La ciudad turistificada

El poder inmobiliario-financiero y una nueva etapa de saqueo integral en la capital federal

 

La centralidad del debate político está puesta en la discusión de las políticas nacionales impulsadas por Milei (DNU tiránico 70/2023, acuerdo con el FMI, tratamiento del proyecto de Ley Ómnibus). Esta situación genera un contexto de bastante comodidad política para Jorge Macri, actual jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que a pesar de los despidos masivos en muchos organismos del Ejecutivo porteño aterrizó en Punta del Este para tomarse unos días de descanso.

Durante los últimos 16 años de gestión macrista-larretista en la ciudad denunciamos el saqueo de lo público como elemento estructural de la gestión: saqueo de nuestras tierras públicas; privatización de servicios públicos urbanos para garantizar negocios a un grupo de empresas; transferencias gigantescas de recursos presupuestarios públicos a consultoras, medios masivos de comunicación y empresas a través de exenciones impositivas y subsidios a inversiones a través de los llamados “distritos”; y cambio sistemático de regulaciones urbanísticas a fin de autorizar mayor capacidad constructiva o generar incremento de la plusvalía del suelo al sector inmobiliario financiero para garantizar rentabilidades obscenas con cero inversión. Ahora, el poder inmobiliario-financiero que controla el poder público en la ciudad está implementando una nueva etapa de saqueo integral: la turistificación.

La turistificación es el proceso por el cual se está expulsando a los habitantes de la ciudad para transformarla en el hábitat de residentes transitorios. Esto implica reorganizar la ciudad para convertirla en una ciudad turística a escala global sin restricciones, con la consecuencia de que su población residente estable se reduzca en porcentaje con el paso del tiempo.

Cabe destacar que una cuestión es promocionar y estimular la actividad del turismo en un marco de sustentabilidad y equilibrio, y otra es la turistificación como proceso expulsivo de los habitantes permanentes, no democrático, de cambio sustancial del destino y los usos de la ciudad en su conjunto.

En este marco, los sectores más afectados hasta el momento por la turistificación abarcan las comunas del centro-norte de la ciudad, el entorno ribereño, el microcentro con el impulso estatal de su reconversión a través de beneficios impositivos para que los empresarios construyan viviendas de alquiler temporario, el casco histórico transformado en un polo gastronómico a cielo abierto, la Costanera Sur con la nueva Dubai y la zona sur, principalmente la Comuna 4 (La Boca, Parque Patricios).

El proceso de turistificación de la ciudad tiene impactos absolutamente negativos en el cotidiano de las familias porteñas:

  1. Aumento de los alquileres residenciales: Buenos Aires recibe turismo todo el año, por lo tanto, la oferta de alquileres transitorios comercializados por plataforma compite con la oferta de alquileres destinados a residencia permanente. El incremento de la demanda de habitaciones o departamentos por parte del turismo, en un contexto de devaluación continua del peso con relación al dólar y de pauperización de los ingresos económicos de los hogares, ha implicado la migración masiva por parte de los propietarios hacia el alquiler temporal de sus inmuebles, donde pueden ver cumplidas sus expectativas de ingresos a precios internacionales y en dólares. La restricción de la oferta y los precios imposibles llevan a las familias a abandonar la ciudad o a vivir en las villas, sin acceso formal a los servicios públicos más básicos.
  2. Destrucción del comercio local: los comercios tradicionales son reemplazados por cadenas, en muchos casos internacionales, que van uniformando los centros comerciales. Un caso paradigmático es lo que viene sucediendo en el casco histórico. Prácticamente han desaparecido los locales de anticuarios y en la calle Defensa encontramos cadenas comerciales de venta de souvenirs turísticos y dulce de leche. El Mercado de San Telmo perdió su identidad histórica para convertirse en un polo gastronómico.
  3. Transformación del espacio público, que es intervenido por el GCBA a fin de eliminar su diversidad, sin participación previa ciudadana real para privatizarlo. La actividad gastronómica a cielo abierto explota en forma totalmente gratuita el espacio público, generando zonas intransitables, restringiendo completamente la accesibilidad e incrementando los problemas de higiene urbana. Los espacios verdes son transformados para ser elementos de contemplación paisajística y no para un uso social residencial cotidiano. De allí el enrejamiento y el cierre durante gran parte del día.
  4. Cambios en la planificación: en la ciudad se aprobaron cambios de las normas urbanísticas que profundizan la especulación inmobiliaria y la construcción de edificios como activos financieros, como reserva de valor, para transformar mágicamente pesos en dólares o para lavar legal o ilegalmente capital. No se construyen viviendas para que sean habitadas porque el negocio principal no es garantizar el acceso a la vivienda.
  5. Contaminación sonora: la ciudad de Buenos Aires se encuentra dentro del ranking de las ciudades más ruidosas del mundo. La contaminación sonora es parte de la degradación ambiental de la ciudad en su conjunto. Negocio de mega-recitales en espacios públicos, boliches en parques, falta de controles de la generación de ruidos por parte de restoranes y bares que instalan parlantes en la vía pública, o bien contratan bandas o DJs para que toquen en las veredas hasta altas horas de la noche. Todo esto sin consideración alguna de los residentes, que tienen derecho a descansar o a trabajar sin las afectaciones a la salud que generan los decibeles por sobre lo permitido. Los ruidos pueden ser tolerables cuando se vive una ciudad como turista pero generan daños a la salud cuando se los padece día a día por muchísimo tiempo.
  6. El problema de la basura, que prolifera y se acumula en las calles contribuyendo a la invasión de ratas. San Telmo y Monserrat impactan por las condiciones de higiene urbana.
  7. Aumento del costo de vida: en los sectores donde la turistificación está avanzada, los residentes remanentes tienen grandes dificultades para acceder a los bienes por el incremento de los costos de vida dada la competencia con la capacidad económica de los turistas. Es frecuente que las familias se trasladen directamente a otros barrios a comprar alimentos. Las familias del casco histórico, por ejemplo, van a Constitución para conseguir a un precio más accesible la carne, la verdura y hasta el pan.

 

Ausencia de políticas locales frente a la crisis nacional

Considerando la situación crítica del país y teniendo en cuenta que la ciudad de Buenos Aires es el distrito más rico del país, ¿cuáles son las previsiones del nuevo jefe de gobierno en este contexto de brutal ajuste, tarifazos, mega-inflación, pérdida del empleo y destrucción del salario?

La ciudad debería estar adecuando la infraestructura escolar para recibir una mayor matrícula, ampliando el sistema público de salud, creando oferta de viviendas sociales, implementando políticas alimentarias más acordes para los sectores medios y populares. En cambio, desde el GCBA no se está adoptando ninguna medida mientras los negocios inmobiliarios no paran.

Hoy es clave la disputa política y de sentidos en la ciudad. Resulta necesario construir una representación política alternativa para los sectores medios y populares. No se debe volver a repetir el error de sacrificar la ciudad en términos políticos. Mauricio Macri y Milei surgieron de la ciudad de Buenos Aires. Y, según parece, Jorge Macri se anotó para la próxima carrera presidencial.

Sin embargo, la buena noticia al respecto es que en la ciudad se conformó un espacio de articulación de las distintas asambleas barriales, llamado Asamblea de Asambleas. Este espacio se constituyó en el cacerolazo de Parque Rivadavia del sábado 30 de diciembre. Más de 300 personas concurrieron a esa gran asamblea y acordaron organizar un espacio de articulación de las distintas asambleas barriales y sostener los días miércoles como día de protesta simultáneo en distintos puntos de la ciudad en rechazo al DNU Tiránico y a la delegación de la suma del poder público que implica la Ley Ómnibus en caso de aprobarse. El miércoles 10 de enero hubo más de 30 puntos de ruidazos en la ciudad de Buenos Aires y el sábado 13 de enero se realizó el segundo encuentro de la Asamblea de Asambleas en el Parque Centenario.

 

La vitalidad democrática urbana

Nuestra ciudad tiene una larga historia de vitalidad democrática. Las asambleas del 2001, los 16 años de resistencia al gobierno macrista-larretista, los ruidazos en decenas de esquinas por los tarifazos en los servicios públicos en 2018 durante el gobierno nacional macrista, las asambleas y los semaforazos en contra de la sobre-construcción descontrolada habilitada por el Código Urbanístico, las asambleas ambientales en defensa de la Costanera, los espacios verdes y la privatización de la tierra pública.

Esta vitalidad democrática es la que da esperanzas en este momento de tanta desolación y es muestra de la maduración política ciudadana frente a la orfandad política.

 

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 1000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 2500/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 5000/mes al Cohete hace click aquí