Flojos de papeles

Los trabajadores de la papelera Kimberly-Clark llevan adelante un plan de lucha

 

Este domingo se cumplen veinticuatro días desde que la emblemática papelera Kimberly-Clark encuentra a sus trabajadores manteniendo la permanencia en la fábrica. Resulta que la multinacional de capital norteamericano anunció un “Plan de Reestructuración Global” que no es más que un plan con proyección internacional, con el objetivo de dejar a más de cinco mil quinientos trabajadores en la calle o, en sus palabras, “reducir los costos empresariales”. En la planta ubicada en Bernal, las familias afectadas por esta medida alcanzan el número de doscientos nueve, motivo por el cual resolvieron declarar la huelga y ocupar la fábrica en defensa de los puestos de trabajo y la maquinaria. Antecedentes de casos exactamente iguales se replicaron en sedes de Australia, Reino Unido, Estados Unidos, Brasil y República Dominicana, que devinieron en conflictos respaldados por el apoyo de los sindicatos globales IndustriALL y UNI que condenaron enérgicamente “los planes de reestructuración globales de Kimberly-Clark y su desprecio hacia el compromiso con los sindicatos representando trabajadores a través del globo”. Los trabajadores y trabajadoras ya perjudicadas en distintas partes del mundo, hoy realizan muestras de solidaridad para los argentinos y califican a la parte empleadora como “antisindical” y “antiobrera”.

 

 

 

En la sede de Bernal se produce papel higiénico y rollos de cocina, entre otros productos, de las marcas Kleenex y Scott. La empresa tiene dos plantas más en el país, una ubicada en el Parque Industrial de Pilar donde se elaboran productos de las marcas Kotex y Plenitud, y otra en la provincia de San Luis en donde se fabrican los pañales de la firma Huggies. Cuentan los trabajadores que a fines de septiembre un directivo designado para Latinoamérica se hizo presente en la planta de Bernal y reunió a todos los trabajadores en la sala de audiencias. Los anuncios eran dos, el cierre de la planta y el plan preventivo de crisis. También manifestó que las actividades en la fábrica se suspenderían por algunos días, lo cual fue rápidamente rechazado por el colectivo de trabajadores que decidió mantener la permanencia en el lugar que ocupan hasta el día de hoy. La empresa papelera decidió frenar por completo la producción, lo que es equivalente a un lock-out patronal. Lo primero que los trabajadores organizaron fue un acto para más de mil personas, donde catalogaron al plan preventivo de crisis como un “engaño” ya que no existen las causas que la normativa exige para su implementación (razones de fuerza mayor, causas económicas o tecnológicas que afecten a más del 15% de la empresa).

En el marco de el plan de lucha, esta semana los trabajadores realizaron un corte en el acceso al Puente Pueyrredón. “El reclamo nuestro es la inmediata reapertura de la fábrica y su puesta en marcha”, dijo Walter Relañez en su carácter de delegado gremial. “Las instalaciones (de Kimberly-Clark) son de la vieja Celulosa Argentina. La planta cuenta con última tecnología, cumple con todas las normas de seguridad e higiene. Tiene importantes inversiones, está en condiciones de producir setenta toneladas diarias de papel tissue y el área de conversión puede producir cuatrocientos cincuenta mil bolsones por mes de rollo de cocina, papel higiénico, toalla intercalada, toalla industrial, pañuelos descartables. Por eso decimos que no hay crisis, sino que fue inducido como parte de una reestructuración global que es lo que la empresa dice en sus declaraciones”, agregó.

Si bien ya hubo cuatro audiencias, el rol de la Secretaría de Trabajo de la Nación hasta ahora fue nulo y de tinte dilatador. Los trabajadores quieren que se declare una situación que contempla la legislación laboral bajo el nombre de reestructuración productiva con el fin de convocar a la comisión negociadora del convenio colectivo y generar una instancia de diálogo social, abierto y transparente en defensa del trabajo. “Los trabajadores estamos elaborando un plan productivo para demostrar que esta planta es rentable, que puede ser proveedora entre otras cosas de las dependencias del estado, escuelas, hospitales, oficinas, porque es un producto de consumo masivo y personal. Y además rechazamos la apertura de un listado de retiros voluntarios. Queremos la continuidad de nuestras fuentes laborales”, dijeron en diálogo con este medio.

 

 

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