En estas aguas
En la Vuelta de Obligado se puso freno al león inglés y sus ambiciones imperiales
La segunda vuelta de hoy no es una vuelta más. Llegamos hasta acá en aguas poco serenas. El candidato a Presidente de Unión por la Patria (UP) emergió luego de que la Vicepresidenta —con la altura que caracteriza su liderazgo— terminara con el capricho de Alberto Fernández, empeñado en sumir al peronismo en una contienda interna que, de haberse producido, hubiese sido tan sangrante como la de los cambiantes. CFK evitó esa disputa electoral estéril pensando en lo colectivo, y su intervención salvó una vez más su espacio político. Impidió un enfrentamiento inútil entre los posibles candidatos presidenciales Eduardo de Pedro y Daniel Scioli, y en la provincia con más votantes, entre Axel Kicillof y Victoria Tolosa Paz.
Si el deseo del Presidente Alberto Fernández era que con Scioli y Tolosa Paz podía enfrentar al kirchnerismo y así terminar con el liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner, la Vicepresidenta miraba más allá. Sabiendo que el Poder Judicial le impediría ser la candidata, no estaba dispuesta a serlo arrastrando al peronismo a una posible proscripción, dejando su candidatura sujeta a la decisión de un partido judicial que ya había tomado la determinación, junto con el poder económico y mediático, de condenarla. También su mirada crítica de la realidad la llevó a anticipar el escenario complejo para que su espacio dirimiera candidatos en internas, mientras a gran parte de la sociedad la aquejaba —y aqueja— los días que sobran del mes para garantizar el plato de comida en la mesa.
Massa llegó así a ser el candidato de UP. Primero “agarrando la papa caliente” del Ministerio de Economía, luego de la huida irresponsable del ex ministro Martín Guzmán, que tejió un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) dejando a nuestro país condicionado y siendo el propio acuerdo inflacionario. El ministro y candidato a Presidente estabilizó la macro, pero su labor para detener la inflación fue ineficiente. Será del 150 % anual la inflación. En parte, se explica por la devaluación que el FMI le obligó a realizar a Massa, que según dijo el ministro, era del 60 % y él en la negociación logró que sea del 20 %.
Con una inflación al galope, tener como candidato a Presidente competitivo a un ministro de Economía, cuando gran parte de la población se encuentra con los bolsillos destrozados, se explica porque enfrente solamente pudieron reunir a candidatos representantes de un odio y de un pasado que, a cuarenta años de democracia ininterrumpida, causan espanto en una buena parte del electorado que ven en sus amenazas de campaña un peligro democrático. Si Massa hubiese tenido adversarios que representen seriamente a las y los votantes y no compitan para ser empleados del mercado, de intereses foráneos que desean la destrucción del aparato productivo y la entrega de los recursos naturales estratégicos, seguramente no habría llegado a un balotaje. Pero como los otros son peores —dijera el maestro Héctor Recalde—, quizá Massa se convierta hoy en el próximo Presidente.
Massa demostró condiciones de candidato: oratoria sólida y propuesta clara. Pero presentó agujeros, como el deterioro permanente de ingresos erosionado constantemente por la inflación. Presentarse como candidato que defenderá los derechos de todo genera el descreimiento de muchos, porque tienen sus derechos por el piso y eso lo comprueban a diario cada vez que, en la tarea cotidiana de subsistir, millones de argentinos concurren al mercado donde les cobran lo que quieren por lo que sea, y solamente se van masticando bronca. Eso explica el alto porcentaje de indecisos, a pesar del miedo que da la motosierra con sus propuestas y de la inconsistencia e inestabilidad evidente en sus dichos. El río revuelto en el que estamos se explica entre otras cosas porque don Alberto no escuchó los reclamos reiterados de Cristina, de que había que alinear precios con salarios.
Cristina supo ver con mucha anterioridad esa anarquía del capitalismo y lo expresó abiertamente ante sus responsables en 2011. En un foro de empresarios del G20 en ese año, señaló lo que tiene plena actualidad. Lo recordó desde su cuenta en TikTok el pasado 10 de octubre. “Por eso nosotros estamos sosteniendo que el verdadero problema es la falta de regulación de los mercados financieros en el mundo. Si no hay consumo, señores, no hay capitalismo. No hay posibilidades de crecimiento de la economía. Si nosotros hacemos planes de ajuste, si la gente no puede gastar plata, si la gente está endeudada más del 100 % de sus posibilidades, yo quiero que alguno me diga: cómo vamos a hacer para que vuelva a crecer la economía si no hay consumo”, señaló.
La entonces Presidenta continuó reflexionando sobre el sistema: “Si el capitalismo es eso, que la gente consuma. Y que ustedes, los empresarios produzcan y vendan cada vez más. Este es el tema, esto es lo que está fallando”, decía en ese foro de empresarios de 2011. Ahora, los empresarios vieron en la pandemia la oportunidad de ventaja para aumentar sus ganancias remarcando, como confesó Federico Braun, dueño de una de las cadenas de supermercados más grande del país, en el encuentro por los 20 años de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que ante la pregunta del periodista Ricardo Kirschbaum sobre la política que lleva a cabo La Anónima frente a la inflación, respondió atorado de risa: “Remarcar precios todos los días”.
“Porque esto que estamos viviendo, señores, no es capitalismo”, sostenía Cristina Fernández de Kirchner en la cumbre de empresarios. “Esto es un anarco-capitalismo financiero total. Donde nadie controla a nadie. Entonces la propuesta es que regulemos a los que realmente tenemos que regular. Resulta que vamos a regular a los países a ver cómo pueden ajustar. Además, van cayendo los liderazgos, y además se van a comenzar a cuestionar los fundamentos de la democracia”, sostenía con razón. “Porque cuando la gente vea que la democracia no les da posibilidades de trabajo, de progreso, de tener casa, de salud, comienzan a cuestionar los funcionamientos del sistema político”. Y eso explica en parte el contexto electoral actual. Aunque el cuestionamiento de la motosierra no ha sido con propuestas para mejorar, sino para destruir. Pero ser disruptivo le dio resultados. Veremos hoy.
Pronosticaba Cristina: “Y sepan que si esto se profundiza van a empezar a cuestionarse las democracias y las formas políticas actuales. Europa también tiene una historia en esto de cómo surgen gobiernos totalitarios en medio de crisis económicas insolubles y que no pueden resolverse”. Cerraba con optimismo político manifestando: “Yo creo que estamos a tiempo de poder establecer soluciones, pero soluciones que tengan que ver con la regulación de aquellos que han provocado el problema. Déjenme que esta vehemencia es un poco la pasión y las ganas. Y las ganas de solucionar los problemas. Muchas veces hay que afectar intereses; eso sí, que esta es la otra gran definición, y con esto quiero terminar. Es cierto que muchas veces para solucionar determinados problemas hay que afectar intereses e intereses que son muy poderosos. Pero yo me atrevo a decir que es mejor enfrentar esos intereses minoritarios, pero poderosos, antes que más adelante enfrentar la furia de la sociedad”.
@cfkargentina Cumbre de empresarios del G20 en 2011. ¿Parece hoy, no? #fyp #economia #politica #cristina #cristinakirchner #argentina #g20
El intento de asesinar a la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner el 1 de septiembre de 2022 fue el deseo perverso de la minoría autoritaria que, al evidenciar que CFK seguía siendo sinónimo de pueblo, no dudaron en continuar con la maquinaria del odio desplegada contra ella y su familia a través de los resortes que manejan: medios hegemónicos de comunicación y partido judicial. Hasta culminar en el propio atentado contra su vida, no esclarecido por propia decisión del partido judicial para no determinar cuáles fueron sus mandantes, vinculados con libertarios y cambiemitas. Si el poder económico permanente ve que la democracia no es suya y significa prosperidad para el pueblo, no lo permitirán. Y por eso actuaron contra la líder popular que defiende el progreso de la sociedad.
Cristina nunca enfrentó la furia de la sociedad porque siempre desató en el pueblo un amor incondicional hacia ella. Pero la furia de esos intereses minoritarios a los que enfrentó cuando gobernó se plasmó en aquel atentado contra su vida. Aun así, no lograron desestabilizarla, desequilibrarla y que corriese a un auto-exilio para proteger su vida y retirarse de la escena política. Su relevancia sigue siendo central. Su decisión impidió que el peronismo no termine como Juntos por el Cambio, destrozado por Macri. Cristina fue clave para que Sergio Massa no sea eclipsado con su presencia. Hizo todo lo posible para que el candidato recobre luz propia y la centralidad necesaria ante una situación política-económica sumamente complicada.
Si Massa es Presidente, renegociar el acuerdo con el FMI será esencial para que el país recupere cierta soberanía económica. En lo político, lo ha dicho, su convocatoria es a la unidad nacional y esa será su tarea. Pero no se trata de ser más abierto o ser más dialoguista, la degradación de los partidos políticos nunca se vio tan clara como en la campaña electoral. Si hay crisis de esos partidos, también la hay de dirigentes. El acuerdo debe ser con la sociedad. Para que la población sienta que sus ingresos no se evaporan y perciba que la democracia no es el problema de sus males. La sociedad recuperará la confianza en el sistema democrático cuando comience a percibir bienestar social, justicia social.
Eduardo Basualdo planteaba en octubre del año pasado que el problema de la inflación “difícilmente se pueda solucionar con políticas gradualistas”, y que era necesario un shock de ingresos. “Aumento por decreto por el lado de la demanda” y “por el lado de la oferta, donde tenemos una inflación muy significativa”, proponía pararla “con un congelamiento de precios por 120 días”. Lo dijo en el programa de la televisión pública Desiguales, que conducen Luli Trujillo y Pablo Caruso. Basualdo subrayaba la importancia de un aumento para los sectores populares, que no debía ser un paliativo.
El economista e historiador planteó “suma fija salarial, más Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), más la actualización periódica del salario mínimo, vital y móvil, que es muy importante para los sectores informales de la economía”. Deuda pendiente que Massa, de ser electo, debería implementar para normalizar y defender los ingresos tanto de trabajadores formales e informales.
178 años se cumplen mañana de aquel 20 de noviembre de 1845, recordado como la gesta de Vuelta de Obligado. Una defensa ante la invasión internacional de nuestros ríos. Buques mercantes extranjeros y la escuadra de guerra anglo-francesa ingresaron al Río de la Plata remontando el Paraná. Juan Manuel de Rosas condujo la defensa, disponiendo en el recodo del Paraná —entre San Pedro y Ramallo—, unos dos mil hombres comandados por el general Lucio Mansilla, que ordenó el emplazamiento de 27 cañones. La superioridad de la flota extranjera logró vencer las cadenas atravesadas en el Paraná para trabar el paso de invasores. Aunque no pudieron controlar el río por los ataques en Tonelero y San Lorenzo. Si bien “la Vuelta” fue una derrota, fue ejemplo de heroísmo y defensa de la soberanía. Una soberanía política-económica que nuestro país necesita recuperar.
Así, el león inglés encontró un freno a sus ambiciones imperiales. Hoy el león local que propone que nuestros recursos naturales estratégicos queden en manos extranjeras, debería tener el mismo freno que en la Vuelta de Obligado, sin que hagan falta las cadenas para impedir su paso, sino optando a través del voto por quien más se perfila en defensa de nuestra democracia y soberanía.
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