Hermandad conurbana

Surgen multisectoriales entre sectores hasta ayer opuestos, que se unen para enfrentar el modelo expoliador

 

Pocos eneros fueron tan candentes en estos 40 años de democracia. Desde que el titular del Poder Ejecutivo Nacional lanzó su ofensiva contra las atribuciones del Poder Legislativo mediante el DNU 70/2023 y el proyecto de Ley Ómnibus, se disparó una respuesta inédita ante un gobierno recién asumido, que partió desde las zonas de mayor densidad poblacional: la Ciudad Autónoma y el Conurbano bonaerense.

En CABA, la inmediata expresión cacerolera de los barrios fue tan extendida que no pudo ser minimizada ni por los medios de difusión más beneficiados por las políticas de derecha. En el Conurbano, en cambio, el mapa político está más tamizado que en la antiperonista Ciudad Autónoma.

En los distritos bonaerenses que la rodean, la resistencia abreva en las intendencias peronistas, que son 36 de las 43 que suman la Primera y la Tercera Sección electorales. La idea surgió de las Centrales de Trabajadores Argentinos (CTA) y contó con el inmediato aval del gobernador Axel Kicillof.

De todos los bombazos del gobierno central, el que los intendentes sintieron que explotó más cerca fue el anuncio de la eliminación del financiamiento a las obras públicas, lo que detiene proyectos claves en desarrollo. Sin embargo, lo más acuciante es el reclamo poblacional por la precipitada caída del poder adquisitivo.

Por eso, están conformándose multisectoriales que reúnen a organizaciones sociales, comerciantes, instituciones, comedores, bibliotecas populares, pequeños empresarios, entre otros sectores. Tienen epicentro en las intendencias y participación de actores que no siempre acordaron con los jefes comunales. En algunos casos, participan históricos opositores o disidentes internos.

Esto se verifica, por ejemplo, en Berazategui, donde la comuna consiguió sentar en el estrado del Concejo Deliberante a tres dirigentes que lo enfrentaron en las urnas: un secretario de la CGT, Argentino Geneiro; el ex titular nacional de Las 62 Organizaciones, Horacio Valdez, y la vicepresidenta del radicalismo local, Rosana Folino. El único oficialista extrapartidario es Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos, el empresario que antes de las elecciones tuvo alguna repercusión mediática por haber convocado a sus obreros votantes de Milei a distraer una hora de su trabajo en pos de discutir la inconveniencia de las políticas de La Libertad Avanza.

 

Valdez (Las 62), Folino (UCR), intendente Juan Mussi, Andrea Canestro (HCD), Geneiro (CGT) y Rosato (PyMEs).

 

Desde Quilmes, la jefa comunal Mayra Mendoza convocó a sus vecinos a participar en la movilización convocada por la CGT y las CTA el 24 de enero. Se animó a jugar con la palabra “golpe”, aunque sólo relacionada con la economía, al definir el “irracional golpe al bolsillo de los argentinos”, lo que guarda alguna lógica no explícita al subrayar que la manifestación debe ser “pacífica”, ya que resaltó la ausencia de un Estado que cuide los derechos de la población. Su mirada fue más allá: señaló la dolarización como negativa, con espejo en los problemas experimentados por Ecuador.

 

Intendenta Mayra Mendoza, camporista.

 

También en la zona sur, el ex ministro Jorge Ferraresi convoca a reuniones multitudinarias en el municipio que gobierna, Avellaneda.

 

 

Ferraresi participó el jueves de la reunión en la Casa de la Provincia de Buenos Aires con gobernadores, sindicalistas, legisladores y otros intendentes como Gustavo Menéndez (Merlo), Lucas Ghi (Morón), Andrés Watson (Florencio Varela) y la evitera Mariel Fernández (Moreno).

También se organizaron encuentro en otros distritos, como los convocados por Julián Álvarez en Lanús, Fernando Gray en Esteban Echeverría o Federico Otermín en el sindicato Luz y Fuerza de Lomas de Zamora, al que asistió Roberto Baradel (Suteba) y los diputados Hugo Yasky (CTA) y Natalia Zaracho (Patria Grande, con Juan Grabois). Otermín anunció que el PJ lomense irá a la marcha sindical del miércoles 24. Otro que anunció su movilización fue Mario Secco, desde Ensenada.

El intendente de Tigre, Julio Zamora, convocó a vecinos y vecinas para debatir “la decisión del Poder Ejecutivo Nacional”, según expresó en el Club Peñarol de Tigre centro. Allí trataron la reducción en la Coparticipación Federal, la respuesta del municipio a las necesidades de los sectores más vulnerables, entre las que se destaca la mayor concurrencia de criaturas a comedores y merenderos. Por eso, Zamora planteó que “llamaremos al Consejo de Infancia para evaluar cuál es el impacto que produce en este colectivo, que es el más vulnerable, y de qué manera damos una respuesta social y política. Invitamos a todos a organizarse frente al avance del Poder Ejecutivo Nacional sobre los derechos e intereses de la población”.

 

Zamora, en una asamblea en Tigre.

 

De igual modo, en Pilar, los alimentos se llevan la atención de la comunidad. Su intendente Federico Achával, que mantiene reuniones desde el miércoles 3, sostuvo: “Vengo a esta multisectorial para escuchar la mirada de cada uno de los sectores para representarlos en esta discusión (…) Tenemos distintos programas de acompañamiento alimentario desde el municipio. Nuestra prioridad es no dejar a nadie atrás, no dejar a nadie sin la posibilidad de tener un plato de comida”.

 

Asamblea con Achával en Pilar.

 

Una situación particular se da en Hurlingham, donde el recambio de intendente fue dentro del justicialismo, pero con una fuerte interna. En diciembre, Damián Selci (de La Cámpora) emitió un comunicado en el que advertía que carecía de fondos para pagar sueldos por responsabilidad de su antecesor Juan Zabaleta, ex ministro de Desarrollo Social de Alberto Fernández. Aunque “Juanchi” había avisado que se alejaría de la política para regresar a su experiencia como automovilista, lo tildó de “mentiroso y falaz”.

 

 

A pedido de Selci, su mayoría en el Deliberante declaró el 4 de enero la emergencia económica, aunque con cuatro ausencias en la oposición, entre ellos Roque Belizán y Claudia Serratti (LLA). Igual de notoria fue la admisión del concejal Julio Medina de Juntos por el Cambio: “La situación no es grave para el municipio, es muy grave para todos los demás (…) El municipio recibe ingresos ajustados por inflación en forma constante y se licúan sueldos y otros gastos con la inflación”.

Demasiado explícito para alguien de la alianza que apoya al partido gobierno nacional. Ni ellos pueden negarlo.

 

 

 

 

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