Feos, sucios y malos

La denigración de los trabajadores y sus representantes, eje de la campaña oficial

 

“Hoy Polka lanza su nueva ficción sobre un sindicalista malo, feo, machista, mujeriego, que anda en negocios turbios y está enfierrado. Después no pregunten cómo se construyen estereotipos. Ahí tienen” @taligoldman. Un Tweet esclarecedor sobre el rol de los medios hegemónicos en los tiempos electorales del nuevo milenio. La dictadura lo hacía en modo radioteatro. Nada nuevo bajo el sol. Todo muy lejos de la esclarecedora visión que Raymundo Gleyzer describió en Los traidores, una película sobre un dirigente sindical peronista, que luego de años de militancia gremial devenía en burócrata corrupto.

Las bases de la Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Carne y Afines (Fetsicara) del Frigorífico Ecocarne respondieron con valor y heroísmo colectivo al ataque de “malos, turbios y enfierrados” como el personaje central de El Tigre Verón de la ficción de Pol-ka, construido al estilo del Pata Medina, de la construcción de La Plata, o Juan Carlos Levi, de la Uocra Vaca Muerta, o el impresentable Caballo Suárez de marítimos. El colmo del oficialismo macrista sindical es el postulante al sillón vacante del sindicato de Minoridad, Horacio Mankowski, de quien el fiscal Alcorta Condomí acaba de requerir la detención, acusado de estafas reiteradas con tarjetas de débito para combustible a la administración bonaerense que conduce la propia María Eugenia Vidal. Las mentiras televisivas de Horacio Rodríguez Larreta (“hoy se cagaron a tiros entre ellos en un frigorífico, esos es lo que son”) son intencionales y parte de un plan para imponer la reforma laboral una vez obtenido el beneplácito de la opinión pública.

Durante la madrugada del jueves, en la puerta de la planta de San Fernando, una patota atacó salvajemente a los trabajadores que querían ingresar a la planta. Hubo dos trabajadores heridos con balas de plomo después de que la policía de Vidal abandonó la zona durante cuatro horas, dejando una “zona liberada” para que los agresores actuaran a su antojo. Los trabajadores, que además son vecinos del lindero barrio San Jorge, salieron a rechazar la agresión y los echaron del lugar. Los agresores estaban identificados con José Beto Fantini, dirigente rosarino de la Federación de la Carne, un sindicalista ligado al gobierno macrista que, de la mano del ex ministro de Trabajo Jorge Triaca, estuvo en el viaje a Europa representando a los sindicalistas oficialistas y participó en reuniones en la Casa Rosada con el presidente Macri.

Es decir, que el patotero de HRL era de ellos.

La bravuconada pretendió desinformar sobre el bando donde juega Fantini, quien integra la mesa tripartita del sector con el Gobierno, los empresarios y los gremios. “Ya me reuní ocho veces con Macri. Nosotros defendemos la fuente de trabajo”, se jactó el gremialista sobre su cercanía con el oficialismo según La Nación.

 

El patotero Fantini con Triaca

 

En la vereda de enfrente, Walter Espinoza, delegado y afiliado al Sindicato de la Carne de Capital y Gran Buenos Aires, entidad rival de Fantini en la Federación, dijo en Izquierdaweb.com: “La patota nos copó la puerta; no nos dejaban entrar a trabajar, empezaron a tirar bulones y balas, hirieron con plomos a dos compañeros que están por suerte fuera de peligro. Ellos querían entrar a la fuerza porque son los garantes de la flexibilidad laboral de este gobierno y del que viene. En los frigoríficos que manejan ellos están trabajando entre 12 y 15 horas por el mismo sueldo, no te dejan elegir delegados, ponen paritarias con el dedo y al que reclama lo echan. Como no tienen base en trabajadores del gremio vinieron con una patota y se armó la trifulca, los laburantes del turno noche que estaban adentro más los que no pudieron entrar, se defendieron y echaron a la patota del lugar. Incluso nos ayudaron los vecinos del barrio, que también salieron a correrlos porque eran gente extraña y acá nos conocemos todos”.

Una realidad categórica que no admite retruco. Como hay un auge en las exportaciones cárnicas, las patronales necesitan aumentar la producción y quieren lograrlo a costa de flexibilizar a los trabajadores para embolsar toda la ganancia. En repudio a los ataques sufridos, el sindicato Capital convocó a un paro de 24 horas en todos los frigoríficos para el jueves y una movilización a la Secretaría de Trabajo porteña para presentar la denuncia.

 

La movilización a la Secretaría de Trabajo

 

Más de 7.500 pymes cerraron sus puertas en 2019. Todos los índices del consumo están a la baja, los salarios siguen perdiendo su poder de compra y los jubilados continúan el tránsito de la pobreza a la indigencia. La desocupación sigue en aumento y la pobreza acompaña cada índice de aumento de la inflación. En ese contexto, Mauricio Macri lanzó oficialmente su campaña por la reelección. Sacar el debate del terreno económico y social y llevarlo al territorio de la corrupción y la transparencia, donde él pretende estar situado del lado del bien y plantear los ejes de discusión en términos abstractos de pasado y futuro parece ser una tarea muy difícil.

En otro lugar del arco político, la gobernadora María Eugenia Vidal hizo una autocrítica apenas formal de su gestión en una entrevista amable con la televisora del Grupo Clarín. Puntualmente resaltó lo concerniente al conflicto docente. “No estoy a gusto con el esfuerzo que hice para resolver el conflicto docente.” El presunto arrepentimiento “se debe una movida política inmersa en la campaña electoral” señalaron los gremios, sin ninguna empatía con la mandataria.

El debate entre La Bancaria de Sergio Palazzo y Mercado Libre volvió a poner el foco en el grado de actualización de los convenios colectivos de trabajo. El gobierno usó toda su artillería mediática para revitalizar la idea de que tienen 40 años y que están perimidos. ¿Qué hay de cierto detrás de esa afirmación? El diputado Leopoldo Moreau denunció que “una jauría de esclavistas salió a atacar a Sergio Palazzo, uno de los dirigentes sindicales más lúcidos del movimiento obrero argentino. Quieren trabajadores sin derechos”. Un relevamiento de Info Gremiales afirma que de los convenios colectivos vigentes una amplia mayoría, que representa el 54 %, fueron pactados entre 2003 y 2014.

 

Sindicalista Palazzo, patrón Galperín: cada cual atiende su juego.

 

Uno de los ejes centrales de la campaña macrista es el ataque al sindicalismo. No es una mera retórica electoral, es una profunda necesidad política que busca generar mayorías en base al consenso antisindical que suelen cultivar los sectores más retrógrados de las patronales locales. En este rubro no piensa mentir en la campaña. Macri está jugado a prometer y llevar adelante su lucha contra los sindicatos. Daniel Muchnik, uno de los periodistas más conspicuos del grupo Clarín, al que llegó en 1981 luego de ser directivo  de Convicción, el diario que el almirante Massera financió con bienes saqueados a los detenidos desaparecidos en la ESMA, se expresó en un tono destemplado acerca del secretario general de La Bancaria, aludiendo a la “solución Hoffa”, en referencia al líder de los camioneros de Estados Unidos, desaparecido y asesinado por el poder. Aclaró que no propone matarlo, pero que es necesario ponerle un límite. ¿Qué hizo Palazzo? Conversar off the record con un periodista de Clarín, que transcribió sus palabras al gusto oficial. Proponía casi lo mismo que Trump en Estados Unidos: que cualquier organización que preste servicios bancarios o financieros sea regulada igual que los bancos. En este caso, en cuanto al encuadramiento sindical de más de 6.000 trabajadores.

La democracia y la república son alusiones discursivas con las que se juega cuando la política no pone en riesgo sus privilegios. La figura de Jimmy Hoffa está presente en el lenguaje amenazante del Muchnik y de Elisa Carrió. Ambos hacen referencia en las mismas circunstancias a la desaparición, un obvio crimen de Estado, como si citaran una cláusula de la Constitución Nacional. Este es el sentido más profundo de la amenaza. Para ambos el rival es Hugo Moyano, líder histórico de Camioneros.

La ola de repudio fue inmediata y desde casi todos los sectores sindicales, y habida cuenta de que lo que se publica en estos tiempos tiene modo de campaña, queda claro que la segunda versión macrista está destinada a liquidar al movimiento obrero, que se convirtió en el eje vertebrador de la oposición. La estrategia consiste en “remover” esos obstáculos a como dé lugar. La alusión permanente al camionero norteamericano y a su desaparición subyace claramente en el lenguaje oficial.

Una nueva agresión fue sufrida por el equipo de trabajo de C5N durante la cobertura del ollazo popular de organizaciones sociales en el Obelisco durante el 9 de julio, que hizo estallar las protestas y solidaridades de todo el arco político y sindical opositor.

 

 

El golpeado gremio de prensa mira con eufórica atención los avances del Fuero Laboral, un dolor de cabeza para el Gobierno, donde anidan numerosas demandas patronales y gubernamentales. Hubo un paso más en la reincorporación definitiva de trabajadores en Télam: la Sala IV devolvió el último expediente a la Sala V. Ahora resta que esta falle a favor sobre las tres cautelares pendientes, como lo hizo con los siete anteriores. Sería una paliza inesperada para los operadores de Hernán Lombardi, paralizados desde su estupidez supina en la puesta en marcha de lo que pretendió ser la BBC argentina.

La legislación y sus jueces son sin embargo un territorio hostil para medir relaciones de fuerza entre el poder y los trabajadores. Se consolida la tendencia: crecen las demandas judiciales contra delegados sindicales. Las fiscalías del fuero laboral relevadas informan el ingreso de hasta 10 expedientes por mes en lo que va de 2019. Tandanor, con sindicato propio, es un caso testigo: el 60% de los miembros del Consejo Directivo del gremio no pueden entrar a trabajar por demandas judiciales.

 

 

En ese contexto se debe interpretar el rol que los sindicatos comienzan a jugar en la campaña, como la desmentida categórica con que los trabajadores de Vialidad Nacional retrucaron el primer spot publicitario de Macri, donde reivindicaba los kilómetros de rutas y autopistas construidos por su gestión. Los trabajadores viales demostraron que es mucho menos de la mitad de lo que fueron realizados por los gobiernos de los Kirchner. El alineamiento explícito del mundo sindical detrás de la fórmula de unidad de Alberto Fernández y Cristina Kirchner habla no solo de instinto de conservación sino además de la posibilidad de recuperar un camino de bienestar para el conjunto de la clase trabajadora. Esa mayoría amplia y difundida es el marco en el cual los sindicalistas más activos y representativos plantean la necesaria unidad orgánica y la vuelta a una central única para resistir al neoliberalismo o para participar de un futuro gobierno popular.

El gobierno ha blindado su discurso y el vocabulario de campaña en los medios hegemónicos y sus amanuenses menores practican el “periodismo de guerra”. Sus candidatos lo llevan a cabo y la polarización es evidente e innegable. Ya no es el pasado contra el futuro, es la democracia contra el autoritarismo. Sobre la piel irritada de una sociedad golpeada por la crisis se derraman todos los días toneladas de ácido. ¿Cuántos serán los que quieren más violencia y cuántos los que buscan trabajo, mejorar sus ingresos, comprar los remedios y llegar a fin de mes? Esa cuenta nos dará el resultado de octubre. De cualquier manera, como sesgo instintivo, los trabajadores saben que su norte es “Vuelva y Luche”. Volver al gobierno, construir mayorías estables, luchar por un espacio de libertad y trabajo para todos, con salarios dignos y derechos consagrados por las leyes y las constituciones.

 

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