Inequívoco

Organizaciones israelíes de derechos humanos reconocen el genocidio en Gaza

Yuli Novak, activista israelí de B'Tselem, habla durante la conferencia de prensa organizada por B'Tselem y Médicos por los Derechos Humanos en Jerusalén. Foto: Ahmad Gharabli, AFP.

 

Mientras la campaña militar de Israel en Gaza inflige niveles sin precedentes de destrucción humana, dos importantes organizaciones israelíes de derechos humanos finalmente calificaron las acciones de su nación en el enclave de “genocidio”. Grupos internacionales de derechos humanos, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, han descrito durante mucho tiempo el ataque de 22 meses de Israel a Gaza en esos términos tan graves, al igual que varios organismos de las Naciones Unidas. En dos informes publicados el lunes, B'Tselem y Médicos por los Derechos Humanos-Israel se convirtieron en los primeros en el país en llegar a la misma conclusión.

 

 

“Nunca pensamos que escribiríamos este informe”, dijo Yuli Novak, directora ejecutiva de B'Tselem. “Pero tampoco creímos que esta sería nuestra realidad”.

La Convención de las Naciones Unidas de 1948 sobre el Delito de Genocidio lo define como la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.

Como lo describe el doctor Shmuel Lederman, investigador de genocidio de B'Tselem: “Las víctimas del genocidio no son sólo los miembros individuales, sino el grupo como grupo”.

Tras examinar 20 meses de datos, el grupo escribió que el “ataque militar de Israel contra Gaza” ha “incluido asesinatos en masa, tanto de forma directa como mediante la creación de condiciones inhabitables, graves daños físicos o mentales a toda una población, la destrucción de la infraestructura básica en toda la franja y el desplazamiento forzoso a gran escala, con la limpieza étnica añadida a la lista de objetivos oficiales de la guerra”.

 

 

 

Más de 59.000 palestinos han sido asesinados directamente —la abrumadora mayoría civiles no implicados— desde octubre de 2023, según estimaciones oficiales. Sin embargo, las muertes indirectas causadas por el hambre y las enfermedades probablemente elevan considerablemente la cifra de muertos.

El informe de B'Tselem afirma que “Israel está destruyendo el sistema alimentario de Gaza y utilizando los alimentos como arma contra el pueblo palestino”.

El bloqueo al ingreso de alimentos a la Franja ha contribuido a una hambruna masiva que ha causado al menos 127 muertes, incluidos 85 niños, desde octubre de 2023. La mitad de esas muertes se han producido durante el último mes.

Según un comunicado de UNICEF del domingo pasado: “La población total de Gaza, que supera los dos millones de personas, sufre una grave inseguridad alimentaria. Una de cada tres personas lleva días sin comer, y el 80% de las muertes por inanición registradas son de niños”.

Prácticamente la totalidad de los dos millones de habitantes de Gaza se ha visto desplazada, con el 92% de los edificios residenciales destruidos o dañados. La gran mayoría de los habitantes de Gaza vive sin agua ni electricidad, ya que la infraestructura ha sido destruida.

“Los soldados que sirvieron en la Franja han testificado que la demolición sistemática de viviendas, edificios públicos, infraestructura y tierras de cultivo… se ha convertido en un objetivo en sí mismo”, señala el informe.

Mientras tanto, la infraestructura sanitaria de Gaza está en ruinas. “En las primeras semanas del ataque –afirma el informe de B'Tselem– la mayoría de los hospitales y clínicas de Gaza ya no podían proporcionar ni siquiera la atención médica básica”.

El informe de Médicos por los Derechos Humanos amplía estos hallazgos. Durante los últimos 22 meses, Israel ha atacado sistemáticamente la infraestructura médica en toda la Franja de Gaza, atacando 33 de los 36 hospitales y clínicas de la ciudad, privándolos de combustible y agua. Más de 1.800 profesionales médicos de Gaza han sido asesinados o detenidos.

El informe concluye: “Esta no es una crisis temporal. Es una estrategia para eliminar las condiciones necesarias para la vida. Incluso si Israel detiene la ofensiva hoy, la destrucción que ha infligido garantiza que las muertes evitables —por hambre, infecciones y enfermedades crónicas— continuarán durante años”.
“Esto no es un daño colateral. No es un efecto secundario de la guerra. Es la creación sistemática de condiciones inhabitables. Es la negación de la supervivencia. Es un genocidio”.

El informe de B'Tselem cita declaraciones de los más altos niveles del gobierno israelí para demostrar que estos actos no se llevaron a cabo de manera incidental, sino como parte de un plan para forzar el retiro permanente de los palestinos de Gaza.

Los dirigentes israelíes han respaldado abiertamente este plan, que fue propuesto públicamente por primera vez en febrero por el Presidente estadounidense Donald Trump , quien sugirió expulsar permanentemente a los palestinos de Gaza para convertirla en la “Riviera del Medio Oriente”.

El informe cita evidencia de la intención de los líderes israelíes de usar la destrucción masiva para acelerar la expulsión de los palestinos, afirmando que “a partir de mayo de 2025, altos funcionarios israelíes declararon explícitamente la limpieza étnica de Gaza como un objetivo central de la guerra, afirmando que la destrucción de la Franja y el control de Israel sobre la ayuda humanitaria eran medios para lograr este objetivo”.

El informe cita al Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien declaró a principios de mayo: “Estamos destruyendo cada vez más hogares, y los gazatíes no tienen adónde regresar. El único resultado inevitable será el deseo de los gazatíes de emigrar fuera de la Franja de Gaza”.

También cita al ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, también funcionario del Ministerio de Defensa, quien la semana pasada organizó una reunión en el parlamento israelí para discutir el traslado forzado de palestinos desde Gaza con el fin de hacer espacio para los colonos israelíes.

“Gaza quedará completamente destruida”, declaró Smotrich en mayo. “Sus civiles se verán concentrados... y desde allí, partirán en grandes cantidades hacia terceros países”.

A principios de este mes, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, reveló planes para acorralar a más de 600.000 palestinos en una supuesta “ciudad humanitaria” —una ciudad de tiendas de campaña construida sobre las ruinas de Rafah—, de la que no se les permitiría salir, salvo para ir a otros países. El ex Primer Ministro Ehud Olmert la ha descrito como “un campo de concentración”.

Un análisis de la política israelí en la Franja de Gaza y sus terribles consecuencias, junto con las declaraciones de altos cargos políticos y comandantes militares israelíes sobre los objetivos del ataque, lleva a la conclusión inequívoca de que Israel está tomando medidas coordinadas y deliberadas para destruir la sociedad palestina en la Franja de Gaza —afirma el informe de B'Tselem—. En otras palabras: Israel está cometiendo genocidio contra los palestinos en la Franja de Gaza.

El informe llega en un momento en que un pequeño pero creciente número de israelíes se ha manifestado en contra de la guerra, incluidas las atrocidades cometidas contra los palestinos, según The New York Times. Sin embargo, todavía parecen representar una minoría ruidosa.

Según una encuesta realizada en junio por el Instituto para la Democracia de Israel, un grupo de investigación no partidista de Jerusalén, tres cuartas partes de los israelíes judíos pensaban que la planificación militar de Israel no debería tener en cuenta el sufrimiento de la población civil palestina en Gaza, o debería hacerlo sólo mínimamente.

A lo largo de los años, B'Tselem ha sido una de las pocas voces en Israel que ha abogado por la igualdad de trato para los palestinos, y anteriormente había denunciado a Israel como un practicante del “apartheid” y un “régimen de supremacía judía desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo”.

“Durante décadas, Gaza se ha convertido en un agujero negro para los israelíes”, dijo Novak. “Sus habitantes pueden ser bloqueados y bombardeados indiscriminadamente”.

Como dice el informe, los últimos 22 meses no han hecho más que endurecer aún más ese instinto: “El amplio apoyo público en Israel a esta iniciativa dejó claro que la práctica del desplazamiento forzado, o expulsión, ahora se percibe como una solución legítima y deseable al ‘problema palestino’, siendo ese problema la presencia misma de palestinos en zonas bajo control israelí”.

B'Tselem instó a la comunidad internacional a adoptar medidas rápidas, utilizando todos los mecanismos disponibles del derecho internacional para intervenir y detener el genocidio. “Esta no es la primera vez que el mundo se queda de brazos cruzados ante un genocidio”, declaró Sarit Michaeli, directora de incidencia internacional de B'Tselem. “Los líderes mundiales son muy conscientes. Pero aún no le han exigido al gobierno de Israel: ¡Alto!”.

“Prevenir el genocidio no es solo un deber moral. Es también una obligación legal”, continuó. “Por lo tanto, los líderes que cooperan con las políticas de Israel son cómplices de este  crimen”. “El genocidio nunca debería ocurrir”, dijo Novak. “Ni aquí, ni en ningún lugar, en absoluto”.

 

* Publicado por Common Dreams.

 

 

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