LA ARGENTINA ERA UNA FIESTA

Media sanción a la legalización del IVE: recorrido por una jornada histórica

 

El jueves, el día en que comenzó el debate por el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la calle estaba pelando. Las organizaciones habían ido la noche anterior al Congreso para preparar todo: carpas, escenarios, pantallas, sonido. La Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito garantizó acciones con cuidados en todo el país. Hubo reposerazos, pañuelazos, vigilias y concentraciones en ciudades a lo largo y ancho de la Argentina. A pesar de haber pasado más de medio año en cuarentena, quienes salieron el 10D lo hicieron con una naturalidad muy local. Con los protocolos esperables por el contexto, la vigilia verde reencontró a muchísimas y muchísimos con esa manera de habitar las calles que hace tanto no vivían. La banda de sonido fue desde Kapanga a las Spice Girls, pasando por Damas Gratis y las Culisueltas. El clima, como un año atrás en la Plaza de Mayo, fue de fiesta.

 

 

Foto: Luis Angeletti.

 

 

En el Congreso, epicentro de la concentración, una bandera detrás del escenario principal rezaba: “Ni una muerta más por aborto clandestino”. Enorme, el reclamo es concreto, porque la clandestinidad relega a las mujeres sin recursos a abortos inseguros y en muchos casos fatales. Este argumento se repitió incontables veces durante la jornada de debate. Juan Pablo Yedlin, diputado tucumano, que fue uno de los primeros en hablar, lo dijo con claridad. “Hace cien años que la Argentina viene condenando a las mujeres que deciden suspender su embarazo a la clandestinidad, pero hay dos grupos: las que tienen recursos y las pobres. Venimos a legalizar el aborto, no venimos a probar que el aborto sea bueno o no. Para que haya menos abortos hay que legalizarlo, traerlo a la luz, que el Estado pueda cuidar a esas mujeres, darles opciones”, definió.

El debate, con 105 diputados presentes en el Congreso y 45 conectados de forma virtual, transcurrió con el contrapunto habitual que enfrenta argumentos en esta temática: los antiderechos se dividieron entre quienes plantearon motivaciones religiosas, la impertinencia por el momento (la pandemia y diciembre, un mes importante para las religiones) o directamente falacias. Una de las más polémicas fue la de Marcela Campagnoli, diputada por el ARI-Cambiemos, que se refirió al aborto como “genocidio”, “barbarie”, y repitió la fórmula “nunca más” para hablar de quien “nunca más tendrá la posibilidad de vivir”. La diputada reafirmó una actitud de derecha radical que no es poco habitual: tomar conceptos y consignas de los movimientos a favor de derechos y arrojarlos como una granada en su contra. No permeó. La vaguedad en los argumentos, dos años después del debate de 2018, continua intacta.

A pesar de que la diputada Carmen Polledo, del PRO, sugirió que la legalización del aborto es una demanda de los colectivos feministas “atrapados en consignas del pasado”, el apoyo a la ley demostró, como ya había ocurrido durante las exposiciones de la semana anterior, una transversalidad de campos: la salud pública, el reconocimiento de derechos, la igualdad de género, la lucha contra el patriarcado, el deseo y la realidad innegable de la existencia del aborto. De la misma manera en que las posturas en contra estuvieron presentes en la oposición pero también dentro del Frente de Todos, las favorables a la legalización mostraron una alianza transversal a los partidos que se arrastró desde el fenómeno de “l@s soror@s”, el grupo de diputadas y diputados que en 2018 lucharon voto a voto por conseguir la media sanción en la primera ronda de tratamiento de la legalización del aborto.

 

 

Foto: Luis Angeletti.

 

 

Hubo algunos cambios respecto al poroteo previo. Los diputados cordobeses Carlos Gutiérrez, Paulo Cassinerio, Claudia Márquez y Alejandra Vigo, del bloque Córdoba Federal, votaron en contra a pesar de la abstención de Vigo en 2018. Roxana Reyes, UCR, quien había votado a favor hace dos años, lo hizo en contra esta vez. Por su parte, la diputada Flavia Morales (de Misiones), que había votado en contra en 2018, cambió su voto. “Reflexioné y escuché y me di cuenta de que es un tema que tiene que regular el Estado”, dijo en su intervención.

Acompañando a la organización de las diputadas y diputados verdes, que ilustraron su postura colgando pañuelos en sus micrófonos y usando ropa y corbatas verdes, pasaron por el recinto funcionarias y funcionarios que mostraron su apoyo al debate y la ley. Ginés González García, Vilma Ibarra, Elizabeth Gomez Alcorta, Carla Vizzotti, Sabina Frederic, Estela Díaz, Malena Galmarini y Mayra Mendoza fueron algunos de los que se apersonaron en el Congreso. Las integrantes del Ejecutivo no fueron las únicas presencias especiales. Mónica Menini, integrante de La Campaña-Regional Salta, viajó para vivir el debate dentro y fuera del Congreso. Desde Pasos Perdidos observó con alegría lo que sucedía en las calles. “La calle tiene un impacto adentro, siempre lo tiene, y la calle de las pibas es fundamental: es el pueblo diciendo qué es lo urgente, por qué es prioritario, por qué es un derecho humano y por qué es una cuestión de salud”, dijo a El Cohete a la Luna durante el atardecer del jueves. “Las pibas sostienen la vigilia: más de 40 regionales y mesas de todo el país se movilizan hoy desde Tierra del Fuego hasta Jujuy, desde el mar a la montaña”.

El debate duró 21 horas, entre las 11 de la mañana del jueves y las 7:20 del viernes, y se recorrieron muchos puntos que engloban discusiones que exceden al aborto pero hacen a una agenda de igualdad de derechos, como la cuestión de las masculinidades, que también deben cambiar.

Gabriela Cerruti,  del FdeT, fue la encargada de la intervención final. Puso el acento sobre los trabajos de cuidado y la obligación de maternar en la estructura de un sistema económico desigual. Contra el argumento de la impertinencia, respondió: “No es una novedad que este mundo es injusto, que hay miseria, que no es el mundo que queremos. Lo sabemos perfectamente las mujeres porque nos obligaron a parir para mandar a nuestros hijos a la guerra, para explotarlos en las fábricas, para mirar para el costado cuando los pibes crecen en la pobreza. Dejen de hacer del cuerpo de las mujeres el territorio de aquello que no pueden solucionar”. Su cierre fue ovacionado por todas y todos los presentes verdes dentro del recinto.

La fecha esperada para la votación en el Senado es el 29 de diciembre. A la media sanción de la IVE se sumó, menos de dos horas después, la media sanción al proyecto de ley de Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo y la Primera Infancia, el Plan de los Mil Días. Ambas medidas, impulsadas por el Poder Ejecutivo, son un paso en una nueva relación entre el Estado y las personas gestantes de la Argentina. “Somos parte de una revolución porque hay una injusticia, porque la vida de nuestras abuelas ha sido muy dura. Ellas de manera silenciosa nos han preparado para esta batalla”, dijo durante su intervención Karina Banfi, de la UCR. Cerruti también lo dijo: “Somos las ancestras de las que vienen, llevamos en nosotras la memoria del futuro. ¿Que memoria queremos ser? Yo elijo ser la chispa que encienda la antorcha de una piba que se plante a luchar por otro derecho”. Un conjuro en el presente que lanza una llama hacia el futuro. Los derechos insisten.

 

 

Foto: Luis Angeletti.

 

 

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