La brasa de Gaza

Los ojos del mundo contemplan la escena del genocidio

 

Una nueva ofensiva diplomática internacional confrontó en los últimos días la sordera política del poder israelí. Gaza, en ruinas, ruega por pan y agua, mientras Israel sigue apostando a la “Ribera Gaza”.

Cancilleres de 28 países suscribieron el 22 de julio una declaración exigiendo el fin de la agresión a Palestina. Casi en paralelo, un centenar de prestigiosas Organizaciones No Gubernamentales (ONG) internacionales denunciaban la situación de drama humanitario que padece la población gazatí. Por su parte, al mismo tiempo, Naciones Unidas repetía por enésima vez su preocupación ante “el horror” que se vive en Palestina.

 

Crecen las críticas oficiales

Páginas institucionales, como la del gobierno de España, mencionaron 25 países signatarios; otras fuentes elevan ese número a 28. Al margen de las diferencias aritméticas, el mensaje de los cancilleres de numerosos Estados ha sido tan directo como enérgico: “Simple y urgente: la guerra en Gaza debe terminar”. No sólo marcó una diferencia el tono del comunicado. También fue llamativo que adhirieran gobiernos como el de Suiza, que hasta ahora, y a pesar de las constantes y concurridas protestas ciudadanas, había mantenido una posición light ante el drama palestino.

Según el Palacio de la Moncloa (gobierno español), firmaron esa declaración los ministros de Asuntos Exteriores de Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Irlanda, Islandia, Italia, Japón, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza. Además, la comisaria de Igualdad, Preparación y Gestión de Crisis de la Unión Europea. Otras fuentes, y de ahí la diferencia de números, agregan la adhesión de Chipre, Grecia y Malta.

 

Mujeres de Gaza en busca desesperada de alimentos. Foto ONU.

 

 

Alto el fuego inmediato

El comunicado del 22 de julio incorpora las temáticas más urgentes en el marco de la situación gazatí, que considera como “terrible”: “El sufrimiento de la población civil de Gaza ha alcanzado nuevas cotas. El modelo de entrega de ayuda del gobierno israelí es peligroso, fomenta la inestabilidad y priva a los gazatíes de su dignidad humana”. Condena el goteo de la ayuda y la muerte inhumana de civiles de toda edad, quienes tratan de satisfacer sus necesidades más básicas de agua y alimentosY contabiliza en más de 800 los palestinos que han muerto mientras trataban de obtener ayuda.

Afirma, por otra parte, que el rechazo israelí de toda asistencia humanitaria esencial a la población civil en Gaza es inaceptable y le recuerda al gobierno de esa nación que debe cumplir con las obligaciones del derecho internacional.

Incluye, también, el capítulo abierto de los “rehenes cruelmente cautivos en manos de Hamás desde el 7 de octubre de 2023, [que] siguen sufriendo terriblemente”. Condena el que sigan retenidos y solicita su liberación inmediata e incondicional“Un alto el fuego negociado”, sostienen los firmantes, “es la opción que permite tener mayor esperanza de traerlos de vuelta a casa y poner fin a la agonía de sus familias”.

Un aspecto esencial de este comunicado se refiere al futuro de Palestina. Ratificando una posición de principio que confronta la visión de Israel, los cancilleres se oponen “firmemente a cualquier medida encaminada a un cambio territorial o demográfico en los Territorios Palestinos Ocupados”. Además, afirman que el plan de asentamientos E1 anunciado por la Administración Civil de Israel, de llevarse a cabo dividiría en dos el Estado palestino, lo que supondría una flagrante violación del derecho internacional y socavaría gravemente la histórica propuesta de una coexistencia israelí-palestina. También han denunciado y exigido el fin inmediato de la construcción acelerada de asentamientos en toda la Cisjordania, incluso en el sector de Jerusalén Este, así como frenar la escalada de violencia de los colonos israelíes contra los palestinos.

Esta toma de posición de 28 países subraya diversos desafíos humanitarios. Demanda del gobierno israelí que elimine de forma inmediata las restricciones a la entrada de ayuda y que les facilite urgentemente a Naciones Unidas y a las ONG humanitarias llevar a cabo, y de manera segura y efectiva, su misión de salvar vidas. Les pide a todas las partes involucradas en el conflicto que protejan a los civiles y que cumplan las obligaciones dimanantes del derecho internacional. Se pronuncia contra las propuestas de desplazar forzosamente a la población palestina a una “ciudad humanitaria” por considerarlas totalmente inaceptables y en violación del derecho internacional. E insta a la comunidad internacional a unirse en un esfuerzo común para poner fin a este terrible conflicto mediante un alto el fuego inmediato, incondicional y permanente, reafirmando de esta manera su apoyo a los esfuerzos mediadores, si bien por el momento tentativos e incompletos, de Estados Unidos, Qatar y Egipto.

Una gran parte de Gaza ha sido ya destruida. Foto UNRWA.

 


“Gaza se muere de hambre”

El mismo 22 de julio, el corresponsal de Naciones Unidas en Gaza publicó un reportaje en el sitio oficial de su organización. “En los pasillos de los hospitales y las calles de Gaza”, escribió, “se dibujan los rostros de una catástrofe humanitaria sin precedentes. Niños que luchan contra la desnutrición aguda y madres que padecen tanta hambre que no pueden amamantar a sus pequeños”. Descripción periodística casi dantesca que agrega: “Los últimos vestigios de vida en Gaza se apagan día tras día… Millones de civiles están atrapados en un espacio reducido, luchando contra el hambre, la enfermedad y el desplazamiento constante”. Según cifras oficiales del Ministerio de Sanidad de Gaza, los últimos días 101 palestinos murieron por desnutrición: 15 de ellos en un periodo de 24 horas. Al menos 80 eran niños.

El hambre entre los residentes gazatíes causa estragos, como comenta el reportaje: “Bajo el sol abrasador, cientos de personas —mujeres, hombres y niños– hacen fila con la esperanza de obtener una comida que apenas calme su hambre. Cuando llega la comida, la espera se transforma en una lucha desesperada por una porción, temiendo regresar con las manos vacías”. Ante esta situación tan extrema, las limitadas cocinas comunitarias se han convertido en el único refugio para muchas familias.

La situación sanitaria no es menos dramática: al Hospital Pediátrico Al-Rantisi “llegan constantemente familias con niños en estado de desnutrición extrema”, alega el artículo, citando al médico Ragheb Warshagha, quien afirma que la situación en su hospital es “miserable”. “El problema”, según él, se agrava muchísimo porque “las madres también sufren desnutrición, lo que lleva a una disminución en la producción de leche materna y desnutrición en los niños, a veces hasta la muerte por infecciones y falta de inmunidad”. Según la Organización Mundial de la Salud la desnutrición aguda supera ya el 10% en la población general, mientras que más del 20% de las mujeres embarazadas y lactantes examinadas están desnutridas, muchas de forma grave.

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) señaló que “los ciudadanos que buscan comida arriesgan sus vidas” solo por obtener un bocado que calme el hambre, mientras las multitudes desesperadas son blanco de disparos diarios por parte de las fuerzas israelíes. Según datos recopilados por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, entre el 27 de mayo y el 21 de julio 1.054 palestinos murieron a manos del ejército israelí en Gaza mientras intentaban acceder a alimentos. De ellos, 766 murieron en las inmediaciones de los emplazamientos de la agencia privada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) y 288 alrededor de los convoyes de la ONU y de otras organizaciones de ayuda. La GHF es el instrumento creado conjuntamente por las autoridades de Israel y Estados Unidos para canalizar ayuda humanitaria, sin bien con métodos militarizados. Mientras tanto, los mercados de la ciudad de Gaza están casi vacíos, y los pocos productos disponibles tienen precios exorbitantes. Un kilo de harina puede costar unos 48 dólares y las berenjenas, 9.

 

 

 

 

La sociedad civil asume su responsabilidad

El 23 de julio, un día después de la declaración de los 28 países, 111 Organizaciones No Gubernamentales internacionales (ONG), entre ellas Médicos Sin Fronteras, Amnesty Internaconal, Caritas, Ayuda Protestante Suiza, Save the Children, Oxfam, Médico Internacional, algunas secciones de Terre des Hommes, Associazione Cooperazione  e Solidarietà, circularon un comunicado conjunto donde informan sobre el terrible impacto humanitario de la hambruna: “Nuestros [propios] colegas y aquellos a quienes servimos están muriendo lentamente”. Y agregan que “mientras el asedio del gobierno israelí causa hambre entre la población de Gaza, los trabajadores de ayuda humanitaria se están uniendo a las mismas filas para buscar alimento, arriesgándose a recibir disparos solo por intentar alimentar a sus familias”.

Estas ONG exigen la inmediata negociación de una tregua, la apertura de los cruces fronterizos y el libre flujo de ayuda mediante los mecanismos de la ONU, no a través del GHF instalado por los israelíes. En su comunicado, las ONG sostienen que hay toneladas de ayuda intacta en almacenes afuera de la Franja e incluso adentro, pero que se les impide entregarla. “Los palestinos están atrapados en un ciclo de esperanza y dolor”, subrayan, “esperando asistencia y treguas, solo para despertar a condiciones peores”. No es solo tormento físico, sino también psicológico y “la sobrevivencia se presenta como un espejismo”.

 

 

Avanza el Proyecto Riviera en Gaza

Ignorando la ofensiva diplomática internacional contra el cerco israelí a la Franja, el mismo 22 de julio varios líderes de la extrema derecha más radical de Israel (entre ellos el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, y la activista Daniella Weiss, firme defensora de los asentamientos judíos en Gaza), se reunieron en el mismo parlamento, en Jerusalén, para avanzar con el plan para la transformación de la Franja de Gaza en una nueva “Riviera” (Ribera Gaza). Significativamente, y según fuentes noticiosas internacionales, dicha reunión se autodenominó “La Riviera de Gaza: de la visión a la realidad”. Se trata de un “plan maestro” que el mismo Presidente estadounidense anticipó en febrero y que prevé la construcción de viviendas para más de un millón de israelíes, complejos turísticos y zonas agrícolas e industriales una vez que los palestinos que aún residen en esa zona hayan sido deportados.

Drama humanitario versus oídos sordos y planes expansionistas de colonos reforzados en su propio poder. El futuro a largo plaza de una Gaza semi-destruida se juega en estos próximos días, semanas o meses. La pulseada es ruda. Dos Estados de un lado contra un amplio sector de la comunidad internacional que continúa creciendo, que amplifica su voz y exige el fin del horror en Palestina, pero que aún no logra doblarle la mano a la agresión bélica.

 

 

 

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