sé cuál es la idea de Horacio (Pietragalla), porque ésa fue idea suya y Alberto la anunció. Será un sitio en la memoria más, no tengo problema, me parece que hay mucho sitio de memoria en todo el país. Campo de Mayo está señalizado, no sé en este caso en el Campito qué quiere hacer específicamente. Quedamos en hablar para que cumpla el rol de sitio de la memoria pero que, al mismo tiempo, trate de ver si hay alguna parte en la que hay actividades de las Fuerzas Armadas, se genere la menor complicación en ese sentido. Independientemente de esto yo creo que hay que fortalecer Campo de Mayo. Es una mirada que tenemos sobre determinados lugares, sobre ese lugar, también Morón, la Base de la Armada de Puerto Belgrano. A mi criterio, creo que deben ir la mayor cantidad de unidades posibles, con el mayor despliegue operativo y hay que hacer una refuncionalización.

–  ¿Le preocupó la proclama de un militar retirado contra el Presidente?

––Quiero decir que veo muy bien hoy a las Fuerzas, en esto han reaccionado mas que positivamente, la verdad, están comprometidas con la pandemia, están conformes porque se sienten útiles y además son reconocidas, sobre todo en los sectores populares, entran y son aplaudidos. Veo comprometidos también a los jefes. Y lejos de cualquiera otra operación que no sea sostenimiento del sistema de defensa, respeto a la conducción civil de la defensa y compromiso con la democracia, con las instituciones, con los derechos humanos. Y hay en eso un hecho que lo muestra. El que hizo la denuncia penal contra el militar retirado que hizo esa proclama contra Alberto, fue el Jefe del Ejército. Hizo una denuncia penal y eso es un dato. Está denunciado penalmente, no solo se le aplicó una sanción en el contexto de las cuestiones disciplinarias. Y el Ejército lo denunció por apología del delito. Es un hecho a tener en cuenta. Y sé que muchos retirados que acá tienen influencia en los espíritus y en los climas que se viven dentro de la Fuerza --hay mas retirados que activos--, lo habían criticado mucho. Y decían: justo cuando la gente los empieza a reconocer, aparece este tipo y lo tira para atrás.

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