Ellos y nosotros

Propiedad privada y ocupación precaria de la tierra en el parque Nahuel Huapi

 

La desigualdad y la asimetría en las 710.000 hectáreas que ocupa el Parque Nacional Nahuel Huapi, en el sur de la provincia de Neuquén y oeste de la de Río Negro, pueden medirse también por la tensión estructural entre la propiedad privada y la ocupación precaria de esa tierra fiscal nacional, regímenes fundantes del Estado en la región que se mantienen con poquísimos cambios desde su matriz de origen formalizada entre 1900 y 1937.

Finalizada la guerra por la incorporación de esta parte del territorio ancestral al incipiente Estado argentino, el gobierno central inició la etapa de su poblamiento según la historia oficial; repoblamiento con inmigrantes y reasentamiento de los indígenas sobrevivientes, decimos nosotros. Para ello, en 1902 creó la colonia agrícola pastoril Nahuel Huapi que otorgó en venta algunas fracciones a extranjeros y miembros de la oligarquía porteña, a la vez que permitió la ocupación a “indígenas laboriosos” y criollos, base de la estructura de propiedad y subdivisión de la tierra (pública y privada) que aceitó después el Parque Nacional homónimo. Hasta hoy la sociedad local vive los privilegios y las exclusiones de ese modelo hegemónico, atravesado por las nuevas formas de acumulación del capital, el desembarco de nuevos actores económicos y el auge de las urbanizaciones de élites en áreas silvestres. Los gobiernos provinciales en general se plegaron a ese estado de cosas, excepto algunas pujas por bocados apetitosos, como Neuquén por el área Traful y Río Negro por el cerro Catedral.

Sin excepción, todos los conflictos territoriales actuales del área se remiten a esa matriz, incluída la demanda por el libre acceso a las costas de lagos y ríos.

El área en cuestión comprende, dentro y por los bordes del Parque, San Carlos de Bariloche, Dina Huapi y Villa La Angostura; y dos villas consolidadas, Mascardi al sur y Traful al norte. En toda su jurisdicción existen más de 700 loteos privados según información oficial. Fuentes no estatales vinculadas al sistema de co-manejo (entre comunidades mapuche y Parques) precisan que son 648 propiedades privadas, 60 poblaciones (permisos precarios) y diez comunidades mapuche-tehuelche.

 

Civilización y barbarie

La discusión de fenómenos globales como la extranjerización de la tierra o la homogeneización simbólica del espacio de la Patagonia dificultan la comprensión de la naturaleza de la trama de algunos conflictos, con sus singularidades trazadas por la experiencia histórica  localizada.

Pascasio Moreno fue jefe del equipo de peritos y expertos en la demarcación de límites con Chile, por lo que recibió tierras “ganadas al indio” como parte de pago. En 1903 donó 7.500 has. de esas tierras para conformar el parque Del Sud en 1922, base del Parque Nahuel Huapi creado en 1934 que absorbió la superficie y la estructura de reparto de la tierra que ya había hecho la colonia agrícola-pastoril.

Al momento de incorporar esta parte del territorio efectivamente al régimen capitalista, la dicotomía civilización/barbarie se materializó en propiedad privada/permiso precario de ocupación, lo que surge con claridad de los informes de las inspecciones de tierras, las mensuras, los censos de población, entre otra documentación de época.

Surgieron como propiedad privada las estancias que circundan el lago desde el acceso a Villa La Angostura, en la estepa alta, toman las nacientes del río Limay y ocupan las cuencas del río Ñirihuau y arroyo Del Medio: “El cóndor”, “TequelMalal” (antiguos potreros del lonko Inacayal), “La lonja”, “Rincón grande”, “Fortín Chacabuco”, entre otras, a partir de las viejas ventas a Newbery, Jones y Ortiz Basualdo, por citar algunos apellidos del panteón oficial. También son parte de esas 700 propiedades privadas en Traful; estancias Arroyo verde (Larriviere), La primavera (Turner) y Cuyín manzano (Miguens). En la costa del brazo Machete, Machete Country Club SRL (Paolo Rocca y otros); en brazo Huemul Ana María Trianes (abogada de la constelación de Joseph Lewis); estancia Quetrihué (Eduardo Elsztain) y Francisco De Narváez (península Huemul), por mencionar algunos.

Algunas de esas propiedades se lotearon para urbanizaciones sin esperar autorización de Parques, como es el caso de “American apache”, sobre lago Gutiérrez. Otras ofrecen fracciones en venta sin ningún tipo de restricción, lo que cualquier lector puede corroborar en la web.

"Los campos y estancias —desde 500 hasta 15.000 hectáreas— de la zona norte están sufriendo un proceso de fraccionamiento para la instalación de barrios privados y urbanizaciones de lujo", reconoció Juan Salguero cuando asumió al frente del Parque Nahuel Huapi en 2005. Agregó que “una situación similar se registra en la zona sur, en la divisoria de aguas entre los lagos Mascardi y Gutiérrez, con una ocupación de un campo privado que consolidó un loteo de hecho”. Salguero fue ratificado en el cargo por la administración Macri.

El valor económico de estas propiedades no puede reducirse al valor paisajístico ni a la especulación inmobiliaria tradicional. Machete SRL es propietaria de una urbanización a la que se accede únicamente después de navegar 40 minutos o por aire. El country recibe las aguas puras del lago Gallardo, en plena cordillera, que fue ocupado tradicionalmente por la familia Lleufu cuyos descendientes viven en barrios pobres de Villa La Angostura. Recibe el curso final del río del mismo nombre y explota la bahía para la pesca.

Mas conocido es el caso de la apropiación del río Traful por parte de Turner, quien además despojó con violencia al poblador Miguel Lagos. La estancia Quetrihué contiene la formación compacta del bosque de arrayanes, lo que lo convierte en reserva genética de esa especie nativa. Y no todo lo que vale se cotiza en bolsa.

 

Bárbaros & bárbaros

Si es cierto que el otro te define, estos 'otros' son indispensables para entender el régimen de reparto de la tierra.

La familia Quintupuray está asentada junto a la costa oeste del lago Correntoso, a unos 15 km. del actual paso internacional Samoré, por lo menos desde 1903, según la documentación familiar. Usaba temporariamente el espacio desde 1880, se interpreta de la lectura de distinta documentación histórica. Recién en 1937, Juan Antonio Quintupuray obtuvo el permiso precario de ocupación y pastaje —el N°51— que le permitió a título individual hacer uso de la tierra, explotarla y vivir en ella, sin que esto represente derechos y pagando un canon por ello. La familia jamás dejó el lugar, levantó una hostería (“Siete lagos”, foto principal) y hace doce años comenzó su proceso de reconstitución como lofche. El estado no le reconoce todavía una personería jurídica; mucho menos la propiedad comunitaria. Esta hostería es la contracara del hotel Llao-llao, Lago Espejo Resort u Hostería “Cinco lagos” de Meuer SA junto al lago Hess al sur.

Permiso precario de la familia Quintupuray

El permiso precario de ocupación y pastaje fue implementado por el Estado nacional para ordenar la ocupación de las vastas superficies incorporadas. Las provincias heredaron ese régimen de los antiguos territorios nacionales, imponiendo la identidad de “fiscaleros” a sus ocupantes, en un juego estratégico por el que por una parte se subsumió la identidad indígena y a la vez se perpetuaba la idea de tierras sin dueños, es decir, casi libre de gente. A partir de los ’90, la llamada tierra fiscal pasó a ser un activo pasible de ser incorporado al mercado de capitales, sueño que figura en la carpeta de pendientes de las provincias.

En el caso de Parques, estos permisos fueron instrumentados desde Buenos Aires a partir de 1936. La acumulación de deuda por pastaje y la caída de algún permiso por fallecimiento del titular o rebeldía fue un arma de extorsión sostenida por décadas en algunos casos, dándole a los guardaparques un poder real de policía que en innumerables casos llegó a la violencia física contra las personas y sus bienes.

Además la Ley de Parques creó una figura por defecto: el intruso, el que aun teniendo ocupación contínua no fue reconocido ni siquiera en la precariedad. Le otorgó la atribución de “proceder al desalojo de los intrusos en tierras de dominio público que a su juicio no convengan a los intereses de Parques”.

Es el caso de la actual lofche Maliqueo, en el valle del Challhuaco, en las nacientes del río Ñirihuau. Su espacio tradicional fue vendido como estancia a un propietario porteño, por lo que continuaron su vida en el lugar convertido en propiedad privada de otro, como intrusos, hasta que en la década del 50 fueron desalojados por la fuerza. Se asentaron en lo que hoy son los barrios populares de “El alto” hasta que en 2008 regresaron como comunidad a su espacio ancestral.

Sigue pendiente profundizar el foco sobre el rol hegemónico que ejerce Parques Nacionales, como agente político activo en la construcción de sentido de una territorialidad “con poca gente”, o con gente “elegida”, de la naturaleza como comodín para evitar hablar del poder.

 

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