General particular

Un marco para la excepcionalidad económica argentina

 

La tesis de que la economía (o la sociedad) argentina es un “caso aparte” posee raíces fuertes y frondosas. En algunas ocasiones la encontramos expresada de un modo literal; en otras la intuimos como un presupuesto y un factor clave del diagnóstico. Aparece como tema recurrente de investigación académica desde hace décadas en las esferas de la historia y la economía. Que intelectuales y periodistas del extranjero hayan señalado el carácter exótico del capitalismo vernáculo consagra esta idea como “verdad” con todas las letras.

Es que la excepcionalidad argentina es evidente y negarla sería una necedad. Sin embargo, cada economía nacional es a la vez un espécimen social único y parte de un sistema mundial que cambia en el tiempo. ¿Qué parte del desastroso destino de una economía particular puede atribuirse a sus características específicas (su estructura social, su cultura, sus gobiernos), qué parte al funcionamiento del sistema mundial en su conjunto, qué parte a las nuevas amenazas y limitaciones con que se topa la economía mundial en sus sucesivas fases de desarrollo o maduración?

¿Es la sociedad argentina artífice de su propio desastre económico, en un contexto general de prosperidad de la civilización capitalista? ¿Vemos avanzar el desarrollo económico en el resto de América Latina mientras nuestra economía agoniza o estalla? ¿Convergen las economías atrasadas a la de Suecia, mientras la nuestra implosiona tras más de una década de estancamiento y alta inflación? Citemos a algunos expertos.

— Mega-amenazas. Según Roubini (2023), la era actual se parece al período 1914/1945 (guerras, crisis, pandemia, fascismo). Las mega-amenazas actuales son más siniestras que entonces debido al cambio climático, poderío nuclear del armamento, impacto de inteligencia artificial en el empleo. La humanidad se enfrenta a un período que combina lo peor de la década de 1970 (shocks en los precios de la energía y alimentos), lo peor del período 2007/08 (altísimo endeudamiento público y privado) y lo peor de la década de 1930 (depresión). Roubini abandona toda moderación al afirmar que “vivimos como sonámbulos, ignorando cada alarma sobre lo que nos espera. Será mejor que nos despertemos pronto, antes de que la montaña empiece a temblar”.

— La palabra “crisis” ya no alcanza para describir la actual coyuntura mundial. Adam Tooze (Universidad de Columbia) ha popularizado el concepto “policrisis”, definido como “múltiples emergencias globales que se desarrollan simultáneamente”. Según el Financial Times, policrisis fue “la palabra que resume el año 2022”. 

 — Para las Naciones Unidas, “nuevas capas de incertidumbre interactúan creando un nuevo tipo de incertidumbre sin precedente en la historia de la humanidad” (PNUD, 2022: 3). “El tránsito a través de este nuevo complejo de incertidumbres se ve obstaculizado por las persistentes privaciones y desigualdades en el desarrollo humano. Este contexto convierte cada shock (pandemia, guerra de Ucrania) en una catástrofe mundial inminente” (PNUD, 2022: 4).

“Un análisis de más de 14 millones de libros publicados durante los últimos 125 años en los tres idiomas principales muestra un fuerte aumento en las expresiones de ansiedad y preocupación. Otras investigaciones informan aumentos constantes en la preocupación e incertidumbre en la última década” (PNUD, 2022: 9).

Esta tendencia coexiste con un incremento inusitado de las posibilidades de progreso material. Va de la mano, en otras palabras, de una polarización de las sociedades y una desaceleración en la disminución de la pobreza (idem, 32/33).

— Según Georgieva (directora del FMI), si sumamos el aumento de la desigualdad en las últimas tres décadas, la fragmentación geoeconómica y la guerra de Ucrania, lo que tenemos ante nosotros (el escenario hacia adelante) es “una potencial confluencia de calamidades” (Georgieva y otros, 2022).

— Según el Banco Mundial (2023, p. 39), los grandes shocks de los últimos tres años (pandemia, guerra en Ucrania, aumento de la inflación, suba de las tasas de interés en Estados Unidos) han agravado una tendencia preexistente de largo plazo a un menor crecimiento económico.

— Para el FMI, “las previsiones sobre la tasa de crecimiento del PIB mundial a medio plazo se encuentran en su nivel más bajo en décadas” (2023a: 18).

Larry Summers (ex secretario del Tesoro de Bill Clinton) viene afirmando que las economías avanzadas están inmersas en un cuadro de estancamiento secular desde hace décadas (apenas disimulado por la inflación de crédito), definido como “un período prolongado durante el cual la única forma de lograr un crecimiento satisfactorio es creando condiciones financieras insostenibles”.

— Según Roach (2023, Universidad de Yale, ex gerente de Morgan Stanley en Asia), “las crisis y los acontecimientos ‘extraordinarios’ son ahora la regla, no la excepción. En las últimas décadas, ha habido un promedio de una catástrofe cada tres o cuatro años”.

— Sobre un panorama laboral mundial que ya es delicado, el Foro Económico Mundial de Davos (WEF, 2023) considera que la próxima década será (en materia de empleo) incierta y turbulenta.

— Martin Wolf (2023, jefe de Economía del Financial Times) anuncia en la portada de su nuevo libro que “el matrimonio entre democracia y capitalismo se está diluyendo”.

— El economista del MIT Acemoglu (2024) escribe que en los Estados Unidos, desde los años ‘70, “el patrón de prosperidad compartida se desmoronó. (…) La economía de mercado (junto con las tendencias tecnológicas y la globalización) ha funcionado mal y ha provocado una enorme desigualdad”.

El énfasis en la excepcionalidad de la crisis económica argentina raramente se origina en la ignorancia. Es un planteo ideológico y su propósito es negar o minimizar el carácter general de la crisis del capitalismo. Bloquea el análisis y la búsqueda de una salida a la crisis. A la luz de las citas precedentes, lo más lógico es entender la debacle nacional como un caso (tal vez extremo) de esta tendencia general.

 

 

Fuentes
Acemoglu. (2024): “Clarifying America’s Great Inequality Debate”. Project Syndicate
Banco Mundial (2023): Global Economic Prospects, junio.
FMI (2023): World Economic Outlook, octubre.
Georgieva, Gopinath y Pazarbasioglu (2022): “Por qué —y cómo— se debe combatir la fragmentación geoeconómica”. Blog del FMI.
PNUD (2022): Human Development Report 2021/22. Uncertain times, unsettled lives Shaping our future in a transforming world.
Roach (2023): “The Myth of the Unprecedented”. Proyect Syndicate.
Roubini (2023a): Megaamenazas. Las 10 tendencias globales que ponen en peligro nuestro futuro y cómo sobrevivir a ellas. Ediciones Deusto.
Wolf (2023): La Crisis del Capitalismo Democrático. Ediciones Deusto.
World Economic Forum (2023): Global Risk Report, 2023.

 

* Gustavo Burachik es docente e investigador del Dpto. de Economía de la Universidad Nacional del Sur.

 

 

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