Inversión en aumento

Lejos de los pronósticos apocalípticos, los empresarios adhieren a una visión optimista del mercado argentino

 

La inversión efectuada por el empresariado de la Argentina ha sufrido serios contratiempos en los últimos años, en especial durante el periodo nefasto de la pandemia.

En cualquier sistema económico, el aparato productivo necesita anualmente registrar un nivel de inversiones en equipos de producción, edificios e instalaciones adecuadas para asegurar la continuidad de la actividad económica Es por ello que es preciso que exista una dinámica inversora por quienes producen bienes y servicios en el país que permita reponer equipamiento de todo tipo que por obsolescencia o desgaste natural se ha desechado. Al mismo tiempo es preciso disponer de un margen adicional de capital fijo suficiente para mantener activa la capacidad de producción que el país requiere para crecer a una velocidad destacable. Revisando la serie que se pública por el INDEC acerca de la dinámica de incorporar equipamiento –lo que constituye la base para futura actividad productiva en expansión– ocurrido en el lapso 2020/2021, vemos cómo ese proceso de inversión repuntó tanto en el tercer como en el cuarto trimestre de finales del año pasado, y se mantuvo esa recuperación en el primer trimestre de este año. Deseo marcar en este análisis los datos oficiales precisos, como una evidencia muy clara de la confianza que tienen los inversores argentinos que poseen establecimientos productivos localizados dentro del país. La confianza, la fe en el futuro, la esperanza que supone un despegue económico que deje atrás el terrible año del 2020, tiene en la recuperación de la inversión el aval más que suficiente para ser optimistas en ese sentido. Son optimistas los empresarios. Los que leemos los datos que estoy marcando compartimos, entonces, ese pensamiento.

En el último trimestre del año 2021 ya se podía apreciar cómo el proceso de inversión había levantado cabeza. La recuperación observada en dicho trimestre la llevó a una participación del 15,8% sobre el PBI, dato que no se veía desde el veranito macrista de 2017. Ese impulso ascendente llegó a superar los registros de dicho momento histórico, en el que la obra pública intentó reanimar la economía de cara a las elecciones de octubre de dicho año apelando a la ya conocida formula keynesiana de activar el sector de la construcción pública como camino indispensable para estimular el crecimiento, tanto del PBI como del empleo. Con ese impulso ascendente de la inversión en la rama de la construcción se logró una apreciable tracción en el PBI y, a la vez, se arrastró positivamente a la industria. El dato de la relación inversión/PBI en el cuarto trimestre del 2017 fue del 15,6% del PBI, el máximo dentro del periodo macrista y no superado desde entonces hasta el indicador del 15,8% en la relación antedicha que exhibió nuestra economía, como ya se dijo, en el último trimestre del 2020.

Estos números ya fijaron un hito en el proceso de reconstrucción del acervo productivo nacional luego de la debacle del segundo trimestre del 2020, en plena pandemia, cuando la inversión sobre el PBI se desplomó al 9,6%. Este dato resultó por debajo de lo que se verificó en lo peor del año 2002 y parecido a lo ocurrido en medio de las últimas dos hiperinflaciones, de 1989 y 1990. Este número de un dígito del porcentaje invertido sobre el nivel expansivo de la economía –que fue negativo– implicó lisa y llanamente destrucción de capital. En otras palabras, la reposición de maquinarias y estructuras físicas no alcanzó a cubrir el desgaste natural del capital fijo instalado en la economía por lo que perdió capacidad de producción.

El último dato oficial conocido fue el del primer trimestre del 2021 con 18,1% de relación entre inversión y producto. Se estima que con 12% se alcanza un nivel de inversión suficiente como para compensar la pérdida de equipamiento por desgaste o descarte, por lo que el índice arriba consignado es muy promisorio y no se registraba en nuestra economía desde hacía 10 años.

 

Desmintiendo el Apocalipsis

¿Qué pasó entonces en los tres meses iniciales en términos de crecimiento económico? Si bien el consumo privado se mantuvo en números positivos, el desempeño de la inversión fue mucho más satisfactorio. Acorde con la más reciente información de la Dirección de Cuentas Nacionales del INDEC, el consumo privado luego de la fuerte caída del 18,9% del segundo trimestre del 2020 con respecto al trimestre anterior experimentó una recuperación ostensible en el tercer trimestre de ese año, que se mantuvo en términos positivos aunque declinantes con el correr de los meses. El gasto de los hogares se expandió entre el cuarto trimestre del año pasado y el primero de este año en un 2,9%. En cambio la inversión lo hizo en un 6,1%, más del doble que el índice del consumo privado en medio de la estricta cuarentena.

Un dato adicional de reciente aparición, publicado por la consultora muy acreditada de plaza Orlando Ferreres, consigna para el segundo trimestre que la relación inversión-producto se elevó al 20,1% en el segundo trimestre del año y que en junio el rubro tuvo una mejora interanual del 29,6% medida en términos físicos.

¿Qué consecuencias podemos extraer de estas informaciones? Una recorrida muy rápida y parcial de diversas experiencias sobre el perfil de los emprendimientos tanto en el presente como a futuro, en términos de renovación de maquinaria y de equipamiento físico en general, muestra una muy variada gama de iniciativas empresariales dispuestas a realizar cambios profundos en el proceso de fortalecimiento de su equipamiento fijo, contando con perspectivas alentadoras para el futuro. Se invierte hoy, pero se piensa en que esa inversión impulsará el crecimiento mañana.

Voy a dar algunos datos muy parciales para marcar esa tendencia. La empresa Globant, por ejemplo, va a crear mil empleos porque invertirá 800 millones de pesos en su planta en el Chaco, en el nuevo parque tecnológico, y representa un salto hacia delante muy significativo para la economía provincial. Es una empresa pionera a escala mundial de la industria del conocimiento. Su CEO y fundador, Martín Migoya, cuando anunció la inversión en el Chaco agregó, en un acto público, que en el Chaco “hay un excepcional pool de talentos, así que estamos muy entusiasmados por continuar expandiéndonos y consolidar nuestra presencia en la provincia, así como continuar este camino de seguir creando muchos más puestos de trabajo en todo el país”.

Otro dato que tiene también mucho valor: el fabricante de zapatillas Nike inauguró una planta para fabricar medias en la localidad de Malvinas Argentinas, en el Conurbano bonaerense, también con una inversión aproximada de 800 millones de pesos, lo que le va a permitir sumar 50 operarios para llegar al plantel total de 200 hacia finales del año que viene. Piensa expandir, con esa inversión ya realizada, su capacidad productiva de 8 a 13 millones de medias por año. Es decir, estamos en el área textil con una muy importante transformación productiva.

 

 

Otra experiencia que deseo citar corresponde a la industria metalúrgica. Hay una empresa nacional que reactivó su planta ubicada en la localidad de Dolores, provincia de Buenos Aires. La empresa se llama Frontera y efectuó una importante inversión que asegura la entrega de 20.000 durmientes de hormigón pretensado para la renovación de vías férreas de todo el país. Ello va a permitir sustituir importaciones y abrir un laboratorio con equipos de última tecnología provenientes de Italia.

Una adicional a las comentadas es la decisión de la empresa de electrodomésticos Neba de invertir 300 millones de pesos en su planta de la Tablada, en el Gran Buenos Aires, para su nueva línea de producción de bienes eléctricos. La empresa espera producir 120.000 hornos anuales. Neba adquirió una línea automatizada de última generación que permite optimizar la fabricación de hornos para alcanzar las 120 000 unidades anuales manufacturadas en la planta. El CEO de la compañía, Pablo Lipson, informó en el acto público de anuncio que el grupo “prioriza la industria nacional con precios accesibles y con productos de calidad y diseño” fabricados tanto en la planta arriba consignada como en otra que posee en la provincia de Catamarca, ubicada en el parque industrial El Pantanillo.

Entrando a la información sobre inversiones en la explotación de recursos naturales se destaca la que se refiere a nuevas actividades en los yacimientos de petróleo y gas de Vaca Muerta. Las empresas Vista Oil y Trafigura Argentina invertirán de manera conjunta 250 millones de dólares para el desarrollo de veinte pozos en el Bloque Bajada del Palo oeste en el conocido yacimiento de extracción de petróleo y gas ubicado en la provincia de Neuquén. Vista es el tercer productor nacional de petróleo crudo y el segundo mayor operador de shale oil en el país. A su vez Trafigura es una de las principales compañías comercializadoras de materias primas en el mundo, con más de 6 millones de barriles de petróleo comercializados diariamente. Un signo evidente de confianza en el porvenir del país de dos grandes multinacionales del sector de combustibles líquidos y gaseosos. Una muy reciente información, altamente promisoria. Se trata del proceso de inversiones debido en parte al impulso de aportes chinos, dirigido hacia la red ferroviaria nacional. La fuerte inyección de inversiones proviene de un acuerdo con cuatro empresas chinas firmado a fines del año 2020.

Tales iniciativas incluyen la contratación con crédito chino por 388 millones de dólares para el tren de carga Belgrano norte con la empresa China Machinery Engineering Corporation. Las inversiones serán para obras ferroviarias y equipamiento de formaciones y locomotoras en 900 kilómetros que están en plena ejecución, así como se destinarán 900 millones de dólares para el tren de carga Norpatagónico. También se aportarán 2.600 millones de dólares para el San Martín de carga, donde se intervendrán 1.800 kilómetros de vías para rehabilitar los corredores ferroviarios. Entre las inversiones con capitales locales, que son varias y de gran magnitud, se destaca la efectuada en Astilleros Tandanor, donde se producen actualmente 13 pasos a nivel del ferrocarril Sarmiento. En dicho ámbito en el año 2020 se realizaron inversiones por 355 millones de pesos motorizadas con asistencia técnica del INTI.

En maquinaria agrícola se destaca la gestión del grupo Agco, que invirtió 64 millones de pesos para empezar a producir tractores de alta potencia y motores eléctricos. La actividad en torno a la industria automotriz no sólo muestra un importante incremento con respecto al año anterior sino que se conocen nuevas inversiones que expandirán en el futuro el ensamblado nacional y la fabricación de auto partes. Pirelli anunció una inversión de 10 millones de dólares en su planta de Merlo para la producción de neumáticos de motos.

En el mismo sector, Industrias Maro, autopartista, realiza una inversión de 9,5 millones de dólares en su fábrica en Baradero, junto a Volkswagen, para fabricar las líneas de soldadura robot para la nueva camioneta VW Taos. Así aumentó su planta de operarios de 212 a 302 trabajadores.

La firma Bojagro, una unidad de negocios del grupo Bahía Energía, inauguró una planta de producción de glicerina, derivado como subproducto del biodiesel y que es utilizada en diferentes industrias como insumo antes importado, en actividades tales como aeronáutica, alimenticia y farmacéutica. Ahora se exporta desde la planta ubicada en la localidad de Ramallo, en donde invirtieron 20 millones de dólares. La fábrica exporta más del 95 % de lo que produce.

Agregamos a este listado muy parcial pero demostrativo del empuje del proceso de inversión actual en la economía nacional, dando cuenta de iniciativas vinculadas a los electrodomésticos.

La conocida firma Whirlpool abrirá próximamente una planta de 30.000 metros cuadrados con una inversión de 40 millones de dólares en el partido de Pilar, en la que emplearan a 280 trabajadores, con un perfil exportador de lavarropas de alta calidad de carga frontal con tecnología innovadora. La producción, según su gerente de relaciones institucionales, Agustín del Castillo, tendrá una producción anual de 300.000 unidades, de las cuales las dos terceras partes serán para exportar a la región, comenzando con Brasil.

 

 

Son muy significativas estas inversiones (que fueron anunciadas por las mismas empresas en notas y comunicaciones publicadas en diarios de esta ciudad) y se podrían citar muchas más, que reflejan un panorama despejado hacia el futuro dinámico, con empresarios que se adhieren a una visión optimista del mercado productivo argentino y de la demanda nacional y extranjera en un variado conjunto de bienes industriales y servicios especializados de alta tecnología para empresas de todo tipo. Las hemos seleccionado a partir de artículos insertos en periódicos de análisis económico de los últimos dos meses. Y revelan el perfil actual de inversiones que desmienten totalmente pronósticos pesimistas del futuro argentino, echados a rodar únicamente con el afán de desprestigiar la capacidad de trabajo de muchos emprendedores, con iniciativas tanto desde el Estado como del sector privado. Estos proyectos de inversión, algunos en marcha y otros ya efectivizados, son rotundos desmentidos a las visiones apocalípticas de algunos comunicadores de prensa y repetidores ignorantes de la capacidad de innovación e iniciativa disponible en el país, pese a los ciclos de destrucción del aparato productivo como en la etapa 2015-2019 y las vicisitudes derivadas del fenomenal endeudamiento heredado y la crisis de la pandemia.

 

 

 

* El autor es doctor en Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Córdoba. Master of Arts, University of Pennsylvania (EEUU). Docente Universitario y de Posgrado. Investigador CONICET y presidente honorario del Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE).
** El artículo fue publicado en el sitio IADE-Realidad Económica.

 

 

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