Historia de las sillas

La tristeza es una de esas sillas peligrosas que te invitan a parar, contra las que nos advirtió Silvio

 

Empiezo a escribir esta nota doblada de tristeza. Hace unas horas me enteré de que murió Mario Juliano, juez penal en Necochea y una de las personas mas generosas, solidarias y humanas que conocí en el Poder Judicial. Y además era un verdadero activista de la Justicia como posibilidad de reparación. No creo que tenga realmente palabras para escribir todo el bien que la existencia de personas como Mario Juliano le hacía al mundo. Y siento con toda honestidad que todo es un poco más feo, más sórdido y sobre todo mas injusto ahora que él no está.

No hace mucho despedimos al enorme Julio Maier, ahora hay que decirle adiós a Mario Juliano. Somos muchos los abogados que experimentamos una horrible orfandad. Se nos están yendo algunos de los mejores. Hombres y mujeres a los que podías consultar un tema que te preocupaba o sobre el cual querías profundizar. Personas a las que querés, respetás, admirás y sobre todo confiás. El mundo se ha poblado de soledades y ausencias y yo me siento, de pronto, infinitamente vieja.

Soy perfectamente consciente de que hay que seguir adelante. Que esa es la obligación de quienes quedamos de este lado de la línea. Que la tristeza es una de esas sillas peligrosas que te invitan a parar, contra las que bellamente nos advirtió Silvio. Los dedos se me entorpecen de pena reunida a lo largo de estos meses con tanto sabor a pérdidas irreparables, a tiempo que no vuelve. Memorias de tiempos felices, aunque sé que no eran tan felices como se empeña en recordar mi memoria. O tal vez lo eran y uno en la prisa de vivir no lo advertía.

Lo cierto, lo inevitablemente cierto, es que de este lado de la línea la vida continúa y tal vez declinar la invitación de la silla y seguir caminando sea el mejor homenaje a quienes caminaron –o corrieron— hasta el último minuto.

Mientras el mundo se volvía gris y triste para mí, allá afuera seguía girando. Hace unos días conté que la jueza Capuchetti había rechazado el pedido de Carlos Stornelli para dictar una cautelar sobre NODIO, el observatorio que lanzo la Defensoría del Público. En dicha oportunidad señaló la jueza: “El fiscal, en rigor de verdad, no se encuentra cuestionando una norma o un acto en particular sino que su pretensión se dirige a evitar que cualquier organismo estatal dicte un acto administrativo que pudiera tender a llevar adelante las actividades del Observatorio en cuestión, del cual tampoco puntualiza si fue 'creado' o tan solo 'presentado'”.  Y añade: “En definitiva, más allá de la opinión que se pueda tener sobre la creación de un organismo como el cuestionado y de cuál o cuáles deberían ser la acciones positivas que los Estados deben realizar para combatir la desinformación en línea, lo cierto es que en el estado actual en que se encuentran las cosas advierto que los perjuicios invocados por el MPF son meramente hipotéticos y basados en una apresurada interpretación de la norma cuestionada que incluso omite individualizar”.

Noticias recientes [1] dan cuenta de que el esforzado fiscal Stornelli se ocupó más de apelar esa decisión e insistir en llamar a indagatoria a la defensora, que en buscar el acto administrativo que creó NODIO. Lo cual cuanto menos demuestra que para el fiscal es prueba suficiente los que dicen los medios de comunicación y más importante que lo que puede decir el acto de gobierno que Stornelli impugna sin haber individualizado y presuponemos, sin haber leído.

Esto seria solo una noticia aislada si no fuese porque esta misma semana el juez Alejo Ramos Padilla, que lleva la causa por maniobras de inteligencia ilegal que se investiga en Dolores, amplió el procesamiento de Carlos Stornelli y de un periodista llamado Daniel Pedro Santoro.

Santoro es bastante famoso por varios motivos. Uno de ellos es ser el autor de una célebre noticia falsa, cuya falsedad se comprobó incluso judicialmente. La noticia refería a una presunta cuenta millonaria en el exterior que, sostuvo Santoro, sería de titularidad de Máximo Kirchner y Nilda Garré. Judicialmente se comprobó que la cuenta no existía.

El día que tomó estado público la ampliación de los procesamientos de Stornelli y Santoro, concurrieron ambos a un programa periodístico a realizar de forma conjunta su defensa. Curiosa mancomunidad de intereses de los integrantes de una asociación ilícita que se muestra –y es mostrada— sin tapujos.

También hubo un dictamen fiscal en la causa de Lomas de Zamora, nuevamente sobre maniobras de inteligencia ilegal. Incluye la citación de múltiples personas para brindar declaración indagatoria. Sobre los motivos de tal requerimiento, dicen los fiscales: “Consideramos que los aquí imputados formaron parte de la organización criminal que funcionó y se desarrolló dentro de un organismo del Estado Nacional y que tuvo múltiples finalidades ilícitas, principalmente la de desplegar tareas de inteligencia ilegal".

"Todos los imputados resultan ser coautores de los ilícitos que se les reprochan, por cuanto los aportes que brindaron cada uno de ellos resultaron fundamentales para la concreción de las complejas maniobras ilícitas investigadas en autos, teniendo pleno dominio del hecho en su etapa correspondiente y requiriendo de la actividad delictual de sus consortes de causa para poder llevar a cabo la totalidad de las conductas que aquí se analizan".

"Debe ponderarse, a esta altura, que la maniobra desplegada no podría haberse llevado a cabo sin un acuerdo de voluntades que garantizara silenciar todos los controles que podrían activarse en el largo proceso entre la orden impartida, la obtención del producido de los espionajes ilegales y la posterior entrega a los requirentes".

"Además, y sin duda el elemento más relevante respecto de la trama que aquí se descubre, es que la actividad ilícita que se les endilga a los imputados fue dirigida principalmente a controlar a las personas privadas de la libertad en el dispositivo IRIC”.

Curiosamente, de esas maniobras salió una de las estrategias de defensa de Stornelli. Una filtración de llamadas de reclusos del Penal de Ezeiza a la que Stornelli y buena parte de los medios quisieron atribuirles significación delictiva. Pero lo único delictivo  eran precisamente las escuchas. Como dice el dictamen fiscal: “Lo cierto es que las conversaciones allí transcriptas son la muestra cabal de que desde el área de Asuntos Jurídicos de la Agencia Federal de Inteligencia se practicaba la escucha telefónica ilegal de conversaciones de las personas alojadas en los pabellones IRIC antes mencionados y que parte de las transcripciones de esas escuchas fueron filtradas a terceras personas, todo ello con finalidades que se encontraban manifiestamente por fuera del objeto procesal de la causa en la que las escuchas habían sido dispuestas”.

Es extraño leer ambas resoluciones judiciales en la misma semana. Porque ambas dan cuenta de la existencia de un mundo oscuro que, paradójicamente, operaba a plena luz del día y con auxilio estatal. Me causa estupor.

Durante muchos años hablamos de lawfare. Ahora vemos cómo se armaban las causas, los denunciantes que se repiten, los periodistas que colaboraban con su armado y luego con la difusión de información obtenida por medios de maniobras ilegales. Los funcionarios judiciales que eran parte de esas maniobras.

Y también comprendemos el porqué de las prisiones preventivas. Herramientas de presión y extorsión para facilitar el espionaje ilegal.

Mientras tanto, a un sector del mundo judicial parece no importarle este pantallazo de la oscuridad que ahora vemos, detallada con toda claridad. Siguen ardiendo en una hoguera de vanidades absurda.

Tampoco parece importarle a una parte del periodismo. Más aún, parece empeñada en tapar la oscuridad con las manos. Con palabras grandilocuentes que dicen los mismos que denunciaban ante esa inquisición moderna que supimos tener como Poder Judicial.

¿De que república me hablan desde la pantalla de la TV, los que participaron, consintieron y callaron?

Empecé esta nota recordado a dos queridos amigos que nos dejaron. Dos abogados que no hablaban de modo grandilocuente. Dos funcionarios judiciales que honraron su magisterio. Dos bellas personas, que fueron docentes, pero sobre todo profundamente humanos y desde ahí, desde su humanidad, hicieron docencia.

Creo que lo que me duele no se limita a la ausencia de la muerte, sino al horrible contraste entre estas dos personas luminosas y el mundo oscuro que brota con certezas que me espantan. Sé que habrá que seguir peleando y caminando para que la oscuridad no le gane a la esperanza. Para que la oscuridad no le gane a la Justicia. Rechazando la invitación de las sillas engañosas. Porque al final de los tiempos, lo que importa es en cuánto ayudaste a cambiar el mundo. Y al mundo no lo cambiás ni con lágrimas ni con resignaciones. Tampoco con cinismos ni complicidades. Cuando se nos van los hombres y mujeres que hacían la diferencia, lo único que nos queda, además de la nostalgia y el ejemplo, es el deber ético de ser mejores nosotros, los que quedamos de este lado de la línea. Y de no darnos por vencidos.

 

 

 

 

[1] https://periodismoypunto.com/2020/10/nodio-stornelli-insiste-con-su-pedido-de-indagatoria-a-lewin/

 

 

 

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