Hace 49 años, Ricardo Balbín emitió dos mensajes sobre la muy probable interrupción del orden constitucional:
- "Aun cuando sea con muletas debemos llegar a las elecciones" presidenciales, que Isabel Martínez había adelantado un año, para septiembre de 1976.
- El 16 de marzo, Balbín agregó una cita de Almafuerte: "Hasta los enfermos incurables tienen cura cinco minutos antes de la muerte".
La desafortunada metáfora fue casi exacta: el enfermo incurable sobrevivió apenas diez días. El ex candidato presidencial de la UCR sabía igual que el resto del sistema político que las Fuerzas Armadas lo habían emplazado a destituir por juicio político a Isabel Martínez si querían evitar el golpe.

La muleta de oro
La situación actual y sus protagonistas tienen poco y nada que ver con aquellos. Lo que sí está claro es que los Hermanos Milei han ido a buscar a Estados Unidos una muleta dorada, ante la inminencia de un derrumbe de una índole muy distinta: la entelequia de los mercados, la escasez de dólares genuinos, la ineficiencia de las medidas económicas del gobierno, su extraordinaria habilidad para convertir aliados políticos en adversarios o el sopapo electoral que le dio vuelta la cara y lo dejó temblando, como Terence Crawford al robusto Canelo Álvarez. La semana anterior el gobierno quemó más de mil millones de dólares para que su cotización no rompiera el techo de la banda, mientras el riesgo país volaba. El campeón Caputo se jactó: "Vamos a vender hasta el último dólar". Era una invitación a la corrida. Según el ex presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, sería un vendaval el lunes.
Milei y Luis Caputo se embarcaron antes hacia Nueva York. Ambos dijeron que estaban negociando una salida, de la cual no podían dar detalles porque aún ignoraban cuál sería. Era cierto entonces y sigue siéndolo una semana después. No en la Casa Blanca sino en un salón de las Naciones Unidas, en un alto entre presentaciones en su Asamblea General, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió a los Hermanos Milei, Caputo y el ministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein. Como no parecía al tanto de los detalles, Trump lo llevaba por escrito. Luego de leer unas líneas le entregó a Milei la copia impresa de un correo electrónico en el que lo ponderaba como un gran líder y un gobernante fantástico al que prestaría toda la ayuda necesaria para que se impusiera en las próximas elecciones. El texto deja entender que Trump creía que en esos comicios está en juego la reelección de Milei. Puede ser, pero antes le quedan dos años de agonía y mandato. Trump dijo que la Argentina no necesitaba un rescate, y se lo concedió, al menos de palabra, como admitiría luego el jefe de gabinete Guillermo Francos. Luego Trump bromeó en serio: "Ya se pueden ir".
Se sabe, Trump es lábil. Un día amonesta en público a Volodimir Zelensky, porque no pone fin a la guerra con Rusia; otro se abraza con Vladimir Putin y le ofrece partes de Ucrania a cambio de la paz. Luego acuerda con Europa incrementar la ayuda a Kiev para que redima los territorios ocupados por Rusia. Baja en el ascensor con Lula y descubre que se caen bien. Para decidir los aranceles guarda la ruleta vintage de un vendedor de cucuruchos en la plaza, esa especie de Rosebud de su infancia. El resultado cambia a cada tiro y la política internacional se caotiza como nunca.
Feliz con su diploma de amigo de Trump, el Topo se reunió con el Ministro de Economía, Scott Bessent, quien dijo que se estaba negociando una ayuda extraordinaria, con recursos del Fondo de Estabilización del Tesoro, para que la Argentina pudiera pagar sus deudas, pero que ello recién ocurriría "después de las elecciones". Es decir, los cinco minutos de Almafuerte para sanar o morir son las cinco semanas que faltan para esa cita en las urnas. Los mecanismos en estudio son más conocidos que las condiciones que impondrá el prestamista de última instancia, una vez que la Argentina ya ha quemado cerca de 100.000 millones de dólares, del blanqueo, de la renovación del Acuerdo de Facilidades Extendidas con el FMI, de un repo bancario y de préstamos de organismos regionales e internacionales. Trump, Bessent, Kristalina Georgieva, su ex segunda en el FMI, Gita Gopinath, entonan la misma melodía: la Argentina debe profundizar lo que llaman con elegancia sus reformas estructurales. Es decir, más guadañazos, en un radio más extenso y con mayor velocidad. Tampoco ocultan que la condición de posibilidad de todo ello es un buen resultado el 26 de octubre y un reacercamiento a los aliados que el gobierno fue ahuyentando a fuerza de ofrecerles estrecheces e insultos. Es fácil decirlo.
Ni argentinos ni estadounidenses ocultan que el principal objetivo de esta operación es que Milei revierta el resultado de las elecciones en la provincia de Buenos Aires, donde sus candidatos perdieron por casi 14 puntos frente a la Fuerza Patria. Federico Sturzenegger sentenció que "hasta que no desaparezca el peronismo no hay nada para festejar". Sin eso, ¿quién auxiliaría a ese león apolillado que se exhibe en la vidriera de la decadencia?
En abril de este año, Bessent ya había volado durante veinte horas, entre ida y vuelta, para pasar apenas la mitad en Buenos Aires. Y no fue parte de una gira regional, sino con escala exclusiva aquí. Acababa de acordarse un perdón del FMI por el incumplimiento de los compromisos asumidos apenas tres meses antes, entre otros el de acumular reservas, y el gobierno anunciaba con su pomposidad usual el lanzamiento de una tercera fase de su maravillosa gestión. Milei dijo que el dólar bajaría a 600 pesos por unidad y que el Banco Central (teóricamente independiente) sólo compraría cuando bajara el mínimo de la banda. El nuevo préstamo concedido entonces a la Argentina incrementó la exposición del país del 36,9% al 43,1% de los créditos otorgados en todo el mundo por el FMI. Y la deuda del resto del planeta se encogió del 63,1% al 56,9%. Cuando esa canilla se secó como un acuífero, llegó el turno del Tesoro de Estados Unidos, tan generoso en promesas.
Aquel revoloteo fugaz de Bessent sólo fue comparable con la mediación del ministro de relaciones exteriores, Alexander Haig, en 1982. Entonces había una guerra entre dos aliados de Estados Unidos y Haig era un general del Ejército. En cambio, Scott Bessent es un inversor financiero, en momentos de conmoción por la guerra de aranceles desatada por Trump contra todo el mundo, pero luego concentrada en China, el designado enemigo estratégico.


La presencia china en la Argentina (donde tiene sus mayores inversiones en todo el mundo y en rubros estratégicos) es la principal conjetura acerca de la razón de aquellos y de estos esfuerzos de Bessent, quien ya era uno de los hombres más poderosos del planeta antes de que Trump lo convocara para manejar desde Washington la economía mundial. Hace tres décadas era el jefe de la oficina londinense del Soros Fund Management, cuando hundió la libra esterlina y se levantó de la mesa con fichas por mil millones de dólares. George Soros es sindicado como el demonio en jefe por la reacción mundial, que hoy incluye a su ex colaborador. Menos conocido es que Bessent suele pasar sus vacaciones en la Argentina, con su esposo e hijos, engendrados por madres subrogadas. Es otra contradicción de Trump, que abomina de todos y cada uno de los tópicos de la llamada ideología woke, que en castellano equivale al progresismo.
Antes de asumir como ministro de Trump, Bessent debió desprenderse de sus activos, entre ellos los Bitcoin invertidos en el Exchange Trade Fund de Larry Fink, por regulaciones de la oficina de ética pública. Desde BlackRock, Fink emplea a unas 14.000 personas en 30 países y administra activos por 7 billones de dólares (14,5 veces más que nuestro PIB). Es también el principal acreedor privado de la Argentina, por más de 2.000 millones de dólares, accionista de Pampa Energía, Glencore y de los cuatro primeros bancos privados que operan en el país (Santander-Río, BBVA, Galicia y Macro), que a la vez son los mayores poseedores de títulos de deuda del Tesoro y del Banco Central. También posee acciones de Telefónica, YPF, TRANSENER, Transportadora de Gas del Sur, Central Puerto, Loma Negra, IRSA, Coca Cola, Bayer, Exxon Mobil, Chevron, Apple, Microsoft, Procter & Gamble, Tenaris (del grupo Techint), Mercado Libre, Arcos Dorados y Adecoagro. Su participación en Glencore SA, empresa que a su vez es dueña de Viterra SA en la Argentina (ex Oleaginosa Moreno) y su asociación con Bunge la colocan como la principal compañía agrocomercial del mundo. Además, Glencore participa en la explotación de oro y cobre en las minas de Agua de Dionisio y Agua Rica en la provincia de Catamarca, y de las minas de cobre de El Pachón en San Juan. Fink fue uno de los asistentes al premio de ciudadano global que le concedieron al latino diferente.

Pero sus compañías del agribusiness obtuvieron ganancias por más de 1500 millones de dólares en tres días, debido a la supresión por 72 horas de las retenciones a las exportaciones agrícolo-ganaderas. Las cinco primeras fueron Bunge, LDC, Cosco, Viterra y Cargill. Aquí explica mejor que nadie la maniobra Matías Longoni, un periodista especializado cuya línea editorial confundí injustamente hace muchos años con la de su jefe de entonces, Héctor Huergo. Es un fraude más grave que las cripto de Javier e incluso que el 3% de Karina, afirma Longoni.
Los disparates que dijo Bessent en la entrega del premio están a la altura del galardonado. Sostuvo que Milei presentó un esquema para alcanzar superávit fiscal por tercer año consecutivo, resultado que el país no alcanzaba en más de un siglo. Añadió que el hermano de Karina buscaba reemplazar a una burocracia “corrupta y derrochadora” por una gestión “austera y eficiente”.
Una larga historia
Pero más allá de las características personales de Trump y de Bessent, el interés estadounidense por la Argentina es anterior a Milei y no tiene sólo el visible componente ideológico. Tanto la Estrategia de Seguridad Nacional que Trump firmó en diciembre de 2017, como la Provisoria de 2021 de Joe Biden, pusieron el eje en la confrontación global con potencias hostiles, como China. La que ya tiene ahora en borrador pone además la mirada en el sur. El nuestro.
El 8 y el 24 de marzo de 2022, ante las comisiones de Fuerzas Armadas de la Cámara de Diputados y del Senado de su país, la entonces jefa del Comando Sur, generala Laura Richardson, explicó que el interés en la región se debe a que comercia con su país por 740.000 millones de dólares al año; posee el 60% de las reservas mundiales de litio y el 31% del agua dulce del mundo, activos que considera amenazados por la presencia de China, como si fueran propios.
Dijo que, en un periodo de cinco años, China firmó compromisos de inversión en la región por 72.000 millones de dólares, mientras el Cuerpo de Ingenieros con el que contaba Richardson sólo disponía 250 millones de dólares para el mismo lapso.
Respecto de la Argentina expresó preocupación por varios proyectos chinos:
- la “línea estratégica de comunicación en el estrecho de Magallanes”,
- una planta nuclear de 7.900 millones de dólares,
- una represa hidroeléctrica de 4.000 millones de dólares y
- un ferrocarril de carga de 3.000 millones de dólares.
- las instalaciones de investigación espacial administradas por China en Neuquén, que “podrían rastrear y apuntar a satélites estadounidenses”.
Seis meses antes, en la audiencia de confirmación como embajador en Buenos Aires, Marc Stanley dijo que la Argentina no tenía un plan económico que explicara cómo pagaría su deuda y anunció que una de las metas de su desempeño sería cuestionar la presencia china. La catadora de Presidentes y ministros Susan Segal, que dirige con una invariable sonrisa el Council of the Americas, completó la hoja de ruta de Stanley al sentenciar que la Argentina tiene energía y alimentos para el mundo, abundantes minerales, como litio y cobre, servicios, tecnología y cadenas de valor. No se han apartado un centímetro de su plan.
Richardson visitó a la entonces Vicepresidenta CFK en el Senado. Cristina le recordó que la Argentina tiene una parte de su territorio ocupado por una base de la OTAN, con miles de soldados británicos, y le solicitó que Estados Unidos presionara al Reino Unido para que negociara la soberanía con la Argentina. El actual jefe del Comando Sur, vicealmirante Alvin Hosley, y por supuesto el ministro de Economía Bessent, conocen muy bien esta situación, y apetecen bases en el Atlántico Sur, tal vez en las propias Malvinas, como si se tratara de un episodio de La Diplomática, cuando Londres y Washington se enfrentan, al borde de la guerra.

El ministro de Defensa Pete Hegseth citó a 800 generales, almirantes y brigadieres a una reunión sin temario anticipado, que se realizará este martes 30 en la base Quantico, en Virginia. Se prevé que allí el ex presentador de Fox News podrá adelantarles los lineamientos de la nueva estrategia de defensa nacional, que colocaría al tope de las prioridades la seguridad nacional y el Hemisferio Occidental, como llama Estados Unidos a Subamérica. Sin olvidar a China, claro.
En su segundo mandato, en vez de prometer zanahorias Trump blande un garrote: si no quieren padecer su ira, todos los países del mundo deben acomodarse a sus caprichos. Esa es su idea de una negociación. Y la Argentina no es una excepción, como con toda claridad dijo Bessent. Nadie lo entiende mejor que Milei, cuyo lema es "Sus órdenes son deseos para mí". Y también a la inversa.
La primera actividad de Bessent durante aquel viaje relámpago fue un almuerzo en la embajada con siete empresarios, del sector energético y financiero, reclutados debido a sus vínculos con la actividad privada del ministro. Ellos son sus ojos y oídos en el país:
- el presidente de Pampa Energía, Marcelo Mindlin;
- Martín Pérez de Solay, CEO de Glencore Argentina;
- el de Citi Argentina, Federico Elewaut;
- Pierpaolo Barbieri, en cuya Fintech, Ualá, Bessent fue uno de los primeros en invertir;
- Martín Genesio, CEO de la energética estadounidense AES;
- Mariana Schoua, CEO de Aconcagua Energía Generación y presidenta desde mayo de Amcham; y
- Javier La Rosa, presidente de Chevron Latinoamérica.
Las condiciones de Estados Unidos son las de siempre, pero con mayor urgencia: reformas laboral, previsional y tributaria, privatizaciones, eliminación de subsidios e incremento de tarifas. Bessent también mencionó esta vez las retenciones a la soja, que deberían mantenerse para no perjudicar a los exportadores estadounidenses, que están furiosos por la suspensión de la semana pasada. El viernes al mediodía, el Banco Central prohibió que durante 90 días las personas físicas que compran en el MULC, luego vendan a personas jurídicas en el MEP y el CCL, como un atajo hacia la Formación de Activos en el Exterior. El cliente debe comprometerse a no concertar "de manera directa o indirecta, por cuenta y orden de terceros, compras de títulos valores con liquidación en moneda extranjera", ordenó el BCRA. Es decir, la fuga a cargo de las empresas, que así eluden los controles.
En una breve entrevista la agencia Bloomberg le preguntó en abril a Bessent:
—China tiene un swap de divisas con Argentina. ¿Considerarían una línea de crédito directa desde Estados Unidos?
—Eso no está bajo consideración. Tienen un swap de 18.000 millones en yuanes. Bajo el anterior gobierno peronista, Argentina utilizó 5.000 millones, y eso seguirá pendiente.
—¿Pero quieren que se deshagan de ese swap con Pekín?
—Si este gobierno continúa con el curso de sus políticas económicas, eventualmente deberían tener suficientes ingresos de divisas como para poder pagar eso.
El cálculo de la generala Richardson sigue siendo válido: tiene 250 vs. 72.000, casi 300 veces menos. Es improbable que Estados Unidos ofrezca un swap equivalente al de Beijing. Tendrá que juntarlos la Argentina, como dijo Bessent con meridiana claridad. Pónganse a laburar.
Futurismo y desdoblamiento
Del otro lado de la frontera política local, el futurismo se jacta de que el resultado electoral de septiembre convalidó el desdoblamiento dispuesto por el gobernador Axel Kicillof contra la opinión de la ex Presidenta CFK. En el kirchnerismo la respuesta es doble:
- Quien aseguró la unidad y con ella la victoria fue Cristina, al conseguir que el carlibianquismo retirara la lista propia que sin avisar ya había protocolizado ante la Junta Electoral, y que llevaba directo a la derrota.
- Recién el 27 de octubre se sabrá si el desdoblamiento fue una buena idea, cuando se contabilicen las bancas que obtenga cada lista.
Kicillof solicitó autorización para visitar a Cristina en su prisión domiciliaria. Esta semana el tribunal a cargo asintió y el encuentro tendrá lugar la semana que se inicia. Considerando el estado de las relaciones, es improbable que la responsabilidad de cada cual se aborde con sinceridad en el diálogo que sostendrán en San José 1111. El kirchnerismo no retaceará su apoyo a la campaña nacional, que se inició con un spot de Jorge Taiana. La duda es qué harán los intendentes que ya estabilizaron sus asientos municipales. Una decisión que el futurismo mantiene en reserva es por qué Kicillof ofreció los lugares que le correspondían en la lista nacional a un sindicalista de la CGT y a otro de la CTA y no promovió a ningún jefe comunal, lo cual, en principio, no estimula el entusiasmo de los intendentes que ya se aseguraron techo y lecho.

Máximo Kirchner y otros diputados kirchneristas presentaron un proyecto por el cual lo que se acuerde con el Tesoro de Estados Unidos deberá pasar por el Congreso, al que le corresponde constitucionalmente "contraer empréstitos" y "arreglar el pago de la deuda interior y exterior de la Nación" (artículo 75, incisos 4 y 7). De lo contrario, será nulo. Es posible que el gobierno intente discutir si la compra de bonos argentinos en dólares y un swap de dólares por pesos se ajustan a esa definición constitucional. También será interesante ver si el giro que insinúa Kicillof (quien en 2022 apoyó la refinanciación del préstamo del Fondo) llega al punto de que los futuristas en el Congreso apoyen este proyecto opositor sobre su extensión.
La historia y los vaticinios
Con una contundencia poco habitual, Jorge Fontevecchia comenzó su programa de televisión con una declaración de principios: "Me ofenden Trump, Bessent, Lamelas y Milei". Aclaró que ama Estados Unidos, donde pasó su exilio, tiene hijos y nietos estadounidenses y se considera liberal. Pero no cree que Trump sea representativo de ese país, aunque transitoriamente lo gobierne, como tampoco lo es Milei de la Argentina. Ambos pasarán. Entre otras cosas, entrevistó al gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba, quien afirmó con certeza que el salvataje estadounidense no mejorará las chances electorales de LLA, sino lo contrario. Entre otras cosas porque la Argentina es el país más antinorteamericano de la región, y los votantes se preocupan más por las sensaciones y los hechos cotidianos que por apoyos internacionales. Milei hizo durante la campaña todo lo que no hay que hacer. Durán dialogaba consigo mismo:
—Nadie sabe qué es el riesgo país. Los temas con los que el Presidente se enfrenta son muy sensibles. A la gente le preocupan los hospitales y los enfermos en general, y los niños en particular. No les interesa teóricamente; sienten. Hay niños que se están quedando sin hospital porque el Presidente les cortó los fondos del Garrahan y el Presidente se peleó con un niño autista.
—¡Qué brutalidad! Yo por eso no voto.
—Esto altera el equilibrio fiscal en 0,5%.
—Que se vayan al diablo con el equilibrio fiscal; están matando niños.
—El escándalo con discapacitados ha sido muy complicado. Muchos reclamando: Necesito una silla de ruedas.
—Los medicamentos están muy caros. Aquí cuestan el doble que en Ecuador y el triple que en México.
—A la gente no le importa la balanza de pagos sino la balanza de la carnicería.
También destrozó los actos brutales en Lomas de Zamora y Moreno.
La presunción de Durán Barba tiene antecedentes. La Argentina logró antes de ahora ocho préstamos del Tesoro de Estados Unidos, entre 1959 y 1995. Gobernaban Arturo Frondizi, Juan Carlos Onganía, Raúl Alfonsín (en cuatro oportunidades), a quienes les fue muy mal a pesar de ese apoyo, y Carlos Menem, el único que sobrevivió al amigo americano.
Desde lejos
Ningún dirigente político parece haber tenido en cuenta estas apreciaciones de Durán Barba ante el conmocionante secuestro, asesinato y descuartizamiento de tres adolescentes, que fue transmitido en vivo por Instagram. Los gobiernos de la Nación y de la provincia de Buenos Aires intentaron descargar su responsabilidad, con Milei y Kicillof en Estados Unidos. El Presidente estaba haciendo las monerías ya descriptas, y escribió: "¿A quién votaron ahí? Al kirchnerismo. ¿Quién liberó asesinos? El kirchnerismo. ¿Quién votó contra la trata? El kirchnerismo. ¿A quién culpan? A Javier Milei". El gobernador escribió en su cuenta personal de X: “Todo indica que fue un acto de venganza de un grupo narco internacional con base operativa en la Ciudad de Buenos Aires". Kicillof participaba en una reunión de Presidentes en homenaje a Pepe Mujica. Carlos Bianco le llevaba el bolso, siempre a dos pasos. Ninguno buscó contacto con las familias devastadas, ni con los vecinos que se manifestaron en demanda de Justicia. Cero empatía.
Esas movilizaciones constituyen uno de los rasgos más encomiables de la sociedad argentina, que esta misma semana ha producido frutos por su persistencia y su capacidad de organización, respecto de los peores crímenes cometidos en la historia. El ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, participó en una conferencia de jueces en el Chaco, donde se presentó un libro colectivo: Derechos Humanos y Juicios de Lesa Humanidad: la visión de la magistratura. Lorenzetti, quien tuvo un rol significativo en el impulso a esos juicios, dijo que se trató de un reclamo de la calle, que los jueces supieron escuchar y que forma parte del contrato social de los argentinos.
Al mismo tiempo, en Córdoba, el juez federal Miguel Hugo Vaca Narvaja anunció en conferencia de prensa el hallazgo de restos óseos humanos en el predio de La Perla, donde funcionó un centro clandestino de tortura y exterminio.
La causa se inició con el siglo, por denuncia de María Elba Martínez y Adolfo Pérez Esquivel, y los organismos de derechos humanos persistieron pese a todas las dificultades. Fui uno de los denunciantes y en 2004 también publiqué el testimonio del teniente coronel Guillermo Bruno Laborda, sobre el asesinato y quema de cadáveres de detenidos. Contaba lo que hizo y protestaba porque le negaban el ascenso a coronel. Laborda también reveló que años después la tierra fue removida para extraer los restos. Murió en 2013, procesado por cinco homicidios. Pero la observación aérea a partir de sus datos, permitió determinar el lugar exacto que describió y en el tercer día de las excavaciones fueron hallados los restos óseos, de los que se procurará obtener el ADN para identificarlos. La búsqueda continuará por dos meses más.

La música que escuché mientras escribía
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