Estamos en libertad condicional

Un abogado laboralista escribe con perdón de los especialistas en derecho penal

 

En una sociedad republicana y democrática el principio es la libertad y la excepción el encarcelamiento.

Una vieja doctrina y jurisprudencia en materia penal establecía que, frente a la imputación de un delito que diera lugar al inicio de un proceso, la persona imputada continuaba en libertad, sin perjuicio de la tramitación de la causa.

Este temperamento cedía frente a cualesquiera de estas dos circunstancias: 1) Que existiere el peligro de que la persona imputada se fugara; 2) Que pusiera en riesgo, obstaculizara o dificultara la correcta producción de la prueba.

Hoy esta decisión procesal está cayendo en desuso, empujada por una concepción autoritaria pero también, a mi leal saber y entender, por una actitud deplorable de persecución de funcionarios del gobierno anterior y enfocada esencialmente en su principal figura, Cristina Fernández de Kirchner, dos veces electa por el pueblo como Presidenta de la Nación y en la actualidad, Senadora Nacional.

En términos de decisiones jurisdiccionales bastaría para que cese el derecho a la libertad, la mera sospecha o las íntimas convicciones del juzgador.

Esta actitud resulta refractaria a la Constitución Nacional en su letra expresa, pero también a nuestra historia institucional, con la obvia excepción de los períodos en los que gobernara una dictadura.

Creo que es imperiosa una recuperación institucional no sólo por ser un imperativo categórico para todos los que abrigamos principios y concepciones republicanas y democráticas, sino también para aquellos que, sin esas convicciones, tengan presente lo que entrañan estas afirmaciones:

“Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó.

Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó.

Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero, tampoco me importó.

Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.

Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. Ahora vienen por mí, pero es demasiado tarde.”  Pastor Martin Niemöller.

Todos debemos manifestarnos y luchar para que sea realidad efectiva la presunción de inocencia, el debido proceso, la defensa en juicio y la interpretación restrictiva para que el juez prive a alguien del derecho a la libertad, de lo contrario y con suerte, en el mientras tanto estaremos en libertad condicional.

P.D: Escribí esto con el perdón de los especialistas en derecho penal.

 

 

  • Foto principal: Erick Coll

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