HACE MUCHO Y HACE POCO

Siento que triunfamos porque no pudieron imponernos sus valores, en este campo los derrotamos.

 

Casi las 23 del 23 de marzo,  falta poco para cumplir los 44 años del golpe del terrorismo de estado de 1976. No puedo dejar de recordar todo lo que viví y lo que perdí, como muchos otros compañeros. Esto en el marco de una visión optimista porque estamos en el año 2020, que en esta fecha es distinto al 2019 y entonces podemos tener esperanzas y sentir que no todo está perdido.

Siento, en primer lugar, que triunfamos porque no pudieron imponernos sus valores, en este campo los derrotamos. Porque después de 44 años podemos sacar los pañuelos a los balcones y esto porque no podemos movilizarnos-como todos los años- por la pandemia y nos acompañan en esta oportunidad los jóvenes, quienes no vivieron esa situación, pero que tienen presente lo que significó para nuestra historia esa etapa y los crímenes de estado que sucedieron y de los cuales fueron víctimas quienes militaban –equivocados o no- por un mundo mejor para todos. Y los jóvenes no reivindican lo actuado por la dictadura y aprecian que las víctimas fueron eso: víctimas y no enemigos.

Recuerdo ese 24 de marzo, en el que si bien teníamos miedo por el golpe de estado, no suponíamos todo lo que iba a pasar, todo lo que íbamos a perder. Pero luego, al poco tiempo, nos dimos cuenta que no era un golpe de estado más, pero ya era demasiado tarde. Nuestros compañeros no estaban en la cárcel, estaban desaparecidos

Quienes entonces éramos abogados –y recuerdo ahora a Alicia Oliveira- tratamos de hacer lo poco que se podía hacer para combatir a la dictadura desde el derecho inexistente. Y cada hábeas corpus que nos admitían lo sentíamos como un triunfo. Pero sentíamos miedo por nuestros hijos, Alicia tenía 3 –María José, Mariano y Alejandro- y yo tenía una –Luciana-, pero seguíamos adelante porque pensábamos que ese era el camino.

Un camino que no inventamos nosotras, sino las Madres y las Abuelas, y Emilio Mignone, que fue el visionario de la lucha por los Derechos Humanos durante la dictadura y quien vio claramente que el único camino era actuar ante la justicia con argumentos jurídicos e imponer el imperio del Derecho ante el estado de no derecho, fundando entonces el CELS.

Este 23 de marzo yo estaba triste, pero me di cuenta que no tenía sentido y, en ese momento, sentí un ruido o grito en mi patio –yo vivo en el piso 1 “B”- y entonces salí y cuando miré para arriba vi que en el balcón del piso superior al mío estaban sacando pañuelos y me preguntaban a mi si iba a poner pañuelos en mi patio. Yo, que desde la mañana tenía puesto mi viejo pañuelo blanco que dice “nunca más” se los mostré y sentí toda la solidaridad que me parecía imposible en este momento.

Por eso digo:

Bienvenido el 24 de marzo

Nunca Más
Siempre estemos juntos

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