Según los análisis de la EIA (Energy Information Administration), los recursos de Vaca Muerta llegan a 308 TCF (trillones de pies cúbicos, por su denominación en inglés). Para tomar dimensión, el nivel de la producción actual se acerca a 2 TCF (56.000 millones m3/año). Ello implica 154 años de vida útil. Sin embargo, por las proyecciones de duplicar la producción (suma de consumos y exportaciones) con los gases no convencionales con fracking, dicha cifra puede bajar a menos de 70 años. No es un recurso infinito y su extracción no debe ser comprometida sin un análisis económico y ambiental. Resulta conveniente la creación de un “Instituto de Sustentabilidad de Vaca Muerta” que los realice, determine los costos de producción y supervise las posibilidades de un precio para el mercado interno por debajo de los valores internacionales. Todo ello dentro del marco del gas como recurso natural y con ventajas para el país y su gente.
Los costos promedio de perforación de pozos se hallan en el orden de los 10 millones de dólares. La producción acumulativa, por lo general a cinco años de actividad denominada EUR (Estimated Ultimate Recovery), se ubica en un volumen de al menos 350 millones de m3.
Con gastos indirectos y beneficios básicos el costo total mayorista de equilibrio económico de la explotación (breakeven point) es del orden de 1,50 U$/MMBTU (54 U$/Mm3). Sobre el mismo, el precio de venta mayorista del gas llamado PIST (Precio al Ingresos al Sistema de Transporte) fue fijado por la Secretaría de Energía (Plan gas) hasta 2028 en 3,55 U$/MMBTU (130 U$/Mil M3). Se trata de un precio-dádiva con margen de beneficio de más de 2 U$/MMBTU que la Secretaria de Energía acordó con las empresas productoras. Ello implicaba un valor de más de 30% de los precios internacionales de mercado, básicamente reflejados en el complejo de gasoductos Henry Hub de Estados Unidos en 2,50U$/MMBTU. Este valor es asumido como el valor real del gas natural mayorista en el mundo (sin conflictos bélicos) y naturalmente representa el valor real del mismo para la Argentina también. En 2024, sobre dicho valor real, hubo un sobreprecio de 1.679 millones de dólares, monto que pudo y que aún puede y debe ir con precios internos justos a asistir a mitigar los gastos del gas en el país y reducir el costo de generación térmica de electricidad, impulsando con ello una recuperación de la gran crisis económica que se vive.
En la Argentina los precios internos son superiores a los internacionales. Ello no ocurre en los países con altas reservas como, por ejemplo, Canadá, que posee un precio interno de entre 1,5 y 2 U$/MMBTU, y tampoco en países como Qatar, Irán o Emiratos Árabes, con precios internos aún menores.
Los valores PIST del Plan Gas, sin competir entre sí, enriquecieron y enriquecen a las empresas productoras: básicamente Tecpetrol, YPF, Total, Vista, Pluspetrol, Pan American y Pampa Energía, todas con ingresos extraordinarios, con precios que arrastran los subsidios dados para financiar las curvas de aprendizaje que ya terminaron. En gran medida, a costa de todos nosotros, y se justifica que no dejemos más que nos tomen por idiotas. Un caso paradigmático fue la Resolución 46 del año 2017 que le otorgó al yacimiento Fortín de Piedras, frente a un precio de equilibrio a 2 U$/MMBTU que se había dado para su desarrollo, otro de 7,5 U$/MMBTU por cuatro años. Encima de ello la acumulación de cada pozo allí llegó a 500 millones de m3, muy por encima de los valores medios de acumulación registrados.
En abril último el Presidente Milei prometió que el país iba a contar con un boom de gas natural a corto plazo, que nunca apareció en escena. Era sin dudas una fantasía o una mentira (de las tantas que Milei produce). A cambio, en junio (mes clave en el que es necesario reforzar la producción faltante de gas), la producción del gas no convencional bajó a 82.452 millones de m3, -13,2% con respecto al volumen de mayo.
En pleno pico invernal, ello determinó un supuesto pedido de auxilio de las empresas, las mismas que produjeron el faltante, para que se reconociera un precio de 7 U$/MMBTU (el doble del Plan gas). El Poder Ejecutivo les otorgó dicho precio y he aquí que apareció más gas que el faltante. Las empresas facturaron 23 millones de m3/d (más del 15% del total país) a ese nuevo precio, que pagamos entre todos: población, industrias, agro, servicios, que no fue de mercado libre sino libertario. El proceso fue cuasi mafioso y claramente extorsivo.
Aparecieron de pronto, en medio de días con mucho frío, problemas de suministro de gas en Mar del Plata, que derivaron en bajas de presión no permitidas por una normal operación (no respetada por la empresa de distribución) que determinaron la salida de ramales y un corte masivo, que requiere de una fuertísima multa.
El gobierno de Milei no tuvo y no tiene lo que hay que tener para lograr precios razonables para el mercado interno (2,50 a 3 U$/MMBTU). Por casi tres años, la exportación de GNL no va a pesar. Es la oportunidad para las productoras de incrementar la venta interna y regional y por gasoductos con los precios justos indicados. Además hay una necesidad de racionalizar la oferta de gas natural de Vaca Muerta y de encarar proyectos armónicos de industrializar el mismo con una explotación responsable con cadena productiva nacional, convocando a las pymes para que hagan su parte.
Llamamos a organismos y abogados de defensa del consumidor para que las maniobras citadas sean debidamente investigadas y castigados los responsables de tales acciones colusivas y mafiosas. También se requiere que se reviertan los permisos que la Ley Bases otorgó, y que permitió esta actividad extorsiva.
* Gustavo Atencio y Andrés Repar son miembros de la Mesa Federal de Energía.
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